A pesar de los agoreros pronósticos, el fin de semana ha hecho un tiempo excelente. Por lo menos hasta el anochecer del domingo, momento en el que comenzó a llover. Pero el resto del tiempo, sol y temperaturas templadas. Así que ayer domingo era buen día para pasear. Y decidí que hacía tiempo que no jugaba con la cámara fotográfica integrada en el teléfono móvil. Que es muy mala, pero con las aplicaciones incorporadas o incorporables al aparato, pues te entretienes.
Por la mañana, quedé para ver la segunda parte de la exposición sobre el anarquismo en Aragón, que se viene celebrando desde hace unas semanas en los palacios de Sástago y Montemuzo. Habíamos visitado ya la sección del palacio de Sástago, dedicada al anarquismo en general, y ayer visitamos la del palacio de Montemuzo, dedicada a las mujeres dentro de este movimiento revolucionario.

Patio del palacio de Montemuzo, sede de la biblioteca-hemeroteca municipal de Zaragoza, en cuya sala de exposiciones nos muestran cómo se considero a la mujer desde las organizaciones anarquistas de principios del siglo XX - iPhone
Después, paseamos un ratito para tomar un aperitivo antes de que cada se fuese a comer a su casa, y yo seguí dando la tabarra con el teléfono a cuestas.

Se acerca la festividad católica de Todos los Santos y Fantoba, o la Flor del Almíbar, como prefiráis, anuncia en su escaparate "repostería espiritual"; dudo que los "huesos de santo" y otras lindezas semejantes tengan nada de espiritual, y sí mucho de material, cuando se acumulen en forma de grasa en las partes más incovenientes del cuerpo de sus más ávidos consumidores y consumidoras - iPhone

En la calle de Santiago se preparan las terrazas para los paseantes que van a tomar el vermú, y para quienes, locales y turistas, irán a comer cuando sea el momento adecuado - iPhone
Por la tarde, siendo que la temperatura era excelente, aunque las nubes ya se mostraban algo amenazadoras, me dí un largo paseo por el Canal Imperial de Aragón hasta las esclusas de Casablanca. Es uno de mis paseos favoritos, y en otoño, más. Aquí me llevé también una cámara de verdad, aunque todavía no he procesado ninguna de las fotos. En fin, ya veremos que sale de ahí. De momento, os dejo con más entretenimiento teléfono-fotográfico.


