[Cine] Misión imposible: Nación secreta (2015)

Cine

Misión imposible: Nación secreta (MIssion Impossible: Rogue Nation, 2015): vista el 10 de agosto de 2015.

No tenía previsto ver esta película tampoco. Esto me ha venido pasando en este verano… en el que no tengo claro qué me apetece ver y qué no me apetece ver. La primera entrega de las versiones cinematográficas de aquella serie sesentera, ya hace casi 20 años, me pareció mediocre. La segunda, horriblemente mala. Un despropósito infame. Nunca vi la tercera ni la cuarta. No encontraba a priori estímulo alguno para ver la quinta. Hasta que alguien observó mientras tomábamos el domingo el aperitivo que el director y guionista de esta entrega es Christopher McQuarrie. A este señor le debemos el guion de una maravilla del thriller de hace 20 años, y también fue responsable de la adaptación de una novela de ciencia ficción para adolescentes japonesa en una de las más entretenidas películas de ciencia ficción y acción del año pasado y de los últimos tiempos. Si a eso unes críticas razonablemente favorables, pues me animé a la propuesta de aligerar el principio de la semana con una visita a las salas de cine.

La

La «Staatsoper» de Viena es el escenario del conjunto de secuencias más interesantes de la película.

El argumento es el de siempre. Un peligrosísima organización de malos malísimos, bla bla bla, desetabilizar el orden mundial, bla bla bla,… Una chica guapa de nombre exótico, Ilsa Faust (Rebecca Ferguson), que no sabemos si es de los buenos o de los malos, algún alto funcionario sin imaginación, Alan Hunley (Alec Baldwin), y el «prota», Ethan Hunt (Tom Cruise), junto con sus incondicionales Benji (Simon Pegg), Luther (Ving Rhames), y el escéptico Brant (Jeremy Renner),… a salvar el mundo. Eso sí con un malo malísimo especialmente malvado, Solomon Lane (Sean Harris).

Nada nuevo bajo el sol. Estas películas no dejan de ser una variante de las películas de 007, pero con protagonista norteamericano en lugar de británico. No hay más. Y eso sí, para mayor gloria del desmesurado ego de su protagonista, que actúa como siempre. Son contadas las películas en las que Cruise no hace el mismo papel de siempre.

Dado que el reclamo para llevarnos al cine era la competencia de McQuarrie para forjar historias interesantes, con guiones que van más allá de los esperable… ¿ha satisfecho las expectativas esta película? Mmmmmm… parcialmente. Empieza bien. Realmente bien, aunque sea imperdonable que apiole a la chica más mona de la película a la primera de cambio. Pero entre con cierta agilidad en la trama, sin demasiada verborrea, y se nos ofrece un conjunto de secuencias en torno a una representación de Turandot en la Staatsoper de Viena, que si no podemos decir que sea totalmente original, reconozco que está muy bien rodada, que es autoexplicativa, sin necesidad de verborrea superflua, y que se resuelve con mucha elegancia. En ese momento, la sensación es que realmente estábamos ante una película de acción interesante.

Situada en la parte más aristocrática de la estirada capital austriaca, no lejos de la Karlplatz, cuya boca de metro aparece en la película.

Situada en la parte más aristocrática de la estirada capital austriaca, no lejos de la Karlplatz, cuya boca de metro aparece en la película.

Lamentablemente, a partir de ahí la película retorna a los caminos trillados del género en el cine de acción de los últimos veinte años. Si hasta ese momento el director y guionista había considerado a sus espectadores como seres inteligentes, a partir de ahí pasa al modo de estándar de considerarlos tontos. Largas escenas de verborrea incontenible para explicar lo que va a pasar. La típica escena de acceso a un lugar inaccesible. Una persecución… Atentos a una línea del guion… Vemos en pantalla a una guapa mujer que sale pitando montada en una moto enorme de marca alemana. Tras ella el protagonista intentando darle alcance en un coche de lujo de marca alemana… la misma marca alemana. A estas alturas ya queda claro que además de película es un largo anuncio de vehículos de motor y teléfonos móviles. Y tras el protagonista, los malos malísimos, tras el montados en otras motos enormes de marca… sí,… alemana. Y entonces aparecen los personajes prescindibles de la historia montados en un 4×4 cutre, y uno de ellos, un desaprovechado y patético Jeremy Renner, dice «¡¡¡Una persecución!!!». No vaya a ser que los tarados que vamos al cine y pagamos la entrada no nos hubiéramos enterado de que se trataba de tal tipo de secuencia, típica y tópica de cualquier película de este tipo… Si ya habíamos sentido que la película estaba decayendo tras abandonar las calles de Viena, aquí empezamos a sentirnos molestos en el asiento.

