[Cine] Dune: Part Two (2024)

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Dune: Part Two (2024; 13/20240225)

Cuando comenté en septiembre de 2021 la primera parte de la adaptación de la novela homónima de Frank Herbert realizada por Denis Villeneuve, lo dejaba muy claro. Aquella película, larga película, estaba realmente muy bien hecha, y tenían interpretaciones muy notables,… pero estaba tan inacabada que no podía manifestar entusiasmo final real alguno. Su carácter de presentación, de puesta en marcha de los acontecimientos que realmente importan era de tal calibre, que a pesar de sus bondades dejaba un poso de insatisfacción. En estos momentos, después de ver la película que nos ocupa hoy, me pregunto hasta que punto era necesario realizar una película de dos horas y media de duración simplemente para situar las piezas sobre el tablero. Desde luego, agruparlo en una única película hubiera supuesto un ejercicio de adaptación más intenso. La película hubiera sido menos fiel al original literario. Lo que no siempre es malo. Al fin y al cabo, literatura y cine, son dos medios distintos con lenguajes diferenciados. A partir de aquí, el comentario que sigue puede desvelar elementos importantes de la trama.

Seguiré ilustrando Arrakis con el semiárido paisaje de La Palma. Aunque ni los plátanos, ni la sal tengan la trascendencia política y económica de la especia de Arrakis.

Pero el meollo de la historia de Herbert, y también de la adaptación de Villeneuve, es esta segunda parte. Dune es una novela política. Tenemos un sistema político basado en en una mezcla de aristocracia y plutocracia, con un primus inter pares al frente, el emperador, un miembro de la aristocracia. Y tenemos una situación de crisis cuando hay un bien, la especia que sólo se produce en Arrakis, es dominado por una sola facción de forma monopolística, incluso si es en forma de concesión imperial. Pero este sistema de concesión ha quedado corrompido por la colusión del emperador con una casa aristocrática, Harkonen, en contra de otra casa, Atreides. De fondo, un juicio moral. Los Atreides son superiores éticamente a los Harkonen. Son más justos, son menos crueles. Y de fondo, una población que no cuenta, pero que, como tantos desposeídos, ha generado un sistema de supersticiones religiosas potencialmente desencadenante de un fanatismo religioso. A Paul Atreides (Timothée Chalamet) se le presenta un dilema. ¿Recuperará el poder sobre Arrakis por las vías tradicionales de la noble casa Atreides? ¿O desencadenará la jihad fanática de los fremen? ¿Cuál de estas vías es el mal menor? ¿Cuál es su obligación ética?

Leía hace un tiempo que uno de los motivos por los que Herbert dio continuación a la historia en libros sucesivos fue la mala interpretación que los lectores hacían de Paul Atreides. Paul Atreides no es un héroe. No es un figura admirable en sus valores. Sin embargo, eso es lo que parece al leer el libro. Probablemente como consecuencia de la extrema dicotomía entre los desagradables y crueles Harkonen (Stellan Skarsgård), la naturaleza taimada y traicionera del emperador Corrino (Christopher Walken) y los guapos y nobles Atreides. Pero Paul es responsable de desencadenar una guerra santa interestelar que va a sumir a ese imperio humano en la guerra, la muerte y el sufrimiento. Es un mesías que va a ocupar el poder absoluto, rompiendo los elementos moderadores del sistema tradicional, por imperfecto que fuese, y va a generar una espiral de violencia sin precedentes. Las variaciones que Villeneuve introduce en el carácter de Chani (Zendaya) están encaminadas, muy acertadas en mi opinión, están encaminadas a romper la imagen heroica que acompañó la novela de Herbert y que exigió la escritura de unas secuelas que pusieran al personaje en el lugar que le correspondía. Pero que nunca tuvieron la misma repercusión que la novela original. Me he encontrado con frecuencia lectores de la misma que ven a Paul como un héroe, y no como una catástrofe.

Todo lo anterior está perfectamente contenido en esta segunda entrega de la historia, muy superior a la primera. No tanto en su calidad técnica o en su puesta en escena, que son equiparables, sino en el planteamiento, desarrollo y culminación de la historia. En el desarrollo de los personajes, no sólo los mencionados sino también Lady Jessica (Rebecca Ferguson) o el conjunto de los fremen, cómo va a surgir el fanatismo entre ellos, incluso si inicialmente no está generalizado. La religión como fuerza impulsora de las mayores catástrofes políticas. Ni que decir tiene que, las interpretaciones están también a un nivel muy alto. Y que nos quedamos con más ganas de saber más de la princesa Irulan (Florence Pugh) o de Lady Fenring (Léa Seydoux).

