[TV] Cosas de series; comedia con crímenes, o más o menos

Televisión

Más o menos al mismo tiempo comenzaron a emitirse las dos comedias, o no tan comedias, de la entrada de hoy en este Cuaderno de Ruta. En HBO. Donde todavía van estrenando sus series semana a semana y no todos los episodios de golpe. En parte también porque algunas de ellas vienen de otras cadenas, y de las que tienen sus derechos de emisión en determinadas partes del mundo. Y más o menos al mismo tiempo han terminado. Veamos sus consecuencias.

Durante la tercera temporada de «Killing Eve» hemos «disfrutado» de la presencia de Villanelle en tierras españolas. En Granada, entre otras ciudades.

Killing Eve, de la cual he podido ver estas semanas atrás su tercera temporada, funciona mejor como serie maratón que con el enfriamiento de la trama semana a semana. Hay series que necesitan cierto reposo, y otras en el que el encadenamiento de la trama hace que funcionen mejor en plan maratón. Más o menos. Abogo por el ejercicio físico frecuente, por lo que para mí «maratón» televisivo significa dedicarle el rato de la comida o de la cena de unos cuantos días seguidos. Me parece aberrante lo de pegarse una sentada levantándose sólo para ir al baño o para abrirle la puerta al repartidor de Glovo. De verdad. Haced ejercicio, caminar. Y haceos vuestra propia comida. Sana. Nada de las porquerías llenas de grasas y sal de la comida a domicilio. Opine lo que opine la Comunidad Autónoma de Madrid, los menús de Telepizza son dietéticamente aberrantes. No sólo para los niños. A todas las edades. El caso es que las aventuras de Villanelle (Jodie Comer) [también Eve (Sandra Oh), pero yo soy más de Villanelle… y de Konstantin (Kim Bodnia)] se disfrutan más sin perder continuidad. No hay que paladearlas en exceso. No vaya a ser que descubramos las trampas o se resienta la suspensión temporal de la incredulidad. Hay que consumirlas con una gula moderada. Tampoco apresuradamente, que hay que estar atentos a los detalles. En esas condiciones, son uno de los platos más deliciosos de la televisión actual. Creo que voy a volver a ver la tercera temporada el próximo fin de semama.

Cuando leí la premisa de Run, y vi su reparto, encabezado por Merritt Wever y Domhnall Gleeson, me entraron muchas ganas. Pero no sé muy bien porqué, a pesar de que las expectativas aumentaron tras el primer episodio… hubo un momento… allá por Chicago… en el que empecé a despegarme de lo que les pudiese pasar a esta pareja de fugados. Entendámonos. Son dos excelentes intérpretes, especialmente Wever. Pero algo había en la historia que me hacía perder el pie, especialmente con el personaje de Gleeson. Al final, en sus episodios finales volvió a coger ritmo, aunque ya no fue lo mismo. La supongo cerrada. Para mí no tendría mucho sentido una continuación. Aunque estaría dispuesto a ver un spin off protagonizado por la taxidermista Laurel Halliday (Phoebe Waller-Bridge) y la policía Babe Cloud (Tamara Podemski). Lo digo en serio.

[Cine] Ex machina (2015)

Cine

Ex machina (2015); vista el miércoles 11 de marzo de 2015.

Las inteligencias artificiales han sido objeto de muchas aproximaciones en el ámbito de la literatura, el cine y la ficción televisiva. Bien es cierto que hasta recientemente no fueron denominadas así. Eran robots, o computadoras, o androides si adaptan una forma y aspecto similar al ser humano, incluso hasta parecer indistinguibles de este último. Pudo ser una inteligencia enferma como HAL 9000, o astuta y leal como R2D2, o servicial como Robby. Sorprendentemente humana como Roy Batty, seductora, peligrosa y compleja como Caprica 6, o apocalíptica como el T-800 Modelo 101. Es curioso que una de las película que más hizo por la difusión en la ficción cinematográfica del término inteligencia artificial (IA) fuera una moderna adaptación no especialmente conseguida del Pinocchio de Collodi, que últimamente se está reivindicando un tanto. Y muchas que me dejo, porque no puedo ser exhaustivo en una entra de este blog.

