[Cine] Flojo cine de entretenimiento: Wonder Woman 1984 (2020) – Los Croods: Una nueva era (2020)

Cine

Otra de las cosas que suele ser habitual en este Cuaderno de ruta en estos días del año es que el día 1 de enero lo dedico a comentar la últimas o las últimas películas vistas en el año anterior, para poder hacer el día siguiente el resumen del año. Y así sucederá este año también. La lástima es que las dos últimas películas del año han sido, para mí… suspensos claros.

Wonder Woman 1984 (2020; 68/20201226)

No me suele gustar el cine de superhéroes. Además de que me parece estar viendo siempre la misma película, suele tener diálogos abominables y situaciones risibles,… cuando no pretenden en absoluto generar la risa del espectador. Pero he de reconocer que cuando vi la primera película dedicada a Wonder Woman hace unos años, encontré paliativos claros. Fundamentalmente por el buen hacer de los intérpretes, que mostraban buena química entre ellos, y por el buen ritmo de la película, aunque hubiera también situaciones y diálogos absurdos en la misma. Así que acepté ver la segunda parte de la historia de la superheroína procedente de la mitología griega… más o menos. Como la película anterior está dirigida por Patty Jenkins.

Ya que algunos personajes de una de las películas de hoy trabajan en un museo… os dejo algunas fotos de una de mis últimas visitas al Museo Pablo Gargallo de Zaragoza.

Desde 1918 hemos saltado a 1984, donde encontramos a una Diana Prince (Gal Gadot) algo aburrida, dedicándose a proteger a los inocentes casi por rutina y con un trabajo en el Smithsonian como tapadera, donde coincide con una compañera, que al contrario que ella no es guapísima, no es estilosísima, no es simpatiquísima y no tiene superpoderes, una tal Barbara Minerva (Kristen Wiig) [notablemente estúpida y oximorónica combinación de nombre y apellido para este personaje. Y luego… pues va por ahí el que obviamente va a ser el villano principal, un tal Maxwell Lord (el «mangurriano» Pedro Pascal). A propósito del descubrimiento de unas misteriosas preciosas, toda la tranquilidad se va a ir al garete, aunque servirá de excusa para sacar de entre los muertos a Steve Trevor (Chris Pine) a quien Diana no ha podido olvidar.

Confirmado por mi sobrino de 11 años, se supone que estos niños se tragan todo, la película es de un aburrimiento supino. Con magras y escasamente originales o espectaculares o diferenciadles escenas de acción, se prolonga durante dos horas y media en una cháchara sin sentido. Y lo que es peor. Los dos protagonistas, que resultaban simpáticos y con buena química en la primera entrega, se presentan encorsetados, acartonados, poco convincentes en su átona relación postmortem… por lo que la película no funciona ni como película de acción ni como drama romántico. Y parece confirmar que Gadot es una actriz muy guapa, guapísima, pero mediocre, mientras que Pine parece no tener muy claro para que le han llamado a esta película. Wiig podría dar más de sí, pero no le dejan, y a Pascal… le toca hacer de gilipollas… ¡qué puede hacer el hombre!

Salvo que seas un fanático de los superhéroes, una película a evitar, que no funciona ni como entretenimiento familiar navideño. Aburrida por de más.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **

Los Croods: Una nueva era [The Croods: A new age] (2020; 69/20201228)

Este sábado me quedé con mi sobrino, que ya he dicho que tiene 11 años, mientras mi hermana iba a trabajar. Y decidí invitarle al cine, a lo que me dijera. Guardaban buen recuerdo, tanto él como mi hermana que lo llevó, de una película de animación de hace siete años, de la que esta sería su segunda parte. Aunque me entraron mis dudas de que los años que han pasado, y con la evolución del niño, la propuesta siguiese siendo válida, acepté. Claro está. Así que fuimos a ver este entretenimiento familiar firmado por Joel Crawford.

En una edad de piedra que parece salida de la imaginación de un yonki en medio de un delirio pastelero o ácido, llena de colores hipersaturados, y en la que debieran advertir del riesgo de provocar convulsiones epilépticas, encontramos las aventuras, absurdas, de dos grupos de humanos prehistóricos. Unos más prehistóricos… que hasta caminan apoyando los nudillos en el suelo… cosa que los antecesores de los humanos dejaron de hacer hace entre 4 y 6 millones de años, ninguna especie Homo ha caminado así, puesto que lo que las define es el andar erguido y el uso de herramientas, se encuentra con otros más evolucionados. Pero sólo en el sentido de que parecen una familia media estadounidense de estas que viven en casitas con jardín y muchas habitaciones. Que no es mucha evolución que digamos. A partir de ahí unas situaciones absurdas que vendrían a demostrar que los seres humanos NO son animales racionales o inteligentes, y que nos llevan a un final feliz porque sí, porque toca.

