[Cine] Mujercitas yanquis y mujeronas francesas para finalizar el año

Cine

En estos últimos días, entre los de fiesta y los estrenos en Netflix, he acumulado varias películas que han ido a parar a mi lista de películas vistas este año. Que en total suman 72. Pero de las estadísticas cinéfilas de este año os hablaré, probablemente, mañana. Como me quedan cuatro película por comentar de 2019, hoy irá con dos, las dos últimas que he visto en sala de cine, y otro día de esta semana iré con las otras dos, los dos últimos estrenos que he visto en plataformas de vídeo o cine bajo demanda.

Little Women (2019; 69/20191226)

Dice que esta versión de Greta Gerwig es la cuarta adaptación de la más famosa novela de Louisa May Alcott. Estoy casi seguro que he visto las cuatro. Aunque las que tengo más en mente son la versión de Mervyn LeRoy, de la que lo que más recuerdo siempre es lo insoportable que resultaba la adolescente Elizabeth Taylor como Amy, y la de los años 90 dirigida por Gillian Armstrong que recuerdo por que me resultó fácilmente olvidable. No aportaba absolutamente nada nuevo. Aparte, telefilmes y series de televisión…

Como de costumbre, estamos ante la historia de las hermanas March (Emma Watson, Saoirse Ronan, Florence Pugh y Eliza Scanlen), hijas de unos convencidos abolicionistas de Massachussets, que con su madre al frente (Laura Dern) han puesto su fortuna al servicio de los pobres, para cabreo de su tía paterna (Meryl Streep), mientras el padre, piadosamente, se dedica a matar rebeldes durante el conflicto civil norteamericano (Bob Odenkirk). Por otro lado, está los pegajosos vecinos, abuelito (Chris Cooper), adolescente mal criado (Timothée Chalamet) y preceptor más bien sosito (James Norton). Y el extranjero de Nueva York (Louis Garrel), claro Vamos, lo de siempre.

Las dos películas de hoy tienen en común, entre otras cosas, que transcurren en todo o en parte en la capital francesa. Así que allá nos vamos.

Lo que nos preguntábamos cuando entrábamos en la sala de cine es si la enésima musa del cine «indie» norteamericano, reconvertida en directora, y con un presupuesto (una nadería comparado con las producciones superheroicas o starwarianas) y un reparto que muestra su deseo de pasar a la primera división, iba o no a aportar algo distinto, modernidad, actualización del mensaje, punto de vista de los mileniales, a una historia tantas veces contada.

Lo más destacable de entrada es la ruptura de la linealidad temporal en el guion de la película, que también firma Gerwig. En un ejercicio hipertextual, el guion de la pelicula, mediente alternancias entre un momento actual y flashbacks al pasado, va narrando al mismo tiempo la gestación y el argumento de la novela original. Con algunos detalles que podrían haber dado un nivel superior a la película con cierto beso final, que podría tener un lectura irónica en ese ejercicio hipertextual… pero que se ve arruinado por el «síndrome de Spielberg», el no saber cerrar a tiempo la película y añadir unos minutos de metraje que, o no añaden nada, o se cargan, como es el caso, lo que podría haber sido la sal y la pimienta de la película. Que de repente, lejos de mostrar innovación notable con respecto a las versiones anteriores, adquiere una convencionalidad excesivamente almibarada. Unos minutos de más… y se carga el esfuerzo de dos horas. No digo más, para no desvelar, y que cada espectador saque sus consecuencias.

La película está muy bien hecha y muy bien interpretada, por lo demás, aunque me falta algo de entusiasmo por parte de alguna de las actrices que tienen mucho oficio a pesar de su juventud, las que son jóvenes, y que quizá tenga su máxima revelación, no en su protagonista, Ronan, que estando bien ha estado mejor en el pasado, sino en la habitualmente repelete Amy (Pugh) que consigue que su papel adquiera una dimensión más profunda e interesante de lo que otras versiones nos tienen acostumbrados. Bien por la joven británica, que ya me gustó anteriormente en alguna otra película.

