Dos cuestiones que entran en conflicto me han venido pasando últimamente. Por un lado, se me han acumulado muchas series de televisión para comentar, a pesar de que tenía la sensación de que estaba muy irregular con estas cosas. Y por otro lado, voy con poco tiempo para comentarlas. Pero he sacado un poco de tiempo este viernes para sacar adelante el comentario de algunas de ellas. Aunque sea de forma telegráfica. Tres series. Y una película documental para televisión.

Ha coincidido que en estos primeros meses del año se han estrenado dos miniseries con premisas argumentales muy similares. Una en Apple TV, Constellation. Otra en Netflix, Das Signal. La primera es una coproducción en la que participan productoras de Estados Unidos y algunos países europeos, ocho episodios, con el gancho de Noomi Rapace como protagonista. La segunda es una producción alemana de cuatro episodios. Ambas comparten algunas premisas. Una astronauta con una misión en órbita alrededor de la Tierra, un evento extraño, y un regreso a la Tierra accidentado. Y una conspiración. La primera, dándole vueltas a algunos conceptos de la mecánica cuántica, más bien hipótesis indemostrables sobre lo que significan algunas de sus matemáticas, como los multiversos, malentendiendolos las más de las veces. La otra, con una curiosidad que a algunos de los más aficionados trekies les sonará más o menos familiar. Pero resumiendo, para no aburrir, ninguna de las dos ha convencido mucho a la parroquia. Ni a mí tampoco. Entre lo pretencioso de la primera, y lo simplón de la segunda. Con guiones flojos, basadas en ideas que puedan estar lastradas de partida. No especialmente recomenables.

Sí que me parece recomendable Manhunt. Serie norteamericana para Apple TV que nos cuenta en siete episodios como fue el asesinato de Abraham Lincoln, como se persiguió a sus asesinos, y como fue el juicio, vinculándolo, de alguna forma, a la mala administración que hizo Andrew Johnson, el vicepresidente y sucesor de Lincoln, que tanto tergiversó la llamada Reconstrucción, con corrupción y secuelas que, tal vez, repercutan hasta hoy en día. Se apoya en una excelente ambientación y en las excelentes interpretaciones de Tobias Menzies como el secretario de guerra Stanton, que dirigió la persecución de los criminales, y Anthony Boyle interpretando al asesino John Wilkes Booth. No es una excelencia de las de recordar para toda la vida, pero está bastante bien, y es recomendable.
Finalmente, me vi recientemente el documental de 80 minutos de Netflix, Secrets of the neanderthals. Un producción británica en la que se recorren los hallazgos paleontropológicos y arqueológicos más importantes para comprender quienes fueron los miembros de esta especia humana que ocupó Europa y buena parte de Asia y de quien los euroasiáticos, incluidos los descendientes de los que emigraron a otros continentes, conservamos un 2-3 % de sus genes en nuestro propio genoma. Indicando que hubo reproducción cruzada fértil entre los neandertales y Homo sapiens. Pero la serie se centra en la interpretación de fósiles y restos arqueológicos que dejaron en Oriente Medio y distintas localizaciones de Europa. No está mal. Se deja ver. Es cierto que a mí me hubiera gustado algo de tiempo a profundizar un poquito en los descubrimientos realizados a través de la biología molecular y el estudio del genoma… pero bueno. Es que a mí me gustan estas cosas. Narrada por Patrick Stewart.







