[TV] Cosas de series; autismos y obesidades en las series surcoreanas

Televisión

Esta semana, dos series surcoreanas que he ido viendo muy poco a poco durante el mes de agosto y principios de septiembre. Y las dos, a priori, en una está más claro que en la otra, intentan normalizar la diversidad de las personas desde el punto de vista del físico o de la psique. Si lo consiguen o no, es otra cosa. Si las series entretienen o no, también es otra cosa.

Oh, my Venus [오 마이 비너스, el título en coreano es la transcripción en su alfabeto del título en inglés] es una serie que tiene ya varios años. Su emisión en el invierno 2015 – 2016, y está disponible en Netflix. Aunque es de esas series que los abonados españoles no ven en su catálogo salvo que ajusten la interfaz de la aplicación al idioma inglés. Entonces, sí. Me puse a verla por estar protagonizada por Shin Min-a, una actriz muy guapa, elegante y simpática, que había visto ya en algunas series anteriores, aquí, aquí y aquí. La cosa va de una chica que era un bellezón en su ciudad de provincias cuando era adolescente y en los años de universidad, pero que al entrar en el mundo real, empieza a calmar la ansiedad comiendo y acaba obesa. La trama es una comedia romántica, con su punto de drama, en la que, por supuesto, la chica volverá a ser un bellezón. No normaliza la diversidad corporal; no denigra a las personas obesas, pero no deja de sentir lástima por ellas, y les plantea unos tratamientos, basados en el ejercicio, que probablemente no funcionen sin una dieta realmente ajustada. La trama es entretenida, sin más.

Mucho más interesante es un estreno en Netflix que parece que ha cosechado mucho éxito. Tanto en su programación original en Corea del Sur como en su emisión internacional en la plataforma en línea. El título es Isanghan byeonhosa U Yeong U [이상한 변호사 우영우, La extraña abogada Woo Young-woo], en castellano, Woo, una abogada extraordinaria. Si notáis diferencias en el nombre de la protagonista es por las diferencias en la romanización a partir de la escritura coreana. U Yeong U y Woo Young-woo se supone que suenan lo mismo. La primera es la romanización oficial de las autoridades coreanas y la segunda la adaptada a la escritura en inglés. Ninguna de las dos se adapta al castellano (que vendría a ser U Yongu); pero la primera de ellas se nos acerca más.

En esta serie tratan el autismo. La protagonista, protagonizada por otra habitual de las series que veo, Park Eun-bin, es una abogada, la primera de su promoción, pero cuya personalidad está dentro del espectro autista. Por supuesto, dentro de las tipologías de mayor desarrollo lingüístico y capacidades intelectuales, pero con los rasgos más típicos de dificultad en la relación social y de intereses monotemáticos. Los cetáceos en este caso. A parte del derecho. La chica es admitida como novata en un bufete prestigioso, y la serie nos va contando como participa en los casos, como se relaciona con sus compañeros, y como liga. Empieza como un procedimental, cada episodio o cada dos episodios es un caso, y termina desarrollando la trama de fondo que afecta a quién es la madre que la abandonó con su padre sin querer saber de ella. Es bien intencionada y buen rollista. Muy cuidada. Y muy entretenida. No ha recibido críticas por su forma de presentar el autismo… pero he visto mucho mejores representaciones del mismo en la ficción. Y los casos judiciales me resultan muy poco verosímiles.

[TV] Cosas de series; abracemos lo sobrenatural de una forma u otra

Televisión

Dos series muy distintas, con una cosa, sólo una, en común. Que en un momento dado u otro… abrazan el ámbito de lo sobrenatural en su trama. Veamos de que van.

Con una nueva reencarnación de la sensual Irma Vep en el menú televisivo de hoy, París, no podía ser de otra forma.

Hace unos meses comentaba una serie surcoreana, una comedia romántica, en la que la protagonista, una pizpireta estudiante, acababa conviviendo con un tipo muy rico y apuesto que en realidad era un gumiho, una criatura sobrenatural con el aspecto de un zorro propia del folclore fantástico de Asia Oriental en distintas formas, como el kitsune japonés, que en Corea adopta la forma de un zorro con nuevo colas. Exactamente lo que significa la palabra gumiho. Aquella serie tuvo una precursora. Y con los cambios en el idioma en mi configuración de Netflix, resulta que está disponible. Lo que no tiene es doblaje al español, ni subtítulos en español. Su título es Nae Yeojachinguneun Gumiho [내 여자친구는 구미호], literalmente en inglés My girlfriend is a gumiho, mi novia es un zorro de nueve colas. Es de 2010 y parece que tuvo mucho éxito. Pero con los papeles invertidos. El estudiante es un mozo, menos pizpireto, y la gumiho es una guapa chica, que ha estado presa en un dibujo de un monasterio durante 500 años, hasta que el mozo la ha liberado. La producción de la serie es más cutre que la moderna en general, aunque parece ser que en su momento, en su país tuvo mucho éxito. La protagonista, Shin Min-a, ha aparecido en un par de series que he visto en los últimos tiempos, la odontóloga protagonista de este pueblo (¿se me olvidó comentarla?) y en este drama coral uno de los personajes más trágicos, pero con final feliz; es muy elegante, muy guapa. En 2010 parece que sus capacidades interpretativas eran más justas, pero con lo mona que estaba con veintitantos años y su carácter alegre… pues supongo que encandilaría al personal. Al final… una serie anecdótica a estas alturas.

