A vueltas con los transgénicos

Ciencia, Política y sociedad

Ayer, como muchos sábados, baje al centro de Zaragoza a hacer diversos recados y compras. Es lo habitual. Pero ayer, decidí coger una cámara más potente que la que llevo habitualmente encima. Un conocido de mis tardes de tenis me había dicho el jueves que a las 12 del mediodía estaría en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza con su grupo de «samba».

Y lo que me encontré fue una manifestación entera y verdadera en contra de los transgénicos.

Había bastante gente. Desde las habituales organizaciones ecologistas hasta algunas organizaciones agrarias, muy implantadas en nuestro país.

Vacas

Ecologistas en acción - Canon EOS 40D, EF 24-105/4L IS USM

COAG

COAG - Canon EOS 40D, EF 24-105/L IS USM

No dejó de llamarme la atención esta mezcla. En numerosas ocasiones he comprobado que los intereses económicos de los agricultores y ganaderos se daban de palos con los objetivos más altruistas, o al menos así lo interpretamos habitualmente, de las organizaciones ecologistas.

También escuché diversos eslóganes y leí diversas pancartas con distintas reivindicaciones y argumentaciones en contra de estos productos. Y esto siempre me desconcierta. A veces tengo la sospecha de que en torno al ecologismo se ha generado una nueva «religión», que tiene sus propios «dogmas» y «liturgias», y cuyos «fieles» pueden llegar a ser tan fanáticos como los de las religiones tradicionales. Lo cual no quita, para que te reciban en los alrededores repartiendo panfletos de papel diversos, que por mucho que sean de paper reciclado, no deja de ser algo muy poco ecológico. Hay que reconocer, no obstante, que lo que predominaba era el ambiente festivo y lúdico.

Animalitos "transgénicos"

"Animales" modificados genéticamente - Canon EOS 40D, EF 24-105/4L IS USM

El tema de los organismos modificados genéticamente, que parece que es el nombre adecuado para estos seres o productos, es siempre confuso. Como ya he opinado, entre las organizaciones ecologistas, cuyos fines generales comparto aunque no siempre sus argumentos, se suelen expresar opiniones de forma muy dogmáticas. Y no siempre bien atinadas, desde mi punto de vista, que intenta ser frío y racional. No sé siempre lo consigo, pero…

Veamos. La modificación genética de las especies es una constante histórica de la actividad del ser humano, desde el momento en que comenzó a desarrollar las técnicas de producción agrícola y ganadera hace 9.000 o 10.000 años, en la revolución del neolítico. En el momento en que el ser humano deja de ser cazador-recolector y comienza a seleccionar para su cultivo aquellas especies y aquellos individuos que le aportan un máximo de rendimiento a la hora de obtener las calorías necesarias para su subsistencia, empieza a modificar genéticamente las especies. Las ovejas, las vacas, los perros, el trigo, la cebada, las judías de hoy en día no tienen que ver en muchos aspectos con sus antepasados o con sus parientes en estado silvestre; han sido seleccionados mediante mecanismos genéticos mendelianos, para mayor conveniencia de los seres humanos que los cultivan o lo crían. Muchos de estos seres ni siquiera serían capaces de sobrevivir fuera de un entorno domesticado. Y en ocasiones, los seres vivos domesticados han impacto de formas diversas sobre la vida salvaje. Y negativamente, porque no reconocerlo.

Pero no lo neguemos, sin la tecnología agropecuaria, el ser humano no hubiera alcanzado los niveles de desarrollo que tiene en la actualidad. Suponiendo que todavía existiese como especie, seguiría siendo una especie de cazadores-reproductores, con mortalidades infantiles de un 25%, con una esperanza de vida entre los 25 y los 35 años, y sin muchas otras tecnologías que han modificado el mundo, para bien y para mal.

Y los transgénicos, ¿qué tienen que ver con lo anterior? Desde mi punto de vista, los organismos modificados genéticamente no es más que una evolución de las tecnologías anteriores. Pero en lugar de dejar a las leyes de Mendel actuar, somos capaces de producir en los laboratorios de una forma más rápida e inmediata aquellos individuos que se adaptan mejor a nuestras necesidades productivas. Somos capaces de desarrollar en pocos años lo que por mecanismos tradicionales costaría generaciones y generaciones. Pero no nos engañemmos, el fin último es el mismo. Aumentar los rendimientos, mejorar los resultados económicos, asegurar la calidad calórica y nutricional de las poblaciones, mejorando de paso los ingresos económicos de los productores. Algunos de estos productores estaban en la manifestación.

¿Son tan malos los organismoss modificados genéticamente? Pues sinceramente, no lo sé. El debate público es tremendamente confuso y sesgado. Siguiendo los paralelismos que he comenzado antes entre ecologismo y las viejas religiones, da la impresión de que por parte de estas organizaciones hay un «dogma» generalizado sobre lo mala que es la ciencia y lo buenas que son las «técnicas tradicionales»… que desde mi punto de vista, en algún momento fueron novedosas y revolucionarias, y nunca naturales.

Por otra parte, las empresas que desarrollan los transgénicos suelen practicar un tremendo ocultismo que las hace muy sospechosas sobre sus métodos y sus fines. Recuerdo que el 6 de marzo de este año, volviendo de Huesca a Zaragoza, iba escuchando el programa La Ventana de la Cadena Ser. Y allí invitaron a un portavoz de Monsanto para que explicara y opinara sobre el tema de los transgénicos. Fue absolutamente surrealista. El individuo en cuestión nunca respondía a lo que le preguntaban, se limitaba a soltar proposiciones propagandísticas, muchas veces absurdas, lo que sólo contribuyó a que todos los que escuchábamos el programa sospecháramos de las intenciones de esta empresa. Una catástrofe.

No voy a entrar ahora en detallar los pros y las contras de los productos transgénicos. Creo que los pros han quedado dichos entre líneas en los párrafos anteriores. Personalmente, no creo que me vayan a salir agallas o escamas por comer palomitas de maíz transgénico. Pero reconozco que no consigo datos claros de cuales pueden ser los efectos secundarios de estos productos sobre el medio ambiente, del impacto que la introducción de material genético extraño puede producir en los ecosistemas. Y desde luego no me fío de las grandes multinacionales de la alimentación, que tanto presumen de que con estos productos van a acabar con el hambre en el mundo… ya han tenido muchas oportunidades, antes de los transgénicos, y sus métodos especuladores han producido muchos desastres ecológicos y han contribuido a mantener los desequilibrios y la pobreza en el mundo.

Pero las organizaciones ecologistas, con muchos de cuyos fines me identifico y que definitivamente me parecen más simpáticas y más divertidas, tienen que mejorar sus razonamientos… porque no todos son convincentes, porque están siendo muy dogmáticas, porque la ciencia en sí misma no es mala, lo que es malo es algunas de sus aplicaciones, porque tienen que ser más coherentes. Seguro que la mayor parte de los asistententes a la manifestación de ayer estarán encantados con que las técnicas de reproducción asistida permitan criar un niño que, hay que decirlo, por qué no, está modificado genéticamente, y que permite sanar y salvar la vida a un hermanito suyo. Todo son variantes de lo mismo. Avances tecnológicos imparables, que pueden mejorar la vida de las personas… todo depende de cómo se utilicen.

Se me olvidaba… yo iba a tomar fotos de un grupo de samba-batucada

Batucada

Trokobloco en la manifestación, con mucho ritmo - Canon EOS 40D, EF 24-105/4L IS USM