[Blog] 18 años de Cuaderno de ruta

Páginas personales, Sin categorizar

En realidad, hoy no es el aniversario de este Cuaderno de ruta. Fue el miércoles. Pero esta semana ha sido un poquito estresante, he tenido que atender a múltiples cuestiones, y decidí no añadir a ese estrés la obligación de pensar o acordarme de comentar el aniversario de este blog como hago habitualmente cada año. No pasa nada por retrasarlo unos días, dejarlo para una tranquila mañana de domingo. Tanto más tranquila y relajada cuanto desde el viernes por la tarde estoy con un catarro que me tiene un poco pocho. Mi primera infección vírica en cuatro años. Es como si la temida pandemia producida por el SARS-CoV-2 hubiese alejado de mi todos los demás virus patógenos. No, covid-19 no es el nombre del virus, es el nombre de la enfermedad que produce. El nombre del virus es esa ensalada de letras que os he indicado. ¿O se decía sopa de letras? Bah,… da igual.

Me gusta recordar que el Cuaderno de ruta comenzó su andadura un 8 de febrero de 2005, con una entrada muy sencillita. Sus primeros años fueron en Blogger, donde abrí una cuenta en 2002, antes de que fuera comprada por Google. Pero en aquellos momentos no supe cómo iniciar y hacer funcionar aquello. Creo que para llevar un blog, o una bitácora como decíamos con frecuencia entonces, hay que tener clara porqué quieres hacerlo y para qué. Si no, no tiene sentido. Lo de bitácora está mal dicho, por cierto. Llamarlo cuaderno de bitácora o cuaderno de navegación, por analogía con los de los barcos sí que me parece bien. Y de la expresión cuaderno de navegación vino que yo decidiera llamarlo Cuaderno de ruta. Mi propósito, el que hizo que al final se mantuviera durante estos 18 años, fue quitarme de encima el estrés cotidiano durante un ratito todos los días o la mayor parte de los días, dedicándome a escribir sobre algo, lo que fuera. Distinto de lo que en aquel entonces me llevaba por la calle del retortero, en un cierto sinvivir.

Otro propósito importante que me hice en aquel 8 de febrero de 2005 fue que en todas las entradas del blog incluiría al menos una fotografía realizada por mí mismo. Por aquel entonces ya usaba predominantemente la fotografía digital, por lo que no era complicado disponer de imágenes fotográficas nuevas, o de archivo, para mis entradas. Y esto fue un acierto. Porque me impulsó notablemente a hacer fotografías, y gracias a ello, en poco tiempo, mejoré y aprendí mucho. En un par de años tuve la sensación de avanzar mucho más de lo que había hecho en los años anteriores. Hoy, por ejemplo, tiro de archivo. Y, curiosamente, de fotografías realizadas con película tradicional. Las que hice en blanco y negro en Tokio en 2019, en un viaje en el que olvidé en casa la cámara compacta para hacer este tipo de fotos. Así que en la capital japonesa, para los últimos días del viaje, compré un par de cámaras de un solo uso. Y son unas fotos que siempre me han producido un sentimiento ambivalente, y las repaso y las vuelvo a procesar de vez en cuando, para ver cuánto soy capaz de exprimir los resultado de usar una cámara tan limitada en sus capacidades y en su definición óptica.

En mis capacidades fotográficas siempre he distinguido cuatro épocas. La primera, entre abril de 1989 y octubre de 1992, con mi primera cámara réflex, años en los que era muy entusiasta, pero estaba muy mal orientado. De vez en cuando había alguna foto maja, pero en general era una catástrofe. La segunda, entre octubre de 1992 y algún momento a finales de 1994 o principios de 1995. Gracias a los cursos que hice en Galería Spectrum, me orienté. Y supe dónde mirar para inspirarme en fotografía. Por lo que avancé muy deprisa. Después, entre principios de 1995 y septiembre de 2004 vino un tiempo donde hacía alguna foto maja que otra de vez en cuando, pero me estanqué en mi proceso. En el otoño de 2004, cuando me puse en serio con el mundo digital, y con el uso de aquellas mis primeras cámaras digitales de las que os he estado hablando últimamente, tanto aquí como en mi blog técnico (artículos antes de marzo de 2022), volví a progresar deprisa en un periodo que duró hasta un momento impreciso entre 2010 y 2012. Y después y hasta la fecha, otra época de progreso más lento, que poco a poco ha venido marcado por mi regreso a la película fotográfica tradicional.

En cualquier caso, como sucedía en aquel febrero de 2005, me sigue importando poco quién y cuántos me leen estas líneas. Sigo escribiéndolas más para mí que para cualquier otra persona. Aunque ciertamente me alegra cuando ciertas personas me comentan su contenido. Y lo que siempre me ha parecido curioso, no sé si les pasa a otros, los comentarios interesantes pocas veces aparecen en el propio blog, donde ese tipo de actividad es tremendamente escasa. Si directamente, a través de las mensajerías de las redes sociales o, para quienes me conocen en persona, tomando un chisme en una cafetería. Es algo esporádico. Pero muy satisfactorio. Ya merece la pena el esfuerzo. Hasta el año que viene.

[Blog] 17º aniversario de este Cuaderno de ruta

Páginas personales

Ayer fue un día muy atareado. Salí por la mañana a las siete menos cuarto de la mañana y no llegué de nuevo hasta casi las siete y media de la tarde, siendo responsable de esto el trabajo. Como lo sabía de antemano, programé el día anterior la entrada cinematográfica de este Cuaderno de ruta. Por cierto, parece que a los responsables de los Oscar les gusta más la película que a mí. Sin acordarme de que ayer es el aniversario de este Cuaderno de ruta.

