[Libro] Historietas diversas; Hazel sigue recorriendo la galaxia y Astérix visita la Lusitania

Literatura

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. Hace catorce años en Olisipo… o más bien Lisboa.

Como suele suceder hacia el otoño, en algún momento llegó la ocasión de continuar con nuevos volúmenes de largas series de historietas con protagonistas que nos están acompañando en esta vida vinculada a la ficción desde hace años. O incluso décadas. Y así tenemos la nueva entrega de Saga, escrita por Brian K. Vaughan e ilustrada por Fiona Staples, monumental aventura espacial que ha llegado a su volumen 12. Y una nueva aventura de Astérix, el personaje creado por el guionista René Goscinny y el dibujante Albert Uderzo, ambos ya fallecidos, y actualmente continuado por otros autores, los más recientes por Fabcaro (Fabrice Caro) (guionista) y Didier Conrad (dibujante).

Astérix viaja con su inseparable Obélix a la antigua provincia romana de Lusitania, que en la historieta Astérix en Lusitanie, que es la que nos ocupa, es equiparada a Portugal. Aunque originalmente no fue así. Durante la mayor parte de la integración de Hispania en el Imperio romano, el norte de lo que hoy es Portugal, al norte del Duero, formó parte de la provincia Tarraconense, la más extensa de la península. Al sur del Duero se encontraba la provincia Lusitania, que incluía también parte de lo que fueron las Castillas y la Extremadura en España. Hispania y España no son sinónimos. Hispania era sinónimo de Iberia en tiempos de Roma, por lo que los celtíberos lusitanos eran tan hispanos como los íberos sedetanos del valle del Ebro. El surgimiento de la identidad diferenciada portuguesa, que ellos, los portugueses, han vinculado a los antiguos lusitanos, es muy posterior, y surgió, paradójicamente, en el norte de lo que hoy es Portugal, y que en tiempos romanos pertenecía no a la Lusitania sino a la Tarraconense. Cosas que pasan.

En cualquier caso, las aventuras de Astérix nunca han sido especialmente rigurosas con la historia, y en el 50 antes de la era común, año en el que se datan las aventuras de los irreductibles galos, ni siquiera existía la provincia Lusitania, sino que esa parte de Hispania formaba parte de lo que era conocido como Hispania Ulterior. Zaragoza, donde yo vivo, que no existía, pero sí su predecesora íbera Salduie, formaba parte de la Hispania Citerior. Dejando aparte estas cuestiones, los héroes galos acuden a Olisipo, actualmente Lisboa, para hacer justicia por la acusación falsa contra un comerciante por parte de unos corruptos funcionarios al servicio de Roma. Y se dan unas aventuras que intentan recuperar el estilo y el ambiente de las primeras aventuras de Goscinny y Uderzo, entre ellas Astérix en Hispania. Siguiendo con las anécdotas históricas, Viriato aparece como héroe lusitano, era un celtíbero lusitano en la realidad, que es reivindicado tanto como héroe español como portugués. No sé conoce donde nació realmente, pero su base de acción partía de los montes en la frontera entre las dos naciones actuales. La historieta es entretenida, pero no llega al nivel de aquella divertidísima aventura en Hispania, porque todavía no ha habido ningún guionista de las aventuras de los héroes galos que se haya acercado al nivel de ingenio y maestría de Goscinny. En cualquier caso, parece que Fabcaro tiene más nivel que otros escritores que han aportado a la serie.

Y como ya decía, hemos llegado al volumen 12 de Saga, la serie de aventuras espaciales que hace tiempo ya que encontró un rincón reservado y permanente en mi corazón lector. Una de las mejores aventuras espaciales que conozco, todos los modos incluidos (cine, novela, televisión, historieta,… lo que sea). Hemos de recordar que las aventuras Alana, Hazel y compañía, creadas por Vaughan con las maravillosas ilustraciones de Staples, lleva ya años desarrollándose. Se publica de forma serializada, con un número al mes, aunque yo leo los libros que recopilan los números publicados en el año anterior. Hubo un descanso de un año después del noveno volumen anual. Y se espera que terminen con el 18. Así que nos quedan seis añitos más. Al menos en castellano. Contemplo pasarme al inglés para los seis que quedan.

