Este es el segundo libro que dedico este año a las novelas cortas de Joyce Carol Oates. Dos de ellas reunidas en un único volumen. Ya hace unos meses, a primeros de junio, leí otra edición similar de dos novelas cortas. Aquellas estaban dedicadas a dos mujeres que se ven metidas en unos misterios que emparentar con la Rebecca de Du Maurier, pero con una visión más moderna, más actualizada, y más feminista. Y eso que en la novela de Du Maurier había más chicha de lo que parecía a este respecto. En la pareja de relatos que traigo hoy, nos vamos a introducir en el ámbito del… ¿realismo fantástico? ¿terror? Hay que reconocer que Oates es una escritora polivalente, camaleónica, que se adapta perfectamente a cualquier género para contar su mensaje, y sin olvidar enganchar al lector con historias atractivas.

En el primero de los dos relatos que componen este volumen seguimos las andanzas de una estudiante de una universidad de algún lugar de la costa este de los Estados Unidos. Estudiante dedicada y modélica, poco destacada desde un punto de vista físico, vive angustiada por el posible embarazo como consecuencia de una relación con un joven profesor que después de unos breves encuentros la ignora. Todo ello en épocas de abortos clandestinos. La aparición de prestigioso poeta sexagenario puede procurar alivio a la joven… o no. Sobre todo porque quizá su punto de vista de la realidad esté un poco desviado…
Una jovencita preadolescente vive angustiada en un entorno familiar en la que el padre/marido les abandonado por otra mujer y otra familia, y por los abusos que sufre por parte de algunos compañeros del colegio. Y las cosas no mejoran cuando su madre se case con un tipo, aparentemente simpático, pero que le dirige unas miradas preocupantes. De fondo… misteriosas muertes empiezan a producirse en el vecindario.

Oates sigue analizando las complejas relaciones de las mujeres con los hombres, en los que estos tienen un papel dominante o determinante en las vidas de estas, especialmente en la medida en que estas se lo permiten. Como ya he comentado en otras ocasiones, Oates es feminista. Pero no se anda con paños calientes a la hora de atribuir a las propias mujeres una buena dosis de responsabilidad sobre sus problemas. Y todo aderezado con unas historias inquietantes, agobiantes en ocasiones, dignas del mejor suspense de Hitchcock, con finales que pueden sorprender al lector que no ha estado atento a los detalles y a las metáforas del texto.
Joyce Carol Oates es una autora prolífica, diversa, y siempre recomendable. Y si bien estas dos novelas cortas no destacan tanto como otras obras más conocidas o prestigiadas de la autora norteamericana, no por ella dejan de estar a una buen altura. Siendo además una lectura que se acomoda bien a un viaje o a una tarde de mal tiempo para salir a caminar. Especialmente si el tiempo es tormentoso y agitado…