Lo comencé a redactar en 2005, un 8 de febrero, claro, en la plataforma Blogger, que hoy en día forma parte del entramado de servicios de la empresa de publicidad Google. En realidad, ya entonces pertenecía a Google, pero yo había abierto mi cuenta un tiempo antes, cuando no era así, en unos primeros escarceos fallidos. Porque no tenía claro de qué iba a ir la cosa. El 24 de enero de 2008 abrí cuenta en WordPress, y el 8 de febrero de ese año, coincidiendo con el tercer aniversario del Cuaderno de ruta, la convertí en la cuenta principal del mismo. Con el tiempo, importé todas las entradas de la plataforma Blogger a la de WordPress.

Una de las cuestiones que me propuse cuando comencé hace 17 años, una vez que me había ya adaptado a la fotografía digital, fácilmente explotable para su uso en redes sociales, fue que en todas las entradas habría al menos una fotografía realizada por mí. Y fue algo que vino bien para impulsar mi afición fotográfica. Me motivaba a hacer fotografías y a hacerlas bien, para presentarlas públicamente. Durante muchos años, alojé las fotos en Flickr, desde donde las insertaba en el Cuaderno de ruta. Hace tiempo que tengo desatendida esa cuenta de Flickr, servicio que fue empeorando o quedando anticuado con el tiempo, o hizo cambios contractuales que dejaron de hacerlo interesante. Y con el tiempo, muchas de las fotos que aparecen no están realizadas con aparatos digitales puesto que volví a la fotografía con película tradicional. Que me motiva y divierte más. Por cierto, como los temas más técnicos de fotografía no son interesantes con carácter general, salvo que seas aficionado, creé otro blog específico para ello en carloscarreter.es. Cuyo cumpleaños no celebro.

Como ya he comentado muchas veces, nunca he tenido interés en tener una gran audiencia, con muchas visitas y muchos «me gusta». Lo concebí como una forma de frenar todos los días durante media hora del estrés de actividad en el que estaba sumido en aquella época, al mismo tiempo que me comunicaba con gente amiga. En aquellos momentos los blogs estaban de moda. Ahora se visitan mucho menos. La inmediatez de otras redes sociales puede más. Aunque sus mensajes sean mucho más superficiales y banales como promedio. Ahora hay más comunicación,… pero es más pobre. Y sujeta a los intereses publicitarios y económicos de las plataformas. Pero esta mañana mismo, convirtiéndome en improvisado mirón y cotilla, contemplaba cómo un par de personas usaban sus teléfonos móviles para revisar contenidos en sus plataformas sociales… y estaban encantadas con esa banalidad y ese interesarse por contenidos similares a los de la telebasura. Las plataformas sociales son pobres en contenidos, son banales, porque muchos espectadores/consumidores están encantados en esa pobreza. Hace unos días, en un grupo en una de ellas, un usuario me reprochaba que un concepto lo había expresado yo con dos palabras y le resultaba «rebuscado». Para el mismo, el proponía una frase con siete palabras de gran simplicidad semántica… ¡¡¡??? Viva la pobreza del léxico cotidiano.

Desde 2011, los contenidos se limitan a mis actividades relacionadas con el tiempo libre. Durante un tiempo, todos los sábados hablaba de temas de la actualidad, a través de los cuales expresaba mi opinión sobre ellos. No tengo ni tenía intereses en ninguna formación política, incluso si sus posturas declaradas se acercan a mi visión de la sociedad, todas me resultan desagradables por igual por ser plataformas de acceso al poder más que de transformación positiva de la sociedad. El caso es que empecé a recibir mensajes muy desagradables y hostiles de todo el espectro político. Además, soy funcionario público. Y comprobé que algunos empleados públicos eran represaliados por sus opiniones que aparecía en internet. Tal cosa sucedió también con responsables públicos procedentes de todo el espectro político, de derecha a izquierda. No estoy aquí para sufrir, sino para relajarme y disfrutar. Así que oculté esas entradas. Si algún día mejora la educación democrática de nuestra sociedad ya volveré a expresarme… si no… eso es trabajo de otros. Creo. No me parece percibir en el periodismo mucha independencia y calidad en las informaciones y las opiniones.

Por lo tanto, en este Cuaderno de ruta hay un total de 6206 entradas, esta incluida, de las que son públicas un total de 5972. Están ocultas, salvo que conozcas el enlace a la misma, que remito a personas conocidas y concretas, un total de 232. Esto hace un promedio de casi casi casi una al día. También hay varias páginas, fuera de lo que es la sucesión cronológica, pero cuyos contenidos, salvo el que se refiere a cómo valoro las películas de cine que veo, está periclitado. Pongo el enlace al significado de la palabra para quienes me acusan de rebuscado por tener más léxico que el promedio de los hispanohablantes. Lo cual, si es homenaje a algo es… a la constancia. La calidad tiene altibajos, como mi estado de ánimo, el tiempo que dispongo para elaborar una entrada, mi inspiración a la hora de escribir, o si mi vida en esos momentos incluye actividades más o menos interesantes.

Espero seguir un tiempo más. La fotografías acompañantes, todas realizadas desde el 8 de febrero de 2021… pero con película tradicional… que como ya he dicho, me divierte más que lo digital.

