[Cine] Steve Jobs (2015), o el chico era menos listo de lo que parecía

Cine

Steve Jobs (2015; 032016-0112)

Cuando hace unos días hablé de una de las películas que parecía destinada a optar a grandes cosas en la temporada de premios, pero que poco a poco se ha ido desinflando salvo las oportunidades de su rubia protagonista, comentaba que estábamos encontrando poco atractiva las películas de la temporada de premios. Entre otras esta que nos ocupa hoy. En ese momento tenía mis dudas de que fuéramos a verla. Lo que son las cosas. Esa misma tarde me tuve que desdecir. Me explico.

A mí Steve Jobs nunca me cayó especialmente simpático. Lo paradójico es que desde que probé alguno de los productos de su empresa, a la hora de confiar mi equipos TIC domésticos he ido cayendo progresivamente en sus redes. Esto lo escribo en estos momentos desde un iMac, que ya está empezando a ser añoso. «Vintage» parece que lo consideran sus fabricantes, pero no obsoleto todavía. Y va muy bien, oye. Pero el tipo no me acabó de caer bien nunca.

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Parece que el señor Jobs, por seguir las enseñanzas de gente como estos (Nanzen-ji, Kioto)…

Miren… Este señor era joven cuando murió. 56 años. Parece que de un cáncer de páncreas. Por mi profesión sé que es una localización muy muy puñetera para tener un tumor maligno. Pero el caso es que según dicen en todas partes, su variedad era no era de las peores. Pero como el chico estaba imbuido del espíritu del budismo u otras supersticiones místicas, más su fe ciega en una dieta vegetariana, buscó el remedio en la llamada «medicina natural». Será natural, pero no es medicina. Porque no se basa en el conocimiento científico. Y actualmente la medicina es una ciencia, y si no es ciencia, no es medicina. A lo que quiso corregir el entuerto… pues aguantó unos cuantos años porque estaba forrado. Por lo tanto tan listo, tan listo,… no era. Digno ejemplar de la posmodernidad; apasionado de la tecnología, pero con supersticiones anticientíficas. Así nos va.

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… acabó prematuramente como estos (Cementerio Yanaka, Tokio).

En cualquier caso, la película no nos habla de sus problemas de salud. Dirigida por Danny Boyle (cosas muy buenas, pero también algún truño que otro en su carrera), con un guionista afamado como Aaron Sorkin (se le conceden méritos notables, tanto en cine como en televisión), nos dicen que está basado en un libro que pulula por ahí más las investigaciones del propio Sorkin. Sinceramente, desconozco el grado de veracidad de lo que discurre ante nosotros en pantalla. Lo cierto es que el filme tiene un cierto tono a obra de teatro, con tres actos muy bien definidos, en los que el protagonista, Steve Jobs (Michael Fassbender) o alguien que se basa en la persona histórica, interactúa con su responsable de marketing, Joanna Hoffman (Kate Winslet) (según la biografía de esta en Wikipedia, en los acontecimientos narrados en el tercer acto estaba ya retirada), con su colega de aventuras en la creación de Apple, Steve Wozniak (Seth Rogen), con el que fue director general de la empresa, John Sculley (Jeff Daniels), y con su hija, Lisa Brennan (Perla Haney-Jardine/Ripley Sobo/Makenzie Moss).

Lo pasamos bien. La película está bien planteada, bien rodada y, sobretodo, bien interpretada. A lo que llevábamos un rato de proyección, nos olvidamos de si el señor de la pantalla era un señor real o no. Casi mejor si era una ficción, más libertad para disfrutar de la historia sin prejuicios. Y está muy bien cómo se plantean los conflictos internos, los interpersonales, los laborales y los familiares que de una forma u otra atormentan al protagonista.

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Eso sí… años y años peleando por conseguir los mejores equipos informáticos personales han llevado a que… el mundo esté plagado de gente haciendo selfis con unos aparatitos con una manzana mordida, por ejemplo, en el Centro Pompidou de París.

