Para esta semana pasada intenté preparar algunos libros, por las horas de hospital que me iba a pegar acompañando a un familiar. Al final, sólo dispuse uno, que esperaba me durase la probable duración del ingreso. No tal. Me lo pulí mucho más deprisa. Os lo cuento ahora.
Calle de la Estación, 120 (120, Rue de la Gare)
Léo Malet (traducción de Luisa Feliu)
Libros del Asteroide*; Barcelona, 2010
ISBN: 9788492663149

Uno de los problemas de Burma es que no hay pueblo o ciudad francesa que no tenga su calle o plaza de la estación; en la foto la Place de la Gare de Colmar (Panasonic Lumix LX3).
Nestor Burma era detective privado en el París de los años 30. Razonablemente famoso. Pero tras la debacle de la primavera del cuarenta es uno más de los prisioneros de guerra del ejército francés que son retenidos en Alemania. Tras cumplir tareas burocráticas, y ante la aparición de un misterioso prisionero amnésico, consigue un puesto en el hospital para prisioneros. Allí escuchará las últimas palabras del prisionero antes de morir:
“Hélène,… calle de la estación, 120”.
Curiosamente, cuando ya devuelto a Francia se tope en la estación de Lyon Perrache con su antiguo colaborador Colomer, a este lo abatirán con varios disparos. Y sus últimas palabras tamibén serán:
“Jefe, Calle de la Estación, 120”
A partir de ahí, y con la ayuda más o menos bien intencionada o malintencionada de una pléyade de personajes que se irá encontrando, y que tendrán una relación con los fallecidos más o menos directa o tangencial, llevará a cabo una investigación que eventualmente lleve a localizar al asesino… a la asesina. Y que pasará por el Lyon de la “Francia libre” del gobierno de Vichy y el París ocupado por los nazis.

Estrasburgo también tine una vistosa plaza de la estación, que se refleja en la fachada de esta (Panasonic Lumix LX3).
Con un estilo alegre, desenfadado, irónico, no falto de mordacidaz ante la triste situación política, social y económica de la Francia derrotada en 1942, el autor Léo Malet inaugura con esta novela una larga saga de policiacas con el irónico y astuto Burma como protagonista. Como no soy especialmente fan de las novelas policiacas y de género negro, dudo que le preste mucha más atención al personaje. Pero reconozco que me lo he pasado realmente bien, y que terminé el libro mucho antes de que finalizase el corto ingreso hospitalario de mi familiar. Me parece bastante recomendable.