Más interés, mucho más, ha tenido la nueva Irma Vep de Oliver Assayas. Muchos la han calificado como una nueva versión de la película del mismo título y el mismo director de 1996… y sí, pero no. Están íntimamente relacionadas; espiritualmente es otra cosa. Ahora lo explico. La película, del mismo título, la vi en Mubi hace ya un tiempo, durante los tiempos en que no se podía ir con facilidad al cine por las restricciones de la pandemia, y había que tirar de plataformas en línea para disfrutar del cine. No le dediqué un comentario, aunque la mencioné en una entrada de este Cuaderno de ruta. Me interesó poco después del ciclo dedicado a Wong Kar-wai a principios de 2021, por la presencia de Maggie Cheung en ella haciendo de sí misma. En 1996, Cheung era ya una estrella del cine de Hong-Kong y empezaba a ser notada en los circuitos festivaleros occidentales. En la película, llegaba a París para interpretar el personaje de Irma Vep en una nueva versión del clásico pionero del cine Les Vampires de Louis Feuillade, interpretado en 1915 por Musidora. Pero mientras ruedan la película, es testigo de los egos, mezquindades y líos de las gentes del cine durante la producción. La película era una satírica crítica de Assayas al relativamente pedante ambiente del cine francés, heredero de los tiempos gloriosos de la Nouvelle vague. En la realidad, Assayas y Cheung ligaron y estuvieron casados durante un breve lapso de tiempo.

La serie actual, más que una nueva versión, es una secuela de aquella película. En la que el mismo personaje del director, el ficticio René Vidal (Vincent Macaigne), alter ego de Assayas, va a rodar 25 años después una nueva versión de Les Vampires, pero adaptada como serie de televisión en lugar de película de cine. Y para el papel de Irma Vep contrata a una actriz de moda, especialmente en las superproducciones tipo superhéroes y demás, Mira, interpretada por Alicia Vikander. Lo que sucede es que el tema vuelve a ser el mismo; Mira es testigo de un caótico rodaje, en el que se va poniendo en solfa todo lo que es criticable en el cine actual. No voy a entrar en todos los detalles. los propios personajes también han de espantar su propios demonios. Mira ha sufrido una fea ruptura con su novia, mientras que su antiguo novio espera un hijo con otra mujer. Vidal sigue colgado de la protagonista de su película de hace 25 años, que aquí recibe el nombre de Jade Lee, no de Maggie Cheung… y de los fantasmas que dejó su breve y tormentoso matrimonio. Y cada vez que Mira se enfunda el icónico y sensual traje ajustado negro de Irma Vep es capaz de deambular por los tejados de París, atravesar las paredes y contemplar las vidas del resto de los participante en este drama/sátira. Sátira con ternura, puesto que Assayas podrá criticar el mundo del cine, pero no deja de estar enamorado de él. Difícil de comentar todos los detalles interesantes y divertidos de esta serie que va claramente de menos a más. A mucho más, y deja un regusto excelente, el de haber visto una serie de televisión excéntrica, nada parecida a lo que se hace habitualmente, que probablemente muchos no apreciarán, pero que es muy muy notable. A mi me ha encantado.

[Cine] Moreolsenseu 모럴센스 (2022)

Cine

Moreolsenseu 모럴센스 (2022; 10/20220114)

Confieso que en las dos últimas semanas hemos sufrido un cierto desconcierto con nuestra actividad cinematográfica. No hemos encontrado tiempo para acercarnos a las salas de cine, a pesar de que hay unas cuantas películas que nos gustaría ver, y al mismo tiempo tampoco sentimos entusiasmos especiales por casi nada. Y en los dos próximos meses nos atraen más los eventos especiales de reestrenos de películas de hace un tiempo que los posibles estrenos. En fin… Para paliar un poco la cosa, tiro de plataformas en línea. Y como el cine asiático, y en concreto el surcoreano, están en alza, me lío hace unos días a ver una comedia romántica de este último país en Netflix, dirigida por Park Hyeonjin. Por aclararnos, es una directora, no un director. Y no tiene mucho recorrido. La traducción del título sería sentido moral, pero en castellano recibe el título de Amarrados al amor y en inglés el de Love and leashes (amor y correas).

Escenas nocturnas en Seúl para ilustrar la entrada de hoy.

Estrenada claramente con intención de estar disponible para el día de San Valentín, la historia nos habla de la relación entre dos compañeros de trabajo. Ella, Jung Jiwoo (Seohyun), seria, eficiente, crítica con el ambiente sexista del lugar de trabajo. El, Jung Jihoo (Lee Joonyoung), popular, cordial, superior en el escalafón, atractivo para las mujeres. Pero por la similitud de nombres, ella recoge un día un paquete que llega para él. Lo abre… y encuentra que al tipo le va el rollo BDSM. Lo cual… le da igual. Pero a partir de ahí, se planteará la posibilidad de una relación muy especial, con ella como figura dominante y el como figura sumisa. Pero todo consensuado.

La película parte de una premisa que a nosotros se queda corta. La sociedad surcoreana es muy conservadora, y los previos a la película indicaban que allí había cierta expectación por este tipo de temas, poco adecuados para sus ídolos del espectáculo, que suelen presentar una imagen de moralidad intachable. Pero lo cierto es que su contenido es muy poco transgresor, y hace décadas que está superada este tipo de cuestiones en el cine en nuestro medio. Parece ser que ambos protagonistas proceden de grupos musicales de K-pop; a ella la vi en una serie, también de Netflix,… pero es de las flojitas. Es una chica mona, pero no es una actriz que destaque en lo que le he visto. Pero es este tipo de perfil lo que aparece en la serie.

