[TV] Cosas de series; «nordic noir» y ¿adaptando a Asimov?

Televisión

Para esta semana traigo dos series que, sinceramente… no sé muy bien si se pueden recomendar o no. Probablemente la respuesta a este dilema es recomendarlas a sectores de espectadores específicos, pero no con carácter general. He de decir que una de ellas me venía generando bastante «ansiedad» desde que supe que se nos venía encima… Pero vayamos por partes, como dijo Jack the Ripper.

Buena parte de la acción de una de las series de hoy transcurre en Copenhague, y en el distrito gubernamental de la capital danesa, así que paisajes urbanos de esos barrios servirán de ilustración de la entrada de hoy. Es que no tengo fotos de Trantor o de Terminus.

Kastanjemanden (el hombre castaña), o como se ha denominado en España, El caso Hartung, es una serie de sólo seis episodios de ese género que se ha dado en llamar el nordic noir. Tiene todos los elementos clásicos. Ambiente frío, policías en conflicto con su vida y con el mundo, un asesino que parece un maniaco pero con una motivación desconocida detrás, y una resolución con sabor agridulce. Y en este caso… un final que resuelve, pero deja abierto a nuevas temporadas. Un mujer madre de familia es asesinada y junto a ella aparece un hombrecito hecho con castañas que contiene una huella dactilar de la hija de una ministra danesa, secuestrada un año antes y dada por muerta por las declaraciones del presunto secuestrador y asesino. Una policía (Danica Curcic) que ha pedido el traslado para poder dedicar más tiempo a su hija y un policía de Europol (Mikkel Boe Følsgaard), temporalmente destinado en Copenhague, tendrán que resolver el misterio. Pero con grandes costes. Para los amantes del género, una cita ineludible. Para quienes no lo sean tanto y no lo conozcan, hay otras que se deberían ver con preferencia, mejores. Para quienes conozcan el género y no les entusiasme… pueden pasar de ella. En Netflix.

Y por fin llegó a Apple TV la esperada/temida adaptación de la obra más conocida y famosa de Isaac Asimov, Foundation. Yo debía de tener 17 o 18 años cuando la leí por primera vez, en la primera traducción al castellano de la obra. Me refiero a los tres libros iniciales. Las secuelas y precuelas escritas en años muy posteriores… las voy a ignorar, porque creo que son superfluas y poco interesantes, y de inferior calidad conceptual y literaria. Aunque no son pocos quienes discrepan de mi opinión. La lectura de esta obra me impactó notablemente y siempre ha condicionado mis gustos dentro de la ciencia ficción. Y si sumamos esta obra literaria con el fenómeno Star Wars que surgió en mi adolescencia, más algunas películas como las odiseas espaciales de Kubrick o de Tarkovski, ambas las pude ver en aquella época en la breve etapa del cine Rialto de Zaragoza como cine de arte y ensayo, determinaron también para siempre mi afición a la space opera, las aventuras espaciales. Pero con algo más. Llevo cuarenta años fiel al género, que me ha deparado muy buenos momentos, pero también unas cuantas decepciones. También leí con el tiempo las nuevas traducciones de la trilogía original de Asimov… que me parece que no aportan nada. Tienen un lenguaje más actual, pero son literariamente inferiores. Y tengo pendiente leerlas en el original en inglés. Quizá me ponga a ello estas navidades.

Muchos han considerado la trilogía de Asimov como inadaptable a un formato audiovisual. Aunque muchos han tenido claro que de hacerse, tendría que ser en forma de serie. Bien una serie de largometrajes o, por la estructura del primero de los libros, una serie televisiva. Y así ha llegado a Apple TV. También estaba la cuestión de en qué medida se podía ser fiel a la historia original. Y qué modernizaciones razonables habría que plantear en la ambientación de una historia que empezó a escribirse en 1942, hace casi ochenta años, y a publicarse en 1951, hace setenta años. Y ya tenemos una propuesta. Una primera temporada que «adapta» dos capítulos, originalmente novelas cortas o relatos relacionados, del primero de los libros. Siempre había supuesto que cada uno de estos relatos del primer libro daban como mucho para un episodio o dos de una posible serie. Pues me quedé muy corto. La serie inventa mucho. Tramas que no existen en absoluto en la obra de Asimov. Y algunas de ellas rompen con la filosofía inicial de la obra, en mi opinión, especialmente aquellas que introducen elementos místicos o religiosos. Asimov imaginó una obra impulsada por propuestas científicas, aunque fueran altamente especulativas. Incluso sus denominaciones no son coherentes con lo que conocemos en la actualidad. Su «psicohistoria» no sería otra cosa que una disciplina de la sociología, una sociometría matemáticamente avanzada y con un asignación de probabilidades a determinados acontecimientos sociales con una precisión extremadamente superior a lo que en la actualidad se puede realizar. Por supuesto, los acontecimientos del individuo serían impredecibles. En aquellos momentos, las teorías del caos actualmente en vigor se habrían desarrollado con posterioridad a la escritura de la serie, y no hay que desdeñar una naturaleza caótica en los procesos causales sociales y las predicciones sobre la evolución de las poblaciones. Así que habría margen para jugar con una modernización de los conceptos de Asimov sin ser infiel a los mismos.

