Era tradición que el domingo de carnaval me bajase al centro de la ciudad con la cámara para tirar unas fotos a los coloridos personajes que pululaban por las actividades de animación callejera que el ayuntamiento ofrece. Pero cuando hay un crío en la familia, en este caso mi sobrino, a veces hay que condicionar las actividades al «rey de la casa». Aunque en definitiva, quien organiza y manda es la madre, que en esta ocasión determinó que el niño iba a ir con unos amiguitos a la fiesta que organizaban ese domingo por la mañana en un colegio del barrio.
Y allí fuimos en familia. Y yo con la cámara, la Canon EOS 5D Mark II. Que se llevó un susto, por el Canon EF 50/1,8 se tiró al suelo en acto suicida, pareciendo que había fallecido, aunque luego con cariño y cuidado ha revivido. No obstante, tengo encargado su hermano mayor el EF 50/1,4 USM, porque después de semejante cacharrazo. Así que la mayor de las fotos, dado que la luz era escasa para el EF 24-105/4L IS USM, más polivalente pero menos luminoso, se hicieron con el EF 85/1,8 USM. Que es un buen chisme, agradable de usar.
Os dejo algunas imágenes.








