[Libro] Là ou naissent les histoires – Pierre Christin y Virginie Augustin

Literatura

Aunque de vez en cuando incluyo un cómic entre mis libros, he de decir que mi viaje a finales de septiembre al sur de Francia reavivó mis ganas por este tipo de lecturas. En Toulouse, las librerías especializadas en todo o en parte a esta forma de arte gráfica y literaria tienen una densidad considerable. Es fácil ir encontrándose con ellas mientras pasea por la ciudad. Al menos por el centro histórico, por donde más se mueve el visitante foráneo. Y con escaparates generosos y bien presentados, no son librerías pequeñas y de aspecto marginal precisamente, te quedas mirando y te entran ganas de leer alguno de los títulos. Pero como no quería cargar el equipaje con libros para la vuelta, los libros incrementan el peso del equipaje muy deprisa, sólo adquirí uno. Con aventuras de Valérian y Laureline.

Ya comenté en su momento mi vinculación temprana con esta pareja de agentes espaciotemporales. Poco conocidos en nuestro país comparados con otros cómics franceses, determinadas causas y azares hicieron que entrara en contacto con estos personajes en mi adolescencia, siendo alguno de sus álbumes los primeros libros que leí en mi vida de un idioma distinto del español. Y como ya reconocí tímidamente en su momento, siempre he estado secretamente enamorado de Laureline. Los personajes fueron creados en 1967 por Pierre Christin en el guion y Jean-Claude Mézières en la ilustración. Ya octogenarios, Christin vive todavía y Mézières falleció recientemente, a principios de año. La aventura gráfica de la que hablo hoy pertenece a la serie Valérian, vu par… que publica Dargaud. La serie de Christin y Méziéres está cerrada formalmente. En esta serie se invita a otros autores a revisitar los personajes y su universo con su propio estilo y mirada. Estas aventuras tienen guion del propio Christin con las ilustraciones de Virginie Augustin, a quien no conocía.

Encontramos en esta historia a Valérian y Laureline convertidos en dos adolescentes que viven con «su tío» en París a principios del siglo XXI, mientras que a nivel galáctico, una raza capaz de inventar historias está agotando la materia prima de su planeta que les permite realizar esta tarea. A ello se suman otros interesados en encontrar esta materia prima, de la que alguien localiza depósitos en tierras de Georgia, el país del Cáucaso que fue antigua república soviética. Y allí se dirigirán nuestros adolescentes héroes de forma inadvertida, contribuyendo a resolver la crisis.

Quizá lo de menos es la historia de esta historieta. En su conjunto tiene un tono tranquilo, melancólico, con los dos protagonistas en «modo adolescente», sus personalidades están en potencia. Valérian es más decidido y aventurero, Laureline, como siempre, más reflexiva y resolutiva a la larga. Al fin y al cabo, es la realmente inteligente de los dos. Corazón y cerebro, aunque con los sexos cambiado según la patriarcal tradición de la literatura universal. Quizá no sea la aventura más emocionante que hay leído, ni de las mejores. Pero cumple su papel de mantener vivos a los personajes, al mismo tiempo que les dota de la nostalgia que acompaña una creación que sabemos que ha cumplido su ciclo. Yo también lo compré y lo leí por nostalgia. Y dentro de poco volveremos a esta cuestión de revisitar, reanimar o reimaginar viejos héroes del cómic.