[Libro] El quinteto de Nagasaki

Literatura

Me hablaron de este libro de Aki Shimazaki hace ya un tiempo. Y en principio me planteé leerlo en versión original. No, no me he puesto a estudiar japonés ni nada por el estilo… creo que en estos momento es un idioma fuera de mi alcance. La versión original de este libro está en francés. Porque Shimazaki, japonesa de nacimiento, vive desde hace casi 40 años en Canadá, donde está naturalizada y vive en Montreal. Y a pesar de que aprendió el idioma francés siendo ya adulta, es el que escogió para desarrollar su carrera literaria.

Pero surgió un problema que me dejó un poco atónito. En castellano, el libro se vende en un volumen único, con un precio de entre nueve y diez euros. Pero en su idioma original, son cinco novelas cortas que se venden independientemente, con un precio global de entre 30 y 35 euros… ¡¡?? Me pensé un poco el asunto, quizá esperando una nueva edición francesa al estilo de la castellana… pero nada. Os explico el asunto.

Unas cuantas vistas recientes de Tokio… donde todo empieza, aunque sólo nos enteremos bastante avanzada la historia.

Este quinteto de relatos relacionados entre sí que publica Lumen en un solo volumen, fueron originalmente publicados en su idioma original como cinco novelas cortas. Que se pueden leer de forma independiente. Aunque después de haberlas leído todas, es algo que para mí no tiene mucho sentido, ya que para comprender la historia en toda su extensión y profundidad hay que leer los cinco relatos. Su pudo publicar originalmente por entregas, pero recomiendo que se lean como un todo.

Antes de esbozar el argumento de la historia, he de decir que me gusta más el nombre que se le da en francés al conjunto, Le poids des secrets (El peso de los secretos), que lo del «quinteto de Nagasaki», más oportunista, y supongo que más comercial, que le ha dado su editor en castellano. Cierto es que una parte de la historia, importante, transcurre en la ciudad mártir de la Segunda guerra mundial, la segunda y última, hasta la fecha, donde salvaje y perversamente se ha arrojado una bomba atómica. Y concretamente, la autora sitúa en aquel nueve de agosto de 1945 algunos acontecimientos importantes dentro de las vidas de los protagonistas de esta compleja saga familiar que nos hará recorrer el siglo XX desde la década de 1920 hasta el último cuarto del siglo XX.

Pero el recorrido es mucho más amplio. Porque si un momento clave se produce en las historia que se nos cuenta, es el momento en que una de las protagonistas queda huérfana tras el gran terremoto de Kantō al mediodía del 1 de septiembre 1923. Y queda huérfana no por el terremoto, sino por la consecuencias posteriores, en una de las narraciones más estremecedoras que he leído jamás sobre la perversidad humana, en este caso no de los militares norteamericanos como fue lo de Nagasaki, sino de los militares y políticos japoneses. Esa orfandad tendrá consecuencias inimaginables en una joven, cuyo pasado ya estaba revestido de misterio, y que acabará afectando profundamente a los miembros de dos familias japonesas. Pero no voy a desvelar mucho más, porque es preferible que lo descubra el lector.

Shimazaki no desaprovecha la ocasión. No se limita a narrar los amores y los odios que entre sí desarrollan los personajes principales de la acción, la compleja trama de relaciones que complica las vidas de personas en principio honestas y fieles a sus familias y amistades, salvo excepciones. Shimazaki desarrolla su punto de vista sobre algunos graves acontecimientos de las historia japonesa del punto de vista; la política colonial en otros puntos de Asia, el racismo hacia las personas de otras nacionalidades u orígenes étnicos, la corrupción de la sociedad en el régimen militarista que llevó al país a la guerra y la catástrofe, la complejidad de la vida en los años de guerra, el convencimiento razonado de que los bombardeos atómicos tuvieron más de experimento que de necesidad bélica, y que habían venido precedidos de bombardeos convencionales de intenciones igualmente perversas por cebarse especialmente sobre la población civil y más desprotegida. Todo ello contado por una japonesa de origen, que no olvidemos vive en Canadá, que no aprendió el francés hasta 1995, cuando ya contaba 40 años de edad, y que empezó su carrera literaria en ese idioma a partir de 1999, después de haberse dedicado fundamentalmente a la enseñanza.

El conjunto me ha parecido una lectura muy interesante. Y en algunos de los cinco relatos, apasionante, estremecedora y conmovedora. El conocimiento de esos secretos cuyo peso pesan sobre los protagonistas y que se va desvelando muy poco a poco, me obligó en algunos momentos a parar la lectura y reflexionar sobre lo sucedido. No tanto sobre lo que sucede a los personajes de ficción, sino sobre lo que padecieron las personajes reales en la época. Los cinco relatos no tienen la misma intensidad, aunque sí que parecen disfrutar una calidad literaria similar. Sigo con la curiosidad por haber leído el original en francés. Especialmente por las circunstancias vitales de la propia autora. Pero en cualquier caso, me parece, en cualquier idioma, muy recomendable.

