Sigue haciendo calorctito en Viena. Desde que hemos salido del hotel, en mangas de camisa; y por que no hemos traído polos de manga corta, que si no… Menos mal que la eficiente red de transportes públicos de la capital austriaca nos lleva de un lado para otro sin mayores problemas.
Tan claro está que es primavera, que ya empieza a verse abundancia de flores en los muchos jardines de la ciudad. Y si además incluyes los huevos pintados que se venden en los mercadillos callejeros como el de Am Hof, pues es el ambiente es total. Lástima todos esos turistas que lo invaden todo y estropean el ambiente. Hay bastantes en la ciudad.
En lo que se refiere a monumentos, pues lo típico de la capital. Por la mañana hemos entrado en la Catedral de San Esteban, donde no cabía un alfiler de gente que había; y luego hemos paseado entre los edificios de Hofburg, el antiguo palacio imperial, aunque no hemos entrado en ninguno de los muchos museos y dependencias que se muestran al público. A mí me ha hecho ilusión pasear por Burggarten, donde hace 12 años tuvimos una divertida anécdota con unas señoras de edad respetable de algún lugar del medio oeste americano. Hemos comido por allí.
Y después de comer sí hemos visitado un museo, Albertina, que me ha gustado. Hemos visto cosas muy diversas, Rembrandt, Richter, Klimt, fotografía del siglo XIX, y el sitio es muy mono. Bien.
Como la tarde iba cayendo, y la luz mejorando, hemos puesto rumbo hacia los jardines y palacio del Belvedere, no sin antes parar a admirar la Karlskirche, donde hemos visto en qué consisten los placeres del cielo.

Angelote de esos que hinchan los carrillos... en los jardines del Belvedere - Pentax K10D, SMC-DA 70/2,4
Después, hemos cogido un tranvía y el S-Bahn para ir a pasear al Prater, y montarnos en la noria para sentirnos un poco como en El Tercer Hombre… aunque sobraban los turistas. También hemos comprobado cómo la gente paga gustosamente para que la torturen de muchas formas y variadas…
Después nos hemos ido a cenar al centro de la ciudad, no sin antes dar un paseo al anochecer. Un chismito después de cenar, un pis, el blog y a la cama.

Bonito rincón "arruinado" por la terraza de un restaurante en el centro de Viena - Panasonic Lumix LX3