Como conclusión final, estamos ante la que probablemente es la mejor película de ciencia ficción de los últimos años, cuando los últimos años son… ¿los 10,… 15,… 20 años? Una aventura espacial impecable, de excelente factura, con profundidad argumental y temática, que no quita para que además haya aventura y diversión. El único «pero» que le puedo poner es que sea necesario verla en dos partes, y que el total sean cinco horas de cine. Cuando la primera parte no es tan esencial en su detalle y se podría acortar y reorientar. Por lo demás, para mí no es necesario ir más allá en la historia. Que cada uno la siga mentalmente con su imaginación. Pero si Villeneuve decide seguir, con el mismo estilo y saber hacer, estaré encantado de ver qué nos tiene que contar. Y cómo reencaja a Chani en su papel de concubina imperial. Salvo que decida apartarse de la continuación concebida por Herbert.

De Javier Bardem… podría hablar un ratito… pero no es tan trascendente. No lo hace mal. Pero nunca imaginé a un Stilgar como el que encarna Bardem. Y Feyd-Rautha… nada que ver con Sting… pero no está mal. Aunque que distinto el personaje que encarna Austin Butler aquí del aviador que estamos viendo en cierta serie de televisión que está en marcha en estos momentos.

Valoración

  • Dirección: *****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Dune Part One(2021)

Cine

Dune (2021; 61/20210917)

Ya venía avisando en las últimas entradas sobre cine que estábamos a la espera del estreno de la película que nos ocupa hoy. Los motivos son diversos. Cierto es que cuando por primera vez leí que el canadiense Denis Villeneuve, director que sigo al detalle desde que vi por primera ver una película suya, que nada tiene que ver con lo que hace últimamente, las cosas de tener prestigio y presupuesto, han pasado diez años… ya me he líado. Como decía, cuando leí que el director iba a adaptar la más famosa novela de Frank Herbert, y una de las más celebradas de la ciencia ficción, al mismo tiempo me entró un tembleque de ilusión… y de miedo. Dune es una novela compleja, con temas diversos, difícil y tratados como quizá sólo se podían tratar en 1965. Y con algunas ironías a posteriori curiosas. ¿Quién iba a imaginar que el nombre del emperador galáctico, Shaddam IV, iba a tener tanta resonancia en el ámbito de los tiranos de carne y hueso en las últimas décadas del siglo XX y en la primera del XXI? A la hora de adaptar la novela ha habido fracasos sonados, que ni siquiera se empezaron a rodar, series de televisión relativamente olvidadas, y la adaptación de David Lynch, que no satisfizo a nadie, que también tuvo sus problemas de gestación, con unos efectos visuales que ya no eran presentables en la época en la que se estrenó, el distópico año de 1984 (imaginad ahora), y que curiosamente ahora tiene una facción de partidarios que hace que haya quien la considere una «película de culto». La he vuelto a ver en Filmin estos días… y es, simplemente, la peor película de Lynch, y en el mejor de los casos, una película regular regular regular. Os puedo asegurar que cuando la vi de estreno, a mis 22 añitos, tanto me había gustado la novela, tantas ganas tenía de que fuera buena, que casi me convencí a mí mismo de que era así… aunque,… no.

A falta de fotos de un desierto con montones de arenas en dunas, como debe ser, pongo unas cuantas fotos de los desolados paisajes volcánicos de la isla de la Palma, que están de moda.

En su sinopsis más elemental, la historia nos cuenta las manipulaciones de un tirano, el emperador galáctico Shaddam IV de la Casa Corrino, en un imperio gobernado por un sistema aristocrático de casas nobles, que quiere deshacerse de las dos casas que en un momento dado pueden disputarle el trono, y que además se odian entre sí, la del duque Leto Atreides (Oskar Isaac, Atreides por los átridas griegos, aunque van vestidos de militares prusianos), y la del barón Harkonen (Stellan Skarsgård, nunca se ha establecido su ascendencia a ninguna casa real de la realidad, y a pesar de su apellido, no van vestidos de militares prusianos). Y parece que lo va a conseguir si no fuese porque la concubina del Atreides, Lady Jessica (Rebecca Ferguson) y el hijo de ambos, Paul (Timothy Chalamet), se van a empeñar en no morirse y en refugiarse entre unos tipos, los fremen (por aquí aparece Javier Bardem y Zendaya, muy inspirados por los beduinos del Sahara, bastante brutos. En una sinopsis más compleja, que no haré, habría que hablar de política, luchas por el poder, religión, mesianismo, monopolios, plutocracias y otras oligarquías, y otras guerras santas… o jihads. Esa sinopsis la haré si algún día releo la novela y la comento.

