La entrada de hoy incluye dos estrenos recientes. Estrenos simultáneos en pantalla grande y en plataforma, Filmin. Y ambos son películas de Terrence Malick. Y ambas fueron rodadas con antelación a la última película de este particular director que pudimos ver. Una película que valoré muy bien, que me gustó mucho, que tenía mucha profundidad, acompañada por las singulares formas narrativas y visuales de este director americano, tan alejado de las convenciones.
Pero Malick no es un director comercial. Precisamente por ese alejamiento del cine más convencional. En su filmografía tiene grandes títulos, incluso obras maestras, pero también películas que pecan de excesivamente estilizadas, otras que están más vacías de mensaje de lo que aparentan y otras que son demasiado crípticas, salvo, supongo, para los iniciados en vaya usted a saber qué ciencias ocultas. Nunca sabes con qué te vas a encontrar. Por ello, hasta estas fechas, en la resaca de los confinamientos por la epidemia de covid-19, no han encontrado camino hasta las pantallas las dos películas que comento hoy.

Knight of Cups (2020; 45/20200918)
Cinco años tiene ya esta película de Malick, con un reparto aparentemente espectacular. Con nombres como Christian Bale en el papel protagonista, y secundarios del renombre de Cate Blanchett, Natalie Portman, Antonio Banderas, Freida Pinto, Armin Mueller-Stahl, y algunos nombres menos conocidos pero que vienen pegando fuerte como Isabel Lucas, Teresa Palmer o Imogen Poots, lo cierto es que parecería que es una película con pretensiones de llegar a un público amplio.
La película nos narra la vida y el entorno de un escritor, con amplios contactos en el mundo del cine y el espectáculo, principalmente a través de sus relaciones con una pléyade de mujeres, aunque también de su padre y de algún magnate del mundillo. Dividido en varios capítulos con títulos relacionados con las cartas del tarot, con localizaciones en Los Ángeles y Las Vegas, nos presenta un mundo de lujo y pretensiones, pero que constantemente deja un vacío existencial en el protagonista, que tampoco acaba de encontrar la forma adecuada de tratar con las mujeres con las que se topa, que son de lo más variadas. Desde una stripper a modelos y profesionales de fama y fortuna.
Rodada con el estilo habitual de Malick, grandes angulares, mucho movimiento de cámara en torno a los actores, diálogos a penas audibles, mucha improvisación y muchas horas de rodaje, para luego montar aquellos cortes que el director considera adecuados para contar su historia. Apenas se puede hablar de calidad de interpretación por la naturaleza de la forma de rodar, en los que los intérpretes son el objeto principal del encuadre, pero no podemos decir que existan unos diálogos realmente claros o unas direcciones claras de interpretación; prestan sus cuerpos y ademanes, son vestidos de una determinada forma… y a rodar.

Desde mi punto de vista está lejos de las mejores películas de Malick, pero al menos tiene un sentido, aprecias una evolución en la historia y en los personajes y tiene momentos interesantes en su excesivo metraje, para lo que cuenta. He de decir que los personajes de la película tampoco me interesaron mucho, sentí poca empatía por el protagonista y varios de los personajes secundarios, mientras que me hubiera gustado saber más de otros. Difícil de recomendar por las peculiaridades del cine de Malick.
Valoración
- Dirección: ****
- Interpretación: ***
- Valoración subjetiva: ***
Song to song (2017; 47/20200927)
Con menos retraso, pero aun así hace tres años desde que se estrenó en algún lugar del planeta, llega esta otra película de Malick. Mientras que la anterior la vi en las salas de cine, en esta estaba recién llegado de viaje, algo cansado y opté por verla en la plataforma de vídeo bajo demanda, en Filmin. Eso quizá sea un error con las cualidades visuales del cine de Malick.

El estilo de narración, rodaje, visual y sonoro de la película es totalmente similar al anterior. Sin embargo, en esta ocasión nos trasladamos a algún lugar de Tejas, Austin creo, en el ambiente de la música country del lugar, donde asistimos a una serie de relaciones, triángulo en algún caso entre varios personajes. También con un reparto de postín, con nombres como Rooney Mara, Ryan Gosling, Michael Fassbender, Natalie Portman, Cate Blanchett, y Holly Hunter, entre otros. Diría que el personaje central es el interpretado por Rooney Mara, aunque en los títulos de crédito, ya sabemos como van estas cosas en el mundo del cine, donde se negocia hasta el orden en que aperecen los intérpretes en los carteles, aparece en tercer lugar tras los dos machos. Qué sorpresa.
Cuando empecé a verla me vino a la memoria que hace unos años leí un artículo sobre el proyecto de esta película y el principio de su rodaje. Fue poco después de ver Carol, protagonizada por Blanchett y Mara, y pensé que me haría ilusión verla, después del buen trabajo y la buen química de ambas en aquella excelente película.
Pero nada en esta película funciona conmigo. No engancho ni con la historia, ni con los personajes, ni con nada. Conforme va pasando el rato me voy desenganchando, y al final, las algo más de dos horas que dura el largometraje se me hacen eternas. Salvo que se confirma que Mara y Blanchett son dos actrices elegantes que llenan la pantalla con facilidad… poco más saco en claro de la película, que me supera desde casi el principio.
Difícilmente la puedo recomendar. No sé. Tal vez si la hubiese visto en pantalla grande, el resultado pudiera ser distinto. Aunque lo dudo.
Valoración
- Dirección: **
- Interpretación: ***
- Valoración subjetiva: **