Y luego está la serie como divertimento en sí mismo. Aun considerando que la fidelidad al original es lo suficientemente baja como para considerarla «inspirada» y no «basada» en el mismo, la serie podría ser muy entretenida, divertida, emocionante, interesante, o lo que queráis, para perdonar las infidelidades. El cambio en el sexo de los personajes o en la diversidad étnica de los mismos me parece inconsecuente, no tiene la menor importancia en mi valoración. Que Salvor Hardin sea una mujer de piel negra, en lugar de un hombre cuya piel nunca se describe en el libro, si no recuerdo mal, me resulta indiferente o me parece bien, si la actriz lo hace bien. Pero que se cambie el carácter de Hardin, una persona inteligente que aborrece por sistema el uso de la violencia, y acabe siendo una soldado armada y que se ve envuelta en peleas con frecuencia… pues eso es ser infiel al original. Aunque supongo que han considerado que era más vistoso para los espectadores.

Desgraciadamente, a pesar de la enorme cantidad de medios puesta al servicio de la realización de la serie, las tramas dejan que desear. Y en algunos momentos las acciones presentadas resultan un tanto caricaturescas o ridículas. Es cierto que también tiene algunos momentos inspirados, el germen de una buena serie, fiel o infiel al original da igual, estaba ahí. Pero no acaba de germinar. Y la sensación al terminar el último episodio de la primera temporada es de insatisfacción. Que no mejora con el tiempo. Al contrario… vas viendo las incosecuencias internas de las tramas y lo forzado de las interacciones entre ellas. Seguiré viéndola… pero salvo a gentes como yo, que han bebido del género con avidez a lo largo de su vida, y quieren saber en qué resulta al final, me resulta difícil recomendarla en estos momentos. Es lo que hay.

[Cine] Stille Hjerte (2014)

Cine

Stille Hjerte (2014); vista el 10 de septiembre de 2015.

Vista en versión original subtitulada en castellano y por eso mantengo el título original en danés de una película que en la cartelera española también se puede encontrar doblada con el título literalmente traducido de «Corazón silencioso».

Bille August, un realizador que se ha movido mucho por la geografía mundial a la hora de rodar sus películas, vuelve a su país natal para rodar un drama familiar, muy intimista, y con algunos dilemas éticos encima de la mesa. Es un director que me parece irregular en su filmografía, de la que he visto algunos títulos, no todos. Lo último que vi de él no me dijo gran cosa, a pesar de contar con un reparto europeo de campanillas.

Nos daremos un paseo por Dinamarca, con la excusa de la nacionalidad de la película, empezando por una vista elevada de la capital Copenhague.

En esta ocasión nos traslada al seno de una familia en la que la madre, Esther (Ghita Nørby), padece una enfermedad neurológica degenerativa que le ha empezado a afectar la movilidad, y que le producirá la muerte en un plazo más o menos largo, pero penoso por la progresiva dependencia de los demás en la que ira cayendo. Su marido, Poul (Morten Grunwald), que ha ejercido como médico, está dispuesto a ayudarle en un suicidio médicamente asistido, algo ilegal pero que pueden apañar en las apariencias aprovechando las capacidades relativamente conservadas que tiene todavía Esther. Lo único que ha pedido Esther es el consenso de toda la familia, es decir de sus dos hijas, la mayor Heidi (Paprika Steen), que en principio apoya su decisión, y la menor Sanne (Danica Curcic), más reticente, porque además arrastra su propia historia personal difícil. Antes de morir, Esther ha decidio reunir en su casa/mansión a toda la familia para una celebración adelantada de la Navidad.

La realización en el plano técnico es impecable. Puesta en escena, fotografía, sonido… Tiene el aire del teatro adaptado al cine, aunque que yo sepa es un guion original para este medio. Todo transcurre en la mansión familiar que tiene la familia en el campo. Las principales virtudes de esta historia que se desarrolla prácticamente en este único escenario, son las reflexiones sobre los dilemas éticos, sobre el derecho a decidir sobre la propia vida y a recibir una asistencia adecuada si uno decide terminarla. Pero también incide en algunos problemas de las relaciones familiares. El principal problema del filme es que se hace muy, muy previsible. Y salvo alguna escena que sorprende, como el «colocón» generalizado y familiar en un momento dado, vas viniendo venir los acontecimientos con mucha antelación.

También podemos dar un paseo otoñal por los barracones del castillo de Kronborg, en Helsingør, el escenario imaginado por Shakespeare para su dubitativo príncipe Hamlet.

El plano de las interpretaciones es otros de los puntos fuertes. En los últimos años, las cinematografías y las ficciones televisivas escandinavas se han ido abriendo y difundiendo por el resto del mundo y algunos intérpretes daneses están empezando a ser caras conocidas y apreciadas. A los mencionados, podemos añadir Pilou Asbæk, como el desastrado novio de Sanne, la hija menor, que tiene algunos muy buenos momentos, y que también me resulta conocido de algunas series televisivas.

Película que se deja ver, que plantea dilemas interesantes, con buena factura y buenas interpretaciones como digo, pero que te deja la sensación de que podrían haberse currado un poco más la historia y el guion, generando un drama más interesante, más intenso y más novedoso, cosa que no consiguen, dejándote una sensación de «déjà vu».

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

O volviendo a la capital, podemos alejarnos del bullicio de la gran ciudad por el parque que rodea al palacio de Rosenborg, en una tarde soleada de octubre.