Ayer miércoles, Ana Cosculluela, una compañera de aventuras fotográficas de Zaragoza, inauguraba su exposición en el Pasillo de las Artes de la Escuela de Artes Escénicas del Teatro de las Esquinas, en la ciudad del Ebro. Una exposición de fotografías estenopeicas realizadas sobre película negativa en blanco y negro de formato medio, y de carácter muy introspectivo, en la que es ella misma quien, además de disparar, se sitúa ante el objetivo de la cámara. Muy interesante. Y pasamos un par de horas muy agradables con los compañeros de aventuras fotográficas que allí nos reunimos. Muy bien… vamos. Ilustro la entrada con algunos momentos de la inauguración.
A principio de la semana, en PetaPixel primero, luego en otras plataformas, me llegaba la noticia del fallecimiento de Oliviero Toscani (1942-2025), fotógrafo italiano de moda que se hizo especialmente famoso en los años 90, siendo director artístico de la firma italiana Benetton, por sus vistosas campañas, consideradas en muchas ocasiones provocativas, pero que solían incluir mensajes de tolerancia y convivencia. Siempre utilizó su arte, incluso el más comercial, para lanzar un mensaje sobre sus preocupaciones sociales. Descanse en paz.
Más repercusión en la prensa ha tenido el fallecimiento del director de cine David Lynch (1946-2025). Uno de mis directores de cine favoritos, creo que he visto toda su cinematografía, más todas las variantes de su obra televisiva más famosa, también dedicó una parte de su tiempo creativo a la fotografía, con una visión similar, que acompañaba bien, a la de sus películas. Para todo aficionado a la fotografía, la visualización de estas también es obligatorias, por su dominio de la composición visual y del color. Incomprendido por muchos, incomprensible según muchos, también, se negó siempre a explicar sus obras. Lo cual me parece estupendo. Estamos en una época de vagos que no quieren pensar, que prefieren que les den mascado lo que tienen que pensar. Y eso es muy peligroso, y hay que luchar contra ello. Por cierto, vi la noticia del fallecimiento en primer lugar en el Instagram de Fotografiska.
Uno de los grandes de la fotografía del siglo XX es Irving Penn. Y aunque ya falleció hace un tiempo, su fotografía, sus retratos especialmente, se han convertido en imprescindibles para quien quiera aprender y conocer las esencias del arte fotográfico. Aunque yo siento debilidad por sus naturalezas muertas, tan limpias, claras y significativas, tanto en blanco y negro como en color. En Clavoardiendo Magazine lo han recordado esta semana, y yo aprovecho para hacer lo mismo.
Llevamos varios años en los que el tiempo de otoño es sorprendentemente benigno. Temperaturas agradables, días soleados. Adiós a las nieblas persistentes que antaño duraban semanas en Zaragoza. Sin embargo, este año dio la sensación de que sí que era más otoño que otros. No lo sé. Con la crisis climática global ya es difícil saber si tus sensaciones se corresponden con los datos registrados por los meteorólogos.
La cuestión es que a finales de noviembre sí que tuvimos algunos días con nieblas. Las fotografías de hoy, y cuyas características técnicas podéis leer en Carlos en plata, son de esas semanas. En la que la luz de sol estaba matizada por un cierto grado de bruma, o simplemente desaparecida, por nieblas más o menos persistentes.
En estas navidades me he hecho con un nuevo flash fotográfico. Un capricho más que una necesidad. Pero muy divertido de usar. Y con un aspecto muy retro. Si queréis conocer los detalles, podéis visitar la publicación que lo explica en Carlos en plata.
La mayor parte de las fotografías corresponden a un paseo fotográfico realizado con compañeros de AFZ Asociación de Fotógrafos de Zaragoza, para fotografiar la iluminación navideña en Zaragoza durante las horas crepusculares. Y me lo llevé para usarlo de relleno e iluminar los primeros planos. También tengo una foto realizada en el entorno familiar durante la Nochevieja. Así que… feliz año (5*3^2)^2, si no os lo había deseado con antelación.
Como ya explico en Carlos en plata, de vez en cuando me salen fotos anodinas, sin mucho interés. Incluso me había planteado ignorar supinamente la fotografías de este rollo de película. Pero al final… pues aquí hay algunas. Sin más. Y es que hoy es el día adecuado,… porque hoy es un día sin más… espero,… que simplemente tiene que pasar. Dicen que estos días de enero son los más tristes del año. Nunca había pensado mucho en esas cosas, pero este año va a ser verdad. O algo.
Hace ya un tiempo que buscaba una revitalización con mi única cámara Nikon, una veterana Nikomat, fabricada hace más de 50 años, pero en un estado impecable. La he venido usando, esporádicamente, con un objetivo estándar. El típico 50 mm. Bueno… no tan típico, que es muy luminoso, especialmente para su época. Ya que puede tener todavía más años que la cámara. Pero me apetecía tener también un gran angular.