16 años de Cuaderno de ruta; un nuevo aniversario tras un año raro, raro, raro…

Páginas personales

Pues sí, como me gusta recordar todos los años cuando llega esta fecha, un 8 de febrero de 2005 escribí mi primera y simplona entrada en este Cuaderno de ruta, en aquellos momentos residente en la plataforma Blogger. Mi compromiso era escribir sobre algo,… lo que fuera, que me hubiese pasado o que pensara, e incluir una foto realizada por mí. Quería impulsar mi afición a la fotografía. La entrada se puede ver también en esta plataforma de WordPress, a la que cambié oficialmente en el tercer aniversario del Cuaderno de ruta. Pero no todas las fotos publicadas se pueden ver… cosas de la evolución de las plataformas en las que se encontraban subidas. No voy a dar estadísticas del blog como en otros aniversarios. Me dice WordPress que si llevo publicadas, antes de esta, 5876 entradas…. pues esas serán. Posiblemente algo menos de 200 no serán visibles… en su momento las hice privadas. Por motivos que no vienen ahora al cuento.

Este año pasado ha sido extraño. Y diciendo esto supongo que pensaréis que me refiero a la pandemia. Pues no… no es ha eso a lo que me refería. Aunque también ha sido raro por eso, claro. Pero en lo que se refiere a los contenidos de este Cuaderno de ruta… pues básicamente hay mucho cine que se ha visto en la pantalla del televisor, porque no se podía ir a las salas con pantalla grande, u otros motivos asociados a la pandemia, y que hay menos actividades sociales y viajes, claro. Aunque ha habido más contenidos de viajes de los que (des)esperaba en el mes de abril, cuando había suspendido o me habían suspendido un viaje de semana santa a los Países Bajos y unas vacaciones en China que iban a ser a caballo entre abril y mayo. Obviamente, esos contenido que no se generaron nunca llegarán a este Cuaderno de ruta.

Pero lo raruno vino de otro lado. De las «estadísticas» del blog. Cuando entro en la plataforma de WordPress para editar una entrada, como estoy haciendo ahora, me informan de cómo van las visitas a las páginas de blog. Si este blog tuviera pretensiones de comercialidad o popularidad… van mal, muy mal. Nunca han ido bien. Porque nunca he buscado ser popular. Nunca me ha importado no tener muchos falsos «amigos» de los que se tienen en internet. Lo que buscaba era relajarme durante un rato cada día escribiendo sobre algo que no tuviera que ver con mis problemas cotidianos, y tener un medio de comunicación con algunos buenos amigos en la diáspora con los que me veo con muy poca frecuencia. Pero siempre he tenido mi curiosidad.

Mi tope de visitas cotidianas al blog sucedió allá por el año 2012. En 2013, pegó un importante bajón, como del 30 %. Y en 2014, otro, que dejó el número visitas a menos de la mitad de las que tenía dos años antes. Luego siguió un languidecer paulatino, que yo siempre he achacado a que la época de los blogs había terminado, y ahora la gente se encuentra enganchada e inmersa en la diversidad de redes sociales, de consumo más rápido y superficial. No me importó mucho. Para mis objetivos iniciales… seguía valiendo. Relajarme entre media hora y una hora al día escribiendo y organizando fotos, y que unos cuantos amigos que lo visitan de vez en cuando, se acuerden de mí y se cosquen de a qué me dedico al menos en el tiempo libre. Si luego he ido adquiriendo otros visitantes o habituales, pues estupendo. Todo el mundo es bienvenido menos los intolerantes, groseros, y similares.

Lo curioso es que en noviembre del año pasado, las estadísticas de visitantes se multiplicaron por dos. Algo más. Y en diciembre, casi por tres. Y así hasta el 11 de enero de este 2021, día en el que volvieron a los niveles que tenían en octubre de 2020. Tan bruscamente como empezó el aumento de actividad, disminuyó. Y no tengo ni idea de a qué se debe. ¿Algún error en WordPress a la hora de hacer las cuentas y las estadísticas? Puede. ¿Consecuencia de la pandemia y de que en todo el mundo había más gente confinada y con más tiempo? Tal vez… pero ¿por qué no se registró antes el aumento? ¿Y por qué ha cesado de repente en enero? No lo sé. Una rareza. Un misterio.

Una anomalía más a sumar a las del 16º año de existencia de este Cuaderno de ruta. Este año ilustro la entrada con unas cuantas fotos realizadas ayer con la Pentax K-x y el objetivo zoom de kit 18-55/3,5-5,6 que traía cuando la compré. Esta compra la hice hace más de 10 años, en el 2010. Y su fin era tener un cuerpo Pentax, compatible con la bayoneta K que creó esta marca en los años 70, y de la cual tengo una amplia colección de objetivos. Me costó muy barata. El objetivo zoom prácticamente no lo he usado. Pero la cámara, con distintos objetivos, ha paseado mucho conmigo por su escaso tamaño para ser una réflex digital. Y porque con sus 12 megapíxeles ofrecía una calidad de imagen muy notable. No solamente para aquel momento. Incluso hoy en día las fotografías que ofrecen son de muy buena calidad, aunque con las limitaciones de tamaño en píxeles comparado con lo actual y con las limitaciones en las sensibilidades superiores. Pero sigue siendo capaz de hacer el 90 % de las fotos que habitualmente hago con cámara digital.

Pero esta cámara tan simpática no la uso desde principios de 2017, cuando en un outlet conseguí otro cuerpo de cámara Pentax, de similares prestaciones, más modernos y con mayor resolución espacial. 20 megapíxeles en lugar de 12 megapíxeles. Así que estando en excelente estado y en desuso, ayer se la regalé por su 12º cumpleaños a mi sobrino Diego. En principio le hizo ilusión. Si servirá o no para que le entre el gusanillo de la afición… quién sabe. En cualquier caso, las de hoy son mis últimas fotos con esa cámara.

