[Cine en TV] All the bright places (2020)

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All the bright places (2020; 16/20200304)

Ha llegado marzo. Y con su llegada nos ha dejado la sensación de que el bajón de primavera en la calidad del cine que se proyecta en la cartelera ha llegado antes de tiempo. Generalmente son abril, mayo y junio los meses flojos,… pero es que no hemos sido capaces de encontrar una buena sesión a la que acudir a ver cine en pantalla grande. O las películas nos parecían carentes de interés o las versiones originales se limitaba a horarios en las que no nos venía bien. El caso es que durante el invierno, no era infrecuente que esos horarios cambiaran una o dos semanas después del estreno, abriendo oportunidades. Pero desde hace unas pocas semanas, simplemente desaparecen las versiones originales tras una semana en cartel. Promoción de la cultura que se llama. Así que esta semana me contentaré con un estreno reciente en una plataforma de vídeo bajo demanda a través de internet. Dirigida por Brett Haley, a priori y según lo leído en algún sitio, esta película quizá no fuese la octava maravilla del séptimo arte, pero parecía un producto digno. Así que le di una oportunidad. Por cierto, en España la han titulado «Violet y Finch»… así con toda la «originalidad» del mundo.

Hasta ahora, las fotos de nuestra escapada de hace una semana a la provincia de Teruel sólo las había tratado en blanco y negro, en la práctica. Hoy he optado por el color,… aunque no me salen «todo esos lugares brillantes».

La película nos habla de la relación entre dos adolescentes, compañeros en el mismo instituto, aunque no se han tratado mutuamente hasta el momento. Ella, una chica muy pija, Violet (Elle Fanning), ha perdido a su hermana en un accidente de tráfico, pérdida por la que todavía se encuentra en duelo, con amenazas de que sea un duelo patológico. Él, un chico de clase trabajadora, Finch (Justice Smith), es el chico conflictivo del colegio, con algún eventual ataque de ira o ausencias del centro. Un trabajo de clase en el que tendrán que visitar juntos los lugares representativos del estado de Indiana, en el que viven, servirá para acercarlos e iniciar una peculiar relación.

Con una realización académica y funcional, los primeros compases de la película resultaron prometedores. La pareja de actores son razonablemente competentes, especialmente Fanning, como ya ha demostrado en otras películas, y sin resultar en absoluto una situación original, parece que nos está llevando a algún lugar interesante. Pero pronto la película empieza a torcerse, con un exceso de melodrama que va creciendo hasta un final supuestamente trágico, disfrazado de «venga va, todo está bien, porque todo el mundo es bueno». La película resulta en definitiva no ser más que un publirreportaje de lo políticamente correcto en el mundo de la salud mental, en la que mezclamos en una coctelera gente con duelos patológicos, con abusos físicos en la infancia o con trastornos de la alimentación, tengan o no tengan que ver. Con ello, poco a poco, incluso las interpretaciones van decayendo, estando a punto de naufragar.

La película no es una catástrofe total, pero al final, llena de tópicos, y resultado de refrito de situaciones mil veces vista, no va más allá de lo que puede ofrecer un telefilm buenrrollista y de bajo presupuesto. Particularmente, no perdería mucho tiempo con ella.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

[Cine] A rainy day in New York (2019)

Cine

A rainy day in New York (2019; 50/20191015)

Estamos ante la película anual de Woody Allen que debería haberse estrenado en 2018. Sin embargo, en medio de la vorágine del movimiento #metoo, movimiento que considero justificado en un gran número de casos y sobre el que creo que todavía hay situaciones reales de abuso contra las mujeres que no han salido todavía a la luz, alguien desempolvó cuestiones sobre el director de hace 25 años. Cuestiones que se trataron en su momento, incluso en el sistema judicial, pero que se desestimaron por los fiscales encargados de la investigación, decisión influida por la improbabilidad que señalaron los servicios sociales de que los presuntos abusos se produjeran. El hecho de que fueran cuestiones antiguas y desestimadas tras investigación, cosa que no se había producido con muchos de los casos que legítimamente denuncian en el movimiento #metoo, no impidió a Amazon, su distribuidora, aparcar la película por miedo a la mala prensa. Algunos intérpretes de la película también tuvieron miedo a ver manchada su reputación y empezaron a donar el salario cobrado por la película y acciones similares. Pero parecen más acciones derivadas de una presión colectiva que de una convicción sobre las acusaciones. A partir de aquí… sobre el caso,… yo no tengo una opinión clara, pero aunque no simpatice con todas las actuaciones personales de Allen, no creo que esté en la misma posición que otros acusados del movimiento #metoo. Demasiado embarradas las relaciones familiares de ese grupo como para desbrozar los intereses de cada cual.