Afortunadamente, los siguientes desmanes del filme son los previsibles pero no más graves. Unos cuantos políticos haciendo el melón, los malos que tienen muy mala puntería y son incapaces de dar en el blanco a dos personas huyendo por un callejón mientras les disparan con armas automáticas de los que los niños denominan «metralletas», una cuenta atrás de una bomba que por supuesto se detiene cuando falta menos de un segundo para que estalle, y una explicación del malo malísimo de todas las cosas que quiere hacer que permite que los buenos monten una forma de pillarlo. Déjà vu.

Luego, una pequeña persecución nocturna por las calles vienesas para dar paso al siguiente acto del filme.

Luego, una pequeña persecución nocturna por las calles vienesas para dar paso al siguiente acto del filme.

En la cuestión de interpretaciones, buenos secundarios totalmente desaprovechados en papeles absurdos o totalmente planos, el protagonista haciendo como he dicho el mismo papel de siempre, y sorprendentemente, dándole la réplica femenina una actriz sueca pero que suele interpretar papeles de británica, que no está mal y dotada de un número de neuronas superior a los previsibles en este tipo de películas para las mujeres. No falta la escena en biquini saliendo del agua y un cambio de ropa de espaldas con un pecho que se atisba muy de refilón. Que no falten los tópicos.

¿Cuál es la consideración final? La película tiene un comienzo prometedor pero cae en los defectos habituales de este tipo de cine, que no parecen importar a buena parte del público que parece encantado que lo traten por tonto. No obstante, es bastante más visible que otras de la misma u otras sagas similares. Al fin y al cabo, cambiando los nombres de los protagonistas, esta película vale para 007 o para cualquier otro imitador que se os ocurra. Como entretenimiento de verano vale,… por lo demás, prescindible.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **
Por cierto, que la

Por cierto, que la «Staatsoper» no es la única ópera de Viena, que también está la «Volksoper»; aunque a esta igual no asisten los no menos estirados cancilleres federales austriacos.

[Cine] Siempre Alice (Still Alice) (2014)

Cine

Siempre Alice (Still Alice, 2014); vista el domingo 1 de febrero de 2015.

En primer lugar, una cuestión aclaratoria. En Zaragoza, esta película sólo ha llegado a las salas de cine en versión doblada, con el título en castellano. Curiosamente, el principal atractivo de la misma es la interpretación de su protagonista, considerada como la principal candidata a ser premiada con el óscar este año. Absurdo verla si realmente su principal mérito, ya veremos si hay otros, está adulterado. Así que nos la hemos visto también tirando de esos métodos que no les gusta a las gentes de la industria del cine, pero que es la única forma de valorar realmente esa o esas interpretaciones.

Y así pues, nos enfrentamos a esta película que suponíamos muy compleja cuando ha necesitado dos directores, Richard Glatzer Wash Westmoreland, pero que fundamentalmente está sirviendo de plataforma de lanzamiento para que la siempre competente Julianne Moore para su quinta candidatura al mencionado premio.

Y la película nos cuenta la historia de Alice (Julianne Moore), una profesora universitaria de prestigio, especializada en lingüística, con un marido atento y que la quiere, John (Alec Baldwin), y con tres hijos, de los cuales la más joven, Lydia (Kristen Stewart), es la que vive más independientemente y lejos de casa, con desacuerdos con su madre sobre su carrera y su vida. Y en estas está cuando empieza a tener olvidos, despistes, falta de reconocimiento del lugar dónde se encuentra, y con alrededor de cincuenta años es diagnosticada de una forma familiar y hereditaria de la enfermedad de Alzheimer.

Día de frío y viento en Zaragoza... que se ha levantado con una fina capa de nieve en algunas superficies.

Día de frío y viento en Zaragoza… que se ha levantado con una fina capa de nieve en algunas superficies.

Sinceramente, no he sentido empatía por la situación que nos presentan, más propia de telefilme televisivo realizado con especial cuidado que de otra cosa. Reconociendo la desgracia de que una persona joven sufra una enfermedad de estas características, no deja de suceder en una familia de clase media alta, bien situada con abundante apoyo social y familiar. Mucho más trágica es la situación en personas pobres, o solas, o sin prestigio social, donde todo el proceso puede ser mucho más penoso. Me parece casi cínico plantear que si eres alguien de prestigio, sea más trascendente que si eres una persona más común. No he entendido muy bien la tesis de la película, no he entendido bien la resolución de algunas de sus situaciones, y me ha parecido que contiene mucha moralina conservadora. No entraré en detalles para que cada cual si ve el filme saque sus propias consecuencias. Desde luego no sé porque tiene que ser dirigida a cuatro manos… para qué tanto esfuerzo.

Ciertamente, el reparto es muy sólido, y las interpretaciones son más que correctas. A estas alturas no es necesario descubrir el talento de los veteranos Moore y Baldwin. La joven «vampira pija» parece que está más entonada que en otras producciones, sobre todo porque deja de poner cara de estreñida, se muestra más natural y tal vez esté en camino de madurar como actriz. El resto de secundarios cumplen con profesionalidad.

