Simplemente con cruzar el puente que une Skeppsholmen con Norrmalm, la parte principal de la ciudad, y llegamos al Nationalmuseum. No tenía incluido este museo en mi agenda. Pero se han dado tres factores. Uno, que iba bien de tiempo. Dos, que la entrada estaba ya pagada con la Stockholm Card. Tres, que hay una exposición monográfica titulada Lust & Last. O sea, lujuria y vicio. ¿Quién se puede resistir? No es un museo muy grande, pero realmente solo he visitado con atención la mencionada exposición. El resto de las salas las he pasado al vuelo, aunque me he encontrado alguna agradable sorpresa.

El vestíbulo del Nationalmuseum está muy animado; la lujuria y el vicio son un fuerte reclamo para los visitantes.