Me puse a la tarea, y conseguí a principios de este pasado mes de diciembre un 28 mm a un precio muy razonable y en un estado impecable. Un 28 mm sencillo. Pero a la luz de los resultados obtenidos con el primer rollo de película que expuse con él, bastante competente. Capaz de ofrecer una buena calidad de imagen a pesar de sus años. Es más moderno que la cámara y el 50 mm, pero con una fórmula óptica igual de veterana. Los detalles en la publicación correspondiente de Carlos en plata. Aquí, simplemente, algunos ejemplos del estreno.
Con esta será la 18º ocasión en la que publico en mi Cuaderno de ruta mis 12 fotos para los 12 meses del año que se va. Bueno… son 13 fotos, porque uno de los meses está representado por un díptico.
Como de costumbre, no he buscado fotos representativas. Aunque alguna hay. Ni que fuesen las “mejores” fotos de cada mes, signifique lo que signifique eso. Simplemente, pequeños momentos, emociones, cosas que pasaron, o simplemente una foto que me había pasado desapercibida en su momento… Este año, también son todas digitales. Pero realmente, eso es algo que importa poco. Y en la entrada de ayer se pudo ver el equivalente a esta entrada, pero basada en la fotografía con película tradicional. Y en la de antes de ayer, el repaso a los viajes. Tradiciones personales para los fines de año. Que nunca son mi época favorita.
Y aquí van. Sin pies de foto explicativos. Simplemente, el mes en que fueron hechas las fotos. En esta ocasión, sólo una por mes.
Como viene sucediendo en los últimos años, la fotografía con película fotográfica tradicional es un componente importante, esencial diría yo, en la práctica de mi afición a la fotografía. Con una cámara para película fotográfica, especialmente las de cierta época y ergonomía, el ponerse a hacer fotos es inmediato. Sin las decenas de opciones que hay que configurar en una cámara digital. E inmediatamente te centras en la foto, y no en el chisme. En los últimos meses, además, he estado recuperando el uso habitual de alguna cámara, como la Nikomat FTN, que me ha procurado bastante satisfacción, a pesar de haberla usado aún con cierta timidez. Pero el placer que produce una cámara mecánica bien articulada y bien construida es inmenso.
Y por supuesto, como podéis ver entre estos párrafos, no he descuidado la fotografía instantánea, tanto en su versión Polaroid como en su versión Fujifilm Instax. Como ya comentaba en años anteriores, la Instax es una película muy superior, pero sus cámaras son una porquería, mientras que Polaroid tiene una pelicula que es muy mala, pero que luce mucho mejor porque tiene mayores dimensiones. Este año he usado más la Instax que la Polaroid. Prima la previsibilidad y la calidad del soporte sensible sobre el tamaño de la copia final.
Antes de hacer un rapaso mes a mes del año os recordaré que mi actividad en fotografía instantánea la podéis encontrar en @carlos.carreter.instant, y que el resto de actividad fotográfica con película tradicional está en @carlosenplata. Y que suelo comentar mis experiencias fotográficas, tanto las exitosas como los fracasos en una nueva plataforma, Substack y Carlos en plata. Probablemente abandone, y pierda las plataformas que usaba antes. Pero bueno, lo que importa es el presente hoy en día en las redes. Si puedo, recuperaré cuanto pueda. Pero no puedo asegurar nada. Así que vamos con un repaso, mes por mes.
Enero – Pentax MX con 50 mm f1.4 y Kodak Portra 400. Varias fotos podrían haber representado este mes, pero he optado por una imagen eminentemente invernal, de la que creo que fue la única nevada de este año en Zaragoza, que duró unas poquitas horas.
Febrero – Nikomat FTN con 50 mm f1.4 y Lomochrome Color ‘92. Un mes un poco anodino, en el que empecé a fotografiar las flores de primavera. Pero opto por representarlo con un paseo en el que me encontré con los ensayos para Semana Santa, y fui acabando las películas más o menos experimentales que me hicieron llegar el año anterior desde Alemania.
Marzo – Pentax MX cn 50 mm f1.4 y Harman Phoenix. A finales de 2023, Harman, el fabricante de las estupendas películas Ilford para negativos en blanco y negro, sacó al mercado una película en desarrollo para negativos en color. No estoy muy convencido con ella, pero los resultados que obtuve en las recreaciones históricas de los Sitios de Zaragoza no estuvieron mal.
Abril – Ondu Pinhole 612 Multiformat con Lomography Potsdam Kino 100. Abril suele estar marcado por la celebración del Día Mundial de la Fotografía Estenopeica a final de mes. Este año fue una celebración colectiva. Las Instax en blanco y negro del principio, también son de ese día.
