The Good Nurse (2022; 52/20221026)
Sinceramente… las películas «basadas en hechos reales», que no necesariamente son películas históricas, cada vez me apetecen mucho. Para empezar, porque tarde o temprano te enteras que no son fieles a los hechos reales, por mucho que lo insinúen, aunque nunca lo afirmen. Y en segundo lugar, porque siempre acabas con una sensación de déjà vu… que acaba cansando. Por ello, cuando vi anunciada está película de Tobias Lindholm… no me apeteció mucho. Pero luego me lo pensé mejor (o peor, ya veremos). Con Eddie Redmayne y Jessica Chastain al frente del reparto, la cosa apetecía bastante más. Y luego… el danés Lindholm ha sido guionista de películas absolutamente excelentes en su país natal, tanto propias como de otros, en el cine y en televisión. Así que… el mismo día que apareció en la parrilla de Netflix, me la cené.

El guion no es de Lindholm en esta ocasión, y nos habla del enfermero estadounidense Charlie Cullen (Redmayne), cuando se convierte en compañero de trabajo de la enfermera de UCI Amy Loughren (Chastain), momento en el que se producen algunas muertes sospechosas de pacientes. Mientras dos policías (Noah Emmerich y Nnamdi Asomugha) son llamado a investigar unos hechos, que no parecen interesar en realidad a nadie, la propia Loughren, que lo está pasando muy mal por su salud y por su situación familiar, y que ha encontrado consuelo en la amistad y el compañerismo de Cullen, empieza a sospechar de este.
La película no se cuenta desde el punto de vista del asesino, sino de su compañera. La película contiene un fondo de denuncia hacia una serie de cuestiones que padece el sistema sanitario norteamericano, fundamentalmente basado en el aseguramiento y provisión privados de servicios sanitarios, que ocasiona que muchas personas carezcan de cobertura sanitaria y de dinero para costearse los cuidados. A Loughren nos la presentan sufriendo el hecho de que carece de seguro sanitario por no haber trabajado el suficiente tiempo en la empresa, al mismo tiempo que sufre una miocardiopatía que le genera una insuficiencia cardiaca que le hace difícil trabajar. También nos muestra a las direcciones de los hospitales más dispuestos a tapar las muertes indebidas, por miedo a las repercusiones, que a solucionar los problemas de seguridad de los pacientes. Cullen confesó 29 asesinatos de pacientes, pero se sospecha que pudo haber matada a cerca de 400 en dieciséis años de carrera. Uno cada dos semanas de promedio.

Las interpretaciones son realmente buenas, nadie puede dudar de la calidad y oficio de los intérpretes, tanto protagonistas como secundarios. Y de alguna forma eso salva la película. Que por otra parte, avanza en su trama de forma un tanto morosa, con una realización que garantiza un ambiente convencionalmente frío y agobiante. Muy de manual. Es correcta, pero sin más. Una opción razonable para los suscritores de Netflix, eso sí. Lo de Noah Emmerich y su encasillamiento en papeles de policía/agente del FBI/CIA o lo que sea… ya casi es de chiste.
Valoración
- Dirección: ***
- Interpretación: ****
- Valoración subjetiva: ***
