Que Dios nos perdone (2016; 572016-0211)
Nos llega una propuesta de cine español liderada por el director Rodrigo Sorogoyen, y con un guion del propio Sorogoyen y de la guionista Isabel Peña, que ya formaron equipo en un largometraje anterior que recibió buenas críticas, que yo no vi en las salas de cine pero sí después en vídeo… y que no me gustó demasiado. Además, habíamos visto el avance de la película unas semanas antes, y nos quedamos con la duda de que lo que parecía una película de acción policiaca testosterónica nos fuese a apetecer. Aunque sí comprobamos que el reparto parecía interesante. Especialmente, la presencia de Antonio de la Torre, que últimamente le he visto haciendo muy buenos trabajos, incluso sosteniendo películas que por otra parte daban poco de sí. Si a esto sumamos una serie de circunstancias curiosas que se han dado alrededor de los responsables de la película que no voy a comentar aquí… decidimos ir a verla, incluso si a priori teníamos nuestras dudas.

Película española, con elementos castizos que suceden en Madrid pero podrían suceder en cualquier rincón de la geografía peninsular. Así que no es Madrid, en las fotos, es cualquier rincón de la geografía peninsular… cerca de mi casa.
La película resulta que no es de acción propiamente dicha, aunque alguna escena de este tipo hay. Alguna persecución y esas cosas. Está más emparentada con el thriller y el suspense que con otra cosa, con la figura del asesino en serie, en este caso de ancianas y con componente sexual, que con lo que llamamos «película de acción». La película intenta penetrar más en las complejas relaciones entre una pareja de policías absolutamente improbable, la formada por los inspectores Velarde (Antonio de la Torre) y Alfaro (Roberto Álamo), totalmente disfuncionales como personas y, probablemente como policías. Por otro lado, un criminal totalmente tocado del bolo, no digo el actor por no desvelar trama, por diversos temas más o menos freudianos.
La película es bastante entretenida y tiene un pase bastante amplio. Aunque se aleja de las maravillas que se han podido leer en algunos medios supuestamente especializados. Por algún motivo, Sorogoyen cae bien y se le trata bien en la prensa y otros medios. Lo cierto es que la película es larga… innecesariamente. Por ejemplo, la relación entre Velarde y la limpiadora de su casa no nos aportó nada a la historia. Es superflua. La información que nos da podría haberse proporcionado al espectador de forma eficaz, adecuada cinematográficamente y con más economía de medios. Toda la historia de la visita del Papa sólo parece tener un fin,… justificar el entorno de la única persecución de acción que hay en la película. Y a mí, el final… que se hace evidente si uno tiene una cierta cultura literaria (también ha sido casualidad), también es poco arriesgado… se me ocurren otras formas de terminar con el embrollo. Lo de la comisaría y el conjunto de policías que trabajan en ella… si eso tiene que ver con la realidad me sentiría más seguro en compañía de los delincuentes que de estos inspectores de policía.
Buenas interpretaciones de todas formas, y como digo una película que a pesar de sus defectos es entretenida y se deja ver.
Valoración
- Dirección: ***
- Interpretación: ***
- Valoración subjetiva: ***