Después de 40 horas de impasse metido en un hospital, reanudo mis actividades más o menos normales. Y lo hago rescatando las fotografías del safari callejero que junto con otros habituales del grupo de Flickr Fotógrafos en Zaragoza realizamos el domingo, con la guía de los amigos de Gozarte. Pero si Safari callejero fue una demencial y divertida aventura de Mortadelo y Filemón publicada cuando yo todavía era un niño, este safari callejero que nos ocupa ha sido también divertido, pero más instructivo. Os lo cuento en fotos.

Comenzamos nuestro safari callejero por la plaza de La Seo, y los primero animales que cazamos son gallos. Como el que encontramos a las doce del reloj de la torre de la Seo.

O si miramos en dirección a la calle Don Jaime I, podemos encontrar otro gallo en la veleta de uno de los edificios más significativos de esta calle.

Es imprescindible pasar a saludar al Caballito del Minutero, detrás de la Lonja, siempre escuchando las entusiastas explicaciones de Carlos, nuestro guía de GozArte.

Carlos siempre lleva ilustraciones para complementar las explicaciones y lo que se ve en la actualidad. Por ejemplo, una fotografía realizada por Ángel Cordero a unos niños y su padre en el caballito original.

El animal por excelencia de Zaragoza es el león, que aparece en su escudo de armas y en muchos lugares de la ciudad. Fundamentales son los que flanquean el puente de Piedra, como especialmente representativos.

No queda claro si los peces que sujetan los querubines de las fuentes de la plaza del Pilar tienen que ver con el hecho o no, pero en tiempos pretéritos, en la plaza del Pilar se instalaba el mercado del pescado.

En el escudo del cabildo de Zaragoza que encontramos en la fachada del Pilar, aparece un carnero, representativo de una de las dos catedrales de la ciudad, la Seo.

En nuestro desplazamiento de un lugar de interés a otro, atravesamos la inmensidad de la plaza del Pilar en un día que comenzó gris, pero se fue aclarando y haciendo más agradable.

En la hornacina donde está Juan el Bautista de San Juan de los Panetes debería encontrarse también el carnero que le suele acompañar en sus representaciones artísticas.

Y un carnero, entre otros numerosos animales, encontramos en los aleros del Mercado Central.

Estamos un buen rato en el Mercado Central con todo tipo de explicaciones. Que incluyen el porqué de la rana que hacía compañía al Augusto de Prima Porta, y que ahora han quitado, para disgusto de los vecinos de la ciudad que reivindican su devolución.

En el Mercado Central es evidente para todos el pavo, pero no tanto las serpientes en el caduceo de Mercurio, dios del comercio, que se puede ver en los arcos de hierro que conforman la estructura del mercado.

Tampoco falta el león, simbolo de la ciudad, en la decoración del Mercado Central.

Y si nos fijamos bien, en el capitel de la izquierda encontramos un pajarillo atravesado por una flecha.

En el lateral del mercado, de nuevo el caduceo de Mercurio con las dos serpientes, pero también las abejas que representan a los laboriosos comerciantes.

Estos grajos, detrás del palacio de la Audiencia, no forman parte de las explicaciones de la visita; pero no dejan de formar parte de la fauna de la ciudad.

Y en la antigua imprenta de Tomas Blasco, encontramos grifos, animales fabulosos en su mitad águilas y en su mitad leones.

En la calle Alfonso I paramos a recordar los Grandes Almacenes El Águila, en cuya parte superior, como nos muestra Carlos en la foto, había una gran rapaz, hoy desaparecida.

Me hace ilusión que el león alado de la Serenísima República encuentre sitio en nuestra ciudad, y Carlos nos explica porqué en determinada zona de Zaragoza hay tantas referencias a la ciudad de Venecia. Todo porque en el canal, antaño, había una góndola. Como en la ciudad del Adriático.

Y hablando del Adriático, en el antiguo edificio de la Adriática, una compañía de seguros, es donde encontramos al león alado de San Marcos, símbolo de la República Serenísima.

Finalmente, en la puerta principal del palacio de los condes de Morata, actual sede del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, encontramos los animales de un triunfo romano, y entre los cuales, unos elefantes fortificados como los de la India.

Y aquí, delante de la Audiencia, se despide el paseo; sólo queda tomarse el vermú en una terraza aprovechando que ha salido el sol, y comentar la actividad.