No vamos a decir que es un peliculón. Pero desde luego puede ser una película recomendable para pasar un tarde con algo más que un mero entretenimiento. Recomendable para cualquiera menos, probablemente, para los fans de la marca de la manzana mordida. La apoteosis a la que han elevado a su genio y fundador, unida al palo que se les introduce por allá detrás a no ser que tengan un poco de cuidado y que les hace andar así de tiesos por la vida, les puede llevar a no disfrutar de la película y sufrir un fuerte ataque de dispepsia. Por el mero hecho de que puedan existir inexactitudes históricas, unidas a una humanización del personaje. Imperdonable. Pero si es Dios… y la manzana mordida su profeta.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***
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O que la gente lleve unos talabartes como estos para sus fotos de recuerdo en Venecia en vez de usar una cámara «comme il faut».

El desconcertante uso y abuso de la palabra «visionario» (a propósito del deceso de Steve Jobs)

Política y sociedad

Sí, hace un par de días falleció Steve Jobs. Una persona cuya definición más apropiada es la de un hombre de negocios en el campo de las tecnologías de la información y la electrónica de consumo, que en sus últimos años de vida lideró con éxito al empresas en las que trabajó activamente. Hubo periodos de su vida en los que su liderazgo no produjo tantos éxitos.

Indudablemente, el hecho de que haya llevado a la empresa Apple Inc. de estar a punto de desaparecer a finales de los 90 a ser una de las empresas de mayor cotización bursátil del mundo, nos habla de que algo debía saber de cómo hacer su trabajo. Negar este hecho me parecería una soberana tontería. Aunque creo a él mismo le gustaba recordar el viejo dicho latino, memento mori. Recuerda que eres mortal. La frase o una de las frases que según la tradición de la antigua Roma, un esclavo repetía al general victorioso durante la celebración del triunfo. Es posible que Jobs lo mencionase por ser consciente de que el tumor neuroendocrino de páncreas que padecía le iba a provocar una muerte prematura. Pero también hay que recordar que, en el mundo de los ne son muchas las grandes empresas que han parecido eternas e inmutables, y han desaparecido e incluso están olvidadas.

Campo de' Fiori

Llegué a planificar una escapada por Italia para estos días que vienen, pero me parece que no va a poder ser. Me consuelo recordando viajes pasados, como paseos nocturnos por el Campo de' Fiori de Roma (Canon Digital Ixus 400).

Lo que me ha llamado la atención es que el porcentaje de noticias que incluyen la palabra visionario, o sus equivalentes en otros idiomas, para referirse al personaje es elevadísimo. Y para mí denota dos cosas. Una, que los políticos, magnates y periodista que han hablado estos días tienen poca imaginación, un vocabulario muy limitado y se copian unos de otros. Dos, que hemos perdido de vista lo que significa ser visionario. Demos una vuelta por el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), que tiene dos acepciones para esta palabra, que ya adelanto que no me gusta mucho.

Que alguien quiera significar la primera acepción al aplicar este adjetivo, me parecería preocupante:

1. adj. Dicho de una persona: Que, por su fantasía exaltada, se figura y cree con facilidad cosas quiméricas. U. t. c. s.

Sinceramente, creo que esta definición de visionario se aplica mucho más a muchos de sus seguidores o detractores que basan sus filias y sus fobias hacia el personaje y sus productos más en aspectos irracionales y místicos que en tomas de decisiones meditadas o razonables (que no necesariamente racionales, que ser racional siempre es un aburrimiento). Lo que se ha podido leer desde el deceso del finado hasta el momento, habla mucho de la cantidad de gente falta de criterio y personalidad, gilipollas aparte, que pululan por la red de redes y por los medios de comunicación.

Pasemos a la segunda acepción:

2. adj. Que se adelanta a su tiempo o tiene visión de futuro. Apl. a pers., u. t. c. s.

Creo que es esta la definición que la mayor parte de la gente asume cuando se refiere a Steve Jobs.