Trabajo mucho más convencional y academicista de lo que esperábamos de Gerwig, que está bien hecho, pero no nos satisface en la medida de nuestras expectativas. Carente de riesgo. Mucho miedo a remover la historia y darle nuevas lecturas. Debe ser de los fans de Star Wars que se horrorizó con el episodio VIII.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

La vérité (2019; 70/20191227)

Nos sorprende el japonés Koreeda Hirokazu con una película realizada en Francia, en francés, con alguna parrafada en inglés, y con dos grandes de la interpretación gala, en una confrontación que da a priori mucho interés a la película.

Una grande de la interpretación francesa, Fabienne Dangeville (Catherine Deneuve), recibe la visita en París de su hija, Lumir (Juliette Binoche), guionista de cine y televisión, establecida y casada en Nueva York (con un irónico Ethan Hawke, si uno compara con las trilogías de Linklater, donde también se casa con francesitas), y con una niña jovencita. Está un tanto alarmada por la publicación de las memorias escritas por su madre, en las que encuentra carencias, por no decir, puntos de vista muy sesgados sobre determinados hechos. Se quedará durante el rodaje de la última película de Fabienne, en la cual, además, se verá confrontada con una actriz joven (Manon Clavel) en una película de ciencia ficción que provocará reflexiones sobre su propia vida.

Después de la magistral película que nos ofreció hace un año, Koreeda sigue con su tema favorito y preferencial en su filmografía, la familia y los asuntos de familia. Y en este caso, las difíciles relaciones entre dos mujeres, madre e hija, en la que la fuerte personalidad de la primera han marcado la vida de la segunda. Pero con la necesidad, a veces amarga, de reconocer que la vida de una está llegando a sus últimos capítulos, que las cosas para ella, ni para nadie, volverán a ser lo que fueron. Que por fin está siendo desplazada, de la misma forma que ella desplazó a su principal rival de antaño, la misteriosa Sarah [¿hay referencias a una posible rivalidad entre la Deneuve y su malograda hermana Françoise Dorléac? No son infrecuentes las referencias indirectas al pasado de Deneuve, como ese cartel de una ficticia «La belle de Paris», quiza trasunto de Belle de jour]

No obstante, la película, digna, no llega a los niveles y profundidad de las mejores películas del japonés. Es cierto que el duelo interpretativo entre las dos protagonistas, duelo cordial, es interesante, con una Deneuve especialmente en estado de inspirada ironía. En su conjunto, quedamos satisfechos con lo ofrecido, aun siendo conscientes que es una película con aspiraciones menores.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: *****
  • Valoración subjetiva: ****

[Cine] Las ventajas de ser un marginado (2012)

Cine

Las ventajas de ser un marginado (The perks of being a wallflower, 2012), 18 de febrero de 2013.

Una película de temática adolescente, de jóvenes norteamericanos en sus años de instituto, no estaba entre mis prioridades. Y tampoco la he tenido en mente mucho desde que la vi, hace ya casi semana y media, a pesar de que como comentaré después mi impresión no es negativa en absoluto. Pero fui invitado a verla y más por la posibilidad de compartir un rato con personas que veo poco que por otra cosa accedí. Ahora reseño este filme de Stephen Chobsky que creo que ha pasado o está pasando relativamente desapercibido por la cartelera. No sé.

La película es una adaptación de la novela epistolar del mismo título del propio director. En ella se nos cuenta como un adolescente solitario, Charlie (Logan Lerman), con problemas de relación y adaptación, comienza su primer año de instituto muy inseguro, sin saber como va a encajar. Y en principio encaja mal, hasta que comienza a hacer amistad con un grupo de alumnos de último año de instituo, básicamente los hermanastros Sam (Emma Watson)Patrick (Ezra Miller). También recibirá el apoyo del señor Anderson (Paul Rudd), su profesor de literatura, y con todos ellos encontrará un camino para desarrollarse y ser el mismo. Un camino no exento de dificultades, especialmente porque pronto comprobaremos que su salud mental no está demasiado afinada, y que hay algo de su pasado que ensombrece su presente y su futuro.

