Hace calor. Mucho calor. Y eso hace que en esta época del año cada vez hagamos menos ejercicio. Lo cual no es bueno. Se supone que el tiempo veraniego incita a salir al aire libre. Pero cuando el calor es excesivo… pues no. Por ello, suele suceder en esta época del año que durante el fin de semana salte pronto de la cama, y camine al aire libre al amanecer. Cuando el calor no se ha abalanzado sobre la ciudad todavía. Y eso hice este fin de semana pasado.
Algunas de las fotografías que realicé durante esas caminatas tempraneras ya las adelante en mi entrada de recomendaciones del domingo pasado. Pero hoy traigo aquellas fotografías con temática más implicada en la naturaleza. Especialmente las aves, pero también la fotografía de aproximación sobre flora, y la macrofotografía sobre flora e insectos. El comentario más amplio, también desde el punto de vista técnico, lo encontraréis en la publicación de Substack acompañante, como de costumbre.
El miércoles de la semana pasada os hablaba de mis actividades fotografiando aves durante las fiestas navideñas. Pero ha habido más. Como consecuencia de los ciclos de desgaste y, hasta cierto punto, obsolescencia, de las cámaras fotográficas digitales, ha tocado hacer cambios significativos en el equipo después de casi seis años desde los últimos en el mismo sentido. Os hablo más despacio de ello en Renovando equipo para una buena temporada – Panasonic Lumix G9 Mark II.
Aunque el equipo fotográfico micro cuatro tercios llegó a mí como la mejor solución para disfrutar de la fotografía en mis viajes, en el último año y medio, y como consecuencia de mi pertenencia a ASAFONA Asociación aragonesa de fotógrafos de naturaleza, se ha despertado en mí el deseo de hacer más fotografía en este ámbito. Especialmente en la macrofotografía y en la fotografía de aves. Sin una ambición excesiva. Simplemente como algo de lo que se puede disfrutar durante mis caminatas, eligiendo las zonas verdes de Zaragoza para el ejercicio conveniente y necesario para mantener un buen nivel de salud. Y eso ha influido en la elección del equipo. Espero ofrecer con el tiempo más ejemplos de este tipo de fotografía. Aunque de momento estoy muy lejos del nivel de los compañeros de la asociación que se dedican preferencialmente a esa dimensión de la práctica fotográfica.
En estos días he visto varios artículos en distintos medios hablando del petirrojo como «el pájaro de la Navidad». Me da la impresión de que todos ellos han tirado de la misma fuente, algún artículo, probablemente en inglés, que hablaba de este tema… y, ale, para qué vamos a pensar si nos dan el tema intrascendente y navideño ya servido. Pues eso… algo propio de los británicos trasladado a España porque sí. Es cierto que los petirrojos, familiarizados y confiados, hasta cierto punto, con el ser humano, se acercan más a los asentamientos urbanos en época navideña, cuando la comida en el campo es más escasa. Un petirrojo forma parte de las aves que he estado fotografiando durante esta Navidad.
Petirrojo (Erithacus rubecula) en la arboleda de Macanaz. En el encabezamiento, un mito (Aegithalos caudatus).
Pero no ha sido el único. He renovado algunos elementos de mi equipo fotográfico. En mi blog especializado ya he hablado de uno de ellos, un objetivo de focal variable, teleobjetivo de cierto alcance, con el que he estado fotografiando algunas aves los días de las fiestas navideñas en los que no he tenido que ir a trabajar y ha hecho un tiempo razonablemente bueno. Me considero todavía muy bisoño, falto de práctica y técnica, en esto de la fotografía de aves. Especialmente cuando se trata de pequeños pájaros, inquietos y volanderos. Pero algunas cositas he conseguido y os las quería dejar puestas aquí.
Garza real (Ardea cinerea).Andarríos (Actitis hypoleucos).Polla de agua o gallineta (Gallinula chloropus).Tórtola (Streptopelia decaocto).Cormorán grande (Phalacrocorax carbo).Grajilla (Coloeus monedula)Zorzal (Turdus philomelus) y torcaz (Columba palumbus).Herrerillo (Cyanistes caeruleus).
