In memoriam, José Saramago

Literatura

No he leído muchas cosas del simpático escritor portugués, que ha muerto en su voluntario «exilio» en la isla de Lanzarote. Saramago era más querido, que no necesariamente más comprendido, en España que en su Portugal natal. En algún momento llegó a comentar en público, pecado de difícil perdón entre los lusos, que convendría que su país y el nuestro se unieran en una única nación ibérica. Para quienes pensamos que la existencia de fronteras es una soberana, nunca mejor utilizado el adjetivo, estupidez, esto nos parece lógico. Pero los seres humanos no se mueven por la lógica, mucho menos por la razón; el ser humano es todo tripas. Se mueve por instintos, por emociones, por apetitos,… o arrastrado por las masas. De ahí la existencia de las naciones.

El escritor portugués era escéptico. En lo que se refiere al ser humano, a la política, a la sociedad en general. Y sin embargo, amable. Cercano. Eso es lo que dicen. Yo no lo conocí claro. Leí en su momento el Ensayo sobre la ceguera, pero donde más lo aprecié fue en sus artículos de opinión en la prensa. O en sus intervenciones radiofónicas. Me sonaba bien lo que decía. Sentía afinidades.

Pues se ha ido. Dice una amiga mía que la cantidad de inteligencia sobre la faz de la Tierra es una constante. Y cada vez somos más… Si es así, esa inteligencia del autor se diluirá entre los excesivamente seres humanos. Que se olvidarán de sus enseñanzas. Y seguirán pensando con las tripas. No con la cabeza; ni con el corazón.

En fin.

Calle

Un rincón de Cascaix, un rincón de Portugal; en recuerdo del escritor, aunque nosotros lo quisieramos más - Panasonic Lumix LX3

Un comentario en “In memoriam, José Saramago

  1. Avatar de Pablo Mora

    Hay
    Pablo Mora

    In memoriam: José Saramago

    Hay un retrato de agua y de quebranto palabras de entre casa y las de cambio un juntar de palabras escondido una cuerda más tensa y resonante la amenaza de muerte o de esperanza hay sombras y luciérnagas hay vida ese olor de mujer que nos persigue o ese clamor de patria que nos reta o con el alma de la patria en ascuas una vena sangrando de pavor la nocturna memoria sofocada el murmullo del día amanecido la jaula de locura enfurecida hay mentiras de más y compromisos la vida inesperada descubierta la promesa escondida en la semilla aguas blancas secretas reunidas lo amargo de las sombras y las penas

    Hay el grito solar como protesta el infierno el martirio de los hombres un río una promesa el mar dormido un juego de demencia una ventana el íntimo rumor que abre las rosas el camino del perro su pupila señales de estar vivo y en peligro la noche y su recado a la intemperie altos troncos y en lo alto el claro canto la palabra y el llanto y sus hogueras el mar su llamarada sus confines grandes secretos todos escondidos hay un terror de manos en el alba un rechinar de puerta una sospecha un grito que horada como una espada un ojo desorbitado que te espía hay un fragor de fin y de derrumbe un enfermo que rompe una receta hay un niño que llora medio ahogado hay un juramento que nadie acepta una esquina que salta en emboscada un trazo negro un brazo que repele un resto de comida masticada una mujer atada que se acuesta

    Hay flores que navegan en azul hay la antigua memoria de las aguas un árbol que conozco de memoria hay un hombre velando desatado hay una noche insomne rebelada la lumbre del asombro al descubierto el fondo más lejano de los vasos hay un viento que danza hay una calle un cielo hay unos árboles en fila hay una soledad ciertos recuerdos hay una atmósfera de hollín cargada de asombro de pavor de escarapela hay un viento que danza enloquecido hay un reloj de tiempo detenido hay un reloj paralizado ahora una calle un rencor hay alguien solo hay hambre junta en oleada atroz hay hambre antigua nueva y a montones la miseria el luto otra vez el hambre al hombre lo cobija el hambre antigua en el umbral del tiempo se acurruca sólo comemos soledad y pena seguimos con el hambre todavía en el ruedo del hambre y de la guerra se agiganta la sombra de la muerte la lluvia Dios el hombre tienen hambre

    Hay un paso dos muros escondidos hay un batir de remo acompasado el silencio que ahoga y amordaza de pie la cuerda tensa del orgasmo la sombra de la muerte que reúne el peso de la noche y el gemido el reverso del trono el rudimento la promesa dormida en la semilla hay el grito solar como protesta el grito la amenaza el perro malo la pena del silencio el sinsentido hay un terror de manos en el alba el aullido del pan acá en la puerta la pólvora y el pueblo y la palabra hay la esquina del tiempo que resurge el destino del hombre su sollozo hay un pobre que llora en el barranco un niño que entre lluvias llanto apaña hay un dolor de huecos por el aire hay una luna canjeada en muerte —miserable torpeza de la noche— hay divinos almácigos en guardia hay un hombre que lucha con su hambre hay mil pruebas mortales que vencer hay que amar con horror para salvarse ¡Hay hermanos muchísimo qué hacer! (PSA).

    pablumbre@hotmail.com

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