[Cine] Programa doble de crimen y misterio; Caperucita a la japonesa y un Poirot desganado

Cine

Entrada «escoba» cinematográfica. Voy a pasar al modo «sólo foto» en breve y no quería dejar nada pendiente en comentarios de cine. Y ha coincidido que las dos películas pendiente son whodunits en las que dos detectives peculiares, Caperucita Roja a la japonesa y Hercule Poirot tienen que desentrañar un misterioso asesinato.

Con las dos películas que hay hoy… ¿qué podíais esperar en cuestión de fotos acompañantes? Pues eso. Venecia.

Akazukin tabi no tochū de shitai to deau [赤ずきん、旅の途中で死体と出会う] (2023; 52/20230919)

Tras el relativo éxito de ver una película de Netflix como si fuera una miniserie de cuatro episodios, repito la jugada con esta peculiar versión de la historia de Cenicienta, que no termina precisamente como la conocimos desde niño. Dirigida por Yūichi Fukuda, nos presenta a una aventurera Caperucita Roja (Kanna Hashimoto), Akazukin 赤ずきん en japonés, que sale de viaje a conocer el mundo, y se topa con Cenicienta y sus problemas familiares, y con un cadáver cuando se dirigía al famoso baile donde todo se esfuma a las 12 de la noche. Y todo indican que ha sido asesinado.

Los japoneses van a su aire e interpretan el mundo de los cuentos tradicionales como les pasa. Con un vestuario recargado propio de las tribus urbanas que van de compras a Harajuku en Tokio, nos proponen una historia alternativa, presuntamente para más gloria de su protagonista, una joven actriz que salió del mundo de las idol cantantes, y que parece que busca su camino a afianzarse en la interpretación. Ya vimos otra película suya en Netflix en el mismo sentido. La cuestión es que la cosa no funciona. Con una dirección muy estática en ocasiones, con unos diálogos poco brillantes, y con interpretaciones que poco pueden hacer con estos mimbres, el cuento de hadas reconvertido en whodunit no funciona. Mmmmm… esta vez el experimento de ver la película a trocitos no ha funcionado, aunque siempre he tenido la curiosidad de saber cómo acababa esta cosa. Si tenía curiosidad, la encontraré como Érase una vez una asesinato o Once upon a crime en la mencionada plataforma de contenidos.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **

A haunting in Venice (2023; 53/20230923)

Tercera entrega de la franquicia de Kenneth Branagh adaptando los casos del detective belga de Agatha Christie, Hercule Poirot. Nuevamente dirige y protagoniza. En esta ocasión adapta una novela que nunca leí cuando hace muuuuuuchos años leí algunas de las novelas de Christie, hasta que decidí que no era lo mío, y que su calidad literaria, en la mayor parte de sus obras, era muy discutible. No tenía muy claro ir a verla. Pero cuando me propusieron la matinal, y teniendo en cuenta que nos ofrecen algunas vistas de Venecia, decidí que no habría graves daños por acudir a la sala de cine.

En esta ocasión, el crimen se disfraza de misterio sobrenatural, cuando unos cuantos se reúnen en un palazzo veneciano a orillas del Gran Canal para invocar en una sesión de espiritismo dirigida por una famosa médium (Michelle Yeoh) a una joven muerta. Una escritora de novelas detectivescas (Tina Fey) convence a Poirot de acudir a la sesión para desentrañar la impostura. Pero la muerte de la médium y una tormenta que encierra a los asistentes en el palazzo nos lleva a un misterio que parece que se mueve más en el terreno de los preternatural.

Bien dirigida en los aspectos visuales, como sus antecesoras, la propuesta no me convence. La seguridad de que todo acabará con Poirot deduciendo lo que detrás de los misterios se esconden, la previsibilidad de algunas situaciones, nos llevan a una sensación de dejar vu, que hace que la película pierda interés en el momento en el que quedamos encerrados en el palazzo y no podemos disfrutar del paseo visual por Venecia que nos apetecía. Esta película tendrá sus fans. Y no han faltado los comentarios más o menos elogiosos. Dicen que es la mejor de las tres. Pero a nosotros no nos convenció. Aunque sin ser ninguna catástrofe. A ver, se deja ver perfectamente, entretiene,…. pero a las dos horas ya te has olvidado de ella. Es lo que hay.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

[Televisión] Desde el 30 Rockefeller Plaza, hasta siempre,…

Televisión

Entrada extraordinaria de homenaje a una de las series de televisión, a una de las comedias de situación más divertidas que he tenido la oportunidad de ver en mi vida. Es 30 Rock. Las disparatadas vidas de los protagonistas del coral reparto que da vida a la ficticia producción de la NBC, TGS with Tracy Jordan (ó The Girlie Show), un programa de gags humorísticos, trasunto de las experiencias de la productora y protagonista, Liz Lemon (Tina Fey), en el auténtico Saturday Night Live.

He dicho coral reparto, pero han existido niveles de protagonismo muy claros. Los dos personajes fundamentales, los que han dado alma al cotarro han sido el de la mencionada Liz Lemon, insegura y progresista creadora de TGS, y el presuntamente seguro de sí mismo y conservador ejecutivo de la compañía Jack Donaghy (Alec Baldwin). Ambos han desarrollado una maravillosa, divertida, por momentos entrañable, por momentos delirante, historia de amor no romántico como pocas se han visto en la televisión. Ambos están estupendos, reconociendo en el segundo momentos de inspiración insuperable que le han valido un reconocimiento universal como actor de comedia.

El siguiente nivel lo conforman las dos estrellas del espectáculo, la egoista y desequilibrada estrella Jenna Maroney (Jane Krakowski) y su no menos egoista coprotagonista masculino, el destalentado Tracy Jordan (Tracy Morgan). Por separado o en combinación, estos dos han sido las némesis constantes de Lemon y, en general, de todo el equipo de producción. Auténticas personalidades infantiles, adultos con un complejo de peterpan de tamaño galáctico, capaces de derrumbar el proyecto mejor pensado. Y también situaría a este nivel, sino incluso un paso por encima, al peculiar conserje Kenneth Parcell (Jack McBrayer), joven de edad indeterminada cuyo origen está en el sur profundo de los Estados Unidos, pero de un lugar imposible por lo aberrantes que nos resultan los tópicos que sobre él recaen. Eso, y el constante flirteo con la idea de que en realidad no tiene edad y que no envejece, así como sus capacidades para hablar idiomas, con los animales, con entidades invisibles,… todo ello crea una auténtica mitología en torno a este complejo y peculiar personaje, que produce una diversión inconmensurable.

A partir de aquí, un sinnúmero de personajes secundarios, de artistas invitados, muchos de postín, cameos diversos, episodios especiales,… imposible recordar en poco tiempo el derroche de ideas, imaginación, crítica social, crítica política, crítica al propio medio televisivo que ha supuesto esta serie, realmente inspiradora. Quizá sea imposible mencionar de una forma concisa los muchos detalles, los muchos aspectos, lo muchos recuerdos que nos ha dejado, por la inmensa densidad y agilidad de las cosas que han pasado por nuestras pantallas. Ha tenido más enjundia 20 minutos de 30 Rock que varios capítulos juntos de otras series. Pero nos quedan los recuerdos, las reflexiones, el cariño por los personajes, y la mucha diversión.

Leica IIIf c/ Leitz Elmar 5cm 1:3,5

Mi querido Leica IIIf sobre un libro de Willy Ronis