Todos los años, hay una época entre finales de mayo y finales de julio en que me gusta llevar una cámara a mano cuando voy a trabajar a primera hora de la mañana. Voy caminando, son casi 40 minutos de recorrido. Y suele haber una luz estupenda en esa época del año. Por lo que puede caer alguna foto maja. Pero dura menos de lo que parece.

Recientemente adquirí un nuevo objetivo para fotografía digital. Y pensé en probarlo en estas caminatas mañaneras. Los datos de la prueba los podéis encontrar en Un supergranangular a buen precio – Canon RF 16 mm f2.8 STM. El caso es que las mañanas se acorta más deprisa de lo que pensaba. La cantidad de luz para hacer fotografías a esas horas de la mañana es bastante menor de la que pensaba. Ha sido suficiente, más siendo un gran angular relativamente luminoso. Pero otras pruebas que he aprovechado para hacer, de las que hablaré más adelante, con longitudes focales más largas y sensibilidades más limitadas… ha costado sacarlas adelante. Eso quiere decir que en nada estaré volviendo a caminar con luz crepuscular cada mañana a trabajar. De hecho, la primera parte del trayecto, ya es luz crepuscular. Qué pena. Si viviéramos con el sol… habría mucha más luz. Pero en este país, preferimos vivir con un jet-lag permanente con nuestro sistema horario. Qué se le va a hacer.
