De todos modos, la película no acaba de despegar, pero no es culpa de los intérpretes. Creo que tiene un guion flojo y un ritmo irregular. Está correctamente filmada, pero le falta garra. En parte por las diferencias culturales entre su público oriental y el público occidental. Pero también porque no acaba de desarrollar plenamente su premisa de partida, quedándose en una comedia romántica de corte relativamente tradicional en su desarrollo, que hace que no destaque por nada. No especialmente recomendable, sin ser ninguna catástrofe. Entre el telefilme y la película convencional de salas de cine, de las que se estrenan en verano.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **/***

[TV] Cosas de series; adolescentes asiáticos desbocados

Televisión

Últimamente estoy viendo demasiadas series coreanas. Placeres inconfesables en la mayor parte de los casos existen excepciones. Por ejemplo. Esta semana pasada estaba de bajón anímico. Que se ha hecho más profundo a partir del sábado por un triste suceso. No comentaré… no forma parte de lo que quiero hablar en este Cuaderno de ruta. El caso es que estos días atrás necesitaba algo intrascendente. Que durante el rato que durase, me hiciese sentir bien. Y no se me ocurrió otra cosa que reciclar alguna serie. Supongo que igual que los anglófonos consideran como una categoría las feel-good movies, en Filmin hay una colección con esa etiqueta (muy discutible que Les parapluies de Cherbourg pertenezca a esa categoría), podemos hablar de feel-good tv shows. Series que te hacen sentir bien. Y lo que se me ocurrió fue volver a ver una teleserie surcoreana, Hospital Playlist, de la que ya hablé, y que realmente te hace sentir bien. Esta no la incluso dentro de la categoría placeres inconfensables. Es muy simpática. Además me sirvió para recordarla, porque parece que en unos meses vuelve con una segunda temporada a Netflix.

Un denominador común a todas las series coreanas es que comen como limas y beben como cosacos. Así que hoy visitaremos el mercado del pescado de Noryangjin en Seúl, donde puedes comprar vivos los bichos que a continuación te pueden preparar en los puestos disponibles para ello.

Hace una semana os hablaba de otra serie coreana, comedia romántica, que tampoco consideraba incluida en la categoría de las inconfesables. Al mismo tiempo que esta, se estrenó otra, protagonizada por So Joo-yeon, que también tenía un papel en la mencionada comedia romántica. Esta actriz tiene un físico que, a sus 27 años, lo mismo le permite interpretar a una adolescente de bachillerato que a una adulta. Y en esta serie, de título Areumdawotdeon Uriege [아름다웠던 우리에게, para nosotros que fuimos hermosos], y cuyo título internacional quedó como A love so beautiful, efectivamente interpreta a una joven que conocemos con 15 o 16 años y acompañamos hasta sus 30 años. No me atrevo a decir si la edad de la que hablaba estaba «traducida» o no. Tal y como cuentan la edad en Corea del Sur, su edad en «años» puede ser uno o dos más que en occidente. El caso es que es un adaptación de una novela china, que hace unos pocos años también se convirtió en un serial televisivo en su país de origen. Son 24 episodios de apenas media hora, o sea, menos duración que las habituales series coreanas de 16 episodios de alrededor de 70 minutos. No es ni fu ni fa. Me parece excesivamente ingenua en su fase de amoríos adolescentes, y no profundiza lo suficiente en la crisis de la edad adulta. Ni es un placer inconfensable, ni es una serie especialmente interesante. Pero la fui viendo encajando sus episodios cortos en tiempos muertos aislados.

El caso es que esta serie me hizo reconsiderar otra. Como he dicho, su historia es un préstamo o una nueva versión de otra de otro país asiático. Y esto sucede con frecuencia en ese continente. Cuando una serie o película tiene mucho éxito, se hacen una o más versiones en otros países, en otros idiomas o en otro formatos. Series, animación, largometrajes… El caso más típico y comentado también se puede ver en Netflix, en dos de sus versiones, y se trata de Kkotboda Namja [꽃보다 男子, mezcla de caracteres coreanos y chinos], en su versión coreana. Aunque es normalmente conocida como Boys over flowers, su traducción al inglés, o su título original japonés, Hana yori dango [花より男子], un manga que ha sido adaptado a una serie de animación japonesa, series oficiales en Japón, Taiwán, Corea del Sur, China y Tailandia, largometrajes en Japón, y series no oficiales, copias no reconocidas, en Indonesia (dos veces), China e India. Con semejante historial… hace tiempo que tenía la curiosidad de saber qué tiene esta historia para que atraiga tanto. Hace años lo intenté ya con la serie coreana, que es de 2009, y está en Netflix desde hace muchos años. Pero no pasé del primer capítulo… y ahora si que he pasado y he visto los 25 episodios de 70 minutos.

Este si que es un placer inconfesable de tomo y lomo. El argumento es demencial. Una adolescente de clase trabajadora es admitida en un colegio privado para élites económicas y políticas, donde cuatro machitos hacen y deshacen a su antojo, son los chulos que abusan de quien les cae mal, incluso con violencia física, y donde nunca nunca nunca aparece un profesor para poner orden, y si aparece el director del colegio es para adular y actual servilmente con los progenitores de estos energúmenos. Y con estos mimbres tan demenciales,… se monta una triángulo romántico, donde se ven unas cosas que en cualquier lugar civilizado serían objeto de intervención inmediata de la policía y el juzgado de guardia. Y no vamos a hablar de la conducta absolutamente mafiosa de la madre del gallito protagonista de este invento. Y esta es probablemente la franquicia de romances adolescentes de más éxito de Asia… lo cual casi quiere decir, por volumen de espectadores,… ¿del mundo? Tremendo. Tremendo. Para mear y no echar gota. Clasismo, machismo, racismo,… todos los «ismos» negativos que podáis considerar, convertidos en comedia romántica.

[TV] Cosas de series; ronda de comedias románticas surcoreanas

Televisión

Después de pensármelo muy bien, porque tenía dos opciones para una entrada televisiva, he decidido «airear» mis últimos guilty pleasures surcoreanos. Que han llegado en forma de comedias románticas. Siempre con su puntito dramático claro. Realmente otros géneros en series de televisión de aquellas latitudes cada vez me apetecen menos. El «objetivo» de apuntarse a estas series es el de no pensar en nada, pasar un rato entretenido y después, si te he visto no me acuerdo. Aunque ha veces sí.

Démonos un paseo por el centro de Seul para una entrada tan centrada en Corea del Sur.