15 años de Cuaderno de ruta, empecemos el 16º

Páginas personales

Un 8 de febrero de 2005 comencé a escribir este Cuaderno de ruta. Entonces residía en otra plataforma. Que todavía se pude abrir. En ella escribí durante tres años, hasta que me pasé a WordPress. Donde iba cambiando de estilos, hasta que en una fecha que no recuerdo, pero poco después de mi viaje a Italia en 2012, adopté el estilo visual actual. Con pocos adornos. Texto blanco sobre negro y fotos a buen tamaño.

Ya lo he contado en otras ocasiones. Cuando no sabía muy bien de qué iba eso de los blogs, me di de alta en Blogger; aún no pertenecía esta popular plataforma al todo poderoso Google. Debió de ser en torno a 2001 o 2002. No recuerdo bien. El caso es que no supe qué hacer con aquello. Era un mundo nuevo. Tuve que esperar a 2005, en un momento en mi vida en que sentía que todo a mi alrededor iba demasiado deprisa, cuando tomé una decisión. Durante al menos 30 minutos cada día iba a quedarme sentado delante del ordenador, iba a escribir sobre algo, lo que fuese, e iba a acompañarlo de una fotografía realizada por mi. Un momento al día de deceleración, que solía ser a las cuatro y media de la tarde, después de volver de Huesca, donde trabajaba, y comer algo.

Nunca me importó el número de personas que leyeran aquello. No lo hacía por nadie externo a mí. Aunque poco a poco me di cuenta que me servía de medio de comunicación con personas cercanas a mí en espíritu, pero lejanas geográficamente. Eso estuvo bien. Eso sigue estando bien, incluso si la proliferación de plataformas de redes sociales ha hecho que esa función de los blogs que tienen un carácter personal, y no periodístico o comercial, haya perdido sentido. No obstante, hubo algunos momentos en que veía sorprendido cómo 400 personas distintas al día se asomaban a lo que yo había escrito. De estas 400 personas, probablemente unas 375 no tenía ni idea de qué narices les podía interesar de lo que yo había escrito. Nunca he tenido muchos comentarios, porque para tener un número razonable de comentarios en un blog tienes que tener miles de seguidores. La inmensa mayoría de la gente es «muda» en internet; mira y calla.

Durante un tiempo hablaba de cosas de actualidad, especialmente los sábados. Comentando las principales noticias de la semana, y expresando mi opinión. Y ahí me di cuenta de que vivimos en un país muy incívico en lo que se refiere al respeto de la opinión ajena. No aparecían comentarios en mis entradas, pero me llegaban correos electrónicos que me producían tremenda desazón por su tono. Si alguien se sorprende de que en la actualidad haya partidos políticos con enormes déficits democráticos en nuestras instituciones parlamentarias, es que no se ha coscado del país en el que vivimos. Sus votantes siempre han estado ahí. Simplemente, las consecuencias de la crisis financiera y económica de 2008 hizo que encontraron un camino para la visibilidad pública. Escondí aquellas entradas, dejé de hablar de esas cosas, mandé a la m..rd. al país y me dediqué a vivir mi vida. Eso fue en 2011 ya. Mis queridos amigos, España tiene un régimen democrático, así viene reconocido por ejemplo por el Democracy Index de The Economist, pero eso no quiere decir que sus ciudadanos lo sean. En fin… cuanto más voceras hay chillando sobre patrias y banderas, más asquito me dan estos conceptos. Ya lo digo George…

Au village, sans prétention
J’ai mauvaise réputation
Que je me démène ou que je reste coi
Je passe pour un je-ne-sais-quoi
Je ne fais pourtant de tort à personne
En suivant mon ch’min de petit bonhomme
Mais les braves gens n’aiment pas que
L’on suive une autre route qu’eux
Non, les braves gens n’aiment pas que
L’on suive une autre route qu’eux
Tout le monde médit de moi
Sauf les muets, ça va de soi

(La mauvais reputation, George Brassens, 1952)

Hoy en día, los blogs están de capa caída. Y la mayor parte de los blogs personales o con pocas pretensiones reciben mucho menor tráfico de visitas que antaño. Las redes sociales han ocupado su espacio, y quizá sea lógico. Exigen menos tiempo, son más inmediatas. Pero también pierden riqueza conceptual. La gente se limita a publicar eslóganes más que ideas. Filosofemas que suenan bien, y que reciben muchos «me gusta», aunque de ellos se deriven en ocasiones consecuencias espantosas. Y donde no hace falta pensar mucho lo que se dice. Aunque ya se sabe, quien no piensa lo que dice corre el riesgo de decir lo que piensa. Y así… nos encontramos tantas «gentes de bien», «ciudadanos modelos», muchos de ellos que se consideran, incluso, «progresistas», soltando burradas xenófobas, intolerantes, homófobas,… o de carices semejantes, como si nada. Yo a estos los suelo borrar de mis listas de «amigos», o al menos los silencio, para que sus «pensamientos» no aparezcan ante mí. De nada sirve argumentar con ellos. O no reconocen la naturaleza de sus «ideas», o se enfadan mucho por que les digas lo obvio. No hay más que percibir algunas de las cosas que han aparecido estos días atrás con motivo de la epidemia de enfermedad por coronavirus en China. En lugar de aparecer una sana solidaridad con las personas que sufren, aparecen signos de racismo y xenofobia absolutamente injustificados. Triste panorama social el que dibujan las redes sociales.

