[Libro ilustrado] Los sueños de Helena

Literatura

Hace unos meses tuve la oportunidad de conocer los excelentes libros ilustrados de la editorial de los Libros del Zorro Rojo, a través de dos muy interesantes relatos ilustrados de Murakami (1 y 2). Me hice el propósito de dar más oportunidades a esta editorial y a este tipo del libros, pero luego no encontré oportunidad para hacerme con algún otro título. Hasta el segundo domingo de julio, cuando dimos una vuelta por el mercado de las Armas. Además de una interesante historieta que voy leyendo poco a poco, se vino conmigo este libro del uruguayo Eduardo Galeano, con ilustraciones de Isidro Ferrer.

Los sueños de Helena
Textos de Eduardo Galeano, ilustrado por Isidro Ferrer
Los Libros del Zorro Rojo, 2011

Nos dejaremos transportar hoy por imágenes sencillas.

Nos dejaremos transportar hoy por imágenes sencillas.

Galeano flirtea con el subconsciente en este libro, recopilación de los sueños de su tercera esposa Helena Villagra. No hay una unidad de relato, cada sueño es un microrrelato o simplemente un pequeño poema en prosa, que nos traslada al mundo del subconsciente, de lo onírico, de las pesadillas, bien sea de un mundo imaginado o del mundo real. Hay temas en los sueños. Está la familia, está el amor, está lo cotidiano, está la política, están los exilios, están los miedos o la muerte. También, en ocasiones, el ensueño adquiere personalidad propia, ee interrelaciona con la persona soñadora.

Procedentes del mundo real, pero con capacidad evocadora.

Procedentes del mundo real, pero con capacidad evocadora.

Todo ello viene ilustrado, pero no por las ilustraciones al uso, dibujos realizados con una técnica u otra. Estamos ante pequeñas esculturas o collages realizados con objetos cotidianos que Ferrer compone y luego fotografía, consituyendo las escenas que ilustran los sueños de Helena. Con elegancia, con aparente sencillez. Que nunca con simplicidad.

Es un libro para leer,… como quieras. Nada te obliga a leerlo de tirón. Quizá incluso sea contrapoducente. Porque entonces se diluyen los sueños, unos con otros. Mejor tenerlo a mano, y de vez en cuando cogerlo, y leer uno sueño o dos. Y releerlo. Asumirlos. Incluso soñarlos uno mismo mientras se está despierto. Imaginarlos. Ponerse en el lugar de Helena. Introducirse en ese subconsciente que tan generosamente se nos ofrece. Muy recomendable.

Que nadie dijo que todos los sueños se tuvieran que soñar mientras se duerme.

Que nadie dijo que todos los sueños se tuvieran que soñar mientras se duerme.