Como todos los años, me enfrento a la tarea de seleccionar una fotografía. Pero este es un proceso que me cuesta horrores. Me llena de incertidumbres. ¿La fotografía que más puede gustar a los visitantes? ¿Qué tema? ¿Paisaje que es lo que más hago? ¿Aves ahora que uso de vez en cuando el 75-300 mm de Olympus? ¿De los viajes? ¿De algo próximo,… propio,… cercano? ¿Oso llevar una foto realizada con película fotográfica como ya he hecho en algún momento? ¿O elijo esa que me genera recuerdos o sentimientos especiales aunque se salga de lo que se muestra o se espera habitualmente en estas exposiciones? Dudas.
Sí que os puedo decir una cosa. La fotografía elegida está entre las que os muestro en esta entrada, pero la tendréis que ver en la exposición para saber cual es. Las que aquí os muestro son las que han ido al último corte antes de la decisión final. Tampoco es que hubiera muchas más que me parecieran dignas.
Tradicionalmente he llevado paisajes. En más de una ocasión en considerado la fotografía de aproximación, especialmente con plantas, pero si no recuerdo mal, de momento no me he decidido todavía. O tal vez sí. Tal vez sean los crocus dorados fotografiados después de la lluvia, a orillas del río Lot, bajo Saint-Cirq-Lapopie. O esa playa en el Golden Gate, con el majestuoso puente de fondo, medio oculto por la niebla. Habiendo considerado también los paisajes del País Vasco, incluso el blanco y negro con película fotográfica.
Pero desde que compré de oferta el sencillo pero razonablemente eficaz 75-300 mm de Olympus, he sumado muchos bichos, especialmente aves, a mi archivo fotográfico. Empezando por las gaviotas reidoras del río Ebro o la polla de agua que surca las aguas del Canal Imperial de Aragón a su paso por Zaragoza, que he situado en el encabezado. Pero hay más aves registradas en mis paseos por los cursos de agua que atraviesan Zaragoza. Como los cormoranes o las garcetas comunes.
Mucho ha pesado este año la abundante fauna avícola que encontré recientemente en el viaje a San Francisco. Y fue una casualidad que la pudiese registrar. Porque nunca estuvo en mis planes llevar el zoom teleobjetivo de Olympus. Pero lo confundí por el Lumix 35-100 mm de Panasonic, con el que no hubiese podido tomar estas fotografías. Como el pequeño cormorán orjudo y el estornino que encontré en las marinas de Sausalito.
Muchas fotografías tomé en la isla de Alcatraz, especialmente tras charlar con una naturalista aficionada que estaba instalada en la isla con un telescopio terrestre para ofrecer a los visitantes unas vistas del nido de la garza azul. Mi mejor foto, o eso pensaba yo, fue la de una garceta nivea… pero quedó algo desenfocada, así que preseleccioné otra,… menos interesante, pero que ha entrado fuerte en la selección final.
Y también me interesaron las gaviotas occidentales, que no vemos por las costas europeas. Y especialmente los escurridizos pelícanos pardos de California, que no paran quieto, son rápidos, y a pesar de su tamaño, no fueron fáciles para las modestas prestaciones del equipo Olympus, más pensado para el reportaje que para la acción. Pero ahí está, en Crissy Field, con el Golden Gate de fondo. Pues lo dicho. Una de estas catorce fotos será la que se exponga en el mes de septiembre en la calle Lagasca de Zaragoza.
Ya hace casi dos semanas de esta actividad fotográfica, un paseo por la antigua Expo 2008 y Parque del Agua de Zaragoza, para observar aves, convocada a través de distintos grupos de fotografías de Zaragoza en las redes sociales. Los detalles técnicos los podéis encontrar en Desempolvando el teleobjetivo para fotografiar aves – Canon EF 200/2,8L USM con duplicador.
Aquí os dejo algunas de las fotografías de esa mañana de domingo, muy agradable para pasear, aunque con una luz un poquito dura para fotografiar.