Hace poco más de un mes, en el marco de las actividades de la Asociación de Fotógrafos de Zaragoza AFZ dedicamos un sábado por la mañana a un taller sobre la imagen subliminal en las obras cinematográficas, dirigido por José Barrena, a propósito de una de las películas consideradas como una de las mejores obras maestras de la historia del séptimo arte, Vertigo [Vértigo (De entre los muertos) en España] de Alfred Hitchcock.

Buena parte de la primera parte de la novela que nos ocupa hoy transcurre en el París de «la drôle de guerre». Así que pasearemos fotográficamente por la capital francesa.
Durante el taller se comentó algo que yo sabía en tiempos, pero que había olvidado casi por completo. La película es una adaptación de una novela de Boileau-Narcejac (Louis Boileau y Pierre Ayraud «Thomas Narcejac»). No es la única novela de esta pareja de escritores que se ha llevado a la gran pantalla. Otra de ellas, Celle qui n’était plus, dio lugar a una célebre versión francesa y otra bastante menos afortunada norteamericana. Esta última se conoce más a menudo por el título de su adaptación cinematográfica francesa, Les diaboliques. La que hoy nos ocupa es la obra original en la que se basó la obra de Hitchcock, cuyo título original es D’entre les morts (De entre los muertos), pero que con frecuencia, y es el caso de la versión electrónica que he leído, ha aparecido reeditada con el título Sueurs froids (Sudores fríos), que es el título que recibió la película cuando se estrenó en Francia.
Básicamente, la historia es la misma que la película, pero con el ambiente original en la Francia de la Segunda Guerra Mundial. Tiene dos partes. La primera transcurre en la primavera de 1940. Estamos al final del periodo de la guerra mundial denominado la drôle de guerre. Francia y Alemania llevan en guerra desde hace ocho meses, pero apenas se han producido algunas escaramuzas o enfrentamientos menores. París vive la euforia de una presunta victoria. Un abogado que había trabajado para la policía, pero que abandonó tras un incidente que provocó la muerte de un compañero por sufrir un cuadro de vértigo, es contratado para vigilar a su mujer que tiene un extraño comportamiento. Pero conforme se acerca el momento del comienzo de los duros combates de mayo de 1940, la situación personal de los protagonistas se complicará. En una segunda parte, en 1944, con la guerra todavía en marcha pero con Francia liberada, el abogado protagonista recorrerá el sur de Francia hundido por los acontecimientos anteriores, pero en busca de un fantasma que ha creído ver en un noticiario bélico en el cine.
He de decir que la novela no tiene una gran extensión. Y comencé a leerla muy animado, hasta el final de la primera parte. La continuación se me atragantó un poco y me ha costado terminarla. El desenlace tiene una variante importante sobre la película que muchos conocen. Quizá más coherente. Aunque la novela dentro del género literario me parece muy inferior a la posición que la película tiene dentro del género cinematográfico. Estamos ante un caso en el que Hitchcoch sacó oro de una obra original que, aunque digna y que puede gustar, no parecía dar tanto de sí.
He satisfecho mi curiosidad. Misión cumplida.