Cuando adquirí el entretenido libro de Ricarda Huch cuando estaba de oferta, me apareció entre las recomendaciones otro, que no estaba de oferta, del autor chino Wang Xiaob, cuya premisa de partida me llamó la atención. Vi que no era muy extenso, y decidí comprarle y darle una oportunidad. No me he arrepentido, como veréis.
Inevitablemente, al leer en una reseña que los protagonistas de esta novela eran jóvenes enviados a provincias remotas de la República Popular de China para su «reeducación» durante la época de la Revolución Cultural, no pude evitar recordar aquella delicia de novela, también llevada con acierto al cine que fue Balzac y la joven costurera china. Probablemente, las semejanzas no vayan mucho más allá, pero sirvió para desencadenar el interés. Bueno. Sí que van más allá, puesto que hay una historia de amor en cada uno de estos libros. Aunque… ¡tan distintas!

Los dos protagonistas de la novela son un joven de 21 años que es enviado a una provincia del sur de China para su reeducación, y una joven médica de 23 años, casada, pero que está separada de su marido por similares razones. Ambos inician en un momento dado relaciones sexuales, en las que los sentimientos ocupan un lugar… complejo. Incluso llegan a escaparse y a vivir aislados en una cabaña de montaña. Son descubiertos y son sometidos a sesiones de autoacusación pública y también a humillaciones y maltratos. Veinte años después se reencuentran. Quizá para descubrir, demasiado tarde, lo que era demasiado obvio para la época en que vivieron.
La novela está inspirada por las propias vivencias de su autor, que sufrió la «reeducación» en la provincia de Yunnan, donde transcurre buena parte de la novela, aunque no es autobiográfica. El escritor se malogró a una edad relativamente joven, falleció con 44 años por un ataque al corazón, y buena parte de su obra, entre ella las mejores piezas, no se conocieron hasta años después de su muerte. La novela corta que traigo aquí forma parte de un ciclo de novela, cada una centrada en una de las edades de la persona. Siendo la «edad de oro» la juventud. El momento de los impulsos, de los sentimientos poderosos, sin frenos, aunque también aquella en la que falta perspectiva y referentes. Especialmente en un entorno potencialmente hostil.

El tono de la novela es desenfadado. A veces casi frívolo. Pero cualquier lector mínimamente avezado no se engañará por el hecho. Detrás de los encuentros, a veces cómicos entre los dos jóvenes, otras veces tristes o dramáticos, está el hecho incuestionable de que de forma casi inevitable, a pesar de sus diferencias, de sus orígenes diversos, de su papel distinto en esa extraña sociedad, se enamoran uno del otro. Tampoco cuesta vez que detrás de la humorística forma que en ocasiones presenta las humillaciones a las que se ven sometidos, el desenfado con el que parecen afrontarlas, estas humillaciones son reales, son dolorosas. Cómo son consecuencia de un régimen totalitario y por definición corrupto, en el que las motivaciones de quien tiene el poder pueden tener más que ver con sus bajezas y rencores que con otra casa. Y que busca la deshumanización. De quien es represaliado, por intentar ser diferente, no digamos ya si intenta destacar. Y de la masa que participa en esas humillaciones, que por miedo a sufrir unas consecuencias similares se suma y se deshumaniza a sí misma. El gran peligro de los totalitarismos, de cualquier signo, el aislamiento y la deshumanización del individuo.
Una novela muy interesante, que estoy encantado de haber leído. Muy distinto a la que me motivó a hacerlo, aunque no dejan de ser distintas visiones de un mismo fenómeno, de un mismo clima social, de un mismo problema. Una lectura conveniente, en una época donde resurgen las ideologías deshumanizantes, por no hablar de las que nunca se fueron, y algunos quieren presentar como «exitosas» a pesar de que son una catástrofe humana más de las que pueblan la faz de la Tierra.