La serie que vi en agosto es Saikojiman gwaenchana [사이코지만 괜찮아, Es una psicópata, pero está bien] que en occidente podemos ver con el título en inglés de It’s okay to not be okay o Está bien no estar bien. Menos agresivos que la traducción del original coreano. La cosa va de una escritora de cuentos infantiles (Ye-ji Seo) que va por el mundo con un trastorno de personalidad antisocial. Lo que muchas veces se llama «psicópata» o «sociópata». Aunque esta no llega al extremo de ir matando gente. Guapísima, estilosa, con dinero,… pero insensible e insorportable. Por otro lado, tenemos a un enfermero (Soo-hyun Kim) que va por el mundo haciendo trabajos temporales y cuidando de su hermano mayor (Jeong-se Oh), que padece un trastorno del espectro autista. Y llega un día en que las vidas de estas personas, junto con las de otra enfermera amiga del anterior (Gyuyoung Park) y colada por él. Y todo se pondrá patas arriba para todos, y acabarán relacionándose en el entorno de un hospital psiquiátrico alejado de Seul. Sin contar con que sus vidas ya se cruzaron en la infancia, con un terrible secreto que se cierne sobre ellos. Para que os hagáis idea de la popularidad de la serie y sus intérpretes, en estos momentos 4.205 votantes en IMDb le otorgan una puntuación media de 9 sobre 10. Ha habido algún momento, recién estrenada en Netflix y solo vista en Corea del Sur en el que esa puntuación media estaba en 9,2. Serie buenrollista que intenta normalizar los problemas de salud mental, carece de rigor alguno sobre sus características y copia de un montón de fuentes para componer un pastiche que pese a todo resulta muy divertido. Muy divertido. Especialmente gracias al buen trabajo de la protagonista que, además de guapa y estilosa, muchísimo emplazamiento de producto en estas series, está que se sale. Con muchos de los defectos innatos a la comedia romántica surcoreana, sobresale sobre casi todo lo que he visto y realmente puede ser recomendable. Creo que últimamente el nivel de las producciones para Netflix de esa nacionalidad va mejorando.

A continuación, en septiembre, se estrenó Uri, Saranghaesseulkka [우리, 사랑했을까 Nosotros, te amamos], titulado en este lado del mndo en inglés como Was it love? o en castellano como ¿Era amor? Y aquí tenemos a una madre soltera de 37 años (Ji-Hyo Song) con una hija de 14 años a la que ha dedicado su vida desde que se vio obligada a dejar la universidad por el embarazo. Y con un sueño, ser productora de cine. Pero por el desfalco de su jefe en la productora, se ve en apuros económicos, cuando se encuentra rodeada de tres hombres de aquella época, su antiguo novio de quien se separó de malos modos, su buen amigo, actualmente actor, y un conocido más joven, a quien animó a seguir una carrera de profesor, y que actualmente es el profesor de su hija. Y a estos hay que añadir un prestamista con pintas de mafioso, pero que curiosamente parece dispuesto a echarle un cable. Dos misterios son la base de la serie. ¿Quién es el padre de la niña, probablemente uno de los cuatro? ¿Con quién se quedará al final? Hay otros misterios o intrigas secundarias que animan episodios concretos, permitiendo estirar hasta los dieciséis episodios una premisa que no da para tanto. Es entretenida, también se basa en el buen trabajo de su protagonista femenina, aunque no llega a los niveles de la anterior. Es recomendable, exclusivamente, como guilty pleasure. Sin más.

[Cine en TV] Love Wedding Repeat (2020)

Cine

Love Wedding Repeat (2020; 21/20200418)

Podríamos decir, tomándonos la vida un poco más a la ligera por relajarnos, que uno de los «grandes afectados» por la epidemia en curso en la capacidad de ver buen cine. Lo podríamos decir si no supiéramos que habitualmente entre abril y junio la cartelera en salas de cines suele pegar un bajonazo considerable en interés y calidad, con pequeñas excepciones que uno busca como un loco. En eso estamos, intentando encontrar excepciones de calidad en la cartelera virtual de las cadenas de cine en línea. En esta ocasión, parecía sugerente esta comedia romántica dirigida por Dean Craig, que parecía una mezcla de las típicas comedias británicas de eventos sociales (bodas, funerales y demás) con el día de la Marmota.

Nos paseamos por Roma, que es la ciudad donde transcurre la acción de esta fallida comedia.

Reflexiona, creemos, el director sobre la influencia del azar en nuestras vidas. Y nos ofrece diversas versiones en lo que puede suceder en la celebración de una boda, según lo que pequeñas variaciones del azar puedan conllevar. Lo que pasa es que con el ganado de personajes que nos presenta, es obvio que nada puede salir bien si no es por casualidad, porque son todos una panda de negados, que no podemos considerar representativos de la especie humana salvo en nuestras peores pesadillas.

El problema es que la película hace agua por todas partes. Ni el ritmo, ni la presentación de personajes, ni la empatía que nos generan, ni el guion, ni los chascarrillos, nada hace que esta película funcione o tenga la menor oportunidad de funcionar. El reparto, en su mayor parte británico, hace lo que puede con el material que le han dado. Y la actriz más conocida, la norteamericana Olivia Munn, a la que le hemos visto cosas interesantes en el mundo de la comedia, aparte de su notable atractivo físico, se convierte lamentablemente en el florero de la película sin que pueda aportar nada realmente positivo.

