Los Borgia, los relojes de cuco y la noria del Prater

Cine, Historia, Viajes

Para los aficionados al cine, una de las películas que han pasado ha formar parte de la mitología del séptimo arte es El tercer hombre. Esa obra maestra dirigida por Carol Reed, e interpretada magistralmente por Orson Welles, Joseph Cotten y Alida Valli, transcurre por la triste Viena de la posguerra, en los años cuarenta del terrible y belicoso siglo XX.

Si uno viaja a Viena, por lo tanto, no puede evitar pensar en el misterioso paisaje urbano que magistralmente fotografió Robert Krasker, por lo que se llevó un más que merecido Oscar. Hay varios posibles destinos en la ciudad para recordar este filme.

Por un lado las propias calles de la ciudad, que aunque probablemente no muy distintas en su estructura, hoy disfrutan de una animación, de unos neones y de un colorido que hacen difícil evocar la grisura de los duros inviernos de posguerra.

Por otro lado están las cloacas, en las que se produjo una de las persecuciones más memorables de la historia del cine, que hoy en día se pueden visitar, pero en un montaje demasiado «turistizado».

Tal vez, la visita al friedhof central de la ciudad (cementerio), donde se rodaron varias escenas, especialmente el maravilloso final de la película… pero nos pilló poco a desmano.

Y finalmente, el lugar al que quiero dedicar esta entrada, la noria del Prater.

Noria - Prater

Noria en el parque de atracciones del Prater vienés - Pentax K10D, SMC-DA 70/2,4

Preparados para la cena (Noria - Prater)

Barquilla de la noria del Prater, preparada para un servicio de cena - Pentax K10D, SMC-DA 70/2,4

En esta localización, el simpático y desaprensivo villano, Harry Lime (Orson Welles), suelta aquella lapidaria frase de absoluto y total cinismo, que te remueve brutalmente las tripas de tus referencias históricas, culturales y políticas:

Don’t be so gloomy. After all it’s not that awful. Like the fella says, in Italy for 30 years under the Borgias they had warfare, terror, murder, and bloodshed, but they produced Michelangelo, Leonardo da Vinci, and the Renaissance. In Switzerland they had brotherly love – they had 500 years of democracy and peace, and what did that produce? The cuckoo clock. So long Holly.

Traduciendo (más o menos)…

No seas tan pesimista. Después de todo, no es tan terrible. Como alguien dijo, en Italia, en treinta años de dominación de los Borgia, no hubo más que terror, guerras, matanzas… pero surgieron Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza, por el contrario, tuvieron quinientos años de amor, democracia y paz, y ¿cuál fue el resultado?: el reloj de cuco… Hasta pronto, Holly.

Tremendo, ¿verdad? Quizá no del todo exacto… desde el punto de vista histórico… pero conceptualmente, tremendo. Dicen que fue una improvisación de Welles… un genio.

Noria - Prater

Noria en el parque de atracciones del Prater vienés - Pentax K10D, SMC-DA 70/2,4