Mayo – Pentax MX con 40 mm f2.8 y Kodak ProImage 100. Dediqué varias sesiones fotográficas este año al barrio zaragozano de La Cartuja Baja. Esta fue la primera de ellas.
Junio – Pentax Spotmatic SP con Takumar 35 mm f2 y Fujifilm 200. Tengo una pequeña colección de objetivos con montura de rosca M42. Pero los usaba adaptados sobre otras monturas. Quería una cámara con montura M42 nativa de buena calidad. Y al final encontré una en buen estado y a precio muy razonable. Que los precios de las cámaras para película fotográfica han subido mucho. ¿Demasiado?
Julio – Fujifilm GS645S Wide 60 con LomoChrome Color ‘92 Sun Kissed. A pesar de que no tenía muchas ganas de probar muchas películas “experimentales”, que suelen ser malas, me llegó un lote de una variante de las del año anterior. Probablemente más debida a la variabilidad mal controlada del proceso de fabricación que a una búsqueda específica de unas determinadas cualidades en la emulsión sensible. En las primeras horas de las mañanas de verano funcionaba bien.
Agosto – Fujifilm GS645S Wide 60 con Ilford SFX 200 y filtro Hoya IR72. La fotografía en el infrarrojo cercano es una clásico del verano. No hice mucha, pero no faltó. Para el próximo verano, tendré que volver a comprar película. No me quedan reservas.
Septiembre – Plaubel Makina 67 con Kodak Gold 200. Dos propósitos me hice para el tramo final del año. Uno de ellos, usar con más frecuencia esta estupenda cámara de formato medio, y disfrutar de la excelente calidad de sus negativos. Tradicionalmente, he usado más la GS645S, de la que ya habéis visto ejemplo, porque es más ligera de llevar y rápida de usar.
Octubre – Plaubel Makina 67 con Lomography Potsdam Kino 100. Al realizar dos viajes en octubre, no hice mucha más fotografía. Pero insistí en el uso de la Makina 67, esta vez con paisajes arbóreos en las riberas del Ebro.
Noviembre – Nikomat FTN con 50 mm f1.4 y Kodak Ektar 100. El otro propósito del tramo final del año fue revitalizar el uso de esta robusta cámara mecánica de Nikon. Y la verdad es que he empezado a cogerle más cariño. Siempre lo ha tenido difícil al competir con la ligereza y comodidad de la Pentax MX.
Diciembre – Pentax 17 con Lomography Potsdam Kino 100. El buen papel que hizo durante los viajes al norte de Alemania y Singapur mi Olympus Pen EE3, cámara de medio fotograma, hizo que mis compañeras de viaje habituales quisieran que compartiésemos la propiedad de una cámara de este tipo más moderna y con más posibilidades de adaptación a las circunstancias. Yo no era muy partidario, pero encontramos una buena oferta y la compramos en condominio. De momento bien. En general. Con sus pequeños defectos, que confirman mi impresión de que su precio de venta al público oficial es exageradamente elevado. Pero como la conseguimos bastante más barata, pues tiene un pase.
Hace 30 años, en 1994, un buen amigo que ya no se encuentra entre los vivos me prestó durante un tiempo una Nikomat. Comprada en Japón. No recuerdo el modelo exacto. A partir de ahí, nunca volví a usar cámaras Nikon.
Hasta que en ese 2017, cuando decidí adquirir por un precio ridículo, también en Francia, la Canon EOS 650 para celebrar el 30º aniversario del sistema EOS, tuve la ocasión de adquirir la Nikomat FTN. Y el recuerdo sentimental de aquel amigo desaparecido y el tiempo que pasé con su cámara japonesa, me llevaron a comprarla. También por un precio ridículo. Hoy en día veo que se venden, en tan buen estado como la mía, por un precio hasta cinco veces superior.
El caso es que en estos siete años la he usado muy esporádicamente. Recientemente he decidido reactivarla, y darle más oportunidades. Porque realmente es un delicia operar con ella. Sólo tiene un problema; es considerablemente más pesada que otras similares de la época en prestaciones y funcionalidad. De momento, os cuento un poco de la cámara en una publicación de Carlos en plata. Y allí, y aquí, os dejo algunas fotografías de ejemplo realizadas con ella.
Todavía con fotografías del mes de octubre. En formato medio, negativos grandotes, y blanco y negro. Buscando la gradación tonal sutil. Pero con algún problema de técnica fotográfica, como comento en la publicación correspondiente de Carlos en plata.
En cualquier caso, este tema, el de los árboles, sus formas y texturas, es algo que quiero ir explorando con mayor frecuencia en un futuro. Pero hay temas fotográficos que pareciendo sencillos, o incluso banales, tienen su complejidad. Así que, poco a poco. O dejo aquí algunas fotos.
