[Cine] A complete unknown (2024)

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A complete unknown (2024; 12/202500309)

Las series de fotografías que ilustran esta entradas de este Cuaderno de ruta pueden verse, desprovistas de texto, en fotos en serie. La carrera inicial de Bob Dylan se desarrollo principalmente en Nueva York. Pero la única música que he escuchado yo en directo en la Gran Manzana fue el jazz del Village Vanguard.

Tremendo despiste el lunes pasado a la hora de comentar el estreno de turno. Me salté uno. Aquella película y esta que comento hoy las vi en días consecutivos. Y por esas causas y azares, me olvidé de esta. Y esto ya va a dar una pista del impacto que me dejó. Escaso. Y sin embargo, es una película bien hecha. Muy cuidada en su atención al detalle. Candidata a 8 premios Oscar, incluidos los más prestigiosos, de los que ganó… ninguno. Estamos hablando de la película biográfica dirigida por James Mangold, sobre los primeros años de la carrera musical de Bob Dylan. El único cantautor que ha ganado el Premio Nobel de literatura. Y que conste que no me parece mal. Un buen cantautor, de los buenos de verdad, no deja de ser un poeta que le pone música a sus poemas. Y si estos son significativos…

Mi falta de sintonía con esta película me lleva incluso a opinar que si alguien hubiese merecido un premio, a la mejor actriz de reparto, tendría que haber sido Elle Fanning por interpretar a una ficticia alter ego de Suze Rotolo. Sin embargo, la que era candidata a esa categoría de los Oscar era Monica Barbaro por interpretar a una real Joan Baez. Qué cosas. Que conste que la que nos regala auténticas escenas de cierto nivel es Fanning. Sin duda. Pero la presunta alma de la fiesta es la alabada interpretación de Timothée Chalamet encarnando a Dylan. Muy alabada sí… pero que a mí no me acabó de convencer. Una repetitiva sucesión de poses similares, en el que me parece uno de los menos inspirados trabajos del francoestadounidense actor.

El largometraje, realmente largo con dos horas y veinte minutos de duración, nos guía por los años iniciales de la carrera de Dylan, desde su encuentro con Pete Seeger (Edward Norton) y un enfermo Woody Guthrie (Scoot McNairy), hasta que escandalizó al relativamente mohoso ambiente de la música folk conectando su guitarra y el resto de los instrumentos de su grupo a unos amplificadores. En medio, contado con trazos rápidos y poco detallados, sus relaciones con Rotolo y Baez, y detalles por aquí y por allí de algunos hechos destacados de esa etapa de su biografía.

Me pasó con esta película biografíca un poco lo mismo que con la dedicada a Lee Miller. Quiere abarcar mucho, pero concreta poco. Es un ejercicio formal de ambientación y caracterización de actores, pero con poca chicha por detrás. Algunos mensajes progresistas en lo político muy estereotipados, pero poca profundidad en el análisis de quien nos importa realmente en la historia. Ese joven músico y poeta que se quiere comer el mundo, que quiere encontrar su camino, pero cuyas reales motivaciones y pensamientos, al final de la película siguen siendo tan desconocidos como al principio.

Se deja ver. Pero me resultó francamente decepcionante. Y al final, pasa con esta película, lo mismo que le pasa al personaje principal en la película. Parece que lo único que interesa del músico, poeta y persona son aquellos primeros éxitos de sus primeros años, y poco más.