Soy muy tolerante con los productos destinados a los niños… aunque no tanto como el público en general. Si ya me parece mal que las productoras traten a los espectadores en las películas de acción, me parece mucho peor que lo hagan con los niños, salvo que realmente se trate de educar a espectadores aborregados. Claro, luego se quejan de que opten por quedarse en casa viendo el cine en plataformas por internet o pirateando las entradas. No se les educa el gusto, pero no necesariamente son tan tontos como para seguir pagando por seguro que tonterías. Por cierto, mi sobrino, en un momento dado, empezó a revolverse en la butaca, indicativo claro de que se estaba aburriendo.

Están ustedes avisados. Salvo que odien a sus niños… no los lleven a ver esta película. Y quizá el cine en salas camina a su extinción no por culpa de una pandemia, sino de la idocia general de la humanidad..

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: **
  • Valoración subjetiva: **

[Libro] Atapuerca – 40 años inmersos en el pasado

Ciencia, Historia, Literatura

Sigo con los tiempos justitos para ir actualizando el blog, aunque el fin de semana haya sido más relajado. Así que hoy voy con un breve comentario sobre este libro de National Geographic, en el que uno de los codirectores del programa de investigación de Atapuerca, Eudald Carbonell, junto con la periodista Rosa M. Tristán, dan un repaso a este interesante proyecto sobre la evolución humana, que ya tiene más de 40 años de recorrido.

Indudablemente, uno de los viajes donde más cerca me sentí de los temas relacionados con la evolución humana fue cuando recorrí en agosto de 2003 el Perigord. Nombres como Le Moustier, La Madeleine o las cuevas de Lascaux están muy ligados a este tema. Y término como «musteriense» o «magdaleniense» que suelen aparecer cuando se habla de las culturas de los hombres primitivos, tienen su origen en estos lugares perigordinos.

Eudald Carbonell i Roura es un investigador que siempre me ha parecido muy interesante. En primer lugar, por su multidisciplinaridad. Geólogo e historiador y arqueólogo, ha demostrado que lejos de estar enfrentadas, humanidades y ciencias son complementos necesarios en el saber humano, pero eso sí, ambas precisan de un rigor y un método en el estudio, que no es exclusivo ni a unas ni a otras. Y que sus métodos, aunque diferenciados, deben corresponder a principios filosóficos y éticos no tan apartados los de las unas de los de las otras. Había leído ya previamente algún ensayo de divulgación científica suyo que me había parecido sumamente interesante. Tanto por sus contenidos, como porque se moja en temas delicados o conflictivos. Pero con criterio. Rosa M. Tristán [Twitter] es una periodista especializada en ciencias, de la que no sé gran cosa. Pero ya os he puesto los enlaces correspondientes por si queréis saber algo más de lo que hace.

En el lado de los contras, normalmente no me siento atraído por los libros de divulgación de la National Geographic. Aunque bien ilustrados y muy bien presentados, en ocasiones he detectado cierta superficialidad en los planteamientos de sus publicaciones, y no dejan de presentar ciertos sesgos propios de cierto americanocentrismo en su visión del mundo. Pero en esta ocasión, el libro venía acompañada de una muy buena oferta en la plataforma de libros electrónicos, y el tema siempre me ha gustado. Especialmente cuando en los últimos años se han ido publicando hallazgos que están revolucionando la forma en que percibimos la evolución de nuestra especie. Y la de todas las especies… que no somos tan especiales.

El libro es irregular. A ratos, la minuciosa descripción de todos y cada uno de los yacimientos del programa de investigación se nos aparece un poco prolija y cansina, para luego emocionarnos con el relato de los descubrimientos y la interpretación de los mismos, cambiante en el tiempo conforme se acumulan nuevas pruebas y nuevos datos. Para luego volver a entrar en la monotonía derivada del evidente interés propagandístico del libro. Lo que los autores llaman «socializar» los frutos de la investigación del programa. Es comprensible que quieran comunicar al gran público lo que está pasando ahí, y es loable el esfuerzo, pero a ratos, cansino.

Globalmente es un libro razonablemente interesante si te gusta el tema, cuyos capítulo menos interesantes acabarás leyendo más en diagonal, mientras prestas atención a aquellos que destilan más jugo y enriquecen más tus conocimientos sobre el tema. Y el libro no deja de aportar, por lo tanto el balance final es razonablemente positivo, aunque no entusiasmante.