Como dijo el Descuartizador del Támesis, que pudo ser o no ser la misma persona que Jack el Destripador, «vayamos por partes». Y no nos queda más remedio, porque de entrada, cuando se abren los títulos de crédito de entrada, en lugar de ver en grande la palabra «DUNE», vemos tres palabras «Dune Part One», cosa que no consta en la cartelería anunciadora, ni en la cartelera oficial de cine, quizá para no espantar a quienes no sepan que van a ver la mitad de la historia, y no la historia completa. Especialmente si llegas a sospechar que ni siquiera está confirmada la realización de «Dune Part Two». Esto hace de entrada que en mi valoración subjetiva de la película se haya caído una estrella. La película está inacabada, con sus 155 minutos de duración. Que no se hacen largos. Que la película está muy bien hecha, que tiene unos efectos visuales de los de «creérselo». Que comentaré después, los que salen actúan bien o muy bien. Que a pesar de contar una historia muy densa, el guion va (casi siempre) fluido. Que la banda sonora me gustó… aunque en esto no hubo acuerdo. Y que sólo hay dos pegas que se le pueden poner. Una, que yo juego con ventaja, porque al conocer la novela, a la que es relativamente fiel, sé de qué va la cosa; quien no la haya leído tal vez se pierda en algunas cuestiones. Dos, ¿lo he dicho ya?, que la película está incompleta. Que la han cerrado donde la han cerrado porque es un buen lugar, si fuera una teleserie, para cerrar un episodio y volver dentro de un rato o a la semana que viene con el siguiente episodio. Pero no hay un siguiente episodio. Al menos, todavía. Y nadie ha confirmado que lo vaya a haber. Esto es como la rotoscópica versión animada de The Lord of the Rings, de la que se hizo una primera parte, hasta la batalla del abismo de Helm, pero ni Aragorn llegó nunca a Gondor, ni Frodo al Monte del Destino, y mucho menos regresó a la Comarca.

El reparto está bastante acertado. Vamos a ver… el reparto que importa. La película está llena de nombres conocidos… aunque falta Sting ¿Por qué no está Sting-Feyd-Rautha Harkonen poniendo cara de cínico sádico? Pero la novela es tan coral, que la aparición en pantalla de muchos de esos nombres conocidos es cortita y no valorable en materia interpretativa. Por supuesto, en nombre de lo políticamente correcto, hay algunos cambios de color de piel y sexo entre personajes de la novela y la película actual, pero eso da igual. A la larga, las dos interpretaciones que realmente importan son las de Rebecca Ferguson y Timothy Chalamet. Este último está correcto, aunque creo que es un actor que todavía tiene que madurar, pero bien. Y la que es una roba escenas de mucho cuidado es la nueva Lady Jessica, que prácticamente se lleva, merecidamente, el protagonismo de la película. La sueca de apellido escocés me encanta como trabaja, en general, incluso cuando la mayor parte de su filmografía no me interesa mucho, realmente.

Dicho todo lo cual, estamos ante una versión de la novela de Herbert muy digna, muy bien hecha, que hace lo mejor que se puede hacer para adaptar una novela compleja, sin perder mucho por el camino, que es una delicia para los sentidos, pero cuya valoración final tendrá que esperar a que alguien la termine. Porque no… no es lo mismo que el final en cliffhanger de The Empire Strikes Back. De hecho, aquella afortunada película, la mejor con ventaja de la saga galáctica, es una película muy distinta de la que le precedió y de la que le siguió (y no digamos ya del resto). ¿Qué pasará con Dune Part Two? Ya me lo preguntaréis dentro de unos años.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

Philip José Farmer y su mundo del río, y otras sagas de la ciencia ficción

Literatura

Avalancha de entradas y artículos en internet anunciando la muerte de Philip José Farmer, escritor norteamericano que dedicó la mayor parte de su obra a la ciencia ficción y a la fantasía.