La sección de Egipto del Met, el MoMA, Central Park o los garitos del Village o del SoHo son algunas de las localizaciones de la película, tan homenaje a Nueva York como muchas otras películas d

El caso es que finalmente Allen recuperó los derechos de distribución de la película que ha llegado a los cines como decía un año después de lo previsto. Y nos cuenta cómo dos universitarios, un niño pijo neoyorquino (Timothée Chalamet) y la hija de papá de un banquero del sur de los EE.UU. (Elle Fanning), que estudian en la misma universidad de Nueva Inglaterra, van a pasar un romántico día en Nueva York, que se tuerce de formas insospechadas. Aunque no necesariamente para mal. Especialmente cuando otras personas, atractivas, se crucen en el camino de él (Selena Gomez) o de ella (Liev Schreiber, Jude Law o Diego Luna).

Hace tiempo que venimos considerando que las película actuales de Allen son obras menores comparadas con los clásicos que podemos encontrar en su obra. En esta comedia romántica, incluso sus temas tradicionales aparecen mucho más moderados, apagados o casi ausentes. Estamos más ante el despiste vital de un joven de 21 años y la ambición todavía no correctamente encarrilada de su novia, en una relación más circunstancial que profunda, y cómo un día de lluvia y experiencias les puede llevar a cambiar su forma de entender las cosas. El caso es que la historia es simpática, muy entretenida. La película se mueve con ritmo.

Y las interpretaciones, sin ser de gran nivel, son suficientes para sacar adelante la misión encomendada. Ciertamente, Chalamet me parece que no está al nivel que muchos proclaman, que todavía tiene recorrido de mejora. Fanning está solvente aunque no a su máximo nivel. Y Selena Gómez es quizá la sorpresa, puesto que actúa con desparpajo, generando mucha empatía con su personaje. El resto del reparto tienen pequeños papeles que desempeñan con oficio.

¿Es recomendable? Pues sí, si quieres pasar un rato entretenido y no le has cogido, como muchos, manía al director. Dura muy poco más de hora y media y te arrancará más de un sonrisa. Sin más pretensiones.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Mary Shelley (2017)

Cine

Mary Shelley (2017; 35/20180720)

Película de la directora saudí Haifaa Al-Mansour, que no aporta absolutamente nada de personalidad propia a un largometraje que parece uno más de los muchos dramas de época a los que es tan aficionado el cine británico. Película que flojea por distintos flancos, yo creo que no sabe lo que quiere ser, si un drama romántico, un drama feminista o una reflexión sobre el proceso creador, o todo junto pero regular, pero en la que destacan algunos elementos del reparto, especialmente su protagonista, una joven Elle Fanning, que se basta para dar interés a esta mal engranada producción. Que por lo tanto pasa a la categoría de visible o llevadera.

La más joven de las Fanning parece que se va destacando como la más sólida interprete de las dos hermanas, aunque habrá que ver cómo se desenvuelve Dakota en una futura adaptación, sobre la que tengo mucha curiosidad, que si sale bien puede ser de lucimiento. Si sale bien. Pero vamos a lo que estamos.

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Ya que las tengo a mano y recientes, cómo no, unas vistas crepusculares del lago Lemán en Ginebra; ciudad natal de Jean-Jacques Rousseau, pensador ilustrado republicano como el padre de Mary Shelley, que conquistó con mayor fortaleza su sitio en la historia.