Sinceramente, mi cabeza no me da para recordar todos los detalles de la trama desde que empecé a leer los volúmenes anuales en la primavera de 2015. Creo que el volumen 1 anual de la serie en español se publicó en 2014. En realidad, es una colección de aventuras, diversos arcos argumentales, con un personaje principal en común, Hazel, la niña mestiza de cornudo y alada, a priori enemigos en la guerra sin fin entre estas dos razas enfrentadas, los privilegiados de Landafall/Terravista, los alados, y los oprimidos de su luna Wreath/Guirnalda, los cornudos. A lo largo de los años, la niña va creciendo. Y en algún momento llegará a cierto grado de madurez, porque es la narradora en primera persona. Pero los personajes van y vienen. Algunos mueren, otros se despiden, otros llegan, algunos nacen. Y ya lo de menos es lo que esté pasando en un momento dado en la serie, si no que lo importante es seguir acompañando a Hazel y su familia y amigos en esta aventura espacial de carácter absolutamente monumental en su escenario, pero familiar en lo más íntimo de su ser.

[Libro] L’iris blanc (Astérix) – Fabcaro y Didier Conrad

Literatura

A pesar de que hace tiempo que las aventuras de Astérix no son lo que fueron en los buenos tiempos de René Goscinny, por aquello de que tengo todos los álbumes de las aventuras del pequeño galo en forma de historieta, no los relatos ilustrados, que no me suelen gustar, compré hace poco el que hace el número 40 desde que se iniciaron las aventuras de los irreductibles armoricanos. Cuando Albert Uderzo se quedó solo, ya se produjo un descenso en la calidad de los guiones. Desde el número 35, en 2013, con Uderzo retirado, los nuevos álbumes venían firmados por Jean-Yves Ferri en los guiones y Didier Conrad como ilustrador. Y los resultados habían venido siendo irregulares. Y en este último número ha habido cambio de escritor, siendo el encargado del nuevo guion Fabrice Caro, más conocido como Fabcaro. Un escritor respetado, reconocido y con experiencia, por lo que se habrían nuevas experiencias.

Lutecia en los tiempos actuales.

La nueva aventura nos lleva a un esquema clásico en las aventuras de Astérix. Un personaje más o menos estrafalario, Vicévertus, se acerca a Julio César para ofrecerle una solución respecto a los terribles galos de la aldea rebelde armoricana. Y César le asigna la misión de aplicar la solución y derrotar de una vez a su pesadilla particular. El esquema me recordó mucho inicialmente a La zizanie (La cizaña), lo cual me animó mucho, porque es uno de los mejores, en el que quedó constancia del genio de Goscinny y de su traductor al castellano en aquellos tiempos, El Perich. Geniales, ambos. El nuevo infiltrado en la aldea gala no busca sembrar la cizaña, la discordia, entre los galos. Al menos no directamente. Es miembro de una nueva escuela de pensamiento positivo, L’iris blanc (El lirio blanco), y esta es el arma que piensa utilizar, especialmente centrándose en Bonemine, la esposa del jefe Abraracúrcix, siempre celosa de la gran vida que su hermano se da en Lutecia, donde vive y prospera.

La aventura empieza bien. Ya digo. En sus fases iniciales, claramente me recuerda a esa genialidad que fue La zizanie. El conflicto está bien planteado y de forma divertida. Y sirve para poner en solfa estas «escuelas» del buen rollito, tan frecuentes en las redes, con sus filosofemas a base de frases hechas que «suenan bien», pero con poca profundidad y muchas veces con derivadas mucho menos positivas de lo que aparentan. Por supuesto, salpicando las viñetas aparecen otros motivos de inquietud social en la Francia contemporánea. Los retrasos de los TGV, las manifestaciones de los chalecos amarillos, el esnobismo y la hipocresía de intelectuales y de la alta burguesía… y otros. El problema es que el desarrollo de la aventura se va desinflando, perdiendo interés progresivamente, y haciéndose extremadamente previsible. Se deja leer, entretiene un rato. Pero esta aventura de Astérix es una pálida sombra de lo que fueron. Es lo que hay. Hace mucho que nos falta el genio de Goscinny.

