[Cine en TV] Earthquake Bird (2019)

Cine

Earthquake Bird (2019; 58/20191116)

Cuando llegó esta película recientemente al catálogo de Netflix me llevé dos impresiones; una positiva y otra negativa. La impresión positiva venía del hecho de que su director, Wash Westmoreland, nos hubiera ofrecido recientemente un par de películas que tuvieron su interés, aquí y aquí. No fueron dos películas perfectas, pero en ambas ofreció amplia posibilidad de disfrute de las interpretaciones del elenco, especialmente de sus protagonistas femeninas. Y los temas tenían su interés. También porque la protagonista femenina de la película que nos ocupa, y que podía coger el testigo de las anteriores, es la sueca Alicia Vikander, una actriz que ya nos ha ofrecido varias muestras de talento, tanto en su carrera inicial en los países escandinavos de donde procede, como cuando dio el salto a un cine más internacional en inglés.

Las fotografías acompañantes hoy, obviamente, corresponden a mi estancia reciente en Tokio. En lugares diversos… Ueno, Ginza, Shibuya, Roppongi,…

Pero estaba la impresión negativa. ¿Por qué llegaba esta película al catálogo de Netflix de forma tan callada y sin apenas repercusión previa en los medios, ni anuncios del canal de vídeo bajo demanda? La película se ha estrenado en salas, desconozco en que cuantía, en el Reino Unido y Estados Unidos, pero ha llegado directa al vídeo bajo demanda en España. Y nos cuenta una intriga psicológica en la que una traductora sueca Lucy Fly (Vikander) que vive plenamente integrada socialmente en Tokio es acusada del asesinato de su amiga Lily Bridges (Riley Keough, qué mayor se nos ha vuelto la nieta de Elvis), con quien parece haber tenido problemas relacionados con su novio nipón, Teiji Matsuda (Naoki Kobayashi), un fotógrafo aficionado que se pasea por la ciudad con una Olympus OM-1 y un Zuiko 50/1,4.

El problema es que no me creo nada de esta película. Basada en la narración en retrospectiva, sobre los recuerdos y el relato de los hechos de la protagonista a la policía que la interroga, en seguida nos damos cuenta que es un testigo no fiable, que no podemos asegurar nunca qué elementos del relato son ciertos y falsos. Pero la cuestión está en que la fría realización de la película y la desgana de los intérpretes de los que sólo Keough parece que le pone un poco de ganas, hace que todo nos dé igual. Y que los traumas que se van descubriendo en todos los personajes lleguen a ser extremos, ridículos o simplemente absurdos… o te dan igual.

Suma a esto una ambientación mejorable. Se supone que estamos en el Tokio de finales de los 80. Pero yo acabo de volver de Tokio hace apenas mes y medio, y lo que veo en pantalla se diferencia poco de la ciudad que acabo de visitar. Sólo los peinados y el autuendo de Riley Keough me parecen propios de la época. Y encima, hay momentos que parece que estamos ante un reportaje publicitario turístico, como en el fin de semana que pasan los protagonistas en la isla de Sado. No sé… algo se rompe por todas las costuras de esta película que hace que te desligues fácilmente de ella y te cueste llegar al final, importándote un rábano lo que haya pasado.

No me parece especialmente recomendable. Especialmente, por que con los antecedentes, tenía unas ciertas expectativas que no se han cumplido. Una pena.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **