[Libros de fotografía] Postales, cuadernos, libros

Fotografía

En las últimas semanas me han llegado varias publicaciones para añadir a mi biblioteca fotográfica, así que las recomendaciones fotográficas de esta semana tendrán forma de libros… o cuadernos… o postales. Ahora os cuento.

A través de la página Photography of China, conocí la actividad como coleccionista de fotografía de esa nacionalidad de Thomas Sauvin, con su colección Beijin Silvermine, que sufraga con la comercialización en forma de libro u otros productos de lo más granado de su colección. Son productos de calidad… y por lo tanto caros. Y en su mayor parte es fotografía de la que llaman ahora vernácula. Es decir, fotos tomadas de la vida cotidiana con un fin distintos del de los tradicionales fotógrafos documentales o artistas. Puede ser las fotos de una abuela a sus nietos, de un médico a sus pacientes, las fotos de la NASA al universo, o las que sistematizan los «logros» del Partido Comunista Chino… por poner algunos ejemplos. De los productos más asequibles que tiene, están los desplegables de postales de la serie SIX, de los que hay publicados tres números, de los que he adquirido ejemplares.

Recibí recientemente mi libro de fotos del viaje a Oporto en septiembre. Y ahora estoy trabajando en el de Andalucía de octubre. En el que entrarán algunas fotografías de una tarde entre el Parque de María Luisa y la isla de la Cartuja.

El Six 01 es How I felt in love with my phisioterapist, y son una serie de fotos documentales de una modelo en mallas de gimnasia rojo comunista, con su fisioterapeuta, demostrando distintas técnicas de trabajo sobre articulaciones. Resultan hipnóticas. Realizadas en Pekín en agosto de 1988.

El Six 02 es Soldiers, en la que la serie de postales, una vez desplegadas, constituyen una única imagen de una multitud de jóvenes de ambos sexos, aunque predominan los hombres, en uniforme, posando para una foto colectiva. Dentro de la aparente uniformidad y despersonalización de la situación, sorprende comprobar cómo cada individuo tiene una expresión propia, singular. Unos sonríen, otros están serios, otros… simplemente aburridos. Realizada abril de 1950, poco después del final de la guerra civil china, no dice dónde.

El Six 03 es Space Beauties Calendar, y es la más divertida. Especialmente, porque es muy kitsch. U hortera, que diríamos en estos lares. Un conjunto de postales con modelos femeninas con unos vestidos pretendidamente futuristas, delante de unos fondos con planetas, estrellas y naves espaciales, todo muy colorido y chillón. Heroínas espaciales, de clara inspiración en las películas de aventuras espaciales, pero con un estilo… indefinible. Fechadas en Pekín en 1992.

Me han llegado tres nuevos cuadernos de la serie Field Notes de Another Place Press, los números 13, 14 y 15.

El número 013, está firmado por Andy Feltham (instagram), con el título Picture of Health. En él, el autor recorre los pasillos y salas abandonados de un hospital del National Health Service NHS inglés. Otrora «joya» de la corona del estado del bienestar británico, hoy en dia decadente por las políticas liberales que comenzaron ya en los años ochenta con Thatcher, y que no han parado ningún gobierno de ningún signo desde entonces.

El número 014 lo firma Frances Scott (instagram), y lleva el austero título de A9. Con fotografías en blanco y negro, la autora recorre la carretera más larga de Escocia, desde las Tierras Bajas hasta la costa norte escocesa. Unen las raíces de su madre en el sur de Escocia con las de su padre en el norte. Sumado a que la fotógrafa se afincó en un momento dado en las Orcadas hasta que ya independiente y adulta volvió al sur.

El número 015 es del fotógrafo Emile Holba, que presenta su trabajo Arktisk Grenseland. Fascinado por la esa zona del Ártico que es conocida como mar de Barents, lugar de encuentro nórdico entre Occidente y Rusia. Finalmente, su trabajo se centró en la península de Varenger, en el norte noruego, lejos de las rutas turísticas, escasamente poblado, próximo a las fronteras con Finlandia y Rusia, y al mismo tiempo, extrañamente tranquilo, pacífico y equilibrado.

En otro orden de cosas, encontré una referencia reciente a una colaboración entre el alemán Jürgen Teller y el japonés Nobuyoshi Araki. Ambos fotógrafos son amigos y se admiran mutuamente. Esta colaboración desembocó en una exposición y un libro, Leben und Tod 死生, vida y muerte, publicado por Steidl. Las fotografías de Teller están realizadas en su hogar familiar en Alemania, durante un invierno en el que murió un tío suyo, ya anciano, con quien estuvo muy unido, y que también sirvió para volver a conectar con su madre. También incluye elementos de su viaje por Bután, donde se sorprendió por la imaginería asociada a los ciclos vitales. Araki, por su parte, le pidió que le prestase objetos de su infancia y vida familiar, y con ellos, y sumados a sus propios fetiches, construye unas peculiares naturalezas muertas, que se intercalan entre las fotos de Teller. Un trabajo muy intimista, muy simbólico, para degustar muy despacio si se le quiere coger el tranquillo.

Finalmente, la edición blanca, más económica, del libro publicado por Eyeshot, Shin Noguchi in color in Japan. Hace tiempo que soy seguidor en instagram del fotógrafo japonés Shin Noguchi. Radicado entre Kamakura y Tokio, Noguchi hace una fotografía documental en la calle llena de humanismo y buen humor, con una gran dominio del color más natural. Particularmente cercano y empático resulta cuando se acerca al mundo de los niños, a quienes sabe mirar como adulto que no ha perdido ciertas virtudes de la mirada infantil. Perfectamente presentado, con fotografías que dialogan entre sí en páginas enfrentadas, y con dobles páginas para aquellas con valores estéticos más potentes, es un libro para hojear una y otra vez. Y también para soñar que pronto podamos volver a viajar y a visitar aquellas tierras que tan buenos momentos nos han deparado a alguno.

[Recomendaciones fotográficas] Una ronda de fotografías interesantes en tiempos de bajona

Fotografía

No me gustan los datos de nuevos casos de la epidemia. Y eso que no han publicado todavía los de ayer. Pero cuando parecía que la curva epidémica se aplanaba, dio un empujón hacia arriba. Puede haber muchas explicaciones, unas más positivas y otras más negativas… pero podemos repetir lo que ha sucedido en Italia. Y no es buena noticia. Así que hoy no estaba con muchas ganas de hacer estas recomendaciones fotográficas. Pero me voy a obligar. Aunque sea de forma telegráfica.

Mañana o pasado os cuento más de la serie de fotos que ilustran la entrada de hoy… Simplemente decir que son paisajes urbanos de Zaragoza de antes del aislamiento social.

En Magnum Photos nos sigue ofreciendo con frecuencia recomendaciones dentro de su enorme catálogo de fotografías:

  • Y «Chim» uno de los fundadores de la agencia, siempre se caracterizó por su empatía y sus trabajos con la infancia. Los niños fueron una de las peores víctimas del horror bélico en las guerras mundiales. Nos ofrecen fotografías de «Chim» sobre la lucha contra el analfabetismo tras el fin de la guerra. A los fascismos nunca les han gustado las personas cultas, porque piensan y no se dejan engañar fácilmente, y así quedó la Italia fascista culturalmente. Se podría decir lo mismo de otras dictaduras fascistas mucho más próximas, que hicieron de la represión al maestro una de sus máximas en sus primeros años.

Me gustan las series que mezclan el retrato con el paisaje, natural y humano. Creo que se complementan muy bien y nos dan una mejor idea de lo que pasa en un determinado lugar y a unas determinadas gentes. Por eso me ha gustado el artículo en Creative Boom dedicado al trabajo del fotógrafo Emile Holba (instagram) en el extremo norte de Noruega, donde confluye el país escandinavo con los extremos de Finlandia y Rusia. Un lugar que me gustaría visitar. Ya veremos cuando y cómo.

Cartier-Bresson no es un reloj nos recordó hace unos días una de las más formidables fotografías de la historia de la fotografía, Tomoko Uemura in Her Bath de W. Eugene Smith. La siguen comparando con las piedades de la imaginería cristiana. Pero en la mirada de Ryoko, la madre de Tomoko, veo otros sentimientos, más intensos, que Leire Etxazarra también ve y describe en su texto, y que trascienden el concepto de «piedad» y que hace de la fotografía algo más trascendente. Y además nos habla de otro tipo de epidemias; las causadas por el ser humano, por la ideología capitalista, avariciosa e insolidaria con los demás. Tomoko murió a la edad de 21 años. Siguen existiendo desastres medioambientales. Las epidemias de coronavirus pueden ser consideradas, desde cierto punto de vista, desastres medioambientales.