[TV] Cosas de series; terror y fantasía en la animación japonesa

Televisión

Dos series de animación japonesa en el que el terror y la fantasía tienen mucho que decir. Series que, a pesar del tradicional aspecto aniñado de los caracteres del manga en el que se basan y que se traslada a la animación, entran dentro del ámbito de la animación para adultos. O por lo menos para espectadores adolescentes, pero mayorcicos. Generalmente el anime se dirige a un público joven, pero no necesariamente infantil o adolescente. A pesar de lo que parezca.

Mi única experiencia en islas del mar interior de Seto fue la visita a Itsukushima, cerca de Hiroshima, en 2014. Pero ya me vale para ilustrar la entrada de hoy.

Junji Itō es un clásico en activo dentro del ámbito del manga japonés. Extremadamente prolífico, su especialidad es el horror y la fantasía terrorífica. A veces con saludables notas de humor. Humor negro, por supuesto. He leído alguna cosa de él y he dejado pendiente alguna otra. Pero he de reconocer el horror no es un género que me atraiga mucho, y me cuesta leerlo. Recientemente, hace unos meses ya, llegó a Netflix la antología Itō Junji Maniac [伊藤潤二『マニアック』], que en la versión en castellano alarga su título como Junji Ito Maniac: Relatos japoneses de lo macabro. Como digo es una antología. Cada episodio, hasta un total de 12, contiene una o dos historias independientes y autocontenidas, todas en el ámbito del género fantástico, pero siempre orientado al horror. Incluye fragmentos o interpretaciones de algunas de las obras más características y conocidas del mangaka. A mí me ha resultado irregular y con una animación no especialmente inspirada. He aguantado hasta el final, pero, ante una posible segunda temporada, no tengo claro que repita. Quizá… lo dicho. El horror no es lo mío.

Como ya comenté la semana pasada a propósito de los dramas coreanos, Disney Plus a través de Star, va incluyendo en su catálogo series de otros países y otros géneros, también anime. Y leí recientemente críticas muy elogiosas de Summer time rendering [サマータイムレンダ, Samā Taimu Renda en japonés], que es muy valorada en diversas plataformas. El promedio de los votantes de IMDb se sitúa en 8,2/10 por ejemplo, que no está nada mal. Basada también en un manga de éxito, se mueve en el género del suspense sobrenatural. Combina en una misma aventura la existencia de monstruos bastante aterradores, por sus efectos más que por su aspecto, bucles en el tiempo, mucha acción y un entorno global que camina por el límite entre el fantástico de inspiración en la mitología nipona y la ciencia ficción. En la historia, un joven universitario huérfano que abandonó su pequeña localidad natalidad en una isla del mar interior de Seto para irse a estudiar a Tokio, vuelve a la isla para el funeral de la hija mayor de la familia que lo acogió como un hijo más tras la muerte de sus padres. La chica, de su edad, ha muerto ahogada. Pero al llegar a la isla, empezará a notar cosas raras. Y pronto, junto con sus antiguos amigos de la isla, mas una escritora de éxito que también abandonó el lugar tiempo atrás, se verá luchando en una aventura desesperada contra unas misteriosas sombras que quieren acabar con todos los habitantes de la isla en el festival anual del templo sintoísta del lugar. En lo positivo, la animación es de gran calidad, de lo mejor que he visto en la animación televisiva, que suele estar siempre un paso por debajo de la animación cinematográfica. También la concepción general de la aventura… que nadie olvide que a mí me suelen gustar los viajes o los bucles en el tiempo. En lo negativo, las «reglas» del universo en el que transcurre la acción están un poco embrolladas y a veces parece que se van inventando sobre la marcha, lo cual siempre me resulta tramposo. Esto lleva a que, tras unos primeros episodios muy divertidos, la serie tiene una sección central embrollada, con poca progresión real en la acción, hasta que esta vuelve a coger carrerilla de nuevo, con unos cinco o seis episodios finales también muy entretenidos. Está bien, en general. Pero sobra en la práctica algún bucle en el tiempo, y se podría haber contado la misma historia en la mitad de extensión.

[Libro] Black Paradox

Literatura

Hoy comento un libro que me regalaron al poco de volver de Japón. Y se trata de una historieta de un autor de aquel país. Lo que aquellos que se sienten obligados a utilizar términos en otros idiomas para denominar a las cosas llaman manga en vez de historieta. Pero vamos, salvo que se lee al revés, es decir con las páginas en sentido opuesto al modo tradicional occidental y con las viñetas de derecha a izquierda en lugar de izquierda a derecha,… pues es una historieta. Bueno. Como parece que hasta la RAE tiene manga ancha y ha admitido el término manga, pues no nos lo pasaremos por la manga y a esta historieta la llamaremos manga.

Black Paradox
Ilustración y textos: Junji Ito
ECC Cómics, 2014

Santuarios del Monte Misen - Miyajima

Japón es un país con una mitología rica y compleja, especialmente en su herencia sintoísta, la religion de base popular del país del sol naciente, con sus «ocho millones» de «kamis», dioses o espíritus de lo más variado, como este pequeño fortachón cerca de la cima del Monte Misen, en la isla de Miyajima. A partir de ahí se pueden crear muchos universos de ficción en las obras de fantasía, de manga o de otros géneros.

Una joven que esconde su identidad tras el seudónimo Marceau se reune con otras tres personas con las que ha contactado a través de internet con la intención de suicidarse. Ella ha perdido las ganas de vivir, pero los otros tres han llegado a esta situación como consecuencia de crisis de identidad por el contacto con sus otros yoes, dobles, duplicados, dopplegangers, o como se les quiera llamar, adopten la forma que adopten. Reflejos en un espejo, seres mecánicos o alguien que va por el mundo. Sin embargo, el suicidio colectivo fracasará, y como consecuencia, abrirán una puerta hacia otro mundo. Un mundo que no entienden bien, y menos aun las consecuencias de las interacciones que establecerán con él.

Toshogu - Nikko

Y el concepto de puerta a otros mundos, otras dimensiones o universos tampoco les extraño. El hueco de un gran árbol medio podrido en el santuario de Toshogu en Nikko es un lugar para ellos idóneo para «comunicarse» con sus «ocho millones» de espíritus, más antepasados y demás…

Se nos presenta esta obra como un manga de terror, de un autor especializado en el género, Junji Ito. El concepto de «obra» de terror, se refiera al modo literario o audiovisual que sea, hace tiempo que me tiene desconcertado. Cuando yo era pequeñito o simplemente jovencito, una novela de terror o una película de terror era algo que te provocaba miedo. Que hacía que recorrer el pasillo de casa por la noche fuera una carrera contra lo irracional. Que te diera miedo montar en un ascensor o entrar en una cabina de teléfonos. Que bajar al sótano de una casa de campo fuese una experiencia desasosegante. Que un perro aparententemente abandonado al pasar por el parque hiciese aumentar el ritmo de latido de tu corazón. Eso era una «obra» de miedo o terror. Hoy en día parece ser que consiste en obras donde contemplas o lees cómo a una serie de gente le pasan cosas desagradables con un nivel escatológico o hematológico, lo que vulgarmente llamamos «casquería» más o menos alto. Eventualmente, te dan sustos, especialmente en los medios audiovisuales, cine y televisión. Pero lo que se dice pasar miedo, y no digamos ya terror,… pues la verdad es que no. Nada. Ni por asomo.

Todaiji - Nara

Para acabarla de enredar, existe un fuerte sincretismo entre el sintoísmo que le es propia y el budismo que importaron siglos ha, con su propia colección de budas, bodhisattva, gurúes y demás héroes de naturaleza humana o trascendente que os podáis imaginar, con renacimientos de almas que no son las que eran, aunque los conceptos se mezclen con las reencarnaciones o las transmigraciones de otras creencias. Si no os aclaráis, yo no mucho, tal vez os lo exlique este malencarado boddhisatva del templo Tōdai-ji de Nara.

Esta obra de Ito no es una excepción. De hecho, más que una obra de terror, yo la consideraría como una obra de excesos. Una obra en la que progresivamente las situaciones en las que se encuentran involucrados son cada vez más desmesuradas, excesivas. Con un nivel de «asquerosidad» media también en un aumento conforme pasan los capítulos. La cuestión es que globalmente, conforme te vas metiendo en la acción, que sin duda es muy entretenida, vas asumiendo que lo que estás leyendo es una especie de parodia. Y como tal, funciona «de miedo». Desconozco si es esa la intención última del autor. Si lo es, prueba conseguida. Con un notable. Si no lo es, como me temo, y teniendo en cuenta que entre la comunidad de aficionados al género parece ser un autor respetado, supongo que lo que pasa es que soy un lector inadecuado. Soy un lector que difícilmente se deja arrastrar a un universo de este tipo.

Ya digo, no me he aburrido. El libro me ha sorprendido en algún momento, y me ha arrancado más de una sonrisa e incluso alguna sincera carcajada. Pero no me produce ningún interés en repetir la experiencia con productos similares.

Kencho-ji - Kamakura

En cualquier caso, la tradición de ilustración gráfica japonesa viene de antaño, y podemos encontrar imágenes similares en los mangas o en los murales del templo budista de Kencho-ji, en Kamakura.