Pero si algo bueno ha tenido mi modestísima aventura bloguera ha sido que, de alguna forma, impulsó mi afición fotográfica. Imponerme a mí mismo publicar al menos una foto propia en cada entrada fue un acicate para no confiar en el «fondo de armario» de mi archivo fotográfico. Y también me impulsó a moverme e innovar. Aunque innovar suponga, por ejemplo, volver a procesos fotográficos que muchos daban por difuntos hace diez años. Hoy os dejo con algunas de las últimas fotografías que he hecho. Un día de estos, probablemente mañana, os hablaré de mi «nueva» cámara, de hace 50 años, que me llegó en el mes de enero, la Olympus Pen F, con la que he estado trasteando las últimas semanas. Hoy os dejo unas cuantas fotografías de la excursión que hicimos hace unos días al Parque Cultural del Chopo Cabecero del Alto Alfambra, a su paso por Galve. Como digo, mañana, o pasado lo más tardar, os cuento más detalles sobre la cámara.

[Blog] 14 años de Cuaderno de Ruta…

Informática e internet, Páginas personales

Sí. Con puntos suspensivos, porque no tengo intención de parar de momento, aun con el bajón de lectores de los últimos años, que parece estabilizado. Pero nunca me planteé este Cuaderno de Ruta como algo que respondiese a otros objetivos distintos de los dos iniciales:

  • Parar un rato «casi» todos los días de la vorágine de los quehaceres cotidianos para escribir sobre algo e ilustrarlo con alguna foto realizada por mí mismo. Una forma de estimular dos habilidades que me parecen importantes, la escritura y la fotografía.
  • Comunicar con aquellos a los que quiero pero veo poco y que de esta forma pueden saber que estoy y que hago cosas.
Las fotografías de mis viajes siempre han tenido mucha presencia en este Cuaderno de Ruta. Y en los últimos años, los viajes por el Asia oriental especialmente. Como a Japón (encabezado), Hong Kong (sobre estas líneas), Corea del Sur y Taiwán (en las siguientes fotografías). Y van a continuar… Ya hay billetes comprados para Shangái, para dentro de unos meses…

Catorce años. Desde el 8 de febrero de 2005. En aquellos momentos en Blogger, que todavía no pertenecía a Google. Ahora están todas las entradas importadas y agrupadas en este blog de WordPress. Que quedará deslucido dentro de poco. Hasta hace unos años, las fotos no las subía aquí, sino que las enlazaba desde Flickr. Pero con las nuevas políticas de esa plataforma, dicen que las borran todas menos mil si no pasamos por caja. Y no tengo ganas de perder el tiempo borrando todas menos las enlazadas.

Esto es internet, y no sirve para guardar memorias. Eso se hace con otros medios. Por eso sigo haciendo álbumes de fotos en papel. Internet es para el día a día. Lo de hace años… atrás queda. Y nada es para siempre en la red de redes; es el paradigma de lo efímero. Aunque a muchos no se lo parezca.

En fin. Que ya está. Estos días no he tenido mucho tiempo para entrar cosas. Y no sé cuando cambiará la racha, así que llevo un par de semanas con más días sin entrada que antes. Pero así son las cosas. Nos vemos.

[Blog] 12 años

Informática e internet, Páginas personales

Suelo recordar cada año el aniversario de este Cuaderno de Ruta. Fue un martes 8 de febrero de 2005 cuando decidí tomarme en serio lo de escribir un mantener un blog. Había hecho un intento previo, cuando la herramienta Blogger, que entonces no pertenecía a la todopoderosa Google, empezó a destacar en el panorama de internet, y de ahí que mi primera entrada se titulase Hola,… de nuevo.

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Un día de este invierno caminé durante un buen rato y con una cámara de fotos por la huerta de las Fuentes y el soto de Cantalobos en el extrarradio de la ciudad de Zaragoza, como he hecho en numerosas ocasiones en estos últimos doce años. Opté por el blanco y negro. El día de invierno lo pedía. Y algunas de esas fotografías servirán para acompañar esta entrada de aniversario.

En otras ocasiones he presentado alguna estadística de actividad… pero hoy estoy perezoso para ello. Simplemente decir que son 4253 entradas públicas, 4254 con la actual, y 232 privadas, que decidí hace unos años retirar de la consideración pública, dado el bajo respeto que según pude comprobar en su momento se ejerce en España por sus ciudadanos y responsables políticos sobre la libertad de opinión. Así quedo en un diario que recoge mis actividades de ocio y tiempo libre. La opinión sobre temas políticos y sociales quedará para otra vida, en la que venturosamente naceré en un país más respetuoso. Admiro a aquellos que pelean por mantener los derechos de los ciudadanos. Pero esta herramienta no se concibió como una herramienta de pelea, sino como un medio de expresión relajada. Nació para librarme diariamente (o casi) de las preocupaciones cotidianas durante 30 o 40 minutos, no para buscarme confrontaciones, y por ello me retiré voluntariamente de escribir según que contenidos.

