[Televisión] Adiós a los Botwin, adiós a Weeds

Televisión

Weeds es una serie que nos ha acompañado desde hace siete años. Nada más, y nada menos. El tiempo pasa volando. Pertenece a esa categoría de series adultas, que en Estados Unidos sólo emiten las cadenas de cable, y que permiten tratar temas como el sexo, el consumo de drogas, u otros temas considerados en aquel país como políticamente incorrectos para ser tratados por las cadenas generalistas. En principio una comedia, aunque ha acabado con un regusto a drama bastante notable, resuelve sus episodios en 30 contenidos minutos. Con 10 o 12 episodios por temporada, su narración suele ser más agil que las pesadas series de veintitantos episodios de más de 40 minutos de duración.

Nos ha contado la historia de Nancy Botwin (Mary-Louise Parker) y su familia. Principalmente sus dos hijos mayores, Silas (Hunter Parrish) y Shane (Alexander Gould), y su cuñado Andy (Justin Kirk). Y algunos añadidos, fundamentalmente Doug (Kevin Nealon), que ni es familia ni es nada, pero ahí ha estado durante los 102 episodios que oficialmente ha durado la serie. Nancy, al principio de la serie, es una reciente viuda, que vive en una urbanización para clase media en algún lugar de California. Y que al enviudar se encuentra en auténticos apuros económicos. Y toma la decisión que a partir de ese momento cambiará su vida y la de su familia. Traficar con hierba, con marihuana. Una mujer blanca en torno a los 40 años, de origen protestante aunque viuda de un judío, que ha vivido toda su vida en un entorno protegido, que está de muy buen ver, pero con un aspecto que transmite cierta fragilidad. Fragilidad que puede existir en su interior al principio, pero que pronto desaparecerá, convirtiéndose en una madre coraje, que irá superando todos los contratiempos, y surgirán muchos, con unos «de perdidos al río» que no servirán más que para ir cayendo cada vez en problemas más serios.

Paisaje desde el bus

Weeds, hierba, y hierba no falta en el paisaje de Noruega, aquí tomado desde el autobús entre Voss y Granvin. Aunque esta hierba no se fuma.

Mafias negras, mafias hispanas, cárteles mejicanos, policías corruptos y no corruptos, rusos, su hermana, sus vecinos de urbanización, todos ellos son potenciales peligros para lo que es el objetivo de su vida, constantemente fallido. Sacar adelante a sus hijos y vivir en paz.

Evidentemente, en ocho temporadas, la serie ha tenido momentos muy buenos y momentos no tan buenos. Y no son pocos los que consideran que han estirado la historia más de lo conveniente. Muchos opinan que el final de la séptima temporada hubiese sido un final perfecto. Yo opino que probablemente ha durado demasiado, pero que la octava temporada ha sido mejor que la séptima, aunque el final de la séptima hubiese sido un mejor final que la inmensa elipsis temporal del último capítulo doble y su melancólico final. En cualquier caso, es cierto que este final, como ya digo melancólico, refuerza una idea que hace tiempo que se había colado en mi opinión. Disfrada como comedia, a veces hilarante, a veces ácida, a veces esperpéntica, lo que hemos vivido fundamentalmente ha sido un tremendo drama, que no pocas veces a rozado la tragedia.

Por supuesto, además de los buenos guiones, de las buenas historias, hay un elemento determinante para el éxito de la serie, y ha sido su elenco de intérpretes que han bordado sus personajes. Todos ellos en general. Pero hay que destacar dos de ellos principalmente. Su protagonista, Mary-Louise Parker, mujer que dado su aspecto físico y su edad podrías decir que tiene algún pacto con el diablo, y que simplemente ha bordado durante ocho temporadas su papel. Pero hay otro personajes, y gran mérito lo tiene su intérprete, que finalmente ha sido importantísimo, que poco a poco ha ido cobrando más relevancia, y que probablemente es el que más ha evolucionado. Se trata del inicialmente descerebrado cuñado Andy, secretamente y eternamente enamorado de Nancy, y que solamente encontrará su equilibrio poniendo distancia entre ambos. Un más que excelente trabajo de Justin Kirk.

Bueno. Se acabó Weeds. Echaremos de menos a los Botwin y sus aventuras. Esta familia, se había vuelto de alguna forma parta de la familia.