Esta ha sido una semana rara. Empezó con días festivos y terminó, para mí, con días de cierta postración por un maldito virus invernal bastante molesto y cuyas consecuencias no acaban de abandonarme. En fin. Voy con unas cuantas recomendaciones fotográficas que he recogido estos días. Las acompaño de algunas fotografías instantáneas del largo fin de semana pasado.
Hace ya unos cuantos días, muy a principio de mes, en una publicación de Revela-t en Facebook, nos hablaban de Jan Håkan Dahlström, y sus trabajos etnográficos en las aldeas sami de Suecia. Lo que iba a ser un encargo puntual para una revista, acabó siendo un trabajo de varios años, al comprender que el tema daba para mucho, y se podía quedar en lo anecdótico que rodeaba tradicionalmente la visión de la sociedad sobre los sami. Muy interesante. Por si alguien no se cosca, los sami son los que tradicionalmente se han llamado en España lapones. Pero en estos momentos, en los países nórdicos, salvo en Finlandia, esa denominación se considera ofensiva. Así que, sami.
La fotografía de plató o fotografía fija en la producción cinematográfica siempre me ha parecido muy atractiva. Los rodajes de las películas se documentan con la participación de un fotógrafo. Y hay algunos casos en los que la calidad de la fotografía de plató supera a la de la propia película. No voy a entrar a hora. En Another Magazine han dedicado un artículo a hablar de la fotografía de plató de una de las películas más emblemáticas de la historia, The Shining (El resplandor). Supongo que las imágenes que se muestran y de las que se habla fueron tomadas por distintos fotógrafos. Pero no se acreditan. Mal. Pero es lo que hay. En IMDB tampoco consta un still photographer en la página que recoge los créditos incluso de los no acreditados oficialmente.
Susanne Helmert en My morning muse nos habla de las fotografías de Lilo Raymond. Fundamentalmente naturalezas muertas en un elegantísimo y sutilísimo blanco y negro, tanto preparadas como encontradas. Raymond fue una fotógrafa alemana que con 16 años huyó de la Alemania nazi. Yo no la conocía, pero su trabajo me ha gustado realmente mucho.
Muy curioso y original el proyecto del que nos hablan en Clavoardiendo. La cubano Moník Molinet ha realizado una serie denominada Abuelas y abuelos prestados. Son fotografías en la que la fotógrafa recompone la relación con sus abuelos de modo ficticio. En autorretratos ambientales con actores y actrices que interpretan los abuelos y abuelas de la fotógrafa, compone unos recuerdos imaginados. Aunque no necesariamente ficticios. Porque lo que es realidad y lo que es imaginación en nuestros recuerdos está dividido por un fina y difuminada línea que no siempre identificamos correctamente. Además, en los últimos tiempos empiezo a considerar que los recuerdos que tenemos de nuestras relaciones con otras personas no son estables. Se transforman en su forma y en su significado según las interacciones presentes. Y a veces es desasosegante.
Como ya comentaba recientemente, el sábado pasado fui con unos amigos de visita por algunas de las localidades de las comarcas zaragozanas del Aranda y Valdejalón. Chodes, Mesones de Isuela y Tierga fueron los pueblos visitados, con el castillo de los Luna en Mesones de Isuela como plato principal. Pero fotográficamente hay otro motivo por el que es interesante la excursión, estaba estrenando una Pentax 17.
¿Qué es la Pentax 17? Es la primera fase de Ricoh Imaging Co., bajo la marca Pentax que posee, para revitalizar el ámbito de la fotografía con película fotográfica tradicional, ofreciendo cámaras nuevas, sin tener que depender del mercado de segunda mano, y buscando atraer nuevas generaciones de fotógrafos al medio. Lo cual, en principio, suena bien.
Aquí no voy a entrar en las características de la cámara, lo que tiene de bueno y lo que tiene de malo. Todo ello lo he expresado con cierto detalle en una entrada en Carlos en plata. Aquí os dejo con una selección de fotografías, que no está mal.
Domingo 29 de septiembre. Horas antes de salir de viaje hacia Singapur. En la madrugada del lunes había que poner el despertador a las 3 de la madrugada. Así que ese domingo me lo tomé con calma. No obstante, acepté la propuesta de unos conocidos de dar un paseo con una cámara de formato medio. No conocían este tipo de cámaras y tenían curiosidad.
Así que fue darnos un paseo, hacer las fotos de un rollo de negativos en color, cuyas características encontraréis descritas en Carlos en plata, y tomarnos un aperitivo. Todo muy relajado. Al fin y al cabo, sólo hacía dos días que había comenzado mi segundo periodo de vacaciones reglamentarias. Las del principio del otoño.