[Libro] L’empire du milieu – Olivier Gay y Fabrice Tarrin

Literatura

El haber leído este libro es consecuencia de un malentendido. Este libro me lo regalaron. Yo no lo habría comprado. Ah… por cierto. Este libro es una aventura de Astérix y Obélix. Pero bueno… voy a explicarlo.

Hace un par de mes, con un grupo de amigos, estábamos de tertulia hablando de tebeos y cómics. Y entonces comenté que yo tenía completos todos los cómics de Astérix y de Tintín, en su idioma original, el francés. Nunca se ha retomado el personaje de Tintín tras la muerte de Hergé. Por lo tanto es una colección cerrada. Sin embargo, eso no ha sucedido con Astérix. Tras la muerte de Goscinny, su guionista original, Uderzo siguió como ilustrador y guionista. Y cuando Uderzo dejó la tarea, otros escritores e ilustradores han seguido publicando nuevas aventuras del indomable galo y sus amigos. Y por lo tanto, la colección sigue abierta. De todo esto hablamos. Pero hay algo que no comenté. Sólo colecciono los cómics, las aventuras gráficas. Los álbumes ilustrados, generalmente asociados a las películas de animación o de acción real que se han realizado sobre los personajes de los cómics, nunca me han interesado. Y no tenía ninguno. Nada de estos se mencionó. Y hace unas semanas, me lo encontré al volver de las vacaciones de Pascua, algunos de estos amigos, agradecidos por unas fotografías familiares que les hice, me regalaron este libro, que es un álbum ilustrado basado en la película Astérix et Obélix: L’Empire du Milieu, recientemente estrenada. Por eso… bueno… no forma parte del concepto de mi colección.

Fotografías de las montañas Huangshan… en la Tierra media. O sea, China.

L’empire du milieu, el imperio medio, o reino medio como lo han traducido en el título de la película en castellano, se refiere al Imperio chino. El nombre del país, en su idiomas originales, se escribe como 中国 o 中國, según usemos los caracteres simplificados o los tradicionales. En mandarín, idioma oficial y mayoritario, se transcribiría como Zhōngguó. Y, por ejemplo, la misma grafía simplificada se usa en Japón, 中国, donde se lee como Chūgoku. Y en ambos idiomas, esa combinación de carácteres, 中, centro, y 国, país, vendría a significar algo así como el País del centro o País central. ¿A alguien le suena lo de Tolkien y su Tierra Media? Pues por ahí van los tiros. Así que Astérix, Obélix, sus amigos fenicios, y Julio César acaban involucrados en las trifulcas palaciegas y por el poder del imperio… ¿del medio? Lo cierto que en ese eterno año 50 A.C.E. en el que se fechan las aventuras de los intrépidos galos, estaríamos hablando del Imperio Han o el Imperio de la dinastía Han. Hoy en día, a la etnia principal de China se le llama la etnia han, de acuerdo al nombre de aquella segunda dinastía imperial. Sin embargo, el nombre China se atribuye, no sin debate, a la dinastía Qin, cuya pronunciación sería similar a nuestra sílaba chin. Por lo tanto, el nombre de Imperio del medio sería anacrónico, puesto aunque país central existía como concepto geográfico y cultural desde antaño, como nombre del país es algo de hace poco más de un siglo. Pero los anacronismos son muy propios de las historias de Astérix.

Nunca he estado interesado en este tipo de álbumes ilustrados, basados en las películas, por motivos muy concretos. Sus textos tienen muy poco desarrollo, limitándose a ser una narración relativamente esquemática y muy fiel de la película. Tampoco disfrutas de la narración a través de las ilustraciones como en las aventuras gráficas. Aparecen ilustraciones acompañando el texto, pero no son fundamentales en la narración. Por lo tanto, estos álbumes son una mera operación de mercadería, para sacar más beneficios a propósito del estreno de la película. No tienen categoría literaria ni artística, o por lo menos está muy lejos del nivel de las aventuras gráficas, incluso de las más flojas.

