[Foto] Un puente; visitarlo una y otra vez

Sin categorizar

No es infrecuente que muchos aficionados a la fotografía se bloquean ante los temas que encaran. A muchos les atrae eso que ahora llaman, en inglés habitualmente, street photography, lo que viene a ser fotografía documental de lo cotidiano, lo que sucede en las calles y plazas de las ciudades. Pero se ha generado el dogma de que eso consiste en fotografiar a la gente que pasa, y eso corta al aficionado, incapaz de romper la barrera de la esfera personal. Existen muchas otras formas de hacer fotografía documental que no impliquen invadir la esfera personal de la gente. Y con más frecuenta de lo que creemos, con mejores resultados. O el paisaje urbano… parece que necesitamos elementos arquitectónicos llamativos, singulares, algo que no esté en nuestra rutina diaria. O el retrato… si necesitamos modelos, o cómo tratar con ellos, o el equipo que tenemos que llevar, y el «bokeh» famoso… siguiendo siempre las modas, tengan sentido o no. No exploramos la diversidad de posibilidades que ofrece la fotografía, aprovechando aquella que nos satisfaga y nos haga sentir cómodos, sin que deje de ser un reto que imponga una mejora constante.

A mí me gusta determinado tipo de paisaje urbano o periurbano. Y desde hace tiempo he decidido seguir el ejemplo de algunos de los mejores fotógrafos, aunque mis resultados sean muy humildes en comparación. Volver una y otra vez a los mismos paisajes y escenarios. En color o en blanco y negro. En todas las estaciones del año. A distintas horas del día. En digital o con película tradicional. Con buen tiempo o con lluvia. Durante este invierno he dedicado algunas mañanas y varias tardes a pasar un rato recorriendo de un lado al otro el puente del Hierro de Zaragoza, oficialmente llamado puente del Pilar, aunque muchos zaragozanos no lo sepan. Es un lugar con muchas posibilidades, pero en el que es muy fácil caer en el tópico.

Cuando a principios de diciembre decidí comprobar que una cámara que tenía aparcada funcionaba correctamente, podéis saber más en Comprobando que todo va bien – Leica Minilux con Lomography Potsdam Kino 100, también elegí ese entorno para hacer mis pruebas. En unas mañanas de invierno, pero con una climatología que no sé si calificar de otoñal templada o de primaveral, y en con película tradicional, en blanco y negro. Y son un aporte más a la colección de fotografías que sobre el lugar y el entorno voy recogiendo. Y de las cuales valdrán para el futuro unas cuantas. Ya veremos se alguna vez las incluyo en un proyecto más complejo. Pero ese es mi enfoque actual. Visitar los lugares que me despiertan interés, una y otra vez. Hasta que sea incapaz de ver nada más. Nos vemos por allí.

[Viajes] Aliaga, Calatayud y Barcelona con película en blanco y negro (subminiatura)

Viajes

Pongámonos un poco irónicos. Hasta los años finales del siglo XX, el formato de negativo fotográfico de 24 x 36 mm era denominado por algunos sectores de la industria fotográfica como «estándar», por ser el más común, aunque había una gran variedad de estándares según el tamaño de la película y del negativo. Pero también fue llamado por muchos formato pequeño o miniatura. Realmente, mucho más pequeño los del formato medio (6 x 4,5 cm, 6 x 6 cm, 6 x 9 cm, entre otros), y no digamos si lo comparamos con el formato grande (12.7 x 10 cm, 18 x 13 cm, 25 x 20 cm y más). Pero como había también formatos más pequeños, estos fueron llamados en muchas ocasiones formatos subminiatura (más pequeños que el miniatura). Pensemos en los 17 x 13 mm que ofrecían las cámaras para cartuchos de formato 110, o los 11 x 8 mm de las cámaras espías de Minox y sus copias. Y gozó de cierta popularidad el llamado «medio formato» (en inglés half frame, que sería la mitad del encuadre; no confundir con el medium format, que sería el formato medio, mencionado ya, mucho más grande). Tenía la ventaja de que usaba la misma película de 35 mm, en los mismos carretes, que el formato más popular, pero era la mitad de tamaño (un poquito menos en realidad, 17 x 24 mm), por lo que hacías el doble de fotos con el mismo carrete. Eso sí, con una pérdida de calidad, poco apreciable en los tamaños de copia fotográfica habituales. Una de estás cámara me la llevé en las recientes excursiones al Parque Geológico de Aliaga, a Calatayud y a Barcelona, de las que ya os hablé hace unos días.

Los datos más técnicos en Formato subminiatura viajero – Olympus Pen EE3 con Lomography Potsdam Kino 100. Aquí os dejo algunas fotos.

En Aliaga:

En Calatayud:

En Barcelona: