Está lloviendo fuerte. Hay alguna ráfaga de viento. No tenemos urgencias turísticas. Así qué nos lo vamos a tomar con calma. Aún así hemos disfrutado de la isla de Burano. Es curioso. Realmente la gente es gregaria. Se aglomera en torno a tiendas y restaurantes. Y a cinco minutos de allí puedes estar solos, bajo la lluvia en un rincón encantador. Esta bien ser un poco asocial.
En cualquier caso, a partir de aquí será pasar la tarde y despedirse. Con la tristeza de no saber cuando será el reencuentro, pero con la alegría de haberse encontrado.
Carlos Carreter
http://carloscarreter.com