No he visto muchas películas basadas en las aventuras de Astérix. Y no me suelen gustar. Todo el entusiasmo que me suscitan las aventuras clásicas de los galos, y me refiero a las escritas por Goscinny, que son superiores y con mucho a todo lo que vino después, se desvanece con facilidad en el medio cinematográfico. Tanto en las aventuras gráficas originales que son adaptadas a la gran pantalla, como en las historias que directamente se prevén para el medio cinematográfico, como es la que nos ocupa hoy. Quizá la excepción es Astérix et Cleopatre, la película de animación de 1968, dirigida por los propios Goscinny y Uderzo, que adaptaba la aventura gráfica de 1965, una de las mejores de las creadas por esta genial pareja, la mayor aventura jamás dibujada, como anunciaba la portada del libro, en parodia de la película Cleopatra protagonizada por Liz Taylor en 1963, aventura gráfica en la que se requirieron ¡14 litros de tinta china, 30 pinceles, 62 lápices de mina blanda, 1 lápiz de mina dura, 27 gomas de borrar, 38 kilos de papel, 16 cintas mecanográficas, 2 máquinas de escribir y 67 litros de cerveza! Fueron los tiempos gloriosos de las aventuras de Astérix.

[Libro – historieta] Astérix et le Griffon – Didier Conrad, Jean-Yves Ferri

Literatura

No voy a dedicar mucho a comentar sobre un nuevo volumen de Astérix el Galo. Tengo todas las historietas del pequeño guerrero de la armónica y su «ligeramente desarrollado» compañero y repartidor de menhires, desde el número 1 y en lengua original, el francés. Creado por la genial pareja formada por René Goscinny y Albert Uderzo, conoció su edad de oro mientras el genial e ingenioso escritor estuvo con nosotros sobre la faz de la Tierra. Su prematura muerte, con sólo 51 años, en 1977 dejó un vacío que luego nadie ha sabido cubrir. Nunca las aventuras de los invencibles galos alcanzaron los niveles previos, e incluso en algún momento decayeron considerable a niveles en los que casi habría que plantearse haber dejado descansar para siempre al personaje, como sucedió con Tintin a la muerte de Hergé.

Unos paisajes de la península de Armórica, tierra de Astérix y compañía. Que ya tienen sus casi treinta años. Debería volver a visitar aquellas tierras.

En cualquier caso, desde hace unos años, son la pareja formada por el dibujante Didier Conrad y el guionista Jean-Yves Ferri quienes siguen adelante con las aventuras de Astérix. Aunque no elevaron de forma notable el nivel sobre lo que se venía haciendo de los tiempos de Uderzo en solitario. Quizá por eso,… por esa caída aparentemente irrecuperable en cierta mediocridad, esta nueva aventura en el que nuestros héroes coinciden por casualidad con unos emisarios romanos buscando el mítico grifo en las tierras incógnitas al este del mundo conocido (o sea el Imperio romano y fronteras adyacentes), en tierras de los sármatas (al este del Vístula en la Polonia actual y hasta el Cáucaso, me gustado más. Es realmente muy entretenida en su mayor parte, aunque decae en sus últimas páginas, como si la pareja de autores no hubiera previsto un final adecuado y un cierre razonable, a una aventura con un planteamiento muy entretenido.

Pero… misión completa. Sigo teniendo la colección completa. En francés. Y supongo que seguiremos. Es lo que hay.

[Libro] La fille de Vercingétorix

Literatura

Hace unos días descubrí que, en contra de mi opinión, NO tenía toda la colección íntegra de los álbumes de historietas de Astérix. Que en los últimos años he estado despistado y me faltaba uno. Quizá dos. Parece que me faltaba otro más, además del que os cuento aquí… A ver si lo pillo cuanto antes.

Recordamos vacaciones de hace ya unas décadas, 1993, en la península de Armórica, hoy en día Bretaña francesa, donde se supone que estuvo la aldea de los irreductibles galos. Y donde no faltan los menhires, que repartía Obélix, incluyo hoy en día.