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Actualmente aparece como V.3.0. Es decir, versión 3. La primera versión fue la etapa en Blogger, la segunda fue mi cambio a WordPress, y la tercera fue cuando fusioné los contenidos de ambas etapas dentro de WordPress, y le di un cambio general de aspecto al Cuaderno de ruta que se mantiene hasta este momento. En estos momentos, no siento deseos de hacer cambios sobre la plataforma de gestión de contenidos o sobre el aspecto general del blog. Pero sí llevo pensando un tiempo que tengo que diversificar algunos contenidos. Aunque no entre en determinados temas sociopolíticos como he explicado, sí que me apetece hablar más de otros temas relacionados con el mundo de la cultura, la ciencia, y el conocimiento en general.

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Uno de los objetivos del Cuaderno de ruta fue, es y será estimularme en el mantenimiento de mi afición por la fotografía. En un principio comenzó de forma muy tímida, con una fotografía por entrada, de pequeña resolución, siempre realizada por mi mismo. Ahora lo habitual es que cada entrada contenga varias fotografías realizadas por mí, con resoluciones más elevadas. Y hasta tal punto ha impulsado mi afición, que en este momento mantengo otro blog dedicado en exclusiva a la fotografía y otras artes visuales, que en el Cuaderno de ruta se refleja en entradas menos técnicas y más visuales que llevan al otro. Nunca he tenido claro que ese esfuerzo se refleje en muchas visitas y mucha difusión de los contenidos, pero sí que se ha reflejado en que me «ha forzado» a aprender más sobre fotografía. Y eso es muy satisfactorio.

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Nunca pretendí tener un gran número de seguidores. Mis motivaciones eran más personales. El blog en sus inicios tenía más intención de ser un instrumento impulsor del cambio en mi vida, y creo que eso se consiguió. Aunque la vida da muchas vueltas, y aquellas motivaciones para el cambio las contemple desde la distancia en el tiempo con cierta sonrisa condescendiente, hacia mí mismo. Pero la cuestión es que aunque mi número de seguidores y visitas es modesto, en algunos momentos ha sido cualitativamente interesante. Y aunque los comentarios son muy escasos, he recibido mensajes privados de personas que han aterrizado en mi Cuaderno de ruta que han derivado en diálogos muy enriquecedores. Siendo como soy una persona que valora más calidad que cantidad, especialmente en las relaciones humanas, eso me produce una moderada satisfacción.

La audiencia de los blogs ha disminuido cuantitativamente en los últimos años. Bastante. Las redes sociales más populares se llevan la mayor parte del tráfico. Lo cual, hasta cierto punto, está produciendo un empobrecimiento en los intercambios de ideas. Salvo que una persona tenga claro lo que busca en las redes sociales y seleccione cuidadosamente lo que escucha y a quien habla, estas generan en su mayoría ruido poco aprovechable.

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No. No me defino como «bloguero». Entiendo que quienes se definen así son aquellas personas que construyen al menos parcialmente su vida en torno a su blog con el fin de ganarse la vida, ser influyente, adquirir un prestigio o lo que sea. Y mi Cuaderno de ruta funciona al revés. Mientras tenga una vida, podré construir el blog en torno a ella. Si esta desaparece o se empobrece, el blog desaparecerá o se empobrecerá. Por lo tanto, no soy «bloguero», soy otras cosas. Pero no me apetece ponerme etiquetas y no digo lo que soy con carácter absoluto. Con carácter relativo, según el momento del día, soy amigo, soy hermano, soy tío, soy compañero de trabajo, soy amante, soy médico especialista en medicina preventiva y salud pública, soy aficionado a la fotografía, soy lector, soy cinéfilo, soy científico, soy curioso de la historia o del arte,… Pero eso depende del momento, de quien o lo que ocupe mi mente en ese momento, de quien tenga a mi lado, o lo que tenga obligación o voluntad de hacer en cada momento. Y algunas de esas cosas son las que se reflejan en el Cuaderno de ruta. Aquellas más públicas, puesto que soy celoso guardián de mi vida privada.

Y así me despido. Hasta mañana en lo que se refiere a los contenidos habituales del Cuaderno de ruta. Hasta dentro de un año, espero, en lo que es volver a celebrar un año más de existencia de este vuestro blog.

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[Blog/cine] En el 11º aniversario de este Cuaderno de ruta, unas observaciones sobre los Goya

Cine, Páginas personales

Pues sí. Como cada 8 de febrero desde hace ya una década, celebrando el aniversario de este mi/vuestro Cuaderno de ruta. Un breve recordatorio de cómo empezó… y acompañaré la entrada con una foto por cada uno de estos últimos 11 años.

Allá por el año 2001 o 2002 oí hablar de cómo se estaban poniendo de moda los weblogs o de forma abreviada y ya afianzada, los blogs. El concepto me parecía interesante… y me abrí mi primera cuenta en Blogger, en aquellos momentos todavía de una compañía independiente, antes de ser adquirida por la poderosa Google. Pero en aquel momento no tenía muy claro como orientar aquello… así que después de escribir una docena de entradas, que no se conservan, lo dejé abandonado.

2005, Peracense, España. En encabezado, 2006, Artouste, Francia.

2005, Peracense, España. En encabezado, 2006, Artouste, Francia.

2007, Berlín, Alemania.

2007, Berlín, Alemania.

A principios de 2005, mi vida entró en una situación de cierta vorágine por motivos que ahora no vienen al caso, y tras un fin de semana en mi cumpleaños raro, raro, raro,… decidí que había una serie de cosas que tenían que ir más lentas, más reposadas. Retomé la cuenta del blog, borré todo lo que había y decidí dedicar un rato todos los días a escribir algo, o al menos la mayor parte de los días. Era una forma de echar el freno cotidianamente. Además, ya llevaba dos años enganchado a la fotografía digital. Recientemente había comprado mi segunda cámara digital, la Canon Powershot G6, con la que me había ido de viaje a Roma en diciembre de 2004, volviendo encantado con las fotografías conseguidas. Me propuse otro objetivo. En todas las entradas del Cuaderno de ruta, como lo bauticé, aparecería una foto hecha por mí. Esto fue muy importante, porque mi afición a la fotografía había entrado entre el 2000 y el 2004 en un bache, y esto la reactivó muchísimo… lo cual me produce mucha satisfacción.

Después de eso, lo más destacado fue cuando en 2008 cambié de plataforma, pasándome a WordPress, los distintos cambios de apariencia y de forma de gestionar el blog. Cierto es que por el camino ha habido algún cambio de planteamiento. Los artículos tienen más profundidad que al principios, ahora suele haber más de una fotografía por artículo, y se queda limitado a mis actividades de tiempo libre. En tiempos dedicaba algún día, sobretodo los sábados, a comentar la situación social y política; pero descubrí que en este país no gusta la libertad de expresión… y no quise complicarme la vida. No comentaré las circunstancias exactas de la decisión… porque me traen malos recuerdos que no quiero reavivar.

2008, isla de Murano en Venecia, Italia.

2008, isla de Murano en Venecia, Italia.

2009, Múnich, Alemania.

2009, Múnich, Alemania.

En estos momentos, vengo publicando cerca de 500 entradas al año. Normalmente no es más de una a la semana, y suele haber un día a la semana en que no publico nada… Eso haría un total de unas 310 a 320 entradas. Pero cuando estoy de viaje, voy mandando fotografías, cada una en una entrada individual, y puedo sumar entre seis y doce entradas al día en esas jornadas viajeras… lo que hace que se llegue a las cifras mencionadas. Teóricamente, nunca he tenido tantos seguidores como hoy en día,… pero algo que es constante en el mundo de los blogs, el número de visitas tiende a disminuir… Me da igual. Me encanta que me visiten y me lean. Pero mi objetivo fundamental sigue siendo concederme un espacio de creatividad personal.

Dicho todo lo anterior, aprovecho para hacer algunas observaciones sobre los resultados de la XXX edición de los Premios Goya o premios anuales de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España.

No he visto ni me interesa la ceremonia. Son aburridas. De solemnidad.

Sólo he visto 6 de las muchas más que tenían alguna candidatura a los premios. Eso quiere decir que a priori me han interesado poco. ¿Por sus temas, por su promoción, por las expectativas que me levantaron? En tiempos, yo era de los fieles al cine española, y acudía prácticamente a todos sus estrenos… y de forma paulatina esto se me vino abajo… Y preferiría que no fuese así. Hubo una más que intenté ver, pero los señores exhibidores, de forma extraña y antipática, me lo impidieron. Con las películas europeas de habla no española, serían siete… pero es que algunas de las candidatas a esa categoría ni siquiera se han estrenado en este país ¡¡¡¡???

2010, Barcelona, España.

2010, Barcelona, España.

2011, Copenhague, Dinamarca.

2011, Copenhague, Dinamarca.

La película ganadora y la más premiada me parece una película simpática. Pero cuando la comparo con las que aparecen en el palmarés de estos 30 años de premios… me quedo atónito. Siendo una película muy honesta y muy bien interpretada, está muy por debajo de las expectativas que uno debería depositar en un ganador de estos premios. No es que no haya habido pufos con anterioridad… pero aun así… estamos en una época de sequía creativa.

Ha habido una crisis de pareceres sobre la película que ha cogido la etiqueta de gran derrotada. Alabada por muchos críticos y especialmente por los que pululan por internet… a mí que me pareció un pestiño pretencioso de mucho cuidado, me llegó a parece que algo raro podía haber en esta «promoción» de la película. Creo que su acogida en el público ha sido más fría de lo que nos cuentan los medios, y desde luego no ha sido bien acogida por los académicos. Los «críticos» que habían apostado por ella están que echan las muelas, se han subido a la parra de la intelectualidad y la defensa de la innovación patria y acusan al resto de la humanidad de paletos… Insisto… me pareció un tostón de cuidado lleno de ínfulas que ni siquiera aprovechaba las cualidades de la obra de Lorca. Pero no nos pondremos de acuerdo.

2012, Bergen, Noruega.

2012, Bergen, Noruega.

2013, Edimburgo, Escocia.

2013, Edimburgo, Escocia.

Me sigue preocupando el tema del trabajo de interpretación. En estos momentos, la mayor parte de las interpretaciones que me satisfacen en el cine español son de actores o actrices que ya no cumplirán los 40. Algunos hay entre los 30 y los 40 años… Pero los más jóvenes, que se están llevando la mayor parte de los papeles protagonistas,… muchos de ellos procedentes de la televisión… me parecen flojísimos. Dicen que hay excepciones, curiosamente gente que hace mucho teatro aunque haga algo de televisión… pero los exhibidores no me dejan comprobarlo.

Y bueno… ando escaso de tiempo… seguro que se me ocurrirían más cosas, pero no tengo tiempo ahora.

2014, Kioto, Japón.

2014, Kioto, Japón.

2015, Quebec, Canadá.

2015, Quebec, Canadá.

[Fotos y aniversario] Nueve años de Cuaderno de ruta y dos carretes olvidados

Fotografía, Fotografía personal, Informática e internet, Páginas personales

Sí. Un ocho de febrero de 2005 tomaba la decisión de parar todos los días media hora del estresado ritmo de vida que llevaba en aquel momento por motivos que no vienen a cuento, y dedicarla a escribir algo en eso que se había dado en llamar un blog, contracción inglesa de la expresión web log, o lo que es lo mismo un diario en la red. En otras ocasiones he dado todo tipo de estadísticas de cómo ha funcionado este mi Cuaderno de ruta, pero hoy, desde el punto de vista de lo cuantitativo, además de ese dato de nueve años ininterrumpidos de actividad, con textos y fotografías de esta humilde persona, sólo diré que hay 3114 entradas publicadas, de las cuales son visibles 2882, incluida esta, 231 son de carácter privado y no son accesibles salvo que yo de permiso para ello, y 1 está desde hace semanas y por tiempo indefinido en estado de borrador. Es el comentario de una película, de la que no hemos podido ver en condiciones su segunda parte.

Este año mi reflexión va por el camino de que me quiero replantear como presento las entradas. Está claro que las fotografías, que al principio era una por entrada en pequeñas resoluciones, cada vez a tomada más importancia, y ahora ofrezco series de ellas, con un ancho de 700 píxeles. Pero últimamente he estado comprobando que hay formas más correctas que otras de presentar el texto, que ha de tener buen estilo y ser fácil de leer. También me estoy planteando si tengo que escribir menos en cada entrada. Ser más conciso. Ir más al grano. Cosas que llevan esfuerzo. Me hubiera gustado tener una solución para este aniversario, e iniciar el décimo año de andadura con una Versión 3 del Cuaderno de Ruta. Pero todavía no tengo claras mis opciones.

Había pensado rascarme el bolsillo, y optar por algunas opciones de pago con el fin de personalizar mejor las plantillas sobre las que desarrollo el Cuaderno de Ruta. Pero también hay otra cuestión que estoy viendo, y que coincide con lo que leo por ahí. La gente cada vez entra menos en los blogs. Quizá sea un medio de comunicación que sea sustituido por otros, o reservado con éxito sólo para determinados usos. Formalmente, nunca he tenido tantos seguidores declarados. Pero el número de visitantes diarios ha ido disminuyendo en el último año, especialmente desde el verano. Así que ahora no me apetece rascarme el bolsillo hasta que no sepa que va a pasar y cuáles son mis opciones. En cualquier caso, salvo imprevisto, tengo intención de llegar al décimo aniversario de este diaria no diario en la web que es el Cuaderno de Ruta.

Y después de comentar el aniversario, fotos. Cuando celebramos en septiembre el primer encuentro de fotógrafos de Aragón, me llevé para el paseo fotográfico del 21 de septiembre dos cámaras. Una digital y una de película tradicional, la Yashica Mat 124G. Pero esta sufrió un accidente, y no la pude usar. Me dio tanta rabia, que al día siguiente, con unas amigas, repetí por la tarde el recorrido con otra cámara de medio formato, la Zeiss Ikon Ikonta b. Hice dos carretes, uno de Ilford FP4 Plus y otro de Ilford HP5 Plus. El primero a sus sensibilidad nominal, el segundo a 200 ISO; eso permite revelarlos juntos en Rodinal. Pero lo que pasó es que después de exponerlos, los guardé en un cajón… y luego me fui de viaje y pasaron otras cosas y los olvidé. Pero todo lo que queda guardado aparece tarde o temprano, y aquí están revelados algunos ejemplos de aquel paseo. No son nada del otro mundo, pero…

Torre del Agua

Torre del Agua en el entorno de la pasada Expo 2008.

Así te volverás si haces muchas sopas de letras...

El tipo de la sopa de letras, o alma del no se qué, que le llaman.

En el entorno Expo

Antiguos y vacíos pabellones de la exposición internacional.

En el entorno Expo

Paseo junto al Ebro en el meandro de Ranillas.

En el entorno Expo

El Ebro baña las orillas de la antigua exposición internacional.

Puente de la Almozara

Grafitis bajo el puente de la Almozara.

Plaza de Europa

Obelisco de la Plaza de Europa.

Calle de las Armas

Recuerdo a la heroína de la guerra de la Independencia, Casta Álvarez, en la calle de las Armas.

Augusto de Prima Porta

Reproducción del Augusto de Prima Porta, emperador que dio nombre a la ciudad, Colonia Caesar Augusta.

Nueva página en el Cuaderno de Ruta

Fotografía personal, Páginas personales

Los más observadores habrán comprobado que en el menú superior de la página aparece desde ayer una nueva opción. Se trata de Chismes fotográficos (de antaño). Si en Chismes fotográficos hago un repaso por el equipo que actualmente uso para realizar la mayor parte de las fotografías que se ven en el Cuaderno de Ruta, en Chismes fotográficos (de antaño) hago un repaso por los distintos aparatos fotográficos que me han acompañado a lo largo de mi vida, tanto en las épocas en las que la fotografía no representaba un especial centro de interés como en las que sí. El texto viene ilustrado por unas cuantas imágenes de los aparatos reales que todavía conservo en alguna estantería o armario de mi casa.

Espero que os interese. Os dejo con una de las imágenes, que fueron tomadas con la Canon EOS 40D y el objetivo Cosina MC 100/3,5 Macro. Es curioso que con el aspecto tan de juguete que tiene este Cosina, luego dé imágenes tan estupendas con los diafragmas adecuados. En la foto que adjunto, en su tamaño original se nota demasiado que no le limpié el polvo todo lo que debería. Se ven las motas de polvo.

Leica IIIf

Cámara Leica IIIf con objetivo Canon 50/1,8 III para montura de rosca M39