En algún momento entre 1981 y 1987 leí la saga de El Mundo del Río (mejor miráis el enlace a la versión inglesa del artículo). No he vuelto a leer nada más del autor. Eso quiere decir dos cosas. Como en muchas sagas de la ciencia ficción, el comienzo es muy bueno e incluso brillante, en este caso, el primer libro de la serie, A vuestros cuerpos dispersos. Y por ello, tienes ganas de saber más y vas leyendo el resto de los libros. Que desgraciadamente, no son tan brillantes. Y terminas de leerlos para ver en que queda todo. Pero ya no te quedan ganas de repetir con el autor. No te fías.

Son muchas las alabanzas que he leído del autor con motivo de su muerte… pero me temo que no podré comprobar por mí mismo si son ciertas. Es lo que hay.

Este fenómeno pasa con otras series de la ciencia ficción. Un ejemplo clásico es la saga de la Fundación de Isaac Asimov. Los dos primeros libros de la serie, Fundación y Fundación e Imperio, están muy bien. Pero ya el tercer libro, Segunda Fundación,… pues no está mal, pero no es lo mismo.  Todo lo publicado posteriormente relacionado con la saga me parece un monumental pestiño, y leerlo, una pérdida de tiempo. No incluyo en el pestiño las novelas de Elijah Baley y R. Daneel Olivaw. Son razonablemente entretenidas. Por lo menos las dos primeras, Bóvedas de acero y El sol desnudo. Las siguientes flojean un poco.

Qué se puede decir de la saga de Dune, escrita por Frank Herbert. La primera novela, Dune, es estupenda. Todo lo demás, un soporífero aburrimiento pseudofilosófico que es capaz de dormir hasta un camello. Una lástima. La idea original es buena.

En los últimos años, con la exhibición en cines de la película correspondiente, se reactivo la afición a la Guía del autoestopista galáctico del inefable Douglas Adams. Aunque no es de mis favoritas, reconozco que el libro original e inicial es muy entretenido. Te diviertes. Pero después ya… Nunca he conseguido terminar de leer el tercero de la saga.

En otro tono distinto, podemos comentar a la saga de las nubes Omega, de Jack McDevitt. Un autor no tan conocido y más reciente. Combina una escritura ágil, propia del género de aventuras, con cierto rigor científico que lo acerca a la ciencia ficción dura. Procura «no derogar» muchas leyes de la física, aunque tratándose de una space opera es «inevitable» que se invente los viajes a mayor velocidad que la luz. Es que si no la acción podría convertirse en inacción, dadas las distancias y la duración de los viajes a velocidades sub-luz. Es una saga que empieza muy bien, pero que estira más de la cuenta. La ventaja es que las novelas se pueden leer por separado sin mayor problema, aunque la última, Cauldron, que me parece muy floja intenta resolver de una vez por todas el enigma de las nubes. Pero Las máquinas de Dios y Deepsix son bastante entretenidas.

Podría comentar otras sagas en las que sucede algo parecido. No pretendo que las que he comentado sean representativas. Sólo las que se me han ocurrido en el momento, las que tengo más presentes en la memoria por una u otra razón… ahora se me viene a la memoria la maravillosa Cita con Rama, de Arthur C. Clarke, una de mis novelas favoritas de la cienca ficción, y lo aburridísimas que fueron sus superfluas continuaciones.

También sucede lo mismo con las sagas cinematográficas (por ejemplo, Star Wars y su deleznable segunda trilogía; en realidad la decadencia comenzó cuando aparecio en pantalla el primer ewok). O incluso las sagas cinematográfico-literarias (quién les mandaría hacer continuaciones a 2001, una odisea del espacio).

En resumen, sirva esta entrada para homenajear y recordar al difunto Farmer, y para lanzar un ruego a los escritores de ciencia ficción. Cuando tengan una idea genial, se la piensan, la desarrollan, escriben su librito… y ¡ale!, a pensar en otra cosa. Ya sabemos que hay que comer, y para eso hay que ganar dinero, y que lo de las sagas es una forma fácil… pero por favor, no nos aburran.

Para no aburrirnos, una imagen de carnaval.

Hortzmuga - Super Plast

Hortzmuga, Super Plast, en el Carnaval infantil 2009, Zaragoza - Canon EOS 40D; EF 200/2,8L USM