Sabes lo que os digo. Mejor no. Mejor os buscáis otra cosa. Es mala. Parece que es una nueva versión de una película francesa que tampoco está muy bien valorada en IMDb. ¿Para que insistir? Y me cuesta creer que el director sea el guionista de una de las mejores películas del género.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

[Cine] A rainy day in New York (2019)

Cine

A rainy day in New York (2019; 50/20191015)

Estamos ante la película anual de Woody Allen que debería haberse estrenado en 2018. Sin embargo, en medio de la vorágine del movimiento #metoo, movimiento que considero justificado en un gran número de casos y sobre el que creo que todavía hay situaciones reales de abuso contra las mujeres que no han salido todavía a la luz, alguien desempolvó cuestiones sobre el director de hace 25 años. Cuestiones que se trataron en su momento, incluso en el sistema judicial, pero que se desestimaron por los fiscales encargados de la investigación, decisión influida por la improbabilidad que señalaron los servicios sociales de que los presuntos abusos se produjeran. El hecho de que fueran cuestiones antiguas y desestimadas tras investigación, cosa que no se había producido con muchos de los casos que legítimamente denuncian en el movimiento #metoo, no impidió a Amazon, su distribuidora, aparcar la película por miedo a la mala prensa. Algunos intérpretes de la película también tuvieron miedo a ver manchada su reputación y empezaron a donar el salario cobrado por la película y acciones similares. Pero parecen más acciones derivadas de una presión colectiva que de una convicción sobre las acusaciones. A partir de aquí… sobre el caso,… yo no tengo una opinión clara, pero aunque no simpatice con todas las actuaciones personales de Allen, no creo que esté en la misma posición que otros acusados del movimiento #metoo. Demasiado embarradas las relaciones familiares de ese grupo como para desbrozar los intereses de cada cual.

La sección de Egipto del Met, el MoMA, Central Park o los garitos del Village o del SoHo son algunas de las localizaciones de la película, tan homenaje a Nueva York como muchas otras películas d

El caso es que finalmente Allen recuperó los derechos de distribución de la película que ha llegado a los cines como decía un año después de lo previsto. Y nos cuenta cómo dos universitarios, un niño pijo neoyorquino (Timothée Chalamet) y la hija de papá de un banquero del sur de los EE.UU. (Elle Fanning), que estudian en la misma universidad de Nueva Inglaterra, van a pasar un romántico día en Nueva York, que se tuerce de formas insospechadas. Aunque no necesariamente para mal. Especialmente cuando otras personas, atractivas, se crucen en el camino de él (Selena Gomez) o de ella (Liev Schreiber, Jude Law o Diego Luna).

Hace tiempo que venimos considerando que las película actuales de Allen son obras menores comparadas con los clásicos que podemos encontrar en su obra. En esta comedia romántica, incluso sus temas tradicionales aparecen mucho más moderados, apagados o casi ausentes. Estamos más ante el despiste vital de un joven de 21 años y la ambición todavía no correctamente encarrilada de su novia, en una relación más circunstancial que profunda, y cómo un día de lluvia y experiencias les puede llevar a cambiar su forma de entender las cosas. El caso es que la historia es simpática, muy entretenida. La película se mueve con ritmo.

Y las interpretaciones, sin ser de gran nivel, son suficientes para sacar adelante la misión encomendada. Ciertamente, Chalamet me parece que no está al nivel que muchos proclaman, que todavía tiene recorrido de mejora. Fanning está solvente aunque no a su máximo nivel. Y Selena Gómez es quizá la sorpresa, puesto que actúa con desparpajo, generando mucha empatía con su personaje. El resto del reparto tienen pequeños papeles que desempeñan con oficio.

¿Es recomendable? Pues sí, si quieres pasar un rato entretenido y no le has cogido, como muchos, manía al director. Dura muy poco más de hora y media y te arrancará más de un sonrisa. Sin más pretensiones.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine en TV] Always be my maybe (2019) / Elisa y Marcela (2019)

Cine

En los últimos días, ni hemos tenido tiempo u ocasión para ir a las salas de cine, ni la cartelera ha estado lo suficientemente atractiva como para que nos esforzáramos en encontrar tiempo o buscar la ocasión. Si a eso sumamos la pereza que da salir de casa en determinados días por el excesivo calor que padecemos… pues la solución a la dosis semanal de cine de estreno puede pasar por los servicios de bajo demanda, por las producciones exclusivas de algunos de estos. Así que vamos con dos de ellas.

Always be my maybe (2019; 34/20190630)

La comedia romántica es, desde hace mucho más tiempo de lo que parece, un género en decadencia. Es cierto que las taquillas acompañaron durante unas década a estas películas. Pero no podían esconder que eran producciones estereotipadas, prefabricadas, que recurrían sistemáticamente a las mismas fórmulas. Previsibles, poco a poco han ido perdiendo el favor del público, aunque siempre haya espectadores dispuestos a merendarse una tontada romanticona mientras se empachan de palomitas. Hete aquí que Netflix empezó a nutrir su fondo de producciones originales propias con algunas de estas. Yo, remiso a tropezar de nuevo en la piedra de los caminos trillados, he evitado muchas de estas. Pero de repente empecé a leer hace unas semanas reseñas sobre esta comedia usamericana, firmada por Nahnatchka Khan (desconocida para mí), con un reparto donde predominan los intérpretes de origen asiático, como una película que tenía cierto interés. Así que cogí, y en la sobremesa del domingo, después de haber pedido para compartir una ración de yakisoba y sashimi, nos dispusimos divertirnos con ella.

Si la primera película va de asiáticos… pues viajaremos fotográficamente a Asia, a China. Si la segunda película está rodada en blanco y negro,… pues lo mismo.

La cosa va de una chica de origen vietnamita, Sasha Tran (Ali Wong), que se ha convertido en una chef de éxito, que se reencuentra con un viejo amigo de la infancia de origen coreano, Marcus Kim (Randall Park), cuando vuelve a San Francisco para abrir una sucursal de su cadena de restaurantes. De niños y adolescentes fueron inseparables, pero al llegar el final de la adolescencia, cuando decidieron dar un paso más en la relación, no funcionó. Y a partir de ahí llevaron vidas separadas. Obviamente… el reencuentro…

Bien. Escribir 1000 veces en la pizarra, «no te fíes de los listos que pontifican sobre cine actual en internet». Esta comedia romántica es de una mediocridad pasmosa. Los dos protagonistas no son desconocidos para mí, me los he encontrado aquí y allá en producciones televisivas, generalmente haciendo trabajos razonablemente competentes. Pero aquí no pueden superar la avalancha de lugares comunes y previsibilidad, con unos gags pretendidamente cómicos que no funcionan.