En cualquier caso, vamos por el último que ha visto la luz. Ya hace unos años que no salen de la pluma de Uderzo, uno de los creadores originales de los irreductibles galos. Con sus 92 años… supongo que ya su pluma no será tan firme como antaño. En cualquier caso, el otro creador de los mismos, René Goscinny, tuvo la mala ocurrencia de abandonar este mundo de forma excesivamente prematura, allá por el año 1971, con sólo 51 años, privándonos de su genio. Porque no lo vamos a negar ni ocultar. Los mejores álbumes de Astérix, Obélix y compañía salieron de la rápida e ingeniosa mente del parisino. Su compañero hizo lo posible por mantener el tipo, pero las obras escritas, no sólo dibujadas, por Uderzo, nunca estuvieron a la altura de las anteriores.

Desde hace unos años, las responsabilidades han cambiado. Con dibujo de Didier Conrad y guiones de Jean-Yves Ferri, desde el año 2013, se hicieron cargo de los personajes y la serie… Y acabo de descubrir que me falta el último álbum de Uderzo… pues vaya. A ver cómo me las compongo. Los álbumes de esta nueva pareja no me han acabado de convencer mucho, pero sigo comprándolos por mantener la integridad de la colección… ya veremos durante cuánto tiempo.

El día de Nochebuena me llegó de regalo el último de la colección, dedicado a una presunta hija del caudillo galo Vercingétorix, que libró la Guerra de las Galias contra Julio César, aunque acabó derrotado en el sitio de Alesia. Sobre este tema ya se escribió en 1968 Le bouclier arverne, uno de los más divertidos de la serie, con esos arvernos que chechean y sus tiendas de «vinos y carbón». En esta ocasión, la adolescente Adrenaline y el torque ornamental que su padre le dejó son símbolos de la lucha contra los romanos. Y hay que evitar que caigan en poder de estos. Pero la joven tiene ideas propias, claro. Y la aldea de irreductibles tendrán que defenderla de los peligros… como si tal cosa hiciera falta.

He de reconocerlo. Me ha reconciliado un tanto con la saga. Me ha parecido entretenido, dinámico, divertido. Sin llegar a los niveles de genialidad de Goscinny, tiene su gracia y se lee con agrado. Que sigan así.

[Libro] Le papyrus de César

Literatura

No voy a perder mucho tiempo en esta entrada. Es el libro de la semana. Desde hace 20 años tengo toda la colección de álbumes (los especiales no, sólo las historietas) de las aventuras de Astérix en versión original en francés. También tengo los de Tintín. Pero así como se da la circunstancia de que a la muerte de Hergé, el joven reportero belga que nunca cumple años aunque el mundo cambie, dejó de tener aventuras nuevas, los irreductibles galos de cierta aldea de Armórica sí que superaron la muerte de su guionista original, el genial e irrepetible Goscinny, y parece que ahora van a superar el retiro de su dibujante, Uderzo. Por lo tanto, con el tiempo, he seguido comprando los álbumes de Astérix. Y aquí tenemos el segundo que no ha salido de los lápices y la imaginación de ninguno de sus creadores originales, en concreto nos llega de la mano, como el anterior, de Ferri y Conrad. Como digo, en versión original. En francés.

Le papyrus de César
Guion: Jean-Yves Ferri; dibujos: Didier Conrad
Editions Albert René, 2015
Versión de árboles muertos

Como es lógico, y ya que podemos, nos iremos a la península de Armórica en la Galia... o lo que es similar, a la región de Bretaña en Francia. De donde eran los irreductibles galos de la aldea sin nombre. La población de la foto sí lo tiene. Es Dinan.

Como es lógico, y ya que podemos, nos iremos a la península de Armórica en la Galia… o lo que es similar, a la región de Bretaña en Francia. De donde eran los irreductibles galos de la aldea sin nombre. La población de la foto sí lo tiene. Es Dinan.