La película que hoy nos ocupa puede verse como un drama romántico. El que narra los amoríos azarosos de Mary Godwin, de casada Shelley, con el poeta Percy Shelley. Poco interés aquí. Una adolescente en la edad del pavo que se enamora de un joven cinco años mayor, que va de poeta por la vida, y que además procede de una aristocracia con posibles. El chico es un caradura y pasan cosas. Si lo dejamos ahí… Mary Shelley fue una mema como tantas otras en la historia. Existen situaciones en la historia similares en las que los memos fueron ellos. Quiero dejar clara mi postura ecuánime y no sexista aquí. Como dice el dicho, «el que se enamora no lo nota, pero se vuelve idiota»… independientemente del género que le corresponda. Aquí la película falla, porque no encontramos interés en esa relación.

Puede verse la película como un drama feminista. Mary Godwin fue hija de una pareja de ilustrados.  Su madre, Mary Wollstonecraft, fue una filósofa y escritora precursora importante de la lucha por el reconocimiento de la igualdad de derechos de la mujer. Probablemente, una mujer cuya vida sea mucho más interesante de narrar y de conocer que la de su hija. Sin despreciar, en ningún modo, la de esta. Pero poco influir directamente en su hija, ya que murió de una sepsis tras el parto. Su padre, William Godwin, fue un pensador político que pasó de la ortodoxia más recalcitrante de la religión calvinista a escritos que lo convierten en un precursor del pensamiento de la izquierda republicana, e incluso del anarquismo. Propuso siempre, de todos modos, el diálogo como vía de transformación y rechazó la violencia. Sin embargo, por la feroz respuesta antirrepublicana de la sociedad británica ante la revolución francesa, fue olvidado y tuvo poca influencia en las últimas décadas de su vida. Con estos antecedentes, revolotea por la película constante la condición de Mary como figura de reivindicación feminista y progresista. Pero lo que realmente trasluce fue en qué medida estuvo siempre supeditada a los hombres, a su padre primero y a su amante y marido después. Difícil saber cuál es el mensaje exacto. Lo podemos suponer, pero no acaba de quedar bien definido.

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Finalmente estamos ante la reflexión del proceso creador. Mary Shelley fue la escritora de Frankenstein o el moderno Prometeo. Y realmente, aunque la figura de la escritora se ha popularizado en las últimas décadas, hasta hace unas cuantas la mayor parte del personal pensaba que el famoso monstruo, que no se llama Frankenstein, que ese es el doctor que lo crea, era un producto propio del cine de Hollywood. Sobre el encuentro de personalidades creadoras a orillas del lago Lemán en las afueras de Ginebra en el verano del «año sin verano«, ya tenemos una película de firma española, aunque con reparto principalmente inglés. La tesis de la película es que el monstruo es consecuencia o un reflejo de las propias vivencias de Mary. De su ninguneo por ser mujer, del efecto que causan en ella los hombres de su vida, especialmente la carencia de afecto real en esas relaciones, siendo ella como el monstruo de su novela, creado para luego ser abandonado o repudiado por su creador. Aquí puede haber estado el quid para que la película genere interés… pero como se mezcla con los otros temas… tampoco queda del todo bien perfilado. Además, el significado de esta obra literaria es mucho más complejo y profundo de lo que podemos plantear en una breve entrada como esta.

Lo que sí es notable en el personaje es que Mary Godwin, todavía no se había casado ni llevaba el apellido Shelley en el momento de escribir la novela, tenía entre 18 y 19 años cuando se desarrolló el juego creativo sobre monstruos o fantasmas a orillas del Lemán y que dio lugar al famoso mónstruo. Pensemos hoy en día cuántos creadores de esa edad alcanzan ese nivel de profundidad en sus creaciones. En qué medida, en la actualidad la adolescencia se prolonga sociológicamente durante años, tardando mucho más en madurar las personas como profesionales o como adultos autónomos e independientes por mucho que la ley reconozca la mayoría de edad a los 18 años. Esa reflexión sí que me la produjo la película. El personaje principal, Mary, durante prácticamente toda la película, es una adolescente.