En la literatura, Isaac Asimov les otorgó unas leyes de obligado cumplimiento insertadas en su programación, porque auguró que el ser humano acabaría temiendo a sus propias criaturas. Temor que se ha materializado en varias de las referencias anteriores. También en alguno de los propios relatos de Asimov se aventuraba la posibilidad de que una inteligencia artificial lo suficientemente avanzada se viera a sí misma como más humana y más inteligente que los humanos que la crearon. Este temor fue bautizado como complejo de Frankenstein por el propio Asimov, en honor al personaje creado por Mary Shelley, y en general se ha transmitido en la cultura popular y literaria como el escenario apocalíptico denominado como la rebelión de las máquinas.

Parece ser que los exteriores de la película están rodados en Noruega, así que nos iremos para allí.

Parece ser que los exteriores de la película están rodados en Noruega, así que nos iremos para allí.

Toda esta introducción viene al caso, porque habiendo leído a priori las sinopsis de la película, no era especialmente partidario de ir a verla. A pesar de que había leído también alguna crítica positiva de la ópera prima como director de Alex Garland, y que el público votante de IMDb parece entusiasmado con ella. Claro que también lo está con las aventuras de «Caracartón» Neo, otra variante de lo comentado anteriormente, y a mí me ha parecido siempre un soberano aburrimiento. Rarito que soy para este género, que por otra parte me apasiona. Me terminaron de convencer por aquello de que la «prota» es una chica sueca que se está poniendo de moda, y porque mejor ir al cine y luego a tomar unos chismes, que quedarse en casa una tarde de ambiente primaveral.

La historia nos cuenta como Caleb (Domhnall Gleeson), un programador empleado en la multinacional informática del rico y excéntrico Nathan (Oscar Isaac), gana una «lotería» por la que irá a trabajar con su jefe en un emplazamiento secreto, de altísima tecnología, perdido en unas montañas. Y es que allí Nathan está desarrollando una inteligencia artificial, Ava, con un cuerpo de robot y el rostro de Alicia Vikander, la sueca. En aquel lugar perdido sólo una asistenta, Kyoko (Sonoya Mizuno), que utiliza para sus tareas domésticas una indumentaria sorprendentemente sensual, hará compañía a los dos maromos. El trabajo de Caleb será averiguar si Ava reúne las características propias de una inteligencia artificial semejante a una inteligencia humana, pasando un «sui generis» versión del test de Turing (de verdad que el test de Turing no es así, que el juez de la prueba tiene que ser ciego al aspecto de la «inteligencia» que pasa la prueba).

Lagos o fiordos, bosque, cascadas,... de todo sale en la película...

Lagos o fiordos, bosque, cascadas,… de todo sale en la película…

Realmente, a mí esta película no me ha enganchado. Especialmente porque me parece que tiene unos diálogos absolutamente inverosímiles para una gente que van por el mundo de tecnólogos y científicos. La cháchara llega a tener momentos de pedantería cuasi insoportable, haciendo que la «suspensión voluntaria de la incredulidad» con la que como espectador acudo a una obra de ficción que hecha añicos antes de finalizar el primer tercio de la película. El resto,… no es más que unas excusa para en un momento dado mostrar en pelotas a las hipersexualizadas protagonistas femeninas, echarle unas gotitas de gore cibernético al asunto y acabar con un final que es previsible desde la mitad de la película.

Realmente, no sé si la versión original resultará mejor que la versión doblada al castellano que vimos. Quizá el reparto hace todo lo que puede por salvar el asunto, me parece que todos los intérpretes, o al menos Isaac y Vikander. Gleeson me genera más dudas, y Mizuno se limita a moverse con gracia y a estar muy buena. Y esto último lo consigue con nota.

Tenía la impresión de que no me iba a convencer esta película y así ha sido. Quizá no sea tan catastrófica como lo he planteado. O sí. Ya he dicho que soy rarito para este género. Yo, no la recomiendo. Pero allá cada cual. Y parece que este fin de semana han estrenado otra con robots inteligentes… lo cierto que tampoco me apetece mucho, pero no me atrevo a asegurar nada sobre si la veré o no.

