El título es cosa de dos, pero con un favorito claro, Inglaterra. Pero Gales, tras la debacle del primer tiempo de su partido inaugural contra Irlanda, se ha mostrado como un equipo serio, no tan brillante como el año pasado, pero dispuesto a trabajar. En el partido contra Escocia, este fin de semana, puso de manifiesto el hecho, y poco a poco se fue trabajando la victoria, sin dar opciones a los del cardo, que este año estaban relativamente entusiasmados por alguno de los resultados previos.
Ayer mismo, sin embargo, Inglaterra se lo tuvo que currar contra Italia, que les pudo dar un disgusto ya que se quedó a un ensayo del empate, un ensayo que estuvieron a punto de lograr en la segunda mitad de la segunda parte. Y quizá merecieron. Aunque carecen de la capacidad resolutiva de otros equipos más potentes, y no llegaron a cumplir sus objetivos. Pero se fueron de Twickenham con la cara muy alta.
En Dublín, en una tarde de lluvia infernal, las decepciones del torneo, Irlanda y sobretodo Francia, empataron en un partido deslucido, que sólo sirvió para que Francia evitara la Cuchara de madera definitivamente. Pero vamos. Si no es capaz de ganar su último partido contra Escocia, el que cerrará el torneo, su resultado será casi tan malo como ganar el ominoso trofeo.
Queda pues la jornada final en la que galeses e ingleses se jugarán el título en Cardiff. Gales necesitar ganar holgadamente para llevarse el título, puesto que sólo puede empatar al puntos, pero el tanteo es favorable hasta el momento a los ingleses. No he hecho las cuentas. A mí, me gustaría una nueva victoria de los del dragón. Pero difícil lo tienen, aunque no imposible.

Me pongo de parte de Gales, y dedico la foto de la entrada a los bellos paisajes de Snowdonia, en el norte del país, en Betws-y-Coed.