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Ya he dicho que Elle Fanning borda el papel, y es el principal atributo que hace que pueda merecer la pena ir a las salas de cine a ver la película. Y le tenemos que agradecer su capacidad para encarnar perfectamente las circunstancias vitales de esta mujer que nos dejó como legado un mito moderno y duradero.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

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[Cine] The Beguiled (2017)

Cine

The Beguiled (2017; 342017-2508)

Dos son las adaptaciones al cine que conozco de la novela de Thomas Cullinan del mismo título. En España, las dos adaptaciones reciben títulos diferentes, que suenan muy similares, pero que no significan ni mucho menos lo mismo. El caso es que tampoco es exactamente el mismo que en inglés. «La seducción» o «el seductor» no es lo mismo que la traducción en «el seducido» o «las seducidas». Desgraciadamente no sé cuál es exactamente la traducción adecuada, ya que el adjetivo es invariable en género y número en el idioma inglés. Quizá por ello, sea más adecuado el título en castellano de la nueva versión de Sofia Coppola, ya que nos deja la duda sobre quién seduce a quién en esta historia de la guerra civil americana.

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En la sierra de Alcubierre, en el frente de Aragón, también se sufrieron las consecuencias de otra guerra civil, y también los civiles sufrieron las consecuencias de una contienda tan incivil.

Ambientada en Virginia en 1964, estamos ante las fases finales de la guerra civil, con el ejército de la Unión avanzando por el estado sureño en dirección a la capital Richmond. En el internado para señoritas de Martha Fansworth (Nicole Kidman), quedan unas pocas pupilas y una profesora, Edwina (Kirsten Dunst). Entre las chicas, una adolescente, Alicia (Elle Fanning), destaca entre ellas por sus deseos de salir al mundo. Y en estas están cuando la inquieta Amy (Oona Laurence) encuentra a un soldado de la Unión (Colin Farrell) herido en el bosque mientras recolecta setas y lo lleva para recibir cuidados en el internado. Y esto va a revolucionar las hormonas y la convivencia en el internado.

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Sé que he visto en alguna ocasión la versión de 1971, dirigida por Don Siegel y protagonizada por Clint Eastwood y Geraldine Page, pero sinceramente, aunque sabía aproximadamente de qué iba la cosa, no la recuerdo con detalle. Nos dicen que Coppola ha trasladado el punto de vista de la acción del soldado irlandés hacia las mujeres virginianas. Esto es así. Pocas veces nos quedamos a solas con él. Las más de las veces conocemos de él por lo que perciben las mujeres y niñas del internado. Coppola se preocupa también por crear un ambiente. Para ello se apoya especialmente en una fotografía de planos comprimidos, brumosa, con la sensación del calor húmedo en el verano sureño. La guerra aparece como algo presente, pero distante (se podían haber estirado un poco más en los efectos digitales a la hora de crear los humos de las batallas e incendios, flojos). Y el ambiente en el interior de la casa aparece como opresivo. Aunque sin llegar a los extremos de Kubrick, el trabajo del director de fotografía Philippe Le Sourd con iluminaciones realistas, con la iluminación de las velas tal y como debe verse y no como se ve habitualmente en el cine, unido a la textura de la película cinematográfica en la que está rodada, nos hace sentir la atmósfera cargada entre los  prsonajes. En general, estamos ante una obra que muestra una capacidad profesional por parte de la directora y del equipo de la misma. Todo ello unido al buen hacer del reparto. No vamos a descubrir ahora las capacidades de los miembros del mismo, siendo tal vez el protagonista masculino el más flojo, y más discutible como elección para el mismo, aunque cumple con su misión.

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Sin embargo, en ningún momento sentimos que se aporte realmente nada sustancial a la historia. O a otras historias similares a esta. Dentro de la corrección general del filme, salimos de la sala de cine con el convencimiento de que pasado un tiempo nos olvidaremos de esta película, que no nos va a marcar ni positiva ni negativamente. Está bien mientras la ves, pero no deja poso. Quizá porque Coppola no acaba de dejar que estallen en toda su intensidad las emociones reprimidas que supones a las mujeres que constituyen este microcosmos opresivo, en el que entra el soldado como un cometa de luz y polvo dejando una estela que difícilmente podrá ser inocua. Eso, si no produce una destrucción cataclísmica. Pero al final… no sé. Sientes que es casi como si no hubiera pasado nada. No sé. Algo le falta a esta película.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

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[Cine] Somewhere (2011)

Cine

Somewhere (2011), 3 de octubre de 2011.