Una mañana dura para ir a trabajar a las siete de la mañana...

Una mañana dura para ir a trabajar a las siete de la mañana…

La película no está mal, pero me parece que tampoco aporta nada que no se haya contado antes mejor y con más profundidad. Tiene algunos momentos inspirados, que se compensan con algunas resoluciones a algunos dilemas que no me acaban de convencer, porque enmascarados por los estragos de la enfermedad detecto una cierta dosis de moral conservadora que no me convence. Moore hace muy buen trabajo, pero tampoco es su mejor papel, y a mí se me ocurren al menos dos candidatas al óscar a quienes se lo daría preferentemente. Pero bueno, no está en mis manos… no le daré más vueltas.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***
Y eso que no han faltado signos de buen humor entre los madrugadores.

Y eso que no han faltado signos de buen humor entre los madrugadores.

[Cine] Blue Jasmine (2013)

Cine

Blue Jasmine (2013), 19 de noviembre de 2013.

Acudir al cine a ver todos los otoños la película de Woody Allen se podría considerar en nuestro caso una costumbre. Llevo 21 años continuados viendo el estreno de la película de Allen. Desde Husbands and Wifes (Maridos y mujeres). Y buena parte de las anteriores también las fui viendo, pero con alguna interrupción que luego resolví en cineclubs o en vídeo, desde 1982, con A Midsummer Night’s Sex Comedy (La comedia sexual de una noche de verano), que vi en los malogrados Multicines Buñuel. Si no he contado mal, en los últimos 31 años, salvo en cuatro ocasiones(*), he acudido a ver la película de Allen en las semanas de su estreno. A estas alturas, venga como venga, con las críticas que traiga,… yo voy a ver el estreno del neoyorquino. Si fallo algún año, sentiré que algún problema importante hay en mi vida. Así que a no fallar. El caso es que este año, además, el estreno viene acompañado de buenas críticas.

En esta ocasión nos cuenta la historia de Jasmine (Cate Blanchett), una mujer de alta sociedad neoyorquina que, tras quedar viuda por el suicidio en la cárcel de su marido muchimillonario, Hal (Alec Baldwin), que fue a la trena por chanchullos financieros de todo tipo, totalmente deprimida se refugia en San Francisco con su hermana Ginger (Sally Hawkins). No es su hermana genética. Ambas fueron huérfanas que fueron adoptadas por la misma familia. Pero Ginger, más discreta, permaneció dentro de la clase obrera saliendo adelante como podía, con un matrimonio fracasado con Augie (Andrew Dice Clay) y un par de hijos. Ahora sale con un tal Chili (Bobby Cannavale), que tampoco es ninguna joya. Y Jasmine, nacida Jeanette, era la guapa y elegante, y ascendió hasta la posición de esposa florero de la élite económica de Nueva York. Con la reunión de las dos hermanas, y aun con las dificultades de adaptación a la vida en común, a ambas les surgirán segundas oportunidades en sus vidas.

High Line

Por un momento nos pareció que Woody había abandonado Nueva York por San Francisco… pero no. Es cierto que se pasea por la ciudad de la Bahía, pero no abandona su querido Manhattan. En la foto, la High Line sobre la 23ª Oeste.

Allen abandona buena parte de sus temas tradicionales, y se centra en su particular análisis de las relaciones entre sociedad, clase social y economía en la actualidad estadounidense. Entre JasmineGinger heredan buena parte de las características de los papeles protagonistas del de Brooklyn. Neuróticas, inseguras de sí mismas, de sus relaciones,… en algún momento llevada la situación al extremos, constituyen un espejo donde se reflejan los problemas sociales norteamericanos. En su conjunto nos encontramos con una comedia profundamente pesimista, ya que esconde un drama intenso, probablemente el drama que de una forma u otra vive mucha gente, y que no deja de tener sus toques de tragedia griega, es decir de personajes marcados por el destino, del que no pueden escapar, aspecto que también es muy querido por el realizador. Como nota de interés local, hay presencia española en el filme, ya que la fotografía del filme la firma uno de los grandes de este oficio de nuestro país, Javier Aguirresarobe, que parece que está bastante asentado en Hollywood, aunque no necesariamente en producciones de prestigio aunque supongo que bien pagadas. Me llama la atención porque leí en su momento unas declaraciones del director de fotografía vasco en la que parecía no haber quedado muy contento de su colaboración previa con Woody Allen. Conste que a mí me parece un director de fotografía excelente.

