Para empezar… voy a dar un cambio en la forma en que comento las películas. Voy a desencorsetar estos artículos. Y voy a intentar hacer unos comentarios más ligeros. Menos serios. Que no es lo mismo que decir que no me tome en serio la cosa cinematográfica. Y empezaremos por la última película del trío cinematográfico conformado por el director David O. Russell, la actriz Jennifer Lawrence y el actor Bradley Cooper. Si el año pasado le tocaba a Cooper ser protagonista y a Lawrence secundaria, este año es al revés, pero están los tres en el ajo.
Llega la temporada de los premios gordos cinematográficos. Llevamos ya varias semanas con un goteo de premios menos conocidos o menos trascendentes en los medios, pero que van definiendo los que probablemente llegarán a la recta final de los premios cinematográficos por excelencia, los Óscar. He de decir que este año,… mmmm, no sé,… me faltan por ver bastantes películas todavía… pero como que la oferta no me atrae mucho. Por ejemplo, no hemos encontrado todavía tiempo, ni ganas especialmente, para ir a ver la que dedican al señor de la empresa de la manzana mordida.

Plaza del ayuntamiento de Copenhague, país con un alto nivel de movilidad social.
Pero claro, si nos estrenan un filme con la guapa Jennifer al frente, que en las últimas cuatro ediciones ha sido candidata al óscar tres veces y ha ganado uno, o en las cinco últimas ocasiones ha sido candidata en los Globos de Oro cuatro veces y ha ganado tres… hay que ir. Es más fácil ganar en los Globos de Oro. Hay dos categorías, drama por un lado y comedia o musical por otro. Todo es cuestión de apuntarse a la que más convenga. Donde haya menos competencia. Cuanto más lo pienso más estoy convencido de que esta biografía amañada de la mujer de negocios norteamericana Joy Mangano, tendría que ser considerada un drama, independientemente de que Robert De Niro, Virginia Madsen o Isabella Rossellini salgan por ahí haciendo poco más que el payaso. Pero como intentar que la guapa de Jennifer, que eso sí sigue estando guapísima, tuviera éxito contra otras serias candidatas en películas más serias era complicado…
Y es que esta película da poco de sí. La biografía de la tal Mangano tiene escaso interés, y parece que es un producto para consumo interno americano. Podríamos discutir hasta que punto es una mentira y una falacia el famoso «gran sueño americano» según el cual, cualquiera puede hacerse rico a base de trabajo y valía. Lo cierto es que es una de las sociedades con menor trasiego entre clases sociales que hay en el mundo occidental. Lo más habitual es que «partiendo de la nada, y con solo tu esfuerzo, puedas alcanzar las más altas cotas de la miseria», para fraseando a Groucho Marx. Lo cito para que si alguien me tacha de «marxista», acierte con el Marx que me inspira, y no se equivoque. Pero soy un chico de ciencias, y los indicadores de movilidad social nos dicen lo que nos dicen y no lo que nos cuenta este cuento de hadas. No me hagan caso a mí. Infórmense entre los que saben.

Traducción aproximada pero honesta del título de la gráfica: La movilidad social es menor en países con más desigualdad. Obsérvese la posición de Estados Unidos: gran desigualdad comparada, escasa movilidad social. Tomado de https://en.wikipedia.org/wiki/Social_mobility
Si al escaso interés del tema de la película añades una caótica dirección… El sobrevalorado Russell de entrada opta por un formato de fotograma próximo al 16:9 televisivo, cuando en cine en estos momentos es más habitual el 2,35:1. Esto le permite llenar constantemente la pantalla de primeros planos y planos medios de Lawrence sin necesidad de preocuparse por lo que hay o pasa alrededor. Declaración de intenciones. Aquí estamos para enseñar lo guapa que es y lo bien que lo hace nuestra Jennifer. La película consigue no obstante arrancar con dignidad, pero pronto se dispersa sin encontrar tono alguno de coherencia, con situaciones pasmosas, y de difícil credibilidad. Nos lleva a un final de totum revolutum, hasta que la protagonista se pone el disfraz de madre coraje. Siendo una presunta inculta en los negocios y en derecho (la auténtica Joy Mangano tiene un grado universitario en administración de empresas) en el plazo de una noche resuelve todos los intríngulis de sus problemas, y acaba rica y respetada en el mundo entero a base de vender fregonas y otros trastos de plástico por televisión… ¡¡¡???
Mi consejo… no vayáis a ver esta película. Bueno, si os gusta mucho Jennifer, ¿he dicho ya que sigue estando muy guapa?, pues nada… a ello. Y cuidado con el onanismo que produce ceguera, según me contaban los padres escolapios. Aunque no hay nada ni parecido al sexo en el filme. Jennifer Lawrence sigue demostrando que es una excelente actriz incluso en una película tan floja. Pero sinceramente, carece de sentido para mí que por bien que lo haga, sea premiada por un papel tan absolutamente intrascendente en la historia del cine.
Valoración
- Dirección: **
- Interpretación: ***
- Valoración subjetiva: **

Casitas de madera en Porvoo, Finlandia, otro país con alta movilidad social. En el encabezado, Washington Square en Estados Unidos, donde si has nacido pobre lo tienes bastante más chungo.