Paisaje desde el bus

Más hierba en el paisaje, conforme el autobús se acerca a Granvin, a orillas del Hardangerfjord.

[Cine] RED (2010)

Cine
Nota: Existen algunos sitios en internet que chupan el contenido original de otros para montar sus blogs. Copian integramente los contenidos, supongo que basándose en las etiquetas de entradas como estas y de formas más o menos automáticas, llenan todo de publicidad muy intrusiva, descarajan la cuidadosa maquetación que algunos pensamos para bien del lector, y se quedan tan contentos. Este sitio esta bajo licencia Creative Commons y permite sin más restricción que el respeto por el contenido original, la cita de la fuente original y el uso no lucrativo de la reproducción de contenidos. Creo en la libre circulación de la información en internet, pero también creo en un mínimo de ética a la hora de hacerlo. Y un mínimo de estilo. Por tanto, si te encuentras este texto en un sitio horrible, puedes pasar a leerlo por carloscarreter.com, que no es perfecto pero es honesto.

.

RED (2010), 11 de febrero de 2011

Día poco habitual para mí para ir al cine, el viernes por la noche. Pero mira, surgió la oportunidad, y antes que quedarse en casa. Eso sí. Iba avisado de antemano. Tenía que ser algo ligero, para divertirse, palomitero. Y me dejaron elegir, y elegí esta película de acción que, cuando menos, destaca por su prestigioso reparto. Sonaba a viejas glorias reunidas para divertirse y, de paso, ganar unos buenos dineritos. En fin, veamos lo que da de sí este filme dirigido por Robert Schwentke, director inédito para mí.

Sinopsis

A principio del filme encontramos a Frank Moses (Bruce Willis), un funcionario del estado retirado, que mantiene una curiosa relación telefónica con una funcionaria (Mary-Louise Parker) de la oficina de la seguridad social que le paga la pensión. De repente se encuentra conque intentan matarlo en casa unos desconocidos, lo que le lleva a una huida por el país que le lleva a visitar a la chica, y a un viejo amigo también retirado (Morgan Freeman). Conoceremos que son agentes retirados de la C.I.A., y que hay algún tipo de complot para asesinar a una serie de gente relacionada con una masacre en Guatemala bastantes años antes. Pronto se sumarán a la partida otro agente retirado (John Malkovich), cuya cordura es cuando menos dudosa, y una elegante asesina a sueldo que colaboró en el pasado con ellos (Helen Mirren). Y entre todos, tendrán que desenmascarar el complot.

Producción y realización

Bueno. Nadie pretende que se haga cine de autor con estos mimbres. La habitual competencia técnica, efectos especiales acostumbrados con alguna persecución, algún tiroteo y alguna explosión, que no sean tan espectaculares como para ensombrecer a los actores, y un guion apañadito al uso de este tipo de producciones. Un comienzo con tiros, un poco de desarrollo explicativo, más tiros y explosiones que ponen a prueba a los protagonistas, deliberaciones para el plan final, y la apoteosis final, con alguna sorpresilla, aunque no muchas. Lo dicho. Nada que sorprenda. Y nada que moleste.

Interpretación

La gracia de este tipo de filmes es ver a una buena cantidad de ilustres entretenidos en una película de aventuras. A los mencionados, hay que añadir a Ernest Borgnine en un par de breves apariciones, sí todavía está ahí, y a Richard Dreyfuss, como uno de los malos. En general, cumplen con lo que se espera de ellos. Mis única objeciones son que Willis aparece demasiado, que Parker podría haber dado más de sí, está muy de florero, que Mirren merece más minutos por presencia, elegancia y saber hacer, y que Dreyfuss podría haber introducido más humor y disparate. Tengo muy presente todavía su participación con Parker en Weeds, donde nos divirtió bastante.

Conclusión

Pues nada. Lo esperado. Un producto que no tiene nada de especial, pero que cumple con lo que promete. Entretenimiento, y la posibilidad de ver a una serie de ilustres de la gran pantalla, divirtiéndose en papeles de acción. Pero tampoco creo que pase a la historia del cine por nada en especial, la verdad. Claro que, como entretenimiento, mejor que otras películas de acción con actores antipáticos, exceso de efectos especiales, y guiones que ni siquiera llegan a los mínimos clásicos que tiene la película que nos ocupa hoy.