Un producto prefabricado más en el ámbito de la comedia romántica, que lo único que me despierta es las sospechas de que muchos de estos individuos o individuas que opinan por ahí estén untados por las cadenas. No recomendable salvo para partidarios acérrimos de este género que quizá se sientan a gusto viendo lo de siempre.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

Elisa y Marcela (2019; 35/20190704)

Si la anterior era una película claramente comercial, en la que habíamos puesto erróneamente cierta esperanza de encontrar algo de calidad, aquí nos encontramos con una propuesta muy diferente. Estamos ante la última película de Isabel Coixet, directora española que siempre ha aspirado a hacerse un hueco entre los más prestigiosos directores de esos que hacen el llamado «cine de autor». En sus inicios parecía que llevaba el buen camino, y tengo recuerdos de un par de sus películas que realmente me parecieron excelentes. Pero luego… tengo la sensación de que se esfuerza tanto de las formas, que olvida dotal de fondo y alma a sus películas. Me ha pasado con varias.

Y aquí la tenemos de pronto, estrenando en Netflix, en blanco y negro, a lo Cuarón, con una de las tantas producciones que se presentan en esta cadena sobre tema LGTBI+ (espero no dejarme ninguna palabra, no quiero excluir a nadie). Y lo hace rescatando una crónica de la sección de sucesos en el cambio del siglo XIX a XX, cuando la noticia de que dos mujeres se habían casado (por la iglesia, porque era la única forma en la práctica en aquellos momentos), haciéndose pasar una de ellas por un hombre. La película se «inspira» en hechos reales. Obviamente, ese «inspira» ya nos va a indicar que se va a tomar muchas libertades con lo que sucedió entre Elisa Sánchez Lóriga, alias Mario Sánchez (Natalia de Molina) y Marcela Gracia Ibeas (Greta Fernández) en un periodo más o menos conocido que abarcó desde que se conocieron en 1885 hasta que se les pierde el rastro en 1909. Como veis, un período de 24 años, que no se corresponde con el paso interno del tiempo de la película.

La película se nos presenta como una representación de la intolerancia ante el amor homosexual (estamos en Galicia en el salto del siglo XIX al XX,… ¡qué diablos se podía esperar!; si estaban en su conjunto como sociedad más para dar pena que para ser criticados), mezclada con una serie de escenas de cama que, dada la época, resultan algo inverosímiles o forzadas. El guion es flojo; con tendencia al aburrimiento. El blanco y negro apenas se justifica, no es la mejor fotografía en blanco y negro que te puedes encontrar y, como he leído por ahí, más parece propia de un anuncio de perfumes que de un intento de recuperar un ambiente histórico y social. Nuevamente, Coixet se pierde en las formas descuidando por completo el ritmo y la emoción de la historia, o definiendo un enfoque claro sobre lo que nos quiere hablar.

Dicho lo cual, nos quedaba la esperanza de que las dos actrices pudieran salvar la papeleta. Pero no funcionan. De Molina no acaba de convencerme en sus capacidades interpretativas, no es la primera vez que me pasa, más que interpretar parece que declama o recita sus papeles. Y Greta Fernández, una joven actriz con pedigree familiar, presenta mejores maneras, se le ve más natural en su papel, pero no basta para levantar el conjunto, ni de lejos.

Película con pretensiones, que fracasa, desde mi punto de vista estrepitosamente, en contar una historia que enganche al público. Coixet sigue fallando en lo básico. Era mucho más interesante cuando rodaba cutre, pero tenía algo que contar con sustancia. Una pena. Oportunidad perdida. Nop. Coixet no es Cuarón.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

[Cine] Su mejor historia (2016)

Cine

Su mejor historia (Their Finest, 2016; 312017-0108)

Aunque habíamos visto críticas favorables a esta película en algún sitio, este largometraje británico de la directora danesa Lone Scherfig estaba pasando bastante desapercibido en la cartelera del verano. A pesar de que es curiosamente adecuado para ver en tandem con la película bélica de moda que comenté hace unos días, como veremos dentro de poco. Aunque son dos películas tremendamente distintas. Scherfig tiene algún título bastante interesante en su filmografía, por lo que no era desdeñable como aliciente. Y además tenemos una protagonista,… especialmente atractiva para el público masculino. Pero que todavía le queda un poco por demostrar que es bastante más que un físico espectacular. No es que trabaje mal, pero para ser británica… pues está un poquito por debajo de la media. Es una cinematografía muy exigente…

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Londres, claro, en las fotos de hoy. No tan roto como en los tiempos del «blitz», pero igual de tradicional.

La historia nos lleva al Londres de 1940, en pleno blitz, Catrin Cole (Gemma Arterton) es una secretaria de una empresa de publicidad que elabora algunos textos de los anuncios. Y eso lleva a que le den la oportunidad de empezar a trabajar en los equipos de escritores que preparan los guiones para las películas propagandísticas de la época. El descubrimiento de una historia sobre unas hermanas que podrían haber participado con su barquito en el rescate de las tropas británicas en Dunkerque, hace que surja la idea para una película «basada» en «hechos reales» que encargan al equipo del guionista Tom Buckley (Sam Claflin) al que se incorpora Catrin para redactar los diálogos femeninos. Y nos sumergiremos de pleno en el rodaje de una película sobre la evacuación de Dunkerque (¿apreciamos ahora la oportunidad de ver las dos películas en tándem?).