En esta ocasión, Ferri y Conrad se agarran al hecho verídico de que Cayo Julio César escribió una crónica de sus conquistas en las Galias con el título De Bello Gallico (en su forma más larga y traducido al castellano, Comentarios sobre la guerra de las Galias). Y estamos en esta aventura de nuestros héroes de la Armórica en el momento en que Julio César publica toda su historia sobre el conflicto… ¿Toda? No… por consejo de su editor, un capítulo, un papiro, se omite. El que narra su incapacidad para reducir la aldea de Astérix, Obélix, Panoramix, Abraracourcix, Asurancetourix y el resto de la panda. Pero este papiro caerá en manos de Doublepolémix, un vendedor ambulante galo, que lo depositará en manos de nuestros amigos, con la esperanza de poder hacerlo público y conseguir una primicia en el mundo de las noticias. Pero el poco escrupuloso editor de César, Bonus Promoplus, tratará de recuperar el papiro…

La aldea gala, según los mapas que aparecen en los álbumes, está en el Finistère bretón. Desde luego, al oeste de Cap Frehel (en esta foto), o de la Costa de Granito Rosa (en el encabezamiento de la entrada).

La aldea gala, según los mapas que aparecen en los álbumes, está en el Finistère bretón. Desde luego, al oeste de Cap Frehel (en esta foto), o de la Costa de Granito Rosa (en el encabezamiento de la entrada).

Adquiriendo y leyendo este nuevo álbum cumplo con la tradición, y mantengo la colección, ya de 36 álbumes. Pero sigo manteniendo una opinión… tras el fallecimiento prematuro de René Goscinny, nada fue igual. El ingenio, la capacidad literaria, el humor del parisino no ha sido igualada por ningún otro a la hora de dar a los álbumes de los héroes galos de la frescura, del dinamismo y la diversión que tuvieron en un principio.

Nadie quiere matar la gallina de los huevos de oro. Y Astérix sigue dando dinero. La publicación de un nuevo álbum es noticia mundial… pero muchas veces pienso que debió suceder como con Tintín… Dejarlo como estaba a la muerte de Hergé.

Y no podemos olvidar que Obélix es repartidor de menhires, tal vez repartió este de Lannion, que algún artesano posterior cristianizó... ¡pobre Obélix! Lo que hicieron con sus menhires.

Y no podemos olvidar que Obélix es repartidor de menhires, tal vez repartió este de Lannion, que algún artesano posterior cristianizó… ¡pobre Obélix! Lo que hicieron con sus menhires.

[Libro] Astérix chez les pictes

Literatura

Tengo varias cosas que comentar por aquí. Un par de libros, alguna película de cine, alguna actividad fotográfica,… pero no doy más abasto. Así que poco a poco. Hoy toca una «actualización». Sí. Desde hace ya muchos, muchos, muchos años, comencé con la colección de todos los álbumes de las aventuras de Astérix, sólo historietas, no especiales y cosas similares, en su lengua original, en francés.

Para mí, ha habido dos épocas claras en las aventuras del héroe galo. Como muchos más han reconocido antes de mí. Antes y después de Goscinny. René Goscinny fue un escritor de novelas y guionista de historietas francés absolutamente genial. AstérixLucky LukeIznogoud,… entre otros personajes de cómic recibieron el ingenio del parisino que nos abandonó con 51 años, mucho antes de lo que a sus fans nos hubiera gustado. Y Le pétit Nicolas,… algunas de cuyas novelas son absolutamente imprescindibles. La muerte de Goscinny marcó muy notablemente la calidad de los guiones de los irreductibles armoricanos, pero cuando le coges cariño a alguien lo sigues en la riqueza y en la pobreza, en la alegría y en la tristeza. Ahora parece que ha comenzado una nueva etapa, una tercera, en la que el dibujante de toda la vida de los personajes, quien afrontó en solitario la tarea de mantener vivo al personaje, Uderzo, ha decidido colgar los lápices. La edad pesa. Son 86 los años del prestigioso dibujante. Así que ha cedido el paso a una nueva pareja de autores, que van a mantener el estilo de los personajes. Se trata de Jean-Yves Ferri, guionista y Didier Conrad, dibujante. De momento tienen la misión de seguir con la tradición. No plantean renovaciones radicales de los mismos, modernizaciones de ningún tipo. Y ya nos han mostrado su primer trabajo. Que es lo que vengo a comentar aquí. Por supuesto, en su idioma original, como todos los que tengo.