Nuevo largometraje de Sofia Coppola, y por lo tanto, visita obligada a las salas de cine, aunque las dudas flotan tanto sobre la calidad de la película en sí mismo como sobre la calidad de la directora, que en su momento tanto prometía. Reconozco que de vez en cuando me dejo enganchar por algunos directores de cine. Incluso a costa de soportar sus irregularidades. O a veces, teniendo que reconocer que me equivoco cuando pienso que un determinado director va a dar más de sí mismo de lo que parece. Y así, les soy fieles en las salas de pantalla grande hasta que un día digo basta. O no y sigo fiel. Desde sus dos interesantes primeras películas, me he sentido interesado por el cine de esta directoras, pero ya su biografía de María Antonieta me dejó muy frío, excesivamente frío. El caso es que es sólo su cuarto largometraje, y por lo tanto, de alguna forma debiera ser bastante definitorio.

El filme nos habla de un actor de éxito, una estrella de éxito Johnny Marco (Stephen Dorff), que vive su vida en medio de lo que se podría llamar el «aburrimiento» del famoso. Conduce su ferrari, no tiene dificultades para encontrar parejas sexuales, y tampoco para pagárselas si le apetece algo menos usual, es famoso, le invitan a saraos,… pero aparentemente se aburre. Está divorciado y tiene una hija Cleo (Elle Fanning), a la que ve según régimen de visitas. En un momento dado su ex se la manda para que pase unos días con él. Se llevan bien. Lo pasan bien. Pasean, juegan, conocen cosas. Se la lleva a una entrega de premios a Milán. Pero cuando han de separarse porque la chica tiene que ira varias semanas  a un camapamento de verano, esta le descubre que se siente sola. Que su madre se ha marchado y no sabe durante cuanto tiempo, y que él no ha estado ahí para ella casi nunca. Tras la marcha de Cloe, intenta retomar su vida pero no le sale igual, y siente que algo le falta en su vida.

El principal problema de esta película es que pareciera que la directora no ha podido sacudirse su Lost in translation. Tenemos al actor aburrido, menos maduro y familiar, pero desmotivado. Tenemos a la joven «redentora», en aquel caso con una potencial historia de amor nunca explícita, en este caso la hija absolutamente encantadora que remueve sus cimientos. En aquella ocasión, un matrimonio en grave riesgo de venirse abajo, en este caso, un matrimonio hecho trizas. En aquel caso, los continuos mensajes y llamadas sobre la decoración de su casa. En este caso, los continuos mensajes al móvil de mujeres despreciadas o despechadas. Entonces, la esperpéntica invitación a la televisión japonesa. Ahora la apenas menos esperpéntica entrega de los telegatti. Allí, las fiestas en las que disfrutaban ambos protagonistas de su mutua compañía o de las que escapaban con ese fin. Aquí, los helados, los viajes, la natación,… los momentos de estar juntos, vamos.

Y todo ello sin que podamos decir que la película es mejor o aporta algo nuevo. Para mí, con este filme, absolutamente prescindible, Coppola no sólo no avanza sino que da un paso atrás, y me hace plantearme si realmente es una directora interesante, o de casualidad sonó la flauta.

En el terreno interpretativo, la mayor parte de los personajes tienen una presencia testimonial. Dorff compone un personaje creible, aunque creo que a ratos se deja llevar por el tedio propio del personaje. La chica, Elle Fanning, por el contrario, creo que está estupenda, habrá que ver como evluciona, y es la única que aporta algo de luz a esta película mediocre y aburrida. Que no recomiendo ir a ver. También se me ha dicho, que mis expectativas son tan altas después de lo mucho que me gustó Lost in translation, que difícilmente me gustará ninguna de sus películas. Pues vale.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

Llueve en la Piazza del Duomo de Milán

Llueve en la Piazza del Duomo de Milán, uno de los escenarios de la película (Canon Digital Ixus 400).