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Película de factura correcta, muy académica, pero que funciona sin ningún problema, de forma amable, como comedia romántica, bastante divertida… hasta que unos giros de la historia que pocos en el patio de butacas esperaban provocan un cambio de género, y se convierta en un drama con un tono fundamental de reivindicación feminista, con el mensaje de que a veces tiene que hay que eliminar al hombre que bloquea las posibilidades de la mujer, por doloroso que eso sea, porque esta es capaz de salvar la situación, ya que es tan capaz o más que el hombre para hacer el trabajo que hay que hacer. Situación que se plantea tanto en la película, como en la película dentro de la película.

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Si el guion y la factura de la película, ya digo que muy académicos, funcionan bastante bien, la película consigue que el público se enganche definitivamente a la misma gracias al carisma y a la química entre los personajes. Gemma Arterton se muestra bastante sólida. Mucho más discreta que habitualmente a la hora de utilizar su tremendo atractivo femenino, realiza una interpretación convincente mostrando que efectivamente es una actriz que es más que una cara bonita y un cuerpo escultural, con capacidad para pasar dentro de una misma película de los momentos de relajo alegre y romántico, a las situaciones dramáticas. Pero el resto del reparto también luce a buen nivel, con un Bill Nighy en uno de esos papeles de comedia que tan bien se le dan, pero con otros personajes menos vistosos que aportan. Un ejemplo claro son las incisivas frases de Rachael Stirling, en su papel de ayudante de producción con tendencias lesbicas, que va marcando constantemente el auténtico sentido de la película, que como digo es la reivindicación femenina, y no la comedia romántica de la que se disfraza.

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Ya he comentado que esta película está pasando relativamente desapercibida, y sin embargo es una opción bastante interesante y respetable para introducir un poco de frescura en las tardes de verano. Con humor y drama sabiamente repartidos, reflexiona y emociona a partes iguales. No sé lo que durará en cartelera, pero a mi me parece recomendable.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

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[Cine] No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas (2016)

Cine, Sin categorizar

No culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas (2016; 642016-1012)

Hoy tengo la agobiante sensación de que tengo un montón de cosas que hacer, que las horas no me van a dar, y que no voy a llegar. Así que el comentario de esta película española que vimos hace una semana lo voy a hacer al vuelo.

Dirigida por María Ripoll, simplemente la longitud pretendidamente ingeniosa del título ya nos sitúa en el ámbito de la comedia romántica, en la que una chica mona pero que es un desastre, sufrirá fracasos continuos en el amor hasta que encuentre su príncipe azul, que probablemente conocía desde la infancia, y su lugar en el mundo. En esta ocasión, la gilipollas kármica es Sara (Verónica Echegui), que por supuesto tendrá una familia disfuncional y alguna amiga extravagante a la que contarle sus penas. Nada nuevo que no se haya visto en películas similares anteriores.

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Ya que la película se pasea un ratito por Hong Kong, así haremos por nosotros; desde el jardín de las flores en Yuen Po, nos iremos a TST hacia el jardín de las estrellas del cine y Victoria Harbour.

El avance que pudimos ver previamente no nos convenció gran cosa, pero ante una invitación que no me sentí con ganas de rechazar, acudí con un grupo de amigos a la sala de cine para verla. Con la confianza de que las críticas positivas aunque no entusiastas de una diversidad de medios especializados abrieran un resquicio a la esperanza cinematográfica. No hay nada que hacer. Los medios españoles son condescendientes con las películas nacionales y las sobrevaloran. Desconozco si tienen algún tipo de acuerdo con las productoras y distribuidoras. Pero lo parecen… luego le echaran al karma de la taquilla lo que les pasa por gilipollas. La película es vulgar, previsible y con fallos en diversos niveles. No, para ir de de visita a Hong Kong no hay que hacer complejas gestiones de visados. El visado te lo ponen sobre la marcha al llegar a la región especial autónoma china.

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Escribir una leyenda

Las interpretaciones… Pues Echegui está totalmente sobreactuada, y me da la sensación de que sus cualidades para la comedia son limitadas. La que hace de su hermana (Alba Galocha) parece que tiene como misión principal enseñar las tetas, mientras la protagonista parece que trabaja en una película totalmente distinta y más recatada, y hasta en las escenas de cama sale con las bragas de cuello alto. Absurdo como planteamiento general de la película… o decides enseñar o decides no enseñar… pero que dependa del caché y la edad de la actriz indica que si enseñas es mero anzuelo con cebo de carnaza. No una decisión especialmente creativa. El resto del reparto se apunta a la mediocridad coral de muchas comedias nacionales.

Algunas risas se oían en la sala, ante chistes o chascarrillos que divertirán a las mentes sencillas (y respetables) habituadas a los productos palomiteros y a la caspa telivisiva. Pero estamos ante un producto de mediocridad sangrante. Yo no lo recomendaría salvo a aficionados incondicionales de este tipo de productos.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **

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[Cine] Maggie’s Plan (2015)

Cine

Maggie’s Plan (2016; 562016-3010)

Hasta ahora sólo había visto una película dirigida por Rebecca Miller, hija del escritor Arthur Miller y de la fotógrafa Inge Morath,… se le suponen genes capaces de escribir y de visualizar. Lo cierto es que no me gustó demasiado. Tampoco fue ninguna catástrofe… pero… En cualquier caso, la película que nos ocupa hoy, y que vimos ya hace casi una semana, venía con alguna que otra crítica positiva y con el aliciente de un reparto muy interesante encabezado por la enésima musa del cine «indie» americano, Greta Gerwig, que últimamente nos había ofrecido algunos trabajos interesantes.

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Al igual que en la película, fotográficamente nos damos un paseo por los parques de Nueva York,… Central Park, Union Square, Madison Square, Washington Square,… ese tipo de lugares donde se producen en el cine constantemente encuentros improbables, pero necesarios para que la trama avance.