Astérix chez les pictes
Jean-Ives Ferri, guionista; Didier Conrad, dibujante
Editions Albert René, 2013

El mar del Norte en Stonehaven

Tras recalar en las gélidas aguas del mar del Norte, aquí en la costa de Stonehaven, el picto será llevado por las corrientes hasta las costas armoricanas donde lo encontrarán nuestros héroes.

Como ya he dicho se mantiene la tradición. Y el esquema de la aventura es clásico en muchas de las anteriores. A los mares que bañan las tierras de la aldea de irreductibles galos llega congelado en un bloque de hierro un extraño extranjero. Vistiendo una falda de cuadros y con extrañas pinturas o tatuajes en su cuerpo, Panoramix lo identifica como un picto, procedente de la lejana Caledonia, al norte de Bretaña (en su acepción de la historia antigua, es decir, Gran Bretaña). O sea, lo que hoy conocemos como EscociaMac Oloch se llama el picto. Y cuando consigue recuperar el habla, cuenta como el malvado Mac Abbeh lo cogió preso y lo echó atado a un tronco al «loch», de donde llegó a las heladas aguas del Mar del Norte. La intención de Mac Abbeh es proclamarse rey de los pictos ya que ha fallecido el ilustre Mac II. Y además a secuestrado a la bella Camomille, la amada de Mac Oloch para hacerla su reina consorte. Ni que decir tiene que AstérixObélix partirán con el picto para hacer justicia. Y si por el camino se cruza algún pirata o alguna legión romana, ya saben lo que les toca.

Como digo, pocas sorpresas en cuanto al desarrollo de la historia. La principal preocupación del dibujante ha sido ser fiel en la medida de lo posible al estilo de Uderzo; parece que todavía no es tiempo para la renovación del personaje. Y eso sí. Sin que llegue al grado de genialidad y diversión que nos proporcionó Goscinny, el guion ha mejorado bastante con respecto a la época anterior. Así que bienvenidas sean las nuevas aventuras de Astérix le gaulois.

Castillo de Urquhart y Loch Ness

Y mucho cachondeo con «Nessie», así que supongo que el loch de Mac Oloch será el Loch Ness que vemos en la foto desde el castillo de Urquhart, a quien Obélix, siempre tan fino con sus deducciones, confunde con una nutria grande. Y bueno, y más cachondeo con los gaiteros, el «agua de malta», etc, etc, etc,…

Los cincuenta años de Astérix

Literatura

Lo comentaba hace unos días cuando hablaba de Maus, Astérix, el irreductible galo de la península de Armórica, cumple 50 años. Y merece que le dedique unas líneas.

De niño leía tebeos. Los habituales de la época. De muy pequeño, Pumby. Luego TBO, Din-Dan, DDT, Pulgarcito, etc… Y allá cuando ya tenía siete años, había oído hablar de Astérix. Pero sus aventuras no salían en ninguno de los anteriores. Una pena. En ese momento, tras una temporada en la que casi cada mes sufría un episodio de amigdalitis, fui operado y privado de mis amígdalas en casa de un otorrinolaringólogo que tenía su consulta en la calle Espoz y Mina de Zaragoza. Ante la valentía mostrada en tan duro trance, el galeno en cuestión dijo cuando terminó la faena,

Macho, ahora ya puedes pedirle lo que quieras a tus padres, que te lo has merecido.

Y yo contesté,

Quiero un ‘Astérix‘.

Y aquella misma tarde tuve mi Astérix. En concreto, Astérix y los normandos. Aquello fue la bomba, nunca me lo había pasado tan bien leyendo un tebeo. Con posterioridad tuve varios más, aunque no sobrevivieron a mi infancia y a la de mi hermana. Demasiado ajetreo. Ya con unos treinta años, echaba de menos las aventuras del pequeño galo. Así que comencé a comprar la colección completa, en un plan a varios años, pero eso sí, en la versión original en francés. Y ahí los tengo. Y disfruto de ellos. Hace casi cuarenta años que conocí al personaje. 11 menos que los que cumple en estos momentos. No está mal.

