[Cine] Harry Potter and the Deathly Hallows Part (1 y) 2

Cine

Harry Potter and  the Deathly Hallows Part 2 (2011), 4 de agosto de 2011.

Dos días llevaba sin asomarme por estas páginas. Algo raro. Pero se ha debido a una suma de cuestiones. Por un lado, que he estado bastante ocupado con asuntos diversos. La semana que viene la cojo de fiesta, saldré de viaje, y había cosas que prever y preparar. La segunda porque el domingo, después de ver la película que ya comenté, surgió una idea que se ha ido fraguando durante la semana.

Guste más o guste menos, con sus defectos y con sus virtudes, te caiga bien o te caiga mal J.K., Harry Potter ha sido uno de los fenómenos editoriales y culturales de las postrimerías del siglo XX y de la primera década del siglo XXI. Dicen que es uno de los responsables de que la gente más joven se haya aficionado de nuevo a la lectura. Se dice de diversas sagas, que en mi opinión son bastante peores que esta. Ha actualizado el género fantástico, o le ha dado nuevos bríos. Y su traslación al cine ha sido también un fenómeno notable en las decaídas salas comerciales de la actualidad.

Entre en contacto con esta saga en otoño de 2001, en vísperas del estreno de la adaptación de la primera de las novelas. Alguien propuso ir a verla, y yo decidí leer el libro antes de ver la película. Me lo prestaron y así empecé mi relación el personaje y sus compañeros de aventuras. Por prestamos de alguna de las hijas adolescentes de mis amistades, he leído todos los libros. Algunos con gusto. Otros me resultaron muy pesados. Hasta ahora, en pantalla grande había visto dos de las películas de la serie. Vi la primera, que me resultó simpática, pero infantil. Así que no me entraron ganas de pagar la entrada para ver la segunda, y decidí esperar a que la emitiesen por televisión. Saqué impresiones parecidas a la anterior. Posiblemente la vi despúes de la tercera, que sí la vi en la pantalla grande. Dirigida por Alfonso Cuarón, contiene alguno de los mejores momentos cinematográficos de la saga, especialmente en el último tercio de la película, donde pone escena de forma magistral un viaje en el tiempo. Pero la cuarta, dada la extensión del libro correspondiente, entretenido pero largo para calzarlo en un largometraje, me acobardó y volví a esperar a su emisión en televisión.

Después entré en crisis con la saga. El quinto libro me aburrió. No me gustó. Así que no me entraron muchas ganas de ver la película correspondiente, que tardé en ver, y también por televisión. Aunque de esto que la ves mientras haces otras cosas. Y además sentí sensación de frustración. En ese momento, el personaje estaba bastante crecidito, y poco a poco habían entrado en escena personajes adultos que podían hacer más interesante para gente que no fueran niños mayores o adolescentes las historias del aprendiz de mago. Por lo tanto, tomé la decisión de que ya que la había empezado, leería toda la saga como ya he comentado, pero que lo de las películas de cine, me lo tomaría con calma. De hecho, la sexta no la vi hasta este fin de semana pasado como comenté recientemente.

Pero de aquí surgió la propuesta de un grupo de gente, de despedir la saga de forma festiva. El compromiso era el siguiente. Íbamos a ver las dos últimas películas que se corresponden con el último libro de la saga de forma seguida y en versión original. La séptima película en DVD, y ha continuación la octava en la sala de cine. Versión original subtitulada, copia digital, sin estúpidos 3D ni leches. Y con palomitas, aunque fueran simbólicas. Y así lo hemos hecho.

Dado que se trata de una versión original, he puesto el título en inglés; la versión doblada al castellano se titula, al igual que el libro, Harry Potter y las reliquias de la muerte. Salvo cuando lo indique de otra forma, voy a considerar las dos películas como una sola unidad.

Fort William

Los fiordos y "lochs" escoceses tienen una amplia presencia en los paisajes de las películas de Harry Potter - Pentax P30N, 28mm (modelo prestado, que no recuerdo)

Sinopsis

Dumbledore (Michael Gambon) ha muerto, tracionado por Snape (Alan Rickman). Voldemort (Ralph Fiennes) va haciéndose progresivamente con el poder del mundo mágico. Potter (Daniel Radcliffe) protegido por los miembros de la Orden del Fénix, prepara su traslado a la casa de los Wesley, donde se celebrará la boda de Bill (Domhnall Gleeson) y la guapa Fleur Delacour (Clémence Poésy). Serán atacados, pero conseguirá llegar. Y allí recibirá de manos del Ministro de la Magia (Bill Nighy) el testamento de Dumbledore. En la boda, volverán a ser atacados, y huye con Hermione (Emma Watson) y Ron (Rupert Grint). No volverán a Hogwarts. Iniciarán la búsqueda de los objetos que contienen el alma de Voldemort. Tras muchas peripecias, problemas, discusiones y enfrentamientos con los partidarios del malvado, especialmente con Bellatrix Lestrange (Helena Bonham Carter) y Draco Malfoy (Tom Felton), destruyen dos de los objetos. Pero los siguientes parece que hay que buscarlos en Hogwarts, donde contarán con la ayuda de muchos de los alumnos y compañeros, y no pocos de los profesores. Allí se producirá la batalla final entre las fuerzas del bien y del mal, aunque es muy largo para contarlo en esta sinopsis.

