[Cine] Lucy (2014)

Cine

Lucy (2014), 25 de agosto de 2014.

Esta es una de esas película que en principio no pensaba ver. Ya sólo leer o escuchar la memez esa de que el ser humano usa el 10% de su cerebro y esas tonterías, que curiosamente hay gente que piensa que son verdad, me tiraba para atrás. Pero se planteó una «matinée» cinematográfica del estilo de las que disfrutábamos hace doce o trece años, en las que me tragué muchas películas infumables, pero en las que lo pasaba muy bien con el grupo de gente con el que iba. Así que vaya lo uno por lo otro. Chucherías, cine, aperitivo y buen rollo. En estas circunstancias, ¿qué más da la película?

Y es que el antaño respetable director de cine francés Luc Besson se monta una paja mental a propósito de la teoría de un Profesor Norman (Morgan Freeman) sobre lo del 10% del cerebro a lo que hay que sumar un moza en Taipé, Lucy (Scarlett Johansson), a la que cogen unos malos malísimos, no sé si chinos o coreanos, y le obligan a ir de mula, introduciéndole un paquete de una droga nueva y de poderes espectaculares en el abdomen. Un escape de la misma a su torrente sanguíneo hará que aumente su uso cerebral, hasta llegar progresivamente al 100%, lo que es una excusa para montar un híbrido entre La femme Nikita con toques de 2001, por ciertos delirios y por lo del nacimiento de un nuevo ser, que a ratos se toma en serio y a ratos parece que está de coña y que se está cachondeando del personal, del género y del cine en general.

Junto con la "prota" cogen a tres "pringaos" para transportar los polvitos azules misteriosos. Uno tiene que llevarlos a Roma... quien sabe, igual se los llevan al Quirinal al propio presidente de la república.

Junto con la «prota» cogen a tres «pringaos» para transportar los polvitos azules misteriosos. Uno tiene que llevarlos a Roma… quien sabe, igual se los llevan al Quirinal al propio presidente de la república.

Todo ello aderezado con mucha presunta ciencia y balaceras de estas que muere hasta el apuntador con los coreanos. O chinos. Ya digo que me entran dudas sobre la naturalización de los malos. Que si lo del cerebro, que si lo de aquí te pillo y aquí te opero, que si una hormona placentaria que lo mismo te mata, que te pone a dar botes espasmódicos, que te convierte en «supergirl», que si Lucy se llamaba la primera mujer sobre la faz de la tierra (parece que se refiere al apodo que le dieron al esqueleto femenino de Australopithecus afarensis, descubierto mientras sonaba el Lucy in the Sky with Diamonds de The Beatles, que mira por donde tiene como iniciales LSD,… sutil ¿verdad?).

Y en medio de todo esto una despistada Johansson (me refiero al encarrilamiento de su carrera cinematográfica) que hace de estudiante universitaria americana en Taiwan, que se nos presenta con las pintas prototípicas de las que hacen «la carrera» como eufemísticamente se dice, ligando con traficantes, pero que quiere mucho a sus padres, y que luego se convierte en… todo lo que se convierte. Quién lo iba a decir, con lo que prometía esta chica cuando iba despistada por las calles de Tokio hace una década.

Otro tiene que ir a Berlín,... que por cierto el color azul de los polvitos es similar a las cristaleras del "lápiz de labios" y la "polvera" de la Iglesia Conmemorativa.

Otro tiene que ir a Berlín,… que por cierto el color azul de los polvitos es similar a las cristaleras del «lápiz de labios» y la «polvera» de la Iglesia Conmemorativa.

Curiosamente, dicho todo lo anterior que no presagia nada bueno sobre este producto de la no menos desnortada carrera de Besson, la película se pasa rápido, entretiene un algo, haces unas risas por lo absurdo de mucho de lo que aparece por la pantalla, y te vas a casa tan tranquilamente, contento de haber pasado un rato con los amigos. La película… la olvidaremos pronto. Seguro.

Valoración

    • Dirección: **
    • Interpretación: **
    • Valoración subjetiva: **

NOTA FINAL: No, no usamos sólo el 10% del cerebro. Lo usamos todo. Lo que alguien dijo hace varias décadas es que en aquel momento sólo se conocía como funcionaba el 10% del cerebro. Lo que pasa es que semejante frase, la coge un periodista y la convierte en la tontería estúpida que es la premisa básica de esta película. Como cuando un periodista de un periódico zaragozano ante la información a principios de los 90 de que el 12% de los infectados por el VIH en Aragón lo habían sido por relaciones heterosexuales lo convirtió en que el 12% de los heterosexuales estaban infectados por el VIH. O como cuando un científico refiriéndose al Bosón de Higgs le denominó the goddamn particle (la maldita partícula) por lo difícil de confirmar su existencia, y un plumilla la convirtió en the God particle (la partícula de Dios) creando una polémica inexistente, y dando fama a un hecho científico abstruso para casi cualquiera que no sea físico.

Y el tercer pringao tenía que ir a París, que es donde acaba la "prota" porque está allí el "genio" del 10% del cerebro... en algún momento van atropellando a la gente por la rue Rivoli que está en el lateral de este museo, el del Louvre.

Y el tercer pringao tenía que ir a París, que es donde acaba la «prota» porque está allí el «genio» del 10% del cerebro… en algún momento van atropellando a la gente por la rue Rivoli que está en el lateral de este museo, el del Louvre.

3 comentarios en “[Cine] Lucy (2014)

    1. Hola herriere, más o menos lo insinúo en el primer párrafo. Tengo un grupo de amigos con los que durante una época, aproximadamente entre 1999 y 2004, quedábamos todos los domingos por la mañana para desayunar a las diez, ir a las cine a las doce, y tomar el aperitivo cuando salíamos. Era un grupo numeroso, y cada domingo elegía la película una persona del grupo o una pareja, en caso de novios o matrimonios. Era una costumbre como cualquier otra, en la que más importante que la película era la relación humana. La consecuencia es que a veces te tragabas películas elegidas por otras personas que tú nunca hubieras visto por su calidad o temática.

      Después, las circunstancias familiares o personales, cosas de la vida, hizo que el grupo se deshiciera, aunque mantuvieramos la amistad y el cariño entre las ocho o diez personas que podíamos coincidir. Este domingo, un matrimonio amigo, cuyo hijo ya empieza a ser lo suficiente mayor para dejarlo con otras personas, propuso repetir la experiencia y nos juntamos siete de aquellos amigos. Y eligieron esta película. Lo de menos es la película. Lo importante fue el reencuentro con la gente. Si por mi hubiese sido, hubiéramos ido a otra. O si no hubiésemos quedado de esta forma, probablemente yo no hubiese ido por mi cuenta o con mis habituales a verla. Pero me da igual, por que en esta ocasión había elementos a considerar más importantes que la calidad de la película.

      Espero que eso te aclare el porqué la vi.

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