Calificación

Dirección: ***
Interpretación: ***
Valoración subjetiva:
***

Música recomendada

He estado escuchando un podcast de A todo jazz dedicado a un trombonista que le daba al bebop. Impresionado me he quedado. Su nombre Jay Jay Johnson.

Paseando

Un paseo en la ribera del Ebro bajo los puentes en Zaragoza - Pentax K-x, SMC-DA 70/2,4 Limited

[TV] Fin de temporada de Weeds y The Big C; de lo mejor, simplemente de lo mejor

Televisión

Dos mujeres son las protagonistas de estas dos series emitidas por la cadena norteamericana de cable Showtime. Detrás de estas dos mujeres, ambas madres  que han de cargar con sus familias, nucleares y extendidas, están las interpretaciones, magníficas, de las dos actrices en estado de gracia que les dan vida, y una historias y unos guiones de los que muchos con pretensiones deberían aprender mucho.

Vayamos por orden de veteranía en pantalla.

Weeds / Nancy Botwin

Después de seis temporadas en activo, cualquier aficionado a las buenas series de televisión debería conocer a Nancy Botwin. Interpretada por Mary-Louise Parker, esta viuda de 40 años con dos hijos que se introduce en el negocio del  tráfico de marihuana para poder mantener a su familia con el nivel de vida que acostumbran, acaba metiéndose sistemáticamente en unos embrollos tremendos que suelen tener finales más o menos delirantes y una serie de huidas hacia adelante, que lejos de sacarle de esta dinámica no hacen más que empeorar su situación.

Esta temporada ha tenido un toque más reflexivo y más melancólico. Obligados a huir recorriendo el país tras contemplar como el hijo menor Shane (Alexander Gould) apiolaba a la malvada mafiosa que amenazaba su entorno, perseguidos por su marido, mafioso mejicano, y por el FBI, la temporada ha tenido un aspecto más reflexivo, más melancólico, que no les ha impedido irse metiendo, una tras otra, en sus habituales aventuras. Después de contemplar la serie, uno tiene la impresión de que los Estados Unidos son una especie de país de las maravillas distópico. Por su puesto, el final de temporada, el plan C, ha estado a la altura de las circunstancias, y nos ha dejado con ganas de ver la próxima temporada, que se anuncia como la última.

Pero no sólo es Nancy quien nos gusta. El resto de los personajes también evoluciona. Por poner dos ejemplos. El cuñado, Andy (estupendo Justin Kirk), sigue siendo un desnortado descerebrado, pero ha ido perdiendo su egoismo innato y ha empezado a ser un referente para el sostén del grupo familiar cuando Nancy se ha venido a bajo. Silas (Hunter Parrish), el hijo mayor, está madurando y empieza a tener claro que hay que pararse en algún sitio; en alguna universidad con alguna novia, en algún pueblo del medio oeste con algún insospechado padre biológico,… lo que sea. En fin, que todos colaboran a hacer interesante este drama con toques de comedia negra,… o esta comedia negra con toques de drama. Cada uno que escoja el enfoque que le parezca más conveniente. Por cierto, muy notable la presencia de Richard Dreyfuss como lúbrico profesor de matemáticas retirado y desequilibrado en los últimos episodios de la temporada.

En cualquier caso, sigo pensando que es una serie que no hay que perderse.

The Big C / Cathy Jamison

Cuando me enteré que la protagonista de esta serie iba a ser Laura Linney, no lo dudé; había que verla, sí o sí. Para mí es una de las mejores actrices del mundo en estos momentos. Y no exagero un pelo. Por lo menos en el ámbito del cine y la televisión.

La gran C del título pareciera ser el cáncer, en este caso en forma de melanoma avanzado, que amenaza a medio plazo la vida de la protagonista. Pero tras ver la serie, uno llega a la conclusión de que la gran C no puede ser otra que la gran Cathy, una mujer sumida en una aparente vida familiar mediocre, a la que de repente, ante la perspectiva de morir, le entran unas ganas de vivir y de recuperar el tiempo perdido. Y empezamos a conocer que es madre de tres. De su hijo (Adam Jamison), de su marido (excelente Oliver Platt), y de su hermano (divertido y entrañable John Benjamin Hickey). Y a ratos de su pardillo pero honesto oncólogo (Reid Scott), más afectado a veces por el nefasto pronóstico que ella misma. Y empezamos a encontrar las voces de la conciencia que la rodean y que van encauzando poco a poco su energía, especialmente su alumna (Gabourey Sidibe) y su vecina (inconmensurable Phyllis Sommerville). Y nos divertimos con los colaterales, como ese amante negro y poderoso con quien hace cochinadas en el colegio (Idris Elba), o su amiga «para siempre» de la universidad (una Cynthia Nixon que me ha sorprendido gratamente), o esa divertida y puntual aparición de un apicultor loco (Liam Neeson).

