[Fotos] El 2021 en fotos; de viaje con la cámara al hombro

Fotografía, Viajes

Como todos los años desde 2007, llega el momento de comenzar con el resumen del año. En aquel momento, era simplemente una entrada que publiqué el 31 de diciembre bajo el título «12 meses, 12 fotos». Y fue en 2012 cuando por primera vez extendí esa entrada a dos más; la dedicada a la fotografía con película tradicional y la dedicada a los viajes del año, grandes o pequeños. Y aquí estamos terminando este 2021,… que algunos consideran como 2020 temporada 2ª. Quizá hay demasiada gente que piensa que el final de un año y el comienzo de otro es algo significativo, cuando la realidad es que el tiempo es un continuo, y el universo sigue adelante sin importarle gran cosa nuestras arbitrarias divisiones del calendario.

Este año no he hecho excursiones. Durante buena parte del año todavía hubo muchas restricciones al tráfico. Las actividades asociativas no se han reactivado a los niveles anteriores. A mí me da mucha pereza coger el coche y conducir. Y gente con la que solía salir en pequeñas excursiones de día,… pues no están a mano. No están cerca o no están disponibles. Las consecuencias de la pandemia nos han afectado más de lo que creemos, incluso a aquellos que no hemos sido diagnosticados de la enfermedad. Vete tú a saber si nos hemos infectado o no. Mañana tengo «excursión» al centro de salud para el refuerzo vacunal. Con un poco de «suerte» pasaré el final de año con fiebre y modorro en la cama.

Viajes, grandes o pequeños

Hasta que no llegó el verano, no pudimos tener claro en qué medida podríamos viajar o no. Fuera de Europa siempre estuvo difícil. Y a la Europa «unida» le costó llegar a acuerdos sobre el certificado COVID y su aplicación en el movimiento de gente transfronterizo. Y la onda epidémica del verano colocó a España en los peores colores del semáforo de advertencia.

No obstante, con sólo una semana de antelación, conseguimos montar un viaje a Suiza, con tres viajeros desde España, y otros tres desde Italia en parte del viaje. Un viaje que nos supo a gloria. En el que por fin sentimos algo de libertad. En parte por la racionalidad de las medidas contra la covid en el país helvético, adecuadas pero no agobiantes, en parte por el aire fresco de los Alpes, en parte por los reencuentros entre personas que se quieren, que llevan tiempo sin verse, salvo a través de las pantallas de ordenadores, tabletas y teléfonos móviles, y que se alegran de abrazarse por fin. Dado que todos estábamos vacunados en ese momento.

Una de las consecuencias de la apertura de fronteras europea fue que una de mis amistades con las que más viajo, pudo hacer un breve viaje a Dinamarca, a Copenhague, por motivos de trabajo. Y fui de acompañante. Si en Suiza las medidas de prevención entraban en lo razonable, en Dinamarca estaban convencidos que ya podían hacer vida normal, y nada era obligatorio, salvo para entrar al país. Aunque nunca nos pidieron que mostráramos nuestro certificado COVID. El caso es que hizo unos días excelentes, todo estaba racionalmente animado y lo pasamos realmente bien.

Entre finales de septiembre y la primera quincena de octubre llegó mi segunda parte de vacaciones reglamentarias. Y organizar el viaje fue algo azaroso. En principio reservamos para ir a Lanzarote en las islas Canarias. Pero mi acompañante al viaje tuvo una cuestión que atender y lo suspendimos. Tuve que buscar una alternativa. Otra vez con poco más de una semana de antelación. Y fue bien. Italia fue el destino. La costa de Amalfi, el golfo de Nápoles, Roma y Tívoli fueron los lugares que visitamos. Italia siempre es un buen destino viajero.

Y a finales de octubre, igual que el año anterior, surgió la oportunidad de visitar a una de mis amistades, que vive en Sevilla y además tiene un nuevo piso, más amplio y acogedor. Por lo que no viajé solo desde Zaragoza. Recorrimos Jerez de la Frontera, Río Tinto, la sierra de Aracena, Ronda y, cómo no, Sevilla misma. Empezamos a acostumbrarnos a esta escapada andaluza a finales de octubre, antes del cambio de horario de otoño.

Mañana lo dedicaré a hablar en exclusiva de la fotografía con película tradicional. Pero ya llevo unos años en la que este tipo de fotografía tiene su importancia a la hora de documentar mis viajes. Todas las fotografías en color mostradas hasta ahora son digitales… menos uno. Adivinad cuál es. Cerraré la entrada con cuatro fotografías en blanco y negro, realizadas con al fiel compacta que me ha acompañado en todos mis viajes en este año que se cierra.

[Viajes] Resumiendo con fotos el reciente viaje a Italia

Viajes

En principio, a lo que íbamos era a la Costiera Amalfitana. Pero las cosas han salid un poco diversas.

Nos alojamos en Sorrento, un lugar muy bien situado tanto para visitar la mencionada abrupta costa de la Campania, como para visitar el golfo de Nápoles, que en realidad ya conocíamos, lo visitamos hace 13 años, aproximadamente en las mismas fechas de principios de octubre, por mi tendencia a huir de las fiestas o «no fiestas» del Pilar en Zaragoza, que no me agradan mucho. El caso es que en octubre de 2008 pasamos calor, y en este octubre de 2021 hemos ido justos de ropa de abrigo, y hemos tenido que tener el chubasquero a mano siempre, aunque hemos tenido preferentemente buen tiempo, aunque fresco.

Teníamos unas expectativas muy altas con respecto a la Costiera Amalfitana. Todo el mundo nos había hablado muy bien de esta zona. Y en nuestro recuerdo estaba la visita en 2014 a otra bonita costa italiana, en la Riviera Occidental, la llamada Cinque Terre, que visitamos en 2014, y que nos gustó mucho. Pues bien… es bonita. Pero ni se puede recorrer con tranquilidad por adecuados senderos, ni los pueblos son tan monos, aunque son majos, como aquellos. Y además, algunos de ellos están convertidos en centros comerciales al aire libre… muy agobiante. Ya digo, es bonita, pero no a la altura de las expectativas.

Le íbamos a dedicar tres días completos a la Costiera Amalfitana, de los cinco que íbamos a estar por la zona, seis noches, pero al final sólo le dedicamos dos. El resto de los días fuimos buscando distintas vistas del monte Vesubio, volcán en activo de carácter explosivo que cualquier día dará un susto de muerte a los muchos habitantes del golfo de Nápoles. No todos los días hicimos lo que quisimos. Una huelga de trenes y autobuses de transporte de pasajeros evitó que pudiéramos visitar Pozzuoli, con sus sulfataras volcánicas y sus restos arqueológicos, y lo sustituyéramos por una visita a la isla de Capri, que ya conocíamos. Así pues, vistas del Vesubio…

Nos despedimos el día 12 al mediodía, aunque yo aún me quedé a dormir un par de noches a mi aire en Roma. Sin prisas por volver. Dediqué una tarde a hacer mi particular rally fotográfico con la cámara para película tradicional en blanco y negor, que se verán en unos días.

Y el último día, me fui de excursión a Tivoli, a visitar Villa d’Este, barroca, y Villa Adriana, romana del siglo II, palacio de verano del sevillano emperador Adriano. También merece la pena el paseo por el casco histórico de la antigua Tibur.