Indudablemente, el mérito de la película no se puede aplicar exclusivamente al director. Porque el trabajo de interpretación es excelente. Desde luego, Blanchett está en absoluto estado de gracia. Pero no es la única. Todo el elenco lo hace estupendamente, con Sally Hawkins dándole una perfecta réplica como su hermana, con momentos estupendos de Cannavale, y con el placer de ver Alec Baldwin en un papel que nos recuerda a su Jack Donaghy, pero en canalla.

En fin. Que Woody está a un par de años de su 80º cumpleaños y parece estar en buena forma para los que somos sus admiradores cinematográficos. Es cierto que ha tenido sus altibajos, algún que otro truño en los últimos años, pero todavía podemos aspirar a que nos ofrezca momentos de buen cine. Y lo dicho. Mientras nos siga trayendo películas, no pienso romper la racha de estos últimos más de 20 años.

Valoración

  • Dirección: **** Quizá no el Woody Allen más brillante, pero con una historia interesante y con algo que contar y que nos da sobre lo qué reflexionar.
  • Interpretación: **** Intérpretes que dan lo mejor de sí mismos cuando trabajan con el neoyorquino.
  • Valoración subjetiva: ****  Una buena tragedia disfrada de comedia, con momentos que nos llevan desde la hilaridad hasta la tristeza con gran naturalidad.

Los cuatro largometrajes de Woody Allen que no vi en su estreno desde 1982 hasta 2013 son: Broadway Danny Rose, Another Woman (Otra Mujer)Alice y Shadows and Fog (Sombras y niebla). Esta última es la única película del neoyorquino que no he visto nunca en ningún medio.

East River y Bajo Manhattan

En cualquier caso, aún no hacen dos meses desde mi visita a la Gran Manzana, y ya me apetece volver a contemplar la silueta de Manhattan al otro lado del East River.

[Televisión] Desde el 30 Rockefeller Plaza, hasta siempre,…

Televisión

Entrada extraordinaria de homenaje a una de las series de televisión, a una de las comedias de situación más divertidas que he tenido la oportunidad de ver en mi vida. Es 30 Rock. Las disparatadas vidas de los protagonistas del coral reparto que da vida a la ficticia producción de la NBC, TGS with Tracy Jordan (ó The Girlie Show), un programa de gags humorísticos, trasunto de las experiencias de la productora y protagonista, Liz Lemon (Tina Fey), en el auténtico Saturday Night Live.

He dicho coral reparto, pero han existido niveles de protagonismo muy claros. Los dos personajes fundamentales, los que han dado alma al cotarro han sido el de la mencionada Liz Lemon, insegura y progresista creadora de TGS, y el presuntamente seguro de sí mismo y conservador ejecutivo de la compañía Jack Donaghy (Alec Baldwin). Ambos han desarrollado una maravillosa, divertida, por momentos entrañable, por momentos delirante, historia de amor no romántico como pocas se han visto en la televisión. Ambos están estupendos, reconociendo en el segundo momentos de inspiración insuperable que le han valido un reconocimiento universal como actor de comedia.

El siguiente nivel lo conforman las dos estrellas del espectáculo, la egoista y desequilibrada estrella Jenna Maroney (Jane Krakowski) y su no menos egoista coprotagonista masculino, el destalentado Tracy Jordan (Tracy Morgan). Por separado o en combinación, estos dos han sido las némesis constantes de Lemon y, en general, de todo el equipo de producción. Auténticas personalidades infantiles, adultos con un complejo de peterpan de tamaño galáctico, capaces de derrumbar el proyecto mejor pensado. Y también situaría a este nivel, sino incluso un paso por encima, al peculiar conserje Kenneth Parcell (Jack McBrayer), joven de edad indeterminada cuyo origen está en el sur profundo de los Estados Unidos, pero de un lugar imposible por lo aberrantes que nos resultan los tópicos que sobre él recaen. Eso, y el constante flirteo con la idea de que en realidad no tiene edad y que no envejece, así como sus capacidades para hablar idiomas, con los animales, con entidades invisibles,… todo ello crea una auténtica mitología en torno a este complejo y peculiar personaje, que produce una diversión inconmensurable.

A partir de aquí, un sinnúmero de personajes secundarios, de artistas invitados, muchos de postín, cameos diversos, episodios especiales,… imposible recordar en poco tiempo el derroche de ideas, imaginación, crítica social, crítica política, crítica al propio medio televisivo que ha supuesto esta serie, realmente inspiradora. Quizá sea imposible mencionar de una forma concisa los muchos detalles, los muchos aspectos, lo muchos recuerdos que nos ha dejado, por la inmensa densidad y agilidad de las cosas que han pasado por nuestras pantallas. Ha tenido más enjundia 20 minutos de 30 Rock que varios capítulos juntos de otras series. Pero nos quedan los recuerdos, las reflexiones, el cariño por los personajes, y la mucha diversión.

Leica IIIf c/ Leitz Elmar 5cm 1:3,5

Mi querido Leica IIIf sobre un libro de Willy Ronis