Valoración

  • Dirección: **
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: **

En cualquier caso, es muy mala señal cuando se sobran diciendo que llevan dos horas sobrevolando en helicóptero las propiedades del mandamás de la empresa.

En cualquier caso, es muy mala señal cuando se sobran diciendo que llevan dos horas sobrevolando en helicóptero las propiedades del mandamás de la empresa.

[Cine] Anna Karenina (2012)

Cine

Anna Karenina (2013), 18 de marzo de 2013.

Parecía inevitable que fuese a ver esta película. La novela de Tolstoi del mismo nombre y en la que se basa, numerosas veces adaptada al cine, fue una novela que me impactó bastante cuando la leí. Más allá del planteamiento habitual de los amoríos y adulterios de la aristócrata rusa del siglo XIX que da nombre a la historia, es una novela que plantea numerosos dilemas vitales, sociales, y políticos, con los constantes contrastes entre las historias que en paralelo nos va contando. Así que tras algunas versiones fallidas, había que ver si en esta ocasión Joe Wright había acertado con el tono y el fondo de la historia.

Como ya digo, son varias las historias que nos relata Tolstoi en su historia, siendo dos las principales que se desarrollan en paralelo. Por un lado tenemos a Levin (Domhnall Gleeson) el honrado terrateniente que aspira a casarse con Kitty (Alicia Vikander), la joven y guapa hija de los Oblonsky, que sin embargo lo rechaza por pretender a Vronsky (Aaron Taylor-Johnson). Sin embargo, tras un encuentro casual con Anna Karenina (Keira Knightley), casada con Karenin (Jude Law), un alto funcionario del estado, la cual acude a Moscú desde San Petersburgo para evitar la ruptura de su hermana, la madre de Kitty, el arrogante militar y la joven esposa caerán enamorados y se convertirán en amantes. A partir de ahí, se nos narrará la caída de Anna y el triunfo modesto pero definitivo del trabajador y oscuro Levin.

La trama es más compleja, pero normalmente las adaptaciones cinematográfica cuentan lo que he mencionado, más o menos. La originalidad de la adaptación de Wright es la vistosa puesta en escena, en la que los ambientes en los que se desarrolla la acción son a modo de decorados teatrales, que van modificándose de acuerdo a las necesidades de la acción. Es realmente sofisticado, y no me extraña que haya optado al premio en diversas categorías de los Oscar. Sin embargo, salvo una honrosa excepción, el cine de Wright me parece frío en su excelencia formal. Y creo que en la novela de Tolstoi hay mucha más miga que la que encontramos en la producción que aquí consideramos.

Y si pasamos a la interpretación, hemos de decir que con su extenso reparto, lleno de nombres de buen nivel de la pantalla y la escena británicas, debemos considerarla razonablemente buena. Pero nada más. Knightley, con la excepción de la película que he vinculado antes, sigue sin ser una actriz que me acabe de convencer. Y no acabo de verle la pasión que ciega y arruina la vida de la Karenina. Pero bueno, el conjunto es de aprobado.

Anna Karenina es una novela que ha sido adaptada muchas veces, y muy pocas veces lo ha sido con éxito. La que protagonizó Sophie Marceau hace 15 años pinchó claramente, pese a contar con una de las Annas más guapas. Aunque no más guapa que Vivien Leigh que sin embargo protagonizó una versión en los años cuarenta que tampoco es del todo acertada. Y quizá de las más salvables sea la versión de Greta Garbo en 1935, aunque tampoco es esta una de las mejores producciones en las que trabajó la diva sueca, o la versión muda de la misma actriz de la misma historia de 1927. Hay una pléyade más de adaptaciones tanto cinematográficas como televisivas. Y todavía no hemos dado con la versión definitiva. Quizá en la próxima. De todos modos, es una película que se deja ver.

Valoración

  • Dirección: ***
  • Interpretación: ***
  • Valoración subjetiva: ***

Quien conozca la historia de la trágica Karenina, sabrá del papel que desempeñan en la misma las locomotoras de vapor. Algo más grandes que esta que encontramos en Porthmadog, País de Gales.

Quien conozca la historia de la trágica Karenina, sabrá del papel que desempeñan en la misma las locomotoras de vapor. Algo más grandes que esta que encontramos en Porthmadog, País de Gales.