Esta es la segunda entrega de fotografías realizadas con película fotográfica durante el viaje en el día a Madrid el 29 de enero de 2024, día de San Valero, festividad local en Zaragoza, por lo que hay que aprovechar. La primera entrega os la mostré el sábado pasado, y hubo también un resumen del viaje con fotografías digitales a los poquitos días del viaje.
Al igual que en la entrada del sábado pasado, si alguien está interesado en conocer más detalles del proceso fotográfico seguido, puede dirigirse a la entrada específica dedicada a ello; En Madrid con película negativa en color (II) – Pentax MX con Kodak Ultramax 400. Pero si no, aquí os dejo una muestra de las fotografías. Si el sábado eran las tomadas por la mañan, estas son las de la tarde. Con distinto tipo de película fotográfica, aunque no encontraréis grandes diferencia de presentación.
En junio de 2021 me di una vuelta para visitar el show que monta el Ayuntamiento de Zaragoza en los últimos años, Zaragoza Florece, en el Parque Grande de la ciudad. Una cosa de poner muchas macetas y muchas flores. Por aquello de que a primeros de junio es primavera, aunque últimamente parece que es más bien verano. No en 2021, que además de un pandemia, aquel día teníamos un nublado. Pero la cámara, la bonita Leica Minilux, que llevaba se estropeó. Aunque dos años y medio después… volvió a funcionar. Simplemente con cambiarle la pila. Que en aquel momento no estaba agotada. ¡Sorpresa! Las fotos que hice las he podido revelar. Tienen cosas raras. Lo comento en La “últimas fotos” de la cámara que “se estropeó” – Leica Minilux con Kodak Ultra Max 400. Aquí os dejo algunas fotos de aquel carrete.
Lo más curioso es que esta «epidemia» de recuperaciones espontáneas puede que se esté extendiendo en casa. La también bonita, y chiquita, Olympus mju-II, que en sus buenos tiempos, en los años 90 del siglo XX, me acompañaba con frecuencia a esquiar, por estar protegida contra polvo y salpicaduras, hace fotos, pero al llegar al final de carrete, no rebobina. Y lo que pasa con la electrónica, no tiene manivela para rebobinado automático. Por lo que sólo puedo hacer un rollo y, luego, en casa, sacarlo y rebobinarlo a oscuras antes de revelarlo. Así que no me la puedo llevar de viaje, como hice en ocasiones, porque si se me termina el rollo durante el día, no puedo poner otro hasta llegar al hotel y quedarme a oscuras. Un rollo. Pero el lunes, la estaba usando mientras paseaba por la ribera del Ebro en Zaragoza, y se acabó. La recogí. Pero al llegar a casa, me encontré con que al parece se había rebobinado sola.
¿Otra recuperación espontánea? Los que somos de ciencias sabemos que «a propósito de un caso» no se demuestra nada. La cosa se tiene que confirmar. Tiene que seguir pasando en un futuro, antes de que podamos certificar la recuperación de la cámara. Y os contaré. De momento, el lunes mandaré a revelar los últimos rollos de negativos en color que he hecho con ambas cámaras, para confirmar que todo va bien. Esperemos.
Es la última entrada de viajes en el día de los que he realizado últimamente. Y probablemente del año, aunque vete tú a saber si me escapo a algún sitio estos días que tengo fiesta. Ya veremos, que dijo un ciego a otro ciego. En cualquier caso, en Calatayud, a principio de mes, como ya os conté, pero esta vez con película fotográfica. Las cuestiones de técnica fotográfica de las fotos las tenéis en En Calatayud con un película de siempre – Leica M6 con Kodak Ultra Max 400. Aquí os dejo algunas fotos.
Última de las tres entradas que estoy dedicando a las fotografías con película fotográfica tradicional del viaje en el día que hice a Barcelona a principios del mes de marzo. En esta ocasión, el rollo de película para negativos en color, una emulsión con la que ya estoy bien familiarizado, cuyas características técnicas y procesado en detalle podéis encontrar en Viaje en el día a Barcelona (III) – Leica M6 con Kodak Ultra Max 400. Ahora… a esperar el siguiente viaje, probablemente ya en Semana Santa.
Como ya comentaba el lunes, cuando estuve en Madrid a principios de febrero, me llevé una cámara para película tradicional y unos rollos de película negativa en color. Las fotos que muestro hoy son del último rollo película que usé. Una película distinta de la de las fotos que os mostraba el lunes.
Estoy más satisfecho de las fotos de este último rollo que de los anteriores. El comentario técnico sobre esto lo podéis encontrar en Madrid con película negativa en color (II) – Pentax MX y Kodak UltraMax 400. Pero cuando digo «más satisfecho» me refiero a la calidad intrínseca de la foto; grano, nitidez, color, etc. Las cualidades estéticas y emocionales pocas veces tienen que ver con esto. Y en eso, todos los rollos están más o menos a la par.
Si bien es cierto que las cámaras telemétricas de enfoque manual se prestan más y mejor a trabajar con focales cortas en modo reportaje, nada impide usar un teleobjetivo corto o medio para retratos, paisajes selectivos o aislamiento de escenas u objetos.
Para paisajes urbanos, un teleobjetivo corto va bien para captar detalles, seleccionar motivos despejando elementos que no aportan nada, y evitar el exceso de líneas convergentes en edificios tomando una cierta distancia, si es posible. Va muy bien.
Al igual que hace una semana aproximadamente hice con mi viaje a Italia, mi resumen sobre la técnica y la tecnología fotográfica aplicada a otro viaje, a Andalucía en esta ocasión. Que el viaje fue corto, pero fotográficamente variado. Lo podéis encontrar en Andalucía en otoño – problemas con el digital, alegrías con la película tradicional. Aquí os dejo las fotografías con las que he ilustrado el artículo.
No pocas de las fotos de esta entrada o tomadas con el mismo rollo que las que os presento en la misma se hicieron al mismo tiempo que las que os mostré hace unos días por el extrarradio industrial de la ciudad o en el Museo Pablo Gargallo. Forman parte de un mismo ejercicio fotográfico. Son complementarias para mis usos particulares.
Como ya he comentado en alguna ocasión, me gusta llevar encima alguna cámara de fotos con película, generalmente negativos en color, aunque no exclusivamente, que me sirva como bloc de notas, como cuaderno de apuntes fotográficos. Y las de hoy corresponden a las primeras semanas de febrero. Nada especial, pero quedaron bien. Creo.
Como viene siendo costumbre en los últimos tiempos, suelo llevar en el macuto o mochila de ir por la ciudad una cámara, compacta o no excesivamente voluminosa, para tomar apuntes fotográficos con película negativa en color. Y hoy os traigo las de la buena parte de la primera mitad, y algo más, de enero de 2021.
Desde la gran nevada, para lo que se estila por estas latitudes, del 9 de enero, el río Ebro ha llevado una caudales enormes de forma constante. No se han informado de grandes avenidas con daños, o yo no me he enterado de ellas. Pero a su paso por Zaragoza a inundado alguno de los paseos habituales a sus orillas. Y lleva así ya varias semanas, con ligeros descensos, y luego nuevos ascensos.