Realización y producción

Ni que decir tiene que la producción de estas películas ha contado con un presupuesto monumental, y grandes medios técnicos para reproducir mediante efectos especiales las características propias del universo mágico en el que se desarrolla la acción. Si sólo tuviésemos que juzgar estas películas por esta característica, estaríamos ante algunos de los «peliculones» de la historia del cine.

Pero las películas son algo más. Para empezar una historia. Dirigidas por David Yates, responsable de los cuatro últimos filmes de la saga, debían ir adoptando un tono más oscuro y menos infantil que las cuatro primeras. Lo cual hace con razonable destreza técnica. Pero arrastrando las cargas del guion que han sufrido todas las películas del personaje. El empeño en una fidelidad casi absoluta a los libros en los que se basan, impuesto por la escritora, han impedido desde mi punto de vista una adaptación más adecuada de la historia al lenguaje y el ritmo cinematográfico. Y así, nos encontramos con momentos muy entretenidos desde el punto de vista de la acción, con otros que rozan lo soportable por prescindibles, no aportando nada al desarrollo de la trama, y además basados fundamentalmente en los tres principales personajes de la saga, que para mí son otra de las debilidades de las películas, como diré en la sección siguiente.

Interpretación

En primer lugar, una declaración tajante. Los tres protagonistas me parecía razonables cuando eran niños, pero conforme se han ido haciendo mayores y el planteamiento de las películas menos infantil y algo más adulto, me han parecido en muchas ocasiones unos memos. Unos inmaduros de cuidado. Radcliffe, Watson, y en mayor medida Grint, son tres protagonistas que han otorgado a sus caracteres unas personalidades que me han resultado relativamente cargantes. El problema puede ser de ellos, como intérpretes, o del planteamiento de la historia y de la dirección, pero el resultado no cambia mi apreciación. Me llama la atención por ejemplo que, personajes secundarios, como la chica que hace de Ginny (Bonnie Wright), la hermana de Ron, y que supone el principal interés femenino del protagonista, pasa tan desapercibida, cuando sus breves y relativamente silenciosas actuaciones tienen muchas veces muchos más matices que los desplegados en la eterna verborrea de los tres protagonistas.

Por lo demás, estas películas son un inmenso muestrario de los actores y actrices más conocidos y destacados de la escena y la pantalla británica. Y eso es garantía de calidad. Lo que pasa es que cada uno de ellos tiene muy poco tiempo para mostrarla, que no para demostrarla que ya la han demostrado en múltiples ocasiones. Y saben a poco. Sabe a poco Alan Rickman, con un personaje complejo y difícil que queda muy desaprovechado. Saben a poco Fiennes, Bonham Carter, Imelda Staunton, o Timothy Spall entre los malvados. O Maggie Smith, Bill Nighy, o John Hurt entre los buenos. Y otros que sería muy prolijo mencionar.

Por lo tanto, mis sensaciones van cambiando desde la pesadez de los unos y las expectativas relativamente frustradas que abren los otros.

Conclusiones

Estamos ante un entretenimiento con pretensiones. Desde el punto de vista del entretenimiento es un producto cinematográfico aceptable. Te diviertes. Por lo menos a ratos. Desde el punto de vista de las pretensiones te defrauda. Y desde la primera película opino que se debe a lo mismo. A la excesiva fidelidad impuesta por la escritora en la adaptación de sus novelas. Creo firmemente que una vez establecido un universo fiel a la creación literaria, se debería de haber dado libertad a un desarrollo autónomo y mejor adaptado al lenguaje cinematográfico de la historia.

Entendámonos, el producto en el que se basan estas películas es un fenómeno editorial muy importante. Pero las novelas de Rowling tampoco son perfectas ni mucho menos. Tienen esa tendencia a perderse en los detalles que se observa en muchos escritores de moda en la actualidad, y que terminan haciendo sus historias excesivamente largas y pesadas. Siempre he sido partidario de la economía de medios en la narración, sea literaria o cinematográfica. El lector o espectador no debe ser considerado como un tonto al que hay que explicárselo todo. Y menos en una obra de fantasía, donde hay que dejar que cada cual conforme su universo fantástico de acuerdo a sus propios parámetros culturales y personales.

El colmo del absurdo en esta tendencia a contarlo todo sin dejar cabos sueltos, es el absurdo epílogo en el que se ve a los protagonistas convertidos en aburrida clase media, aunque sea del universo mágico, acompañándo a sus retoños a coger el tren en el anden 9¾ de King’s Cross Station.

Valoración

Dirección: ***
Interpretación: **
Valoración subjetiva: 
***

Los protagonistas están a punto de ser atropellados por uno de estos autobuses cuando se aparecen repentinamente en el centro de Londres, no lejos de donde está tomada la foto - Fujifilm Finepix F10