Resumiendo, nuevamente la misma receta, pero con otro tema y otro enfoque. Una poderosísima actriz protagonista, un inmejorable acompañamiento actoral a su alrededor, y una historia que contar que no tiene desperdicio en ningún momento.

Tan recomendable como la anterior, o más.

Luna

No he puesto muchas fotografías de mis pruebas con el nuevo objetivo, y no están mal; aquí un atardecer en los alrededores del soto de Cantalobos, aguas abajo del Ebro en Zaragoza - Panasonic Lumix GF1, G 14/2,5 ASPH.

Weeds, o de las huidas hacia adelante

Televisión

Entre las series de ficción que pueblan el panorama televisivo actual, podemos encontrar un número apreciable de productos de buena calidad. Especialmente en sus primeras temporadas. Lo difícil es conseguir mantener el nivel en las siguientes. No son pocas las que mueren de éxito. Tras comienzos estupendos, caen en rutinas o en lugares comunes que las trasladan a la vulgaridad. Al montón.

No pertenece a esta categoría Weeds. Esta teleserie tiene varias virtudes. Repasémoslas.

  • Los personajes protagonistas son, aparentemente, gente común. Clase media norteamericana que en su origen vivían apaciblemente en una tranquila y coqueta urbanización residencial en algún lugar en la costa oeste de los EE.UU.
  • Los capítulos son cortos. En 22 minutos hemos conocido las peripecias de Nancy Botwin y sus peculiares vecinos, y tenemos las bases para las de los siguientes capítulos. Es dinámica, no hay tiempos muertos.
  • La temporadas también están adecuadamente autolimitadas. Nada de culebrones con más de 20 episodios. En doce o trece capítulos hemos completado un nuevo ciclo.
  • Hay una fuerte confianza en la capacidad interpretativa de los actores. Mary-Louise Parker es Nancy Botwin, de la misma forma que no podríamos concebir otra Nancy Botwin que no fuera la Parker. Pero el resto del reparto está igualmente fenomenal con momentos supremos por parte de Elizabeth Perkins interpretando a Celia Hodes.
  • Los personajes no son planos, tienen matices y, sobretodo, evolucionan. Esta evolución es más marcada como es natural en los personajes más jóvenes, niños y adolescentes, y distinta en los adultos, donde incluso se producen involuciones personales. Por otra parte, los personajes acompañantes, que aparecen en un limitado número de episodios suelen aportar frescura e innovación a la serie.
  • Es total y fundamentalmente políticamente incorrecta. Critica todo aquello que es hipocresía en la sociedad. Su relación con la familia, con el sexo, con las drogas, con el trabajo, con la inmigración… con todo. Todos los valores tradicionales son puestos sistemáticamente en solfa.

Como veis, una serie de virtudes notables. Pero hay algo más. Algo importante. Algo en lo que se basa la expectación ante nuevos episodios futuros, ante nuevas temporadas. Y esto es la huida hacia adelante. El paso de las temporadas van situando a la familia Botwin y amigos a nuevos extremos cada vez más imposibles. Pero no hay redención posible. El día que la haya, se acabó la serie. Todo se dirige a un escalada en las condiciones vitales, más o menos extremas. Lo que empezó como una pequeña «maruja» que empieza a trapichear con «hierba» para redondear el presupuesto familiar tras enviudar, en estos momentos la sitúa en un peligrosa relación amorosa con un capo de la mafia transfronteriza entre Méjico y los EE.UU. Si el año pasado asistíamos a un final apocalíptico, con la llegada del fin del mundo a ese microuniverso que era Agrestic, al final de la cuarta temporada nos econtramos con que…

Y hasta aquí puedo contar… Si interesa, enchufad el televisor.

La imagen de hoy, el Mercado Medieval de todos los años. Hierbas. Aunque más sanas que las que vende Ms. Botwin.

Hierbas diversas

(Canon EOS 40D; EF 28/1,8 USM)