Pues bien. No estoy en absoluto de acuerdo. No creo que se adelantara a su tiempo. Creo más bien que es el típico caso del viejo dicho «en el país de los ciegos, el tuerto es rey». La gran acción que emprendió su empresa en su momento fue la de dejar de ser una empresa (sólo) de ordenadores y software, para para ser una empresa de distribución de contenidos musicales. Y lo hizo en un momento en el que todo el mundo estaba ya distribuyendo contenidos musicales y de otro tipo por internet, pero sin un modelo de negocio claro. No era algo de futuro. Era un presente, que nadie sabía como aprovechar. Y él lo hizo. Y todo lo demás ha sido presentar productos acompañantes pulcros, bonitos, con buen diseño, agradables de utilizar por el usuario, y con una atractiva imagen de marca. Valores que han estado presentes en el mundo de los negocios desde siempre.

Durante todo los años 90 me estuve preguntando, y fue objeto de conversaciones, porque los ordenadores personales eran tan puñeteramente feos. Y porque había que tener tantos conocimientos técnicos para conseguir que funcionaran bien. El valor añadido de Apple bajo la influencia de Jobs fue conseguir que la gente comprara sus ordenadores porque eran bonitos, incluso decorativos, y que funcionaran sin saber nada de las tripas de esos cacharros. Pero no fue este su negocio principal. Este negocio se aprovechó del tirón de lo que puso en marcha porque era un presente, porque estaba ahí, y el conservadurismo extremo que residen en la mayor parte de los hombres de negocios impedía que se pusiera en marcha. Distribuir música. De forma fácil. A precio razonable. Y luego aplicaciones. Para lo cual se sacó de la manga un teléfono. Que no es más potente, ni el más novedoso técnicamente, ni muchas cosas, pero que la gente usa con facilidad y además le induce a comprar aplicación a poco menos de un dolar/euro, del cual una parte va a Apple.

Baldaquino - San Pietro in Vaticano

O sorteando turistas ante el baldaquino de San Pietro in Vaticano (Canon Powershot G6).

Steve Jobs no fue básicamente un visionario, porque las cosas ya estaban ahí y ya se veían venir. Sí se le puede aplicar el apelativo de innovador, y sobretodo el de gran comunicador. Pero sobre todo el de negociante. El de ser capaz de convertir ideas, trabajos y manufacturas en mucho dinero.

También hay una cosa que tengo que comentar. Este señor no ha cambiado el mundo. El mundo está pasando por una grave crisis económica y financiera en medio de la cual este señor ha sido capaz de seguir haciendo dinero para sí y los accionistas de sus empresas. Pero no ha cambiado ni mejorado el mundo. Sólo ha cambiado la forma en la que los que pueden gastar dinero, lo gastan. Y generalmente eso pasa por pensar en las clases altas y medias altas. Que son los que tiran hacia arriba en este tipo de consumo. Eso no es cambiar el mundo.

Dicho todo lo cual, estoy escribiendo esta entrada en un iMac, escucho música por la calle con un iPod Nano, tengo un iPhone 3G que me regalaron, y un portatil MacBook para gestionar mis fotos cuando salgo de viaje, o me quiero conectar a internet en el salón de mi casa. Pero Steve Jobs no me ha cambiado la vida ni me ha hecho más feliz en realidad. Sólo ha sido el tipo que ha dirigido la empresa que ha producido los útiles que en este momento de mi vida me han convenido. Si no hubiera estado él y su empresa habrían estado otros. Estoy seguro. Porque lo que nunca sabremos es qué buenas ideas y qué buenos productos nos estamos perdiendo por el dominio que determinados hombres de negocios ejercen sobre el mercado, impidiendo por interés egoísta que otros lleguen a la posición a la que ellos pudieron llegar.

Y recordad. Todos somos mortales. De las glorias que disfrutamos ahora, nada quedará en su momento. Todo lo demás, vanitas vanitatum et omnia vanitas, que es la frase que llevo grabada en la trasera de mi iPod Nano.

Pietà - San Pietro in Vaticano

O disfrutar de la contemplación de obras de arte realmente bellas como la Pietà de Michelangelo (Canon Powershot G6).

Manzanas mordisqueadas y antílopes saltarines

Deporte, Informática e internet

Primero las noticias más antiguas. Aunque el partido lo viese ayer. Los springboks han ganado con claridad, y contra pronóstico, a los old blacks. Para quien no esté al tanto, estoy hablando de rugby. En estos momentos se está celebrando el torneo de la Tres Naciones, Nueva Zelanda (old blacks), Australia (wallabies) y Sudáfrica (springboks). Los neozelandeses son los favoritos, y hasta el momento habían ganado todos los partidos jugados. Los sudafricanos, sin embargo, iban de derrota en derrota. En el último partido del torneo para estos últimos, sin embargo, fueron capaces de domar a los belicosos jugadores de nuestras antípodas, y ganar el partido del honor. Bien es cierto que los old blacks jugaron con un equipo que no es el titular. Pero aun así. El torneo se decidirá en los próximos días en el enfrentamiento final entre old blacks y wallabies en tierras australianas. El ganador, gana el torneo. El empate favorece a los neozelandeses. Y un par de semanas después, comienza el mundial. Qué más pueden pedir los aficionados al rugby.

Terraza

Dos visitantes en el IAACC Pablo Serrano del sábado pasado en la terraza del mismo y ante la Torre del Agua; el día que se tomó la foto fue el día del partido de rugby comentado, pero hasta ayer no se pudo ver en España (Panasonic Lumix GF1, Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8).

Un poco más de entidad parece que tiene la noticia que se producía mientras yo veía tranquilamente el partido anterior. Steve Jobs, primer ejecutivo y uno de los principales accionistas de Apple Inc., dimite de su cargo. Al parecer por razones de salud. Normalmente, no suele ser noticia los vaivenes de los ejecutivos de las empresas. Pero en este caso la repercusión es grande. Este señor fue uno de los fundadores de Apple Inc. allá por la «prehistoria» de la informática de consumo en 1976. Y la situó como una empresa innovadora y de prestigio. Sin embargo, fue apartado de los puestos de decisión en 1985, y abandonó la empresa que languideció progresivamente hasta estar al borde de la desaparición en la segunda mitad de los años 90. Momento en que Jobs vuelve, cambia sus directrices estratégicas y la lleva a convertirse este mes de agosto en la empresa con mayor valor en bolsa del mundo durante unas horas. Lo cierto es que aunque sigue fabricando computadoras, hoy en día es una empresa diversificada que se dedica tanto a la electrónica de consumo como a la distribución de contenidos para el ocio, fundamentalmente software, música y otros entretenimientos audiovisuales.

Los usuarios de sus productos adoran a la empresa. Pero tampoco faltan sus detractores. Durante un tiempo fueron notables las críticas a su política medioambiental.

Se sabía que desde 2004 Jobs padecía de cáncer de páncreas. Esto suele ser muy malas noticias para una persona. Y aunque la fortuna de este señor le habrá permitido acceder a todo tipo de medios diagnósticos y terapéuticos para prolongar su vida con la mejor calidad posible. Ya hace tiempo que sospecho, frente al optimismo de sus fans, que la cosas pintan bastos para él. Y su dimisión parece confirmar la cosa. Por el papel que ha jugado esta persona en esta empresa, la noticia es de especial calado en el mundo de la economía. Sin duda.

Soy usuarios de productos Apple. En el tema de música portátil porque son monos. En el tema de informática personal porque funcionan. Antes, con los PC compatibles, convenía comprar periódicamente revistas con temas técnicos por si acaso. Que nunca sabías cuando te iba a dar un disgusto el güingous. Ahora ahorro un montón de dinero en estas revistas. Los enchufas y funcionan. Sin más. Pero todo se acabará. Todo tiene ciclos. Y vendrán otros productos más interesante. Más tarde o más temprano. Absurdo adorar las marcas. Así que nada. A disfrutar de lo que hay mientras vaya bien.

Por cierto, ya he visto algún chiste sobre esta noticia:

Steve Jobs ha anunciado su retiro. Miles de fans de la marca de la manzana se abalanzan sobre las tiendas Apple para reservar sus «retiros».

Terraza

Encuentro algo de similitud entre las formas del tejado del IACC Pablo Serrano y la historia de los beneficios de Apple Inc. (Panasonic Lumix GF1, Leica DG Macro-Elmarit 45/2,8).