Hoy día de desplazamiento y transición.



Hoy día de desplazamiento y transición.
Patrimonio de la Humanidad según la Unesco.
Castillo patrimonio de la humanidad, jardines Kokoen, y un estupendo templo, el Shoshazan Engyonji…
Bueno, ya hemos llegado a Japón, y vamos camino de Osaka. Bastante menos despistados que hace cinco años.
En las últimas semanas, he acumulado la lectura de una diversidad de libro. Y ahora me voy dos semanas de vacaciones, en las que presumiblemente acumulare alguno más. Por ello, voy a hacer una entrada de resumen rápido de algunos de ellos. Alguno, de más calado, lo dejaré para la vuelta.
Este es una relectura. La primera relectura voluntaria que hago en muchísimos años. Alguna relectura involuntaria he realizado recientemente; algún libro que no me acordaba haber leído. Pero este de hoy fue la primera novela que leí de Haruki Murakami. La leí en algún momento entre 2007 y 2009. Y recuerdo que me gustó mucho… por ello repetí y ya no pude abandonar el autor. Pero tenía un recuerdo muy vago de ella. Me alegro de haberla releído. Es una historia triste. Un romance triste. Relativamente desesperanzada, aunque habrá quien quiera ver una cierta luz a la vida del protagonista en las últimas páginas del libro. Un protagonista del estilo habitual de los de Murakami, aunque por una vez conozcamos su nombre, Hajime. Y la eterna sensación de pérdida. Generalmente, por una mujer. Muy recomendable.
Tengo una estantería en casa con libros abandonados. Libros que empecé a leer y abandoné por el motivo que sea. Algunos son libros muy conocidos, que cuando digo que no pude terminarlos, la gente se extraña. Últimamente me pasa menos, pero antes de aficionarme a leer en formato electrónico venían a suponer un 10 % de los libros que compraba, me prestaban o cogía de la biblioteca pública. Este de Juan José Millás lo intenté leer hace unos 20 años. En 1998 o 1999, no recuerdo con precisión. Y lo abandoné cuando llevaba algo menos de la mitad del libro; estaba marcada la última página. Esta vez lo he terminado, no es muy extenso. Pero he comprendido por qué lo abandoné. De este particular triángulo amoroso, compuesto de personas sumamente egoistas, no me interesa ninguno de sus componentes. Me da totalmente igual lo que les pase. Está bien escrita, pero me caen todos tan mal, que paso totalmente. Me dejan frío.
Buenas y malas noticias. Tenemos un nuevo volumen de la que en estos momentos puede que sea mi aventura espacial preferida, todos los géneros creativos incluidos. Literatura, cine, televisión… historieta como es este caso. Por lo que nos dicen, la odisea familiar galáctica que nos traen Brian K. Vaughan a la escritura y Fiona Staples en la ilustración ha alcanzado su ecuador. Nos quedan otros nueve volúmenes. La mala noticia es que han anunciado que van a bajar el ritmo de creación. O sea que tenemos para más de nueve años en el futuro… Aaggggg. Y además nos han dejado con un cliffhanger digno de las mejores sagas de aventuras de todos los tiempos. En fin, tendremos paciente. Ni que decir tiene que la encuentro totalmente recomendable.
La vi recomendada, muy vivamente recomendada, como una de las mejores novelas cortas de cienci ficción de los últimos tiempos. No es una novela corta. En inglés, «novel» es novela, «novella» es novela corta, pero «novelette» es un cuento. Un relato corto. Se lee en muy poquito tiempo. En su forma de papel, son 33 páginas. Escrito por Mary Robinette Kowal, mezcla la ciencia ficción de viajes espaciales con la ucronía, la historia alternativa. En algún momento de los años 50 del siglo XX, la caída de un asteroide sobre Washignton D.C. genera el impulso para colonizar el sistema solar como medida de salvaguarda para la especie humana. Y en el primer viaje colonizador, Elma York fue una de las astronautas que lideró el viaje a Marte. 30 años más tarde, con más de 60 años de edad, no la llaman para más misiones, vive en el planeta rojo, y además a de cuidar de su marido que padece una enfermedad degenerativa del sistema nervioso central. Hasta que la llaman para una última misión… con características muy especiales. En la historia se mezcla la especulación científica de los viajes espaciales, a un nivel poco profundo, con los temas relacionados con el deber hacia las personas a las que queremos y enferman de gravedad. Está bien. Los personajes generan empatía y está razonablemente escrita. Pero tampoco da mucho de sí en la extensión que tiene y es bastante previsible. Tira más manipular las emociones del lector que de la propia especulación científico-técnica. Hay productos derivados… pero de momento no me ha motivado a leerlos.
Sinceramente, no voy a perder mucho tiempo comentando esta película de Luc Besson en la que nuevamente nos trae una protagonista femenina que nos recuerda demasiado a La femme Nikita,… pero que no tiene nada que ver ni en calidad, ni en sentimiento, ni en carisma,… ni en nada.
La típica película de chica que se mete en los servicios secretos de la KGB, podría ser cualquier otro servicio secreto, para convertirse en una asesina mortal, a las órdenes de unos desaprensivos. Y que tarde o temprano se replantea las cosas para salir de ese infierno. Nada original.
La realización es vulgar, con idas y venidas en el tiempo, que acaban cansando. Lo típico… vemos algo, y luego da marchar atrás para que entendamos que estábamos viendo otra cosa. Recurso manido, en esta ocasión… aburre.
Realizada a mayor gloria de la enésima top model que se pasa a la interpretación, en este caso la rusa Sasha Luss, que ya tenía un papelito en la relativamente fallida adaptación de las aventuras de Valerian y Laurelin. Pon algún rostro conocido o prestigioso, fundamentalmente Helen Mirren, y procura que todos los personajes masculinos hagan el gilipollas en alguna ocasión. Ninguna catástrofe en el lado de las interpretaciones, pero nada que destacar tampoco.
En resumen… salvo que seáis unos fanáticos de este tipo de películas… u os apetezca admirar el tipazo de la protagonista y alguna otra que pasa por ahí… mejor os buscáis otra cosa. Yo me arrepentí de haberme dejado convencer de ver esta película en los primeros cinco minutos del metraje…
Valoración
Estos días atrás he estrenado un nuevo teleobjetivo de focal variable, con vocación viajera, relativamente compacto y llevadero, pero luminoso, sólido y competente. Me lo llevé tanto a un largo paseo de más de ocho kilómetros por los entrerríos de Zaragoza, y al descenso festivo-reivindicativo del Canal Imperial de Aragón. Va muy bien. Los detalles técnicos los tenéis en Nuevo teleobjetivo de focal variable para micro cuatro tercios. Para los no interesados, os dejo unas cuantas fotos.