La película nos plantea un curioso triángulo entre una serie de personas del mundo académico. Por una lado, una joven que acaba de cumplir los treinta, Maggie (Greta Gerwig), a la que le persigue el reloj biológico, y que se plantea la maternidad por inseminación artificial «artesanal». Pero justo en ese momento, conoce a John (Ethan Hawke), profesor de antropología, con quien conecta a diversos niveles, y que está pasando una cierta crisis con su dominante esposa, Georgette (Julianne Moore), también profesora de antropología, pero con más nivel académico, y que siente le está cortando la posibilidad de convertirse en escritor. Y el divorcio, subsiguiente matrimonio y nacimiento de bebé sucederán… pero el triángulo seguirá ahí.

No sé muy bien cómo explicarlo. El planteamiento tiene su aquel. Da la impresión de que hay mimbres para construir algo. Los intérpretes, todos ellos de buen nivel, hacen lo que pueden. La película, con sus diálogos, sus localizaciones mayoritariamente neoyorquinas y su aspecto visual, tiene un sabor a Woody Allen. Pero hay algo que no acaba de funcionar. Desde luego, la película es previsible. Pero algunas situaciones, que podrían haber dado juego con un poco más de ironía, sarcasmo o, directamente, mala leche, se pierden y se diluyen en lo políticamente correcto, aunque quizá este fuera uno de los elementos a poner en solfa en este conjunto de personajes tan parodiables.

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En general, a la película le falta alma, y un saber aprovechar de forma más aguda las situaciones que se plantean. Ya digo que la película es previsible, y puesto que de alguna forma es inevitable, se podría haber jugado con esa previsibilidad. Hay películas muy divertidas cuando se plantea que el público que la ve sabe cosas de los personajes que ellos no, y que dan dobles o triples sentidos a las situaciones. No se aprovecha. Creo que la principal responsable es la directora del cotarro, que no sabe muy bien por dónde llevar la historia.

Se deja ver, pero no me animo a recomendarla con carácter general, aunque puede interesar a los aficionados a este tipo de cine y a los intérpretes que la protagonizan.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

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[Cine] Lolo (2015)

Cine

Lolo (2015; 412016-2907)

Hubo dos motivos para ir a ver el viernes pasado esta película. Por un lado tener la oportunidad de entrenar un poco el oído con el francés, que últimamente lo tenemos un poco oxidado. La película está también en cartelera doblada al castellano con el aclaratorio, tópico y vulgar título de «Lolo, el hijo de mi novia». La tontada de costumbre. Por otro lado, más sustancial en lo cinematográfico, hace muchos años… desde cierto color «blanco» por lo menos, que tenemos cierta debilidad por Julie Delpy, que convertida en un gran «Juan Palomo, yo me lo guiso, yo me lo como» escribe, dirige y protagoniza esta comedia romántica del país vecino. Sip. Delpy nos gusta… incluso si hay quien en este país que la confunde con la novia del presidente de la república, craso error. Incluso ahora que ya no oculta su condición de cuarentona,… mejor cuarentañera, no vaya a ser que nos ofendan algunas, de culo amplio, sobre lo que ella misma no duda en ironizar en los diálogos de la película. Bien por su sentido del humor.

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Aunque hay algunas escenas en Biarritz y Londres, la película se desarrolla principalmente en París, con varias coñas relacionadas con la torre Eiffel.

Pero, ay, que «amemos» a Julie Delpy no impide para que tengamos que ponernos un poco «serios» a la hora de evaluar este filme. Despy encarna a Violette, mujer parisina, separada desde hace tiempo, con un hijo asperiante a artista contemporáneo que no tardará en cumplir los 20 años, y a la que lo mismo le va estupendamente en su vida profesional de directora artística de «nomeacuerdoqueexactamente», que ve como sus sucesivas relaciones con los hombres van naufragando una tras otra. Animada por su mejor amiga, Ariane (una imponderable Karin Viard que merece mucha más presencia y protagonismo; extraordinariamente dotada para la comedia), durante unas vacaciones en Biarritz liga con un ingeniero informático, Jean-René (Dany Boon), que aunque no juega en las mismas ligas de la relación social, la hace feliz en otros aspectos de la vida. Especialmente, cuando se trata de la relación horizontal en la cama. Pero su retoño Lolo (Vincent Lacoste) no parece ver con buenos ojos la relación… Y cuando un retoño es una persona creativa y un tanto borde, rozando la sociopatía… cualquier cosa puede pasar.

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Así que nos pasearemos por su parques, como el de las Tullerías,…

Delpy tenía dos opciones en este comedia. O tirar por el lado francamente amable, del enredo con final feliz y sin más consecuencias, lo cual nos hubiera decepcionado en una persona de la inteligencia que le suponemos, o tirar directamente por la comedia borde y con final imprevisible que pusiese a caldo con desliciosa mala leche las instituciones pareja/familia/materno-filial todas de un plumazo. El caso es que no se decanta, y de hacerlo al final lo hace por el lado más amable, por lo que una comedia que comienza con unos mimbres muy interesantes, acaba vulgarizándose y no pasando de un mero entretenimiento con altibajos. Los varones de la función no acaban de dar la talla, Delpy monopoliza en exceso, y ya digo que echamos de menos una mayor presencia de Viard, cuyas escenas suben de modo casi sistemático el nivel de lo que estamos presenciando. De todos modos, la película se va volviendo previsible hasta desembocar en un final un poco precipitado y algo forzado.

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O por las orillas del Sena…

Entendámonos, seguiremos amando a Julie Delpy. Es un amor generacional, que dedicamos a esas mujeres del cine nacidas en los años 60 del siglo XX, comparable al el que profesamos por alguna que otra actriz francesa o española, cada una en su estilo, por mencionar a algunas, y al que ninguna actriz de Hollywood puede aspirar, porque siempre las veremos de papel couché o celuloide, mientras que las de este lado del oceano las sintamos de carne y hueso, más de verdad. Pero en esta ocasión nos ha dejado con las ganas… La película navega por una cierta mediocridad con apenas algún que otro momento salvador. Otra vez será.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

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O por donde el romanticismo que atribuirmos a la ciudad-luz, merecido o no, nos lleve.