Esta dinámica de recomendaciones semanales de cosas que pasan en el mundo de la fotografía, o para conocer y apreciar la obra de fotógrafos, unos más conocidos y otros menos… no me está funcionando últimamente. Por un lado, mis usos y costumbres evolucionan. Este Cuaderno de ruta, por ejemplo, nació con la intención de frenar un ratito cada día para descomprimir lo que entonces era un cerebro un tanto agitado. Cuando «entonces» significa hace 17 años. Eso es algo que todavía me viene bien, eventualmente. Pero la verdad es que la mayor parte de las entradas las programo para que aparezcan en torno a las seis de la tarde de cada día, pero las redacto y compongo tiempo atrás, y en ocasiones varias de golpe. Probablemente esta tarde de domingo, si no me surge algo mejor que hacer, prepare tres o cuatro de la semana que viene.

En lo que se refiere a las recomendaciones fotográficas, las páginas desde las que extraía aquellas que me convencían más también han evolucionado. Muchas, para monetizar su trabajo han optado por modalidades de suscripción, que limitan su acceso a los no suscriptores. Pero, sinceramente, si todo el que publica algo en internet aspira a obtener de cada suscriptor 9,99 euros/dólares/libras al mes… no es sostenible. Sencillamente, los internautas no podemos pagar 9,99 cacharros por todo. Tenemos que comer, beber, vestirnos, viajar en transporte público, hace vacaciones, ahorrar algo, pagar los gastos del piso. Si se espera que por cada cosa que hacemos en internet nos suscribamos por 9,99 (óptese por la moneda de turno), no es posible. Y sobretodo, la mayor parte de los sitios aportan un valor, pero no ese valor. Especialmente para quienes simplemente somos aficionados a un modo de expresión personal y artística como la fotografía. La alternativa es soportar una publicidad absolutamente agobiante, que arruina por completo la experiencia. He reducido a una cuarta parte los vídeos que veo en Youtube por este motivo. Y la cosa va a más. Publicidad intrusiva y excesiva para ver unos vídeos que suelen incluir más publicidad entre sus contenidos. Estos hasta los mismísimos de escuchar la palabra «squ**espace». Como consecuencia, uno selecciona exquisitamente qué ve y en qué se gasta el dinero. Y como hay muchas páginas y canales que son relativamente interesante, pero no tanto como para desembolsar lo que entre todos piden… adiós. Ya nos veremos cuando las cosas cambien… o nunca más. Así que entre unos y otros cambios… cada vez tengo menos propuestas al final de la semana. Tengo que replantear esto de alguna forma. Vamos con las magras cosas de esta semana.

Lenscratch es uno de esos sitios que siguen siendo agradables de visitar. Y esta semana lo han dedicado a fotógrafas contemporáneas surcoreanas. Sólo mujeres. Unas más interesantes que otras.
En un primer artículo, Hwang Yezoi, por ejemplo, dirige su objetivo hacia sí misma, como ejemplo de una mujer que no es el estereotipo idealizado de mujer que se propone socialmente. Reflexionando también sobre las relaciones familiares y con el entorno.
Un día más tarde, nos presentan a Ahn Jun. Aprovecho para recordar que en la onomástica coreana el apellido va delante del nombre personal. Como muchas fotógrafas contemporáneas también dirige la cámara hacia sí misma, pero jugando con la abstracción al introducir el fuego en su peculiares autorretratos. Y explora el sentido de su propia vida de un modo conceptual fotografiando objetos aparentemente ingrávidos.

Uno de los artículos que más me ha llamado la atención es el dedicado a Woo, Young. También se sitúa a sí misma en el encuadre de sus fotografías. Pero como un maniquí más en escaparates de distintos comercios, adoptando por lo tanto distintas identidades. Y con el elemento añadido de no saber qué o quién más va a pasar delante del escaparate y ante la cámara cuando se produce el disparo de la cámara. El artículo, en forma de entrevista, está redactado por Lee Sunjoo, ella misma fotógrafa del país asiático que tiene su interés.
También interesante es el artículo de dictado a Lee Sunmin. Esta fotógrafa, de las más veteranas de esta serie, dirige su mirada a la vida doméstica de otras mujeres. Básicamente, al igual que ha pasado en otros países, la mujer surcoreana ha aumentado su nivel de formación y capacitación profesional a lo largo de las últimas décadas, pero su desarrollo personal y profesional está condicionado por el papel que se espera de ella encargándose del hogar y la crianza de los hijos. Problema más intenso en el país asiático puesto que el confucionismo que forma parte de su herencia cultural siempre impulsó una cultura fuertemente patriarcal, que incluso ha tenido su sorprendente reflejo en las leyes del país hasta hace muy poco tiempo. Básicamente, hasta no hace mucho, todas las mujeres dependían de un hombre (padre, marido, hermano, tío,… según).

Finalmente, también muy interesante el dedicado a Park Youngsook. Este fotógrafa es la más veterana de este conjunto de artistas. Nacida en 1941, se comprometió desde muy pronto en la pelea feminista del conservador país asiático. El paradigma oficial es que una mujer sabia es la que es buena esposa y buena madre. Ante ello, la fotógrafa representa mujeres que, puesto que rechazan este paradigma, viven en la sinrazón, en la locura. «Mad women», que no aceptaban la ideología patriarcal extremadamente dominante en la última década del siglo XX. Y el conjunto de retratos que nos muestra es el más interesante de toda esta serie de fotógrafas.
Desde que se produjo el boom de la niñera fotógrafa Vivian Maier, no dejan de aparecer casos similares por todo el mundo. Unos más interesantes, otros menos. Pero en Cultura inquiera nos han presentado recientemente a Masha Ivashintova, una fotógrafa y artista rusa, o quizá habría que decir soviética, que no ha sido conocida hasta que su hija ha desvelado su legado. Básicamente, al contrario que Maier que nunca mostró interés por ser reconocida como artista, Ivashintova sí que lo tuvo, pero lo reprimió y lo ocultó, en gran medida debido a la presión para ello que tuvo de los hombres con los que se relacionó sentimentalmente, que también se movían en el ámbito artístico. Y que tal y como los presenta el artículo, debían tener un ego como desde Zaragoza hasta «Leningrado». El caso es que las fotografías, muchas de las cuales se mueven en el ámbito de lo doméstico y lo cotidiano, son realmente buenas e interesantes.
Finalmente, tengo anotado un artículo en Booooooom, de un fotógrafo basado en Vancouver, Denis Gutiérrez-Ogrinc (instagram). Desconozco su origen, pero el «gutiérrez» lo escribe con tilde, así que debe ser un hispanohablante en origen. Lo que me ha llamado la atención, como se señala en el artículo, que sus fotografías de viaje por Sicilia recuerdan mucho a la obra del italiano Luigi Ghirri, que me inspiró en cierta medida en nuestro viaje de Semana Santa a la región de Apulia. Y me han gustado.