[Cine] Portrait de la jeune fille en feu (2019)

Cine

Portrait de la jeune fille en feu (2019; 51/20191025)

Parece que el otoño cinematográfico se anima un poco. Y en tres días he acumulado tres posibles reseñas, creo que haré las tres, ya explicaré porqué tenía dudas con una, relacionadas con recientes estrenos. Y lo mejor del caso es que son propuestas interesantes, independientemente del grado en que hayan resultado mejor o peor. En general, bien. Y empezaré por esta película francesa firmada por Céline Sciamma, que me interesó desde el momento en que la vi anunciada en la cartelera. Así que este viernes pasado, me fui yo solico al cine, a las cuatro y cuarto de la tarde, para poder disfrutar de la versión original de este largometraje.

Bretaña es una tierra hermosa a la que, de vez en cuando, pienso que debería volver.

Había oído hablar del cien de Sciamma, pero no había tenido oportunidad de ver ninguna de sus películas. Y aquí nos presenta una película de época, ambientada en una isla bretona a finales del siglo XVIII, cuando la ilustración ya ha calado profundamente en las vidas de las gentes en Francia, al menos de las más cultivadas. Héloïse (Adèle Haenel) es una joven inquieta por la cultura y con una actitud relativamente introspectiva de la vida, que vivía a gusto en un convento disfrutando de la lectura y la vida intelectual. Pero su madre, la condesa (Valeria Golino), la ha sacado del convento para casarla con un buen partido milanés, tras la muerte de su otra hija. Marianne (Noémie Merlant) es una joven pintora, que ha seguido la profesión de su padre y maestro con aprovechamiento, aunque por su condición de mujer se ve obligada a restringir los temas que puede pintar, o pintar los temas prohibidos con la firma de su padre. Recibe el encargo de la condesa para pintar a su hija, que se niega a posar, sabiendo que el destino del retrato es servir de escaparate para decidir su «compra» como esposa por parte de su prometido. Marianne lo hará de memoria, pero se verá obligada a convivir intensamente con Héloïse durante unos días. Y esa convivencia traerá consecuencias inesperadas para todas.

La propuesta de Sciamma entra plenamente dentro del cine de mujeres y claramente feminista. Maneja tres temas principales de forma simultánea, y muy bien imbricados unos con otros. El deseo de independencia y de realización personal de las mujeres ilustradas; la sororidad, la solidaridad entre mujeres, puestas de manifiesto en la actitud de las dos jóvenes hacia la joven criada que las atiende y que tiene un embarazo no deseado; y la libertad, o su carencia, para elegir el amor en la persona que cada cual desee, sea cual sea su sexo. El caso es que todo esto lo hace de forma clara, sin ambigüedades, pero sin estridencias. Con mucha elegancia, con una puesta en escena bella y sobria al mismo tiempo, y centrándose en los gestos y las reacciones de las mujeres protagonistas.

Ni qué decir tiene que las interpretaciones son de primer nivel. Ya había visto en un par de películas a Haenel, y ya me constaba su solidez interpretativa. Pero Merlant, que lleva el peso de la narración, ya que el relato se presenta fundamentalmente desde su punto de vista, hace también un papel excelente.

Película muy recomendable, bella de ver, y que sólo debería retraer a los más cerriles miembros de nuestra sociedad del siglo XXI. El problemas es que todavía quedan muchos cerriles miembros en nuestra sociedad.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[TV] Cosas de series; diseño, muñecos y coreanos ilustrados

Televisión

Hace ya una semanas que terminé de ver estas series. Muy diversas hoy.

Empezaré por la serie coreana. Después de un cierto sabor de boca agridulce que me dejaron algunas de estas series, que ya he comentado en alguna ocasión funcionan para mí como vicio culpable, comencé a seguir el drama romántico de época Sinipsagwan Gu Haeryeong [ 신입사관 구해령 ] (el título internacional es Rookie Historian Goo Hae-ryung), y que sinceramente, aunque se basa remotamente en la existencia a caballo entre el siglo XVIII y el XIX de algún rey de la dinastía Joseon con cierta tendencia ilustrada, lo cierto es que es casi una obra de fantasía. Sigue las aventuras de Gu Haeryeong (Shin Sekyung), una joven muy independiente en la Corea de principios del siglo XIX, que opta a una plaza de historiadora, en la administración del país.

Las fotos más apropiadas para la entrada de hoy me parecen las que puedo entresacar de mi visita a los palacios reales de Seúl. Claro.

En realidad, su trabajo es más la de una cronista que toma nota y levanta acta de lo que sucede en palacio. Allí conocerá a un príncipe con aficiones intelectuales, Yi Rim (Cha Eunwu), con quien acabará teniendo algo más que amistad, mientras a su alrededor se desenvuelven las tramas e intrigas políticas y se esconden secretos históricos. A caballo entre la comedia romántico y el drama histórico, las situaciones que se plantean resultan relativamente inverosímiles para la época,… pero la serie consigue tres cosas. Es bonita de ver, con una ambientación cuya precisión histórica desconozco, pero es muy agradable. Los personajes resultan simpáticos y el espectador empatiza con ellos. La interpretación está por encima de lo habitual en estas series. La chica protagonista es muy expresiva y cae muy bien. En conjunto,… pues un entretenimiento absolutamente sin pretensiones, que te deja sensación de buen rollo y una sonrisa en los labios. Que no es poco.

Recientemente se estreno y he podido ver la segunda temporada de Abstract: The Art of Design, una serie de documentales que se centran en personas relevantes en el mundo del diseño, en sus más diversos aspectos. Ya me gustó bastante la primera temporada, y esta también me ha parecido muy interesante. A caballo entre el diseño, la cultura y el arte contemporáneo, sirve para desasnarse en estas cuestiones de forma amena. Quizá demasiado autocomplaciente consigo misma y con los diseñadores ya artistas, lo cierto es que sus pretensiones se mueven por el lado amable del asunto, y ya está bien.

Y finalmente, tenemos una serie que había despertado no poca expectación. Hace unas semanas que se estrenó The Dark Crystal: The Age of Resistance, precuela de una película que es muy querida por quienes gustamos del cine de animación, en este caso de muñecos animados. The Dark Crystal, película de 1982 dirigida por el malogrado Jim Henson y por Frank Oz, dos figuras importantes en el mundo de la animación de títeres en el mundo del cine y la televisión, revisad sus cinematografías para entenderlo, ponían de largo el género con una aventura dentro del género de la fantasía oscura, que nos hizo encariñarnos para siempre de los gelflings, versión seria y épica de los televisivos y humorísticos fraggel, que llegarían a continuación. No me digáis que no están emparentados de alguna forma. Pero quedaba una duda. Con los avances tecnológicos que la animación de todo tipo ha sufrido desde 1982 hasta hoy día, ¿queda sitio para los títeres en el mercado audiovisual actual? La respuesta es… si hay una buen historia que contar y maestría en la técnica… por supuesto. Y aunque esta serie empieza tomándose su tiempo, sin apresurar el paso, finalmente construyen su universo, con personajes entrañables y unas aventuras muy entretenidas, en las que mezcla con habilidad la épica, el drama y el humor. Espero la segunda temporada. Aunque conociendo el punto de partida de la película de 1982, el final de la serie no queda más remedio que sea oscuro. Como el cristal.

[Recomendaciones fotográficas] La «realidad» de las fotografías y algunas cosas más

Fotografía

Un día de estos tengo que encontrar un momento para organizar mi casa. Vamos a ver… no es que mi casa tenga una desorganización estructural. Al contrario, está pensada para mi conveniencia y comodidad desde hace muchos años. Pero hay un elemento que introduce el caos constantemente en mi hogar. ¿Cuál es ese elemento? La respuesta rápida y la que darían muchos de mis amigos es que soy yo mismo… claro. Pero no es tan inmediato. No siendo intrínsecamente desorganizado en muchos aspectos de mi vida, lo que introduce el caos en mi vida son los libros. Y es que en mi casa hay libros por todos los lados. Y como los llevo de aquí para allá, el segundo principio de la termodinámica hace de las suyas. Sin un acopio de energía constante para mantener el orden, el caos aparece. Hoy… no he conseguido encontrar un álbum de fotografías de mi infancia que tendría que haber estado… donde no está. Ya aparecerá.

Estos días voy avanzando en mis libros del viaje a Japón. Ya he decidido cómo se van a repartir. Y me ha entrado la necesidad de dedicar un pequeño proyecto a una de las ciudades más aparentemente anodinas en las que hemos estado… pero que no ha dejado de producirme alegrías fotográficas. Se trata del núcleo de Katsuura (estación de tren, Kiikatsuura) del municipio Nachikatsuura, en la zona de los templos y santurarios de Kumano Kodo.

He estado buscando el álbum de fotografías porque me lo ha sugerido una de las recomendaciones que tenía reservada para hoy, o cuando tuviera un momento para hablar de recomendaciones fotográficas. Apareció hace unos pocos días en Cartier-Bresson no es un reloj. Era un comentario sobre las verdades o las mentiras que nos cuentan las fotografías, incluso las más corrientes, las que aparecen en nuestros álbumes de recuerdo familiares. Que nos hacen recordar los momentos de nuestra vida con un claro sesgo emocional. Quizá las cosas no eran como aparecen… o sí. Depende. Como nos recuerdan en el excelente blog de fotografía, ya Susan Sontag nos recordó que la vida es un continuo, no un conjunto de detalles significativos (o no, esto lo incluyo yo) fijados para siempre. Que es lo que son las fotografías. El caso es que la reflexión surge de la visualización de un documental recientemente estrenado en Netflix, que estuve viendo el viernes. Así que terminaré de ver esto, cuando le dedique unas líneas al documental. Todavía no sé si como programa televisivo, o como estreno cinematográfico. Pero le dedicaré esas líneas.

Oscar Colorado ha vuelto a dedicar una galería y una biografía a otro fotógrafo soviético. El segundo en pocos días. Espero que siga. Porque son buenos fotógrafos poco conocidos. De este sí que había oído hablar, pero no recordaba mucho, o casi nada de su obra. Se trata de Boris Ignatovich, cuya actividad fotográfica se enmarca fundamentalmente en el ámbito del periodismo gráfico. Pero sabía combinar la notica con composiciones estéticamente osadas e interesantes. Se dedicó también a la enseñanza. Y quizá no sea tan popular como otros… porque no repudió nunca y se integró en el régimen soviético en el que desarrolló su carrera y cuyo principios estéticos abrazó. Que no olvidemos que en los años veinte del siglo XX estaba en las vanguardias artísticas, aunque luego derivara en lo que derivó.

El diverso pero aparentemente bien avenido matrimonio formado por Alex Webb y Rebecca Norris Webb tienen nuevo libro y de ello nos han hablado en Magnum Photos. Recordamos que si Alex Webb se caracteriza por su visión documental sobre la cual aporta composiciones abigarradas, coloridas, complejas de descomponer en todos sus elementos, pero profundas y significativas, Rebecca Norris Webb tiene una visión más observadora, tranquila, poética en muchas ocasiones, pausada. Y supongo que este contraste es lo que da sentido a su trabajo conjunto que en esta ocasión se centra Brooklyn, una de las cinco grandes subdivisiones, «buroughs», en las que se reparte la ciudad de Nueva York. Tiendo a preferir las fotografías de Rebecca sobre las de Alex… pero entiendo que se presenten en compañía.

Por último, os dejo con un conjunto de fotografía del fotógrafo Will Warasila (instagram), que encontré esta semana en Booooooom. Que aunque siguen la tónica general de lo que presenta este sitio, por algún momento se diferencia de lo habitual, con algunos logros estéticos, en paisajes con figura que me parecen más evocadores de lo habitual. Es curioso… lo que más me han llamado la atención han sido los paisajes, pero en su cuenta en Instagram predominan los retratos.

[Arte] Una exposición sobre el color azul

Arte

En mi reciente periplo a Japón viajamos tres personas. Fui yo acompañado de, o yo acompañando a, dos amigas. Viejas amigas. «Viejas» porque hace muchos años que nos conocemos, no por la edad. Son jóvenes,… como yo. Así de jóvenes. El caso es que una de ellas, a su regreso a Zaragoza, se llevó un susto de origen familiar morrocotudo. Una noticia muy preocupante. Que finalmente ha sido menos grave de lo que parecía. La noticia que había caído como una losa en todos los que conocemos y queremos a esta amiga, nos ha dejado una sensación de estupenda levedad. Y la tercera en discordia del viaje, que vive habitualmente en Sevilla, se vino el miércoles por la tarde para estar unos días en su ciudad natal hasta el domingo. El jueves, a mi salida del trabajo, quedamos a vernos. A conversar, a tomar un café… y a ver una exposición. Una exposición que esperábamos que nos pusiera de mejor humor. La exposición «Azul», en estos momentos activa en Caixaforum de Zaragoza, que celebra este color del espectro luminoso como característico del modernismo.

Nos gustó ver algunas estampas japonesas del tipo ukiyo-e al inicio de la exposición, como influencia clara sobre los modernistas europeos. Cómo me gusta este tipo de pintura.

El modernismo tiene muchas cosas que nos gustan. En España tuvo especial desarrollo en Cataluña. Por la sencilla de razón que por la región española que tan «ultrajada» se siente y que quiere abandonar el estado español… pues ha sido desde hace siglos la que más dinero a movido, propio y de los demás, y permitió desarrollar una burguesía más o menos culta. El problema es que las burguesías, especialmente de primeras generaciones, pero a veces de segundas, terceras o cuartas, con su amor por el dinero, no siempre son tan cultas como parecen, aunque indudablemente quieren parecerlo. El dinero es conveniente para este fin. Pues viva el modernismo que surgió gracias al dinero de las burguesías… la catalana y la de muchos otros lugares de Europa.

La exposición está bien, nos agradó. No voy a entrar en mucho más. Yo no soy tan gran conocedor de la historia del arte como para ponerme a pontificar. Aunque soy consciente que las obras que vimos realmente tienen un carácter burgués un poco pacato. Y muchas de ellas carecen del carácter puntero e innovador que ofrecen las obras modernistas que hemos podido apreciar en otras exposiciones. Basada en obras de la colección propia de la Caixa y del Museo Nacional de Arte de Cataluña, este mismo tiene obras que yo he visitado mucho más interesantes que la selección prestada para esta exposición. Pero como digo, no está mal. Es una pintura que, incluso cuando se pone nostálgico o ensoñador, transmite buen rollete. Por los colores, entre ellos el azul. Hasta el siglo XIX en el que la industria es capaz de desarrollar pigmentos azules que democratizan su uso de este color, la aparición del mismo en una pintura denotaba poderío y riqueza. El azul ultramar, basado en el lapislázuli, que se usaba hasta ese momento, era muy caro. En fin. Que no está mal la exposición. Muy burguesa… pero es lo que hay.

[Fotos] Matinal de domingo probando una nueva película de sensibilidad media-baja

Fotografía

Al igual que hace unos días os mostraba fotografías en blanco y negro realizadas con película tradicional de ISO 400, antaño una sensibilidad alta, hoy en día una sensibilidad normalita o media, hoy voy con su «hermana» de ISO 100, en tiempos sensibilidad media, hoy por muchos considerada una sensibilidad baja. Cosas de los tiempos. En fin, espero que os gusten. Para quienes quieran saber de los detalles técnicos, dirigiros a Tras la versión de ISO 400, Lomography Potsdam Kino 100 con Fujifilm GS645S Wide60.

[Cine] A rainy day in New York (2019)

Cine

A rainy day in New York (2019; 50/20191015)

Estamos ante la película anual de Woody Allen que debería haberse estrenado en 2018. Sin embargo, en medio de la vorágine del movimiento #metoo, movimiento que considero justificado en un gran número de casos y sobre el que creo que todavía hay situaciones reales de abuso contra las mujeres que no han salido todavía a la luz, alguien desempolvó cuestiones sobre el director de hace 25 años. Cuestiones que se trataron en su momento, incluso en el sistema judicial, pero que se desestimaron por los fiscales encargados de la investigación, decisión influida por la improbabilidad que señalaron los servicios sociales de que los presuntos abusos se produjeran. El hecho de que fueran cuestiones antiguas y desestimadas tras investigación, cosa que no se había producido con muchos de los casos que legítimamente denuncian en el movimiento #metoo, no impidió a Amazon, su distribuidora, aparcar la película por miedo a la mala prensa. Algunos intérpretes de la película también tuvieron miedo a ver manchada su reputación y empezaron a donar el salario cobrado por la película y acciones similares. Pero parecen más acciones derivadas de una presión colectiva que de una convicción sobre las acusaciones. A partir de aquí… sobre el caso,… yo no tengo una opinión clara, pero aunque no simpatice con todas las actuaciones personales de Allen, no creo que esté en la misma posición que otros acusados del movimiento #metoo. Demasiado embarradas las relaciones familiares de ese grupo como para desbrozar los intereses de cada cual.

La sección de Egipto del Met, el MoMA, Central Park o los garitos del Village o del SoHo son algunas de las localizaciones de la película, tan homenaje a Nueva York como muchas otras películas d

El caso es que finalmente Allen recuperó los derechos de distribución de la película que ha llegado a los cines como decía un año después de lo previsto. Y nos cuenta cómo dos universitarios, un niño pijo neoyorquino (Timothée Chalamet) y la hija de papá de un banquero del sur de los EE.UU. (Elle Fanning), que estudian en la misma universidad de Nueva Inglaterra, van a pasar un romántico día en Nueva York, que se tuerce de formas insospechadas. Aunque no necesariamente para mal. Especialmente cuando otras personas, atractivas, se crucen en el camino de él (Selena Gomez) o de ella (Liev Schreiber, Jude Law o Diego Luna).

Hace tiempo que venimos considerando que las película actuales de Allen son obras menores comparadas con los clásicos que podemos encontrar en su obra. En esta comedia romántica, incluso sus temas tradicionales aparecen mucho más moderados, apagados o casi ausentes. Estamos más ante el despiste vital de un joven de 21 años y la ambición todavía no correctamente encarrilada de su novia, en una relación más circunstancial que profunda, y cómo un día de lluvia y experiencias les puede llevar a cambiar su forma de entender las cosas. El caso es que la historia es simpática, muy entretenida. La película se mueve con ritmo.

Y las interpretaciones, sin ser de gran nivel, son suficientes para sacar adelante la misión encomendada. Ciertamente, Chalamet me parece que no está al nivel que muchos proclaman, que todavía tiene recorrido de mejora. Fanning está solvente aunque no a su máximo nivel. Y Selena Gómez es quizá la sorpresa, puesto que actúa con desparpajo, generando mucha empatía con su personaje. El resto del reparto tienen pequeños papeles que desempeñan con oficio.

¿Es recomendable? Pues sí, si quieres pasar un rato entretenido y no le has cogido, como muchos, manía al director. Dura muy poco más de hora y media y te arrancará más de un sonrisa. Sin más pretensiones.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ****

[Libro] Tabú

Literatura

No recuerdo muy bien cómo llegué a este libro del alemán Ferdinand von Schirach. No recuerdo si me apareció en alguna recomendación en algún lugar. No recuerdo si me llamó la atención que el protagonista fuese fotógrafo. No recuerdo si tenía la lista de espera agotada y me pusiese a buscar posibles lecturas futuras inmediatas. Es posible que fuera esto. Cuando lo hago, selecciono editoriales que publican libros que normalmente me gustan. Y entre ellas está Salamandra, responsable de la edición de esta novela. Y en algún momento de finales de agosto hice una de estas búsquedas.

Berlín es uno de los escenarios de la novela, aunque esta se mueve por distintos lugares de Alemania, Austria, y Europa en general.

El caso es que cuando lo empecé a leer no sabía muy bien con lo que me iba a encontrar, lo confieso. La historia de un niño de clase alta, de una familia de porte aristocrático venida a menos, con un padre suicida y una madre que se preocupa poco del niño, pues le interesan más los caballos, la empecé a leer con cierta curiosidad. Pero sin excesiva ilusión, si he de ser sincero. Descubrir de repente que la historia que estaba leyendo, que tenía un carácter casi atemporal,… me daba la impresión de estar a principios del siglo XX,… sucedía en la época contemporánea. Y la conversión del conflictuado protagonista en un fotógrafo de éxito, mezcla en sus características de varios fotógrafos alemanes reales de actualidad, me animó un poco. Pero lo más interesante viene cuando a mitad de libro, este cambia de género y pasa a ser la investigación judicial de un crimen. Aparentemente, el protagonista ha asesinado a una mujer. Es más, la ha secuestrado, se niega a decir dónde se encuentra, y consecuentemente se asume que ha fallecido.

Von Schirach es jurista de formación y profesión original. Y tras presentar un marco social, psicológico y personal en la primera mitad del libro, entra en un cuestionamiento de los estados de derecho occidentales, en sus modos de investigación, en sus relaciones con la prensa y en el funcionamiento del sistema policial y judicial. El curioso desenlace de la novela nos lleva a plantearnos las disfunciones de nuestra sociedad a la hora de juzgar públicamente a las personas. A la hora de afrontar los principios básicos del proceso judicial de la vía criminal.

Si empecé la novela con cierto escepticismo y un cierto distanciamiento, he de reconocer que conforme avanza y encara la recta final, me absorbió su lectura y me dejó un muy buen sabor de boca. Me parece bastante recomendable… y sí, yo también me siento tremendamente atraído por la novia del protagonista…

[TV] Cosas de series; dos novedades interesantes

Televisión

Hoy traigo dos novedades interesantes, una que vi antes de irme de vacaciones a Japón, de Amazon Prime Video, y la otra que terminé viendo en ratos muertos durante las vacaciones en el país del Sol Naciente, de Netflix. Las dos son, como digo interesantes, aunque les ha faltado algo para ser completamente punteras o destacadas en el panorama seriéfilo actual.

Londres es la ciudad más presente en las series de esta semana, bien como tal, bien en su alter ego de fantasía, «The Burgue».

Carnival Row es una nueva apuesta de Amazon Prime Video para intentar que se le considere adecuadamente entre las plataformas de vídeo bajo demanda. Entendámonos. Prime Video tiene algunas series muy muy buenas. Pero quizá por su volumen, más limitado o por otros motivos que se me escapan, no tienen la repercusión mediática y popular que tienen las series de otras cadenas. La serie que comento hoy se mueve en el terreno de la fantasía steampunk. Ambientada en una ciudad que tiene un ambiente del final de la era de la Inglaterra victoriana, nos presenta una sociedad impactada por la llegada masiva de inmigrantes procedentes de los territorios ocupados por una potencia enemiga unos años antes. La cuestión es que esos inmigrantes no son humanos, sino que son miembros de razas que parecen salidas de los cuentos de hadas, de la mitología o de las novelas de fantasía épica. Sí… lo habéis adivinado, es la enésima serie que busca una metáfora para hablar de los problemas actuales de rechazo a inmigrantes, refugiados y demás. Al frente del reparto, muy coral, tenemos a Orlando Bloom y Cara Delevingne. El primero haciendo probablemente el mejor papel que le he visto; la segunda demostrando que tiene capacidad para actuar, que no se da nada de mal maña como actriz. Y es que la calidad del reparto, de predominio británico, es una de sus principales cualidades. Otra es su cuidado diseño de producción, en la ambientación de la ciudad y los personajes. Y el problema viene de que, teniendo ambiciones de serie con recorrido y con fondo, son muchas las tramas que se han ido desarrollando en paralelo, lo que ha dejado de momento una historia y unos guiones un poco dispersos. Aunque al final se han aclarado mucho. Puede llegar a ser una excelente serie… si le dan recorrido y vida.

Criminal es un curioso experimento. Netflix la está vendiendo como cuatro series de tres episodios, España, United Kingdom, Deutschland y France. Y así aparece también en IMDb. Pero para mí es todo la misma serie, con la peculiaridad que está rodada en cuatro idiomas distintos, los de los países mencionados. Pero todos los episodios están cortados por el mismo rasero, y están rodados en idénticos escenarios. Los doce episodios nos cuenta el interrogatorio de un equipo de policías a un presunto criminal. Hay cierta adaptación a las normas jurídicas reales de cada país en materia policíaco-judicial, no es que sea muy distintas, pero algunas diferencias hay, y los casos son independientes unos de otros, aunque dentro de cada uno de los cuatro equipos policiales hay alguna historia de fondo que unifica y proporciona una cronología interna para cada uno de los países. Los cuatro países han contado con buenos elencos de intérpretes, muchas veces más destacados en el lado de los criminales que de los policías, pero de todo hay. Y lo que sí podemos decir es que, aunque los guionistas se lo han currado para plantear situaciones distintas, quizá se pueda tener que estamos viendo constantemente algo demasiado parecido. Yo creo que no, porque cada episodio plantea dilemas éticos, más que policíacos o legales, que ponen la sal y la pimienta a las historias. Globalmente, me ha gustado bastante, aun reconociendo que no todos los episodios están al mismo nivel. Los mejores tríos de episodios, en mi opinión, son los británicos y alemanes, seguidos de los españoles, y finalmente los franceses. Pero sin que ninguno sea malo. Los episodios españoles podrían estar a más altura, pero en algún momento flaquean en tener en algún caso el reparto más flojo. Ya digo que sin dejar de estar a un nivel aceptable o bueno. No sé qué recorrido puede tener la fórmula. De hecho, no sé si habrá una nueva tanda de episodios… pero me gustaría saber qué capacidad de innovación interna tiene el planteamiento.

[Recomendaciones fotográficas] Miscelánea de recomendaciones

Fotografía

Hace bastante que no escribo un artículo sobre recomendaciones fotográficas, más allá del que dediqué a los libros que me traje de Tokio y otros que recibí en casa durante mis vacaciones. La cuestión es que había acumulado unas cuantas en todas estas semanas. Por lo que en este domingo en el que la climatología se nos ha puesto más osca comparada con el agradable sábado que tuvimos ayer, propondré una selección de las mismas.

Oscar Colorado Nantes, Oscar en fotos, profesor de fotografía avanzada en la Universidad Panamericana de ciudad de Méjico, nos ha traído un par de artículos interesantes en estos últimos días. Remontándonos a los principios de la fotografía, nos habla del inglés William Henry Fox Talbot, que los británicos reivindican como auténtico inventor de la fotografía frente a quienes proponen al francés Joseph Nicéphore Niépce. La técnica que desarrolló Fox Talbot se denominó calotipo, y es un antecedente más directo del invento de Niépce de todo lo que se desarrolló después.

Hoy acompaño las entradas con algunos ejemplos más de las fotografías realizadas con la película Lomography Berlin Kino 400.

Oscar también nos habla de un destacado fotógrafo soviético. Si bien el régimen totalitario soviético acabó con el tiempo por matar mucha de la creatividad de los rusos con su represión y, especialmente, su absurda burocracia, los inicios del régimen tras la revolución fueron una ebullición de creatividad e innovación estética. Y Arkady Shaikhet es uno de los ejemplos en el campo de la fotografía, quizá no tan conocidos como otros como Aleksandr Ródchenko, pero igualmente merecedores de ser conocidos como parte significativa de la historia de la fotografía.

La fotografía ha sido vista por muchos como una técnica de reproducción fidedigna de la realidad. Sin embargo, eso depende de las intenciones y la ética del fotógrafo. El simple hecho de encuadrar o de elegir un punto de vista determinado y una perspectiva para reproducir una escena, ya introduce un cambio o una limitación a la realidad que intenta reproducir. Por ello, como nos cuentan en LensCulture, la fotógrafa aleman Barbara Probst reflexiona sobre la cuestión realizando sus fotografías, escenificadas, en forma de series, en las que una misma escena es fotografiada simultáneamente por distintas cámaras y puntos de vista, e incluso con distintas técnicas. De este modo, nos percatamos de la multiplicidad de interpretaciones y puntos de vista, al mismo tiempo que alcanzamos una mayor comprensión sobre lo que sucede ante los objetivos de las cámaras.

Erwin Blumenfeld fue un importante fotógrafo de moda en la mitad del siglo XX. Tuve ocasión de ver una exposición de su obra en una galería de arte de París hace ya unos cuantos años y quedé sorprendido del cuidado y la perfección estética que perseguía en sus obras. Pero también hizo desnudos de naturaleza no comercial, que en el artículo que le dedican en AnOther Magazine, no dejan de calificar como surrealistas. No sé si tal, aunque sí muy influenciados por las corrientes estéticas de la primera mitad del siglo.

Alec Soth es un fotógrafo que me gusta. Tengo algunos de sus libros en mi biblioteca fotográfica. Y desde hace un tiempo se considera ya como un fotógrafo influyente. Quizá por eso en Magnum Photos lo han elegido para su segundo curso de fotografía en línea, sobre el arte contar historias de forma fotográfica. Por si os interesa; son 99 dólares. Han hablado también del mismo en AnOther Magazine.

Los geólogos y otros científicos vienen discutiendo desde hace un tiempo si podemos considerar que hemos entrado en una era o periodo geológico nuevo que denominaríamos Antropoceno, que vendría definido por el impacto que la actividad humana tiene sobre el planeta, ya que esta es marcada y observable. No está reconocido formalmente; el concepto tiene partidarios y detractores. Pero a otro nivel, sociológico, antropológico, artístico, incluso político, sí que puede tener sentido hablar de él. En The Luminous Landscape han subido un artículo en el que debate sobre el término desde un punto de vista fotográfico, y especialmente desde el punto de vista del impacto sobre el paisaje. Algunos de vosotros sabréis que una de mis motivaciones fotográficas es el concepto de paisaje alterado por el ser humano. Me parece muy recomendable.

Finalmente, en Magnum Photos han dedicado recientemente un artículo a articular una serie de consejos sobre cómo elaborar y preparar un portafolio fotográfico. Y creo que es interesante, incluso si uno no es un profesional, el preparar una selección de obras que muestran los intereses que te mueven a hacer fotografías y cuál es tu estilo y punto de vista. También muy recomendable este artículo.

[Fotos] Probando el estilo visual del Neuer Deutscher Film (o así) durante la fiestas

Fotografía

Tenía pendiente de probar unas películas que me regalaron hace unas semanas. Así que cogí un carrete, lo puse en la fiable Pentax MX, y salí a pasear durante las fiestas de Zaragoza. Dice el fabricante que esta película ofrece el aspectos visual del «Nuevo Cine Alemán» (nuevo en los años 70 del siglo XX, claro)… Pues vale. No está mal. Los detalles técnicos los podéis encontrar en Lomography Berlin Kino 400 de regalo con la Pentax MX.

[Cine] Di jiu tian chang [地久天长] (2019)

Cine

Di ji tian chang [地久天长] (2019; 49/20191015)

El martes pasado, sin mucho convencimiento por mi parte porque no me encontraba con la cabeza muy en mi sitio, nos fuimos a ver esta película china, que se ha titulado en la cartelera española Hasta siempre, hijo mío. La modificación respecto al original chino parece que es la referencia al hijo. Lo cierto es que la película llegaba tras el éxito alcanzado en la última Berlinale, donde se llevó los premios correspondientes a la interpretación para Yong Mei (actriz) y Wang Jingchun (actor). La película está dirigida por Wang Xiaoshuai, de quien no recuerdo haber visto nada previamente.

Wang se toma su tiempo para contar esta historia, un poquito más de tres horas, con un guion que abandona desde el primer momento la linealidad temporal para ir saltando entre las distintas épocas en las que desde los años 80 hasta la actualidad va contándonos la historia de dos familias, que se tratan como hermanos, tanto los adultos como los hijos, pero que se van distanciando por los eventos que llevan a la muerte de uno de los niños, con la imposibilidad añadida de la madre (Yong Mei) para engendrar otros hijos.

Estamos ante una historia triste, aunque al final el director trata de aportar un tinte de esperanza, en la que de fondo tenemos los cambios profundos que la sociedad china ha acometido en los últimos treinta o cuarenta años, desde la época donde quedan coletazos de la dialéctica de la Revolución cultural, aunque esta se haya dado por finiquitada, se implanta la política de un solo hijo, hasta el momento actual de país bajo una dictadura comunista con economía capitalista. Como sucede con frecuencia, los directores chinos tienen cierta libertad para criticar las cosas que no funcionan bien, especialmente si se encuentran en el pasado, siempre que no cuestionen el liderazgo del Partido Comunista Chino. Y eso es aprovechado contar simultáneamente la historia de estas familias y la historia de los cambios sociales de su país.

La película exige atención. La información sobre lo que realmente pasó en cada momento se nos va dando de forma dosificada a través de la película, aunque de forma muy inteligente, permitiendo combinar el ritmo tranquilo de la narración con una cierta tensión en el espectador, a la expectativa de lo que ha sucedido con esta gente. Y todo ello muy fortalecido por el impresionante nivel actoral de un elenco que, además, tiene que adaptarse a interpretar sus roles con el envejecimiento propio de las décadas que pasan desde el inicio de la acción hasta el final.

La película es buena, muy buena. Emociona. Y mucho. Hay pocas cosas criticables, puesto que las aparentes incoherencias que percibes durante el metraje, al final encajan como un guante, mostrando una planificación en el desarrollo argumental muy fino. Pero eso sí, quien busque el histrionismo en los planteamientos y en las interpretaciones que en estos momentos parecen de moda,… pues no. Porque la película no deja de hablarnos más que de las vidas con su alegrías, pocas en este caso, y tristezas, bastantes más, de gente normal, que tiene que vivirlas con duelo y sensación de pérdida en algunos casos, con remordimientos y sensación de culpa en otros. Aunque todos ellos, con sus aciertos y sus meteduras de pata, son esencialmente gente honesta.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****