Siempre me cuesta comerme las películas de adolescentes norteamericanos que transcurren en un ambiente de instituto. Siempre tengo la sensación de que es un ambiente que se aleja mucho del que yo viví en mi adolescencia, con muchas cuestiones que no entiendo, que me parecen marcianas. Desconozco cómo será actualmente el ambiente de los institutos españoles, pero me temo que hay una serie de tópicos que nos muestran estos filmes que son exclusivos de la cultura norteamericana. Y personalmente no creo que hablen bien de ciertos aspectos de esta cultura. Pero bueno. En cualquier caso, esta película me sorprendió agradablemente. No creo que estemos hablando ante una obra maestra ni nada por el estilo, pero sí ante una historia con bastante más chicha de lo habitual, con un desarrollo de personajes, por lo menos de algunos de ellos más profundo, y que engarza bastante bien los distintos episodios que conforman el conjunto de la historia, dándoles una unidad. Ya digo que la obra literaria original es del género epistolar, y de ahí el carácter episódico de las distintas situaciones, que debemos imaginar cada una de ellas como narradas en una carta por Charlie a quien quiera que lo escriba.

El reparto de jóvenes y adolescentes que son la base de la historia se desenvuelve con razonable solvencia, anunciando una serie de gente que puede dar su juego en el futuro.

En resumen, una película que normalmente no estaría entre mis opciones habituales, por su carácter de película generacional y por mi interés limitado por sus temas, pero que no me ha desagradado en absoluto, que no me arrepiento en haber visto, y que puede ser un opción perfectamente razonable, especialmente si formas parte del grupo de edad a quien va dirigida la historia. Especialmente conveniente en este caso frente a los habituales productos descerebrados que se les ofrecen.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

Con esta reseña creo que desatasco el lío que tenía sobre noticias y reseñas cinematográficas, que me han llevado a escribir un poquito a destajo en estos últimos días en el Cuaderno de Ruta, aunque ya tengo una propuesta para esta tarde. Un película que en realidad ya he visto, pero no en la gran pantalla. Ya veremos.

Película norteamericana, y en ambiente norteamericano, una de sus protagonistas, Emma Watson, es europea, nacida en París de padres británicos, y criada en Inglaterra. Y por eso nos paseamos hoy fotográficamente por las calles de Londres.

Película norteamericana, y en ambiente norteamericano, una de sus protagonistas, Emma Watson, es europea, nacida en París de padres británicos, y criada en Inglaterra. Y por eso nos paseamos hoy fotográficamente por las calles de Londres.

[Cine] My week with Marilyn (2011)

Cine

My week with Marilyn (2011), 26 de febrero de 2012.

Esta película fue vista en versión doblada como Mi semana con Marilyn, y en versión original por vías que no gustan a los productores y gentes del cine. Pero sigo diciendo que hay muchos que estamos dispuestos a pagar por productos correctos. Esta película es absurdo verla en versión doblada por que su mérito se basa en la interpretación de su protagonista, con su voz original. Y tal oferta no existe en pantalla grande en estos momentos en Zaragoza. Algunos estamos dispuestos a pagar por la cultura. El problema es que no nos quieren vender cultura. Nos quieren vender otra cosa. Que no queremos comprar. Por que no vale la pena. Hasta ahora, ante un estreno importante, veo las dos versiones. Pago por la absurda en castellano y me bajo como puedo la original en internet. Pero me estoy hartando de mostrar buena voluntad y de que me tomen el pelo. Porque además, en Zaragoza, las versiones originales, que son mejores, son más baratas encima. Jódete, y baila.

Una película sobre Marilyn Monroe y además protagonizada por Michelle Williams, papel por el que optaba a un óscar,… película obligatoria. A pesar de que las expectativas algo elevadas puedan ocasionar un batacazo. En cualquier caso, no había duda, había que ver el filme dirigido por Simon Curtis.

La película nos cuenta algunos aspectos del rodaje de The Prince and the Showgirl (El príncipe y la corista). Esta película, protagonizada por Marilyn (Michelle Williams) y coprotagonizada y dirigida por Laurence Olivier (Kenneth Branagh), forma parte del conjunto de filmes en el que la rubia actriz se ganó simultáneamente la contradictoria fama de imposible e imprescindible. Pero la historia está contada desde el punto de vista de Colin Clark (Eddie Redmayne), un hombre procedente de la aristocracia universitaria y política británica, que hizo cierta carrera en el mundo del cine, y que participó en aquel rodaje como tercer ayudante de dirección. El chico de los recados, vamos. Y según las memorias que publicó, durante una parte del rodaje mantuvo una especial relación con la actriz, que es lo que vemos reflejado en pantalla.

No entraremos a valorar lo que de cierto pueda haber en la historia de los personajes reales. La historia es utilizada por el director para realizar un retrato de las muchas vulnerabilidades de la célebre actriz, así como de algunas de sus notables fortalezas. Una historia corta, para lo que se lleva hoy en día, poco más de 90 minutos de duración, realizada con la artesanal precisión del cine británico. Por su propia naturaleza es una historia limitada en el tiempo, que no levanta mayores pasiones, más allá como ya he dicho de analizar la compleja realidad de uno de los iconos populares más sobresalientes del siglo XX.

La base de la película, lo que la sostiene por encima de todas las cosas, es la composición que del personaje realiza la protagonista. Michelle Williams nos ha demostrado en repetidas ocasiones que es una actriz algo más que competente. Probablemente una de las mejores intérpretes femeninas del momento, especialmente dentro de su generación. Y aquí compone un personaje contradictorio, como suponemos que fue Marilyn en la realidad. Ajusta su físico bastante bien al que tenía la rubia sex-symbol cuando rodó aquella película, curvilínea y muy sensual, muy alejada de los canones actuales de belleza anoréxica, pero sobretodo ajusta sus cambios de humor, la sutileza de sus gestos, su capacidad de manipular al entorno humano que la rodea, lo que hace que la película nos resulte a pesar de su excesiva frialdad, creible. Otra cuestión es el resto del reparto. Redmayne está correcto, pero su personaje no nos interesa en ningún momento. Aprecié mucho más su trabajo recientemente en la teleserie BirdsongBranagh es un Laurence Olivier al que tardas un rato en identificar, aunque finalmente lo consigues. Y hay algún patinazo de reparto notable. Por ejemplo, tenemos a Julia Ormond, una actriz que goza de mis plenas simpatías, desaprovechada en general en el mundo del cine, pero que le ponen en el brete de dar vida a Vivien Leigh a sus cuarenta y tanto. Y yo no la veo. Me costaría mucho ver a ninguna a actriz actual como la Leigh, una de mis favoritas absolutas de la historia del cine, pero en cualquier caso a Ormond no la veo. Pero tampoco importa mucho. Un pequeño e instrascendente papel para la harrypotteriana Emma Watson, intentando bucear fuera del universo de los magos y las brujas. No tiene malas maneras, pero como digo tampoco hay mucha sustancia en lo que le dejan hacer.

Y eso es así porque como conclusión podemos decir que la película comienza y se acaba en la interpretación de Michelle Williams. Es su principal atractivo, pero también es su principal inconveniente, porque más allá de ahí, dentro de la corrección en su manufactura, poco más tiene que ofrecer. Hay muchos elementos desaprovechados, sobre una situación, el rodaje en Inglaterra de esta obra menor tanto de Olivier como de Monroe, pero que seguro que daba para algo con más chicha.

Por supuesto, antes le hubiera dado yo el óscar a la Williams que a la pesada de la Streep.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

Maqueta

Insisto, un día de estos encuentro un momento para hablaros de la excursión ferroviario-fotográfica a Casetas.