Los he disfrutado en los dos idiomas. En el original francés, reconozco que la calidad de las historias disminuyó notablemente con la muerte de su guionista, el genial Goscinny, y se hizo cargo del completo su genial dibujante, Uderzo. Genial como dibujante, pero menos como guionista. En el original español, tuvimos la suerte de que muchos de los números fueron traducidos por El Perich, humorista gráfico desgraciadamente ya fallecido, pero que supo no sólo traducir sino también adaptar al español los guiones de Goscinny de forma magistral y tronchante.

Resumiendo, uno de mis personajes favoritos, junto con todos sus colegas de la aldea armoricana que hoy y siempre resiste al invasor.

Foto ‘gabacha‘, claro.

Bouquiniste

Entre los 'bouquinistes' a orillas del Sena a su paso por París es frecuente encontrar volúmenes usados de las aventuras de Astérix el galo - Panasonic Lumix LX3

Los desconocidos traductores; a propósito de Matilde Horne

Literatura

Leí ayer en Papel en blanco la noticia del fallecimiento de Matilde Horne. Hasta ayer, yo no recordaba quién era Matilde Horne; seguro que lo he sabido alguna vez. Pero fue un conocimiento de esos que no perduran en la memoria más allá de unos minutos,… o segundos. Con frecuencia, cuando leo un libro de un autor extranjero me voy a las primeras páginas y miro a ver quién es el traductor. La mayor parte de las veces desconozco quién es, y se me olvida. Matilde Horne, una argentina exiliada por motivos políticos, tradujo en colaboración con Minotauro algunas importantes obras de fantasía y ciencia ficción.

Dicho todo lo anterior, hace muchos años tomé conciencia de la importancia de los traductor. Puede parecer anecdótico, pero estaba escuchando la radio mientras trabajaba en un mañana allá por 1995, y un grupo de contertulios radiofónicos hablaban de El Perich, humorista gráfico realmente gracioso, que acababa de fallecer. Y uno de los datos que me sorprendió fue que este humorista catalán era el responsable de traducir los álbumes de Astérix al español. Esta es una de las tareas más difíciles que se me ocurren en este campo. Los chistes, las bromas, en los distintos idiomas, suelen tener un carácter localista que hace que dejen de tener gracia en la traducción. Hay que ser un artista para conseguir mantener la frescura y la gracia como conseguía El Perich. Yo, que he leído los álbumes del pequeño galo en los dos idiomas, he conseguido reirme igualmente en ambos.

Desde entonces, aumentó mucho mi respeto por la profesión de traductor. Son personas que aunque no puedan estar al mismo nivel que el autor original puesto que no intervienen en el proceso creativo de la obra en sí misma, deben y muchas veces consiguen transmitir el nivel literario de la obra original. No sólo tienen que ser competentes en la mera traducción, sino que deben ser capaces de expresarse por escrito a niveles muy altos en el idioma que les es propio. Muy difícil. Mucho.

Matilde Horne ha muerto estos días. Probablemente, la noticia de su fallecimiento ha tenido cierta repercusión al ser la traductora de las dos últimas partes de El Señor de los Anillos, obra de mayor impacto mediático de las que tradujo al español. También por la cicatería de Editorial Planeta, que compró Minotauro y los derechos sobre sus obras, que no pasaba nada por los derechos de traducción, aprovechándo las lagunas documentales y legales que había provocado el anterior propietario. Y todo eso a pesar de los pingües beneficios que saca de las obras de Tolkien. Compró los derechos muy poco antes de estrenarse la primera película, lo que hizo que se multiplicaran las ventas de la obra literaria. No diré más.

Así que yo he leído «la obra de Horne«. Y no sólo durante las aventuras de Frodo y compañía. También con las de El Invencible de Stanislav Lem. Y cómo no, con la bella Solaris, también del escritor polaco. Y alguna otra en la que ahora no caigo, y que estará por ahí.

Ayer estuve viendo en vídeo Casanova, que es una película más bien flojita, pero en la que sale Venecia. Así que no me puedo aguantar. Hay va un rinconcito de la ciudad en la laguna.

Rincón soleado

(Pentax K10D; SMC-A 50/2)