Valoración

Dirección: ****
Interpretación: ***
Valoración subjetiva: ***

[Cine] Indiana Jones and the Dial of Destiny (2023)

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Indiana Jones and the Dial of Destiny (2023; 39/20230629)

Sería 1991 cuando conocí a Luis. Tenía tres perritas. Se llamaban Marion, Willie y Elsa. Y yo tenía el suficiente nivel de amor por el cine y por el buen cine de aventuras para coscarme de inmediato de cuál era la inspiración para los nombres de los animales de compañía de su familia. Un par de meses más tarde me enteré de que Luis iba a convertirse en el cuñado de una amiga de los tiempos de universidad, que con el tiempo regresaría a mi vida y se convertiría en una de mis mejores amistades, todos los tiempos incluidos. Pero siempre resultó raro incluir a las tres «chicas Indiana» en el mismo saco. Por que la última cruzada tenía una dinámica distinta. La cosa no iba de la dinámica entre el héroe y la chica, sino entre el héroe y su padre. Y Elsa Schneider no dejaba de estar del lado de los malos. Al menos una cosa estuvo clara desde el principio… nunca volvería a salir en una secuela. Algunos se han preguntado porqué es Marion Ravenwood (Karen Allen) y no Willie Scott la que permaneció en la saga. Olvidan que la acción del arca perdida es posterior en la cronología interna de la saga a la del templo maldito. Y al mismo tiempo, apareció antes en la vida del doctor Henry Jones Jr. (Harrison Ford)

Una de mis más graves carencias viajeras es no haber visitado todavía Sicilia. Así que para suplir los sitios arqueológico de la isla con presencia en la película de hoy, utilizaré los de Pompeya… que también tienen un volcán de fondo.

En la última entrega de las aventuras de Indiana Jones, se rompe también la dinámica entre el héroe y la chica, aunque haya chica. Porque Helena Shaw (Phoebe Waller-Bridge) es familia. Es la ahijada de Jones. Por lo tanto… no puede haber el mismo rollo. De hecho, si de algo va es de que parece que es el último tenue hilo que le queda al anciano profesor universitario para alejarse de la soledad en la vida. Un profesor que está retirándose de la docencia al mismo tiempo que los norteamericanos celebran la llegada a la luna, que ya no conecta con sus alumnos… y especialmente con sus alumnas,… y que ha perdido las ganas de vivir, el humor, la ilusión, y más cosas. Un Jones más cínico que nunca, pero además desencantado. Pero es Helena la que lo va a sacar de esa pendiente descendiente hacia la soledad, en la búsqueda de un nuevo macguffin con propiedades sobrenaturales, en esta ocasión el mecanismo de Anticitera. Este mecanismo, una calculadora mecánica para conocer las fechas de determinados eventos, se atribuye en la película a Arquímedes (Nasser Memarzia), que se convierte en un personaje más de la historia. Junto con un buzo español (Antonio Banderas) que se pasea por las islas griegas, y el malo de la película (Mads Mikkelsen, muy en su salsa), un nazi, conforman el conjunto de personajes de la aventura. Ah bueno,… y un adolescente marroquí (Ethann Isidore), que no sé si pretendían que fuese el nuevo Short round/Tapón, en lo que fracasan notablemente.

La historia… es lo de menos. Con las variaciones apropiadas a las circunstancias, no deja de ser la historia de siempre. Pero está bien contada. El director de la fiesta deja de ser Spielberg, supongo que precavido por si la cosa no funciona, para no manchar su prestigio como en la cuarta entrega (que hoy en día valoro con menos optimismo que cuando la vi). Así que la papeleta se la han encargado a James Mangold, lo que se llamaba antaño un artesano frente a los directores de cine que se consideraban autores. Que conste que no es mal director y que su filmografía tiene títulos interesantes. Para mí la cosa tiene sus aspectos buenos y sus aspectos menos buenos. Es entretenida, y aunque dura más de dos horas y media, se te pasa en un vuelo. Es digna en su guion y dinámica, aunque es muy convencional y… hasta cierto punto,…. previsible. Pero le falta más humor. Más cinismo. Más socarronería. Waller-Bridge hace lo que puede para ello, pero el pesimismo gruñón del protagonista no le sienta bien al carácter. Están a punto de desbarrar en algún momento cuando se introducen en el berenjenal de los viajes en el tiempo… pero creo que acierta al no profundizar, y dar una salida rápida al asunto sin preocuparse por las paradojas de los ciclos infinitos que pueden generarse. Están ahí… que se le va a hacer si se va al garete la cadena causal; esto es para entretenerse y no para divagar.

En fin. Película nada original, película que procura ser fiel a la saga. Con unas interpretaciones entre buenas y muy buenas, a la que falta un poco de desparpajo y buen humor, y que cierra de forma razonable las aventuras de Indiana. Por contra… no aporta nada especialmente nuevo; lo que ya le pasaba a la cuarta entrega. Porque no ha habido nunca ninguna necesidad de cerrar nada. Si se han hecho más películas más allá de las aventuras originales, es porque la gente se lo pasaba bien, iba al cine, producían dinero a los empresarios, y un héroe popular bastante simpático para la cultura popular. Pero quizá ya no tiene sentido. Y parece que las cifras de taquilla indican que las nuevas generaciones ya no sienten tanto apego al personaje, y menos si ya es un abuelete. Pero vamos. Que se puede recomendar sin problemas para pasar un buen rato en el cine sin más trascendencia. Mejor en pantalla grande que en pequeña, estoy seguro. Ahora… teniendo en cuenta que la cosa está en manos de Disney… temamos con horror por un hipotético reboot del personaje. Quizá los malos datos de taquilla sean una bendición después de todo, porque igual lo impiden.

Valoración

  • Dirección: ****
  • Interpretación: ****
  • Valoración subjetiva: ***

El tren de las 3:10 (2007)

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El tren de las 3:10 (3:10 to Yuma, 2007), 16 de septiembre de 2008.

Una cuestión que debe quedar clara desde el principio. No soy aficionado al western. Son muy pocas las películas del Oeste que me gustan realmente. Algún clásico como The Searchers (Centauros del desierto), o Sergeant Rutledge (El sargento negro), casualmente ambas de John Ford, High Noon (Sólo ante el peligro) y alguno otra cosica. Pero hay muchas del Oeste que me aburren un poquito. O mucho. Además esta película que hemos visto ayer, es una nueva versión de otro clásico del género. Un remake que dicen. 50 años las separan. Sé que he visto la primera versión, pero no me acuerdo de ella. Lo siento.

El caso es que este western me ha encantado. Vaya por delante que al personaje que protagoniza Russell Crowe no me lo creo. No me creo el final. Durante toda la película nos lo presentan como un malo, y al final queda como un pícaro. Y no es del todo coherente. Pero me parece que lo hace estupendamente. El mejor Crowe en la línea de ciertos capitanes marineros y demás. Pero es que además tenemos a un excelente Christian Bale en un papel que nos lo creemos más. Un padre y esposo desesperado que se lanza a una aventura con pocas esperanzas por sacar adelante a su familia contra todo pronóstico…

Y luego, las aventuras. Porque es una película de aventuras con personajes interesantes. Y con guion impecable, en su ritmo y en sus pausas. En su diálogos y en su acción. Nada cansa.

Y finalmente, porque el final es un tren. Por el detonante, es el ferrocarril. Porque estamos ante un pedacito de una historia impresionante, la de la colonización del lejano oeste norteamericano. Y al final, se va el viejo tren, lleno de color, con su 220 de gran chimenea y puntiagudo apartavacas.

Y todo ello muy bien dirigida por James Mangold, un director que hasta ahora no me había interesado en absoluto. Qué cosas.

Esta es una película para recomendar a todo el mundo. Porque es divertida. Porque está muy bien hecha. Porque te gustan los personajes. Un ocho, con la misma nota a la interpretación y a la dirección. Por cierto, la película ha tardado muchísimo en llegar a España. Vaya usted a saber por qué.

En la imagen de hoy… bueno, pues el Far West americano no estaba representado en la Expo 2008. Así que las siluetas de danzantes del oeste africano.

Siluetas

(Canon EOS 40D; EF 24-105/4L IS USM)