Esta semana traigo dos series muy distintas. En un momento en que tengo la curiosidad de ver qué tal se desenvuelve Michelle Dockery sin el acento posh de los aristócratas ingleses, vamos a conocer la capacidad de la canadiense Sarah Gadon para actuar con acento irlandés y lo burros que se pueden poner los nipones en asuntos de zombis y tetas. Empezaremos con lo menos serio.
Gakuen Mokushiroku [学園黙示録]: Highschool of the Dead
Según me dice el traductor de Google, el título nipón de esta serie significa «apocalipsis académico». Cuando yo tenía 15 años, edad de los protagonistas de esta serie de animación de hace unos cuantos años que se puede ver en Netflix, eso es lo que sucedía cuando don Antonio Tena, el profesor de física y química, nos comunicaba los resultados de los exámenes. Apenas unos pocos sobrevivíamos a la escabechina que convertía los boletines de notas de la clase de 2º A de BUP en un erial. Pero no. Aquí la cosa no va sobre el rendimiento académico de valientes pero tímidos chicos y arrojadas chicas de tetas ab-so-lu-ta-men-te descomunales… y no entraré ya en valorar las de la enfermera-sensei. Porque esta entretenidísima serie de horror en la que un grupo de adolescentes, compañeros de instituto, intentan sobrevivir en Tokio a un apocalipsis zombie de proporciones colosales.

Para ilustrar la entrada de hoy, nos iremos de travesía por el archipiélago de las Mil Islas, aguas abajo de Kingston en el río San Lorenzo. Según la historia de ficción, tres veces hubo de cruzar Grace Marks las aguas del San Lorenzo antes de encontrar la paz.
La serie abunda en escenas de carnicería sangrienta, en las que son decapitados abundantes muertos andarines, y devorados algunos vivos a la carrera. Pero también en el más obvio y sexista fan service a costa de las imposibles anatomías dibujadas en los personajes femeninos de la serie. Para que os hagáis una idea… Horror de cualquier feminista, hombre o mujer, con un mínimo de sensibilidad, no creo que les baste la proactiva personalidad de estas chicas para compensar las exhibición de atributos inimaginables, especialmente los pectorales. En su conjunto, la serie es una curiosidad que mezcla la aventura y la hilaridad por determinadas escenas.
Los 12 episodios de la serie dan la impresión de ser apenas un aperitivo de planteamiento de la historia que, sin embargo, no siguió adelante. Quizá los tiempos no están con esta exhibición de sexualidad para la complacencia de los varones más babeantes. Como curiosidad. Aunque las escenas de acción y la trama en su conjunto no tiene nada que envidiar a las mejores historias de muertos vivientes.
Alias Grace
Segunda serie que podemos ver este año basada en una novela de la canadiense Margaret Atwood. Y, curiosamente, tambien está protagonizada por una criada. Pero si en la que veíamos hace unos meses, la historia se basaba en una realidad alternativa, y terrorífica, a nuestro mundo contemporáneo, en la que hoy nos ocupa se basa en determinados hechos históricos.
Grace Marks (Sarah Gadon) fue una adolescente irlandesa, protestante, que cruzó el Atlántico en el siglo XIX con su familia huyendo de las hambrunas debidas al gorgojo de la patata, cuya madre murió en la travesía, y que tras sufrir los abusos violentos del padre, entró al servicio de familias pudientes de la sociedad canadiense. En una de ellas se produjo el asesinato del dueño de la casa y de su ama de llaves, muertes por las que fueron condenados a muerte uno de los criados de la asa y Grace, aunque la sentencia de esta fue conmutada por una sentencia a prisión de por vida, que incluó su paso por algún manicomio. Tenía quince años cuando la condenaron.
La novela de origen y la serie usan los hechos conocidos sobre Grace Marks, que permaneció treinta años en prisión hasta que obtuvo el perdón por su conducta ejemplar y se trasladó a Estados Unidos donde desapareció de la historia. Pero ficcionalizan sobre cómo fue su vida en Canadá y como fueron los hechos. También ficcionalizan las conversaciones que mantiene con un médico alienista, Jordan (Edward Holcroft), y que son las que sirven para narrar en flashbacks y en primera persona los sucesos.
La serie tiene un claro carácter ideológico y político, poniendo en solfa la conservadora sociedad de la época, así como la indefensión que las mujeres, especialmente las adolescentes de origen humilde ante los abusos por parte de sus familiares y empleadores. Sin que nunca sepamos con exactitud de lo sucedido, la historia y la execelente interpretación de Gadon elevan al personaje de Grace Marks, dotándole de enormes dosis de dignidad que la elevan por encima de todos los demás personajes de la historial. Excelente trabajo como digo de la protagonista y del conjunto del